jueves, 7 de julio de 2022

Es reconfortante que el ser humano se haga consciente, que reflexione , active y comparta sus reflexiones y las canalice para el bien de tod@s. Este 'podcast' que acabo de encontrar en El País, me parece una invitación supernecesaria especialmente en tiempos y circunstancias como estas. Lo más hermoso y esperanzador que puede ocurrirnos es descubrir que nosotr@s como humanidad también somos parte firmante de ese autógrafo que nos regala esa realidad infinita que hemos llamado "dios" por inercia histórica, pero cuya manifestación constante y vital en todos los niveles, va mucho más allá de cualquier denominación, de cualquier nombre o concepto previo. Una prueba de esa REALIDAD es que haya iniciativas mediáticas como esta. Que lo disfrutéis y sobre todo que os animéis a caminar por esos venciteros, lo de 'derroteros' ya no nos sirve de nada que valga la alegría más que la pena. Lo de "dios" fue como el chupete, el sonajero y el biberón para nuestra especie, creo que mis niet@s mejican@s aciertan mucho más, llamándolo "diosito", capaz de habitar y de rebosar sin juicios ni condenas ni recompensas egocéntricas, en lo mínimo, en lo máximo y en lo mediopensionista y no en plan "señor" de nada ni de nadie, sino como la misma vida infinita repartida con amor sin límites en cada onda, en cada pensamiento, en cada respiración, en cada experiencia. En realidad "diosito" es la vacuna cósmica que ya traemos a esta vida/laboratorio al nacer. Vivir es nuestra investigación para descubrirla y compartirla y de ese familiar reparto depende la calidad y la duración de nuestra elaboración de tiempos y espacios. Ésa es la relación inextinguible entre causas y efectos, un vínculo que solo es mejorable desde los adentros, desde el noúmeno, cualitativo para que se pueda regenerar el fenómeno de lo contante y sonante, lo cuantitativo, que diría Kant.

 

Los dilemas de ‘La firma de Dios’: ¿y si el virus detrás de una pandemia tuviera conciencia y voluntad propia?

El nuevo ‘podcast’ de ficción de Jose A. Pérez Ledo (‘El gran apagón’, ‘Guerra 3′) coloca a la humