viernes, 1 de julio de 2022

Haciendo planes para superar cuanto antes el trienio de la (mala) bestia 🤩🤗👍👍👨‍👩‍👦👨‍👩‍👦👨‍👨‍👦👩‍👩‍👦🌼🌻🍀🌟🍐🍒🍑🍊🍇🌺🌺🙏🏿🙏🏾🙏🏽🙏🏼🙏🏻

 

Posiblemente el estado actual de nuestra especie lo esté produciendo el agotamiento exponencial en picado  de nuestra forma super elemental y primaria de entender la vida y nuestra relación con ella, es decir, manejando la mochila de los instintos e impulsos más elementales, valorados como cualidades y hasta virtudes dignas de cultivarse. Conservamos las tendencias animales indiscriminadamente, como si fuesen inseparables de nuestro desarrollo antropológico, el valor y la fuerza como exhibición,  el poder, la voracidad y la capacidad para quedar por encima de los demás, como orgullo reivindicador, el deseo como aliciente y excitante desatado de la voluntad, sin reflexionar si el mero hecho de desear se puede convertir hasta en un "derecho" aunque eso signifique pisotear los derechos de otros compañeros y hermanos de especie. 

Está claro que biológicamente compartimos la materia prima con el reino animal, la misma biología y los mismos elementos fundamentales nos constituyen: átomos, partículas, moléculas, electrones, células, tejidos, sistemas, aparatos, glándulas, órganos y funciones...Pero, según podemos comprobar con todo detalle si nos paramos un poco a observar y discernir,  la inteligencia cósmica de la que todo participa en el origen, nos ha inoculado por esa especie de goteo evolutivo con el que va creando a lo largo del tiempo, un pack  energético/intelectivo/sensible, cuya sustancia se ha llamado alma, (anima en latín, psijé en griego, soul en inglés, seele en alemán) que es una sensibilidad común  y a la vez  individualizada, que puede crecer o menguar, acompañada de un conocimiento innato siempre disponible a la voluntad del usuario/a, algo que nadie nos inculca ni nos impone ni nos puede prohibir, ni inyectar "desde fuera", va con la esencia de cada un@ de nosotr@s, se nutre del pensamiento, de las impresiones que el roce diario de la vida deja en nosotr@s y que cada un@ percibe de un modo único, semejante en el funcionamiento pero diferente en los rasgos, en las dimensiones y vibraciones cognitivas. Ese proceso nos empieza a alejar de la forma de vida animal desde que nacemos, se diría que al respirar por primera vez, comenzamos a desanimalizarnos por dentro. Y en la medida en que nos vamos haciendo  conscientes de esa energía nos vamos alejando de las reacciones mecánicas y comenzamos a crear nuestro tránsito del cerebro límbico, animal, inconsciente y mecánico, al cerebro supraconsciente, reflexivo y mucho más consciente creativo y soprendente, que automático, imitador y repetitivo, y todo ese proceso lo va haciendo el ego, como  una especie de funicular que sube y baja desde el barranco instintivo en sombra y penumbra, que solo puede ver lo que tiene al lado,  hasta la cima de la montaña de la luz interior, desde cuya situación puede verse instantáneamente el conjunto y la relación entre lo cercano y lo distante. Justo, como cuando se escalan montañas. Ese proceso es exclusivamente humano y su caldo de cultivo es la capacidad expresiva e investigadora del lenguaje, de ese "verbo que se hace carne y habita entre nosotros", ese verbo, que además, es también un infinito Nosotros. 

Todo este proceso lleva milenios funcionando y creciendo en silencio, como el metabolismo o las silenciosas funciones corporales, dentro de  nosotr@s desde la humildad de lo más sabio, sin hacerse notar, con un paciente crecimiento, que un@s notan y comprenden y otr@s ni siquiera intuyen ni imaginan. Y todo ello contenido en el recipiente espacio temporal que aporta el trabajo conjunto entre materia y energía.

 A lo largo de los siglos, en la humanidad,  han ido apareciendo seres que natural y voluntariamente se han ido encargando de explicar este proceso evolutivo, sobre todo con sus conductas y actitudes vitales, también comunicando con la palabra, por supuesto; aunque aun la madurez evolutiva de la especie no ha logrado hasta ahora abrirse de un modo global al nuevo horizonte, que, para colmo no está geopolíticamente en ningún lado para ser descubierto, conquistado  y ocupado, como si fuese un país, un planeta, un nuevo imperio o un continente, ese horizonte común en lo cósmico es único en lo individual e intangible en su sustancia, pero súper tangible en las consecuencias de su presencia o de su ausencia. Es la conexión con ese wifi infinito que en el cristianismo de los primeros tiempos y en los pueblos indígenas sin cristianizar, llamaban y llaman espíritu, un plano de experiencia, un estado de profundidad dinámica, que muchos llaman gracia, tan introspectiva como comunitaria, y absolutamente inofensivo e igualmente nutritivo y acogedor para creyentes como para ateos.

Nuestra evolución, llevada al límite por nuestra ignorancia  en lo fundamental y nuestra falsa sabiduría en lo anecdotico, nos invita ya a unificar  los dos planos, sin tener que eliminar ninguno de ellos, sino integrando a ambos en una misma dinámica contempaltiva, en una contemplación constante y dinámica. Vital y sin rupturas ni agresiones contra "lo diferente", contra la necesaria otredad de lo infinito en el abrazo empatico de un amor mucho más sano y resistente que las querencias, enamoramientos y apegos siempre patológicos en mayor o menor grado; solo hay que ver los resultados que producen para que nadie nos tenga que convencer de lo que es tan palpable como evidente. En ese plan insostenible y agotador, se nos acaba el tiempo y el espacio disponibles para seguir dividid@s y egocéntricamente engatusad@s, en lo que los griegos llamaron la idiothía: la insostenible "virtud" catastrófica de vivir absortos en una realidad ilusoria que solo alcanza y desea mirarse a sí misma, con tanta torpeza que no ha sido capaz de descubrir, precisamente, en sí misma a l@s Otr@s, tal vez porque no nos han enseñado desde la infancia a mirar a los demás para poder descubrirnos individualmente en ell@s. Por ello todo se rompe y se divide sin ver que en realidad todo es la misma esencia y que perjuicios y beneficios afectan al Todo por igual, no siempre de un modo instantáneo -que a veces se puede producir- sino a lo largo de tiempos, que al no evolucionar adecuadamente, se repiten sin cesar aunque los recursos, la ciencia, el conocimiento de lo solo aparente, se multipliquen con unas consecuencias demoledoras para el Todo, precisamente, por la fijación egocéntrica de lo exclusivamente particular que aplasta y destroza lo común y más universal. 

Una vez llegad@s a este punto que ya no tiene vuelta atrás, ¿qué nos queda?, pues posiblemente solo nos quede lo que el Nobel de Física Ilya Prigogine hace años denominó "la bifurcación", el cambio de dirección, para que saliendo del Egipto de la entropía, -como se cuenta el Éxodo del Antiguo Testamento en la Biblia judeocristiana- podamos, no ya descubrir, sino sobre todo crear una nueva tierra, con el añadido apocalíptico de descubrir y también crear la posibilidad y la certeza un nuevo cielo. 

En el siglo XX la psicología ha hecho grandes progresos en esa dirección, empezando por el psiquiatra Carl Gustav Jung, que superando el psicoanálisis de Freud inició el vínculo entre la medicina psiquiátrica y la integración espiritual desde las conductas y el autoconocimiento integrador. Precisamente en USA, la Escuela de Palo Alto, en California,  creó y fundamentó un nuevo rumbo investigador y experimental en la praxis del conocimiento propio y colectivo. La Psicología Transpersonal, que también parte de una percepción trinitaria absolutamente laica, del propio ser humano, en tres planos más que evidentes: Padre-Madre, Niño-Niña y Adulto-Adulta, que conviven dentro de nosotr@s y nos muestran las zonas menos visibles de nuestros armarios íntimos y guardarropas compartidos. Es decir, que en el mismo país capaz de capitanear el capitalismo más invasivo y seductor, en plan serpiente en el paraíso terrenal y una OTAN demoledora al viejo estilo de los imperios, también crecen las semillas limpias y sanas de la conciencia y de una inteligencia más amplia y descubridora, también tiene tesoros excelentes que aportar tanto a la ciencia como a consciencia. Los doctores Eric Berne y W.Dyer, y otros médicos que aportaron experiencias de cambios profundos en pacientes que mueren y vuelven a la vida completamente cambiados por dentro y por fuera, aportando los mismos datos en Japón que en Berlín, Zürich, Nueva Zelanda, Toronto o Buenos Aires, así se abrieron  canales nuevos en la ciencia y en la conciencia de la humanidad y se comenzó a unificar los planos de la experiencia, a encontrar explicación a lo inexplicable siempre desde la experiencia mucho más que desde la mera teoría. 

Hace treinta años tuve la suerte de conocer en primera línea esa nueva aportación a la salud psíquica y espiritual de la humanidad, fue en el voluntariado del Teléfono de la Esperanza de València, donde se estudia, se comparte y se ayuda personalmente  y en grupos de crecimiento personal, como en la formación de asesores voluntarios. Desde entonces siempre he ido encontrando en la Psicología Transpersonal una fuente luminosa de vida, algo muy similar a lo que se llamó Pentecostés en el primer cristianismo. De esa nueva marea del espíritu, un ejemplo fundamental es Anthony de Mello, también psicólogo y maestro en no ser maestro, sino eterno alumno de la sorpresa diaria. O sea, un psicólogo de verdad. 

Con tanto camino por descubrir y tanto trabajo pendiente por hacer en el día a día, es imprescindible que aprendamos, juntos y al mismo tiempo individualmente,  a establecer un plano paralelo en el que al mismo tiempo que trabajamos, podemos descansar, sin tener que abandonar el curro, porque el curro interno no admite ni requiere vacaciones. ¿Por qué?, porque ese "curro" ya es en sí mismo el mejor descanso liberador que podemos disfrutar. Porque eso significa que hemos logrado unificar materia y energía, esfuerzo y descanso, cuerpo, mente, alma y conciencia.

Con estas pistas previas, ahora sigamos en el curro materializador de energías y energetizador de materias: Pregunta de examen, aterrizando en el aquí y en el ahora: ¿Es la OTAN tal y como ha terminado ayer mismo el encuentro de Madrid, el camino adecuado dando los pasos necesarios para que la hecatombe mundial cambie y dé marcha atrás? Evidentemente no. La torpe repetición de la misma barbaridad que ha destrozado a la humanidad dos veces en el siglo XX, no puede ni va a ser la solución para nada ni para nadie. ¿Hay alguna posible solución para frenar y cambiar esta tragedia orquestada por lo más torpe y cegato del Planeta Tierra: los egos desatados y el dinero y su poder como bien supremo? Pues sí, la hay. Y la misma OTAN la tiene en su mano: parar, reflexionar y cambiar de camino. Reunirse de nuevo, pero esta vez, yendo todos juntos a Rusia y a Ucrania, reconociendo en los medios y en el encuentro con Putin y Zalenski, con el pueblo ucraniano y con el pueblo ruso que la OTAN se ha equivocado, pero que se ha dado cuenta a tiempo  y  está dispuesta a crear la paz como sea, porque otra guerra mundial como se ha declarado por ambas partes, entre Oriente y Occidente, en la situación medioambiental que padecemos actualmente, sería y es, un suicidio, del que no se salvará nadie. 

La propuesta regeneradora puede ser que la OTAN tal y como la conocemos desaparezca y se transforme por la voluntad de una gran mayoría internacional en un consenso desarmado, social y económico por medio de la paz, la escucha imprescindible, el respeto mutuo y la fraternidad participativa como medicina planetaria. Podría estructurarse un movimiento sin fronteras como una Unión Pacificadora Global de Estados y Naciones. UPGEN, podría llamarse. Donde todos puestos de acuerdo se ocupen -nos ocupemos- de cuidar del Planeta, especialmente del Tercer Mundo y conseguir que acabe y se libere de la pobreza, que haya un control planetario de la natalidad, inversiones en los países más castigados, con un ejercicio participativo de la ciudadanía en  la ONU y en las instituciones estatales, como observatorios cívicos, para que las ayudas no se pierdan en las garras de dictadores y corruptos, dejando a los pueblos hundidos y encadenados en la misma miseria que llevan siglos padeciendo sin que esa aberración inhumana importe demasiado a las grandes potencias del fraude moral. 

Es imprescindible ser justos, éticos y exigentes en la gestión de los recursos energéticos. Todos los pueblos del Planeta necesitamos unos de otros, indefectiblemente, por eso la paz activa y militante como bien comunitario imprescindible es fundamental para escucharse y entenderse, para cooperar, para dejar de verse como enemigos a los que espiar, perseguir e incluso asesinar si no hay entendimiento de intereses solo financieros e ideológicos al servicio, no de los seres humanos y sus necesidades,  sino sobre todo del poder y del dinero, dos elementos que siempre tendrán los días contados en este tipo de vida, porque solo dependen del ego enfermo de los más discapaces confundidos por su propia  oscuridad prepotente disfrazada de "poder", por mucho que en apariencia jueguen a ser excepcionales con un exhibicionismo de manual, que además nos sale carísimo de mantener a las víctimas de tan repugnante y demoledor pisfostio. Otro objetivo importantísimo es que la fabricación de armamento deje de ser un negocio de primera línea y que las inversiones mayoritarias se centren en la recuperación de la Naturaleza, de la sana e imprescindible agricultura como fuente de trabajo y de repoblación, de consumo próximo a la producción y que los grandes capitales se inviertan en iniciativas saludables para el medio ambiente y para las economías más necesitadas de apoyo, en proyectos de reciclaje, de producción eólica, fotovoltaica repoblación de espacios naturales, aprovechamiento de los grandes desiertos para trabajar con esas energías sanas, más inversión en reconstrucción y rehabilitación de viviendas que en construcción invasiva de espacios naturales, más duchas y menos piscinas, menos consumismo destroyer y más reciclaje de todo. Para todo ese tipo de proyecto es supernecesaria la paz internacional y la armonía social. El fin exponencial de las desigualdades y la instauración del disfrute solidario, creativo y gratuito, intercambiando cariño, cuidados y alegría. 

Cuando elementos como Putin, Zelenski, Biden, Bolsonaro, Abascal, Rajoy, Aznar, GALzález, Feijoó, Olona, Sánchez, hasta Pablo Iglesias, y demás entuertos politicantes prueben y comprueben la calidad de vida derivada de ese modus vivendi et operandi , que hasta ahora no han conocido ni de referencias, se van a quedar de piedra en primera persona del plural en un perpetuo presente de indicativo, abierto a un futuro, que ahora mismo, en el plan actual,  es una pura entelequia. 

Y, si hacen esta prueba del algodón regenerador, seguro que  nunca más querrán volver a ser lo que fueron previamente. Eso por descontado!


Conservar la Esperanza - SaludableMente, Psicología & Bienestar

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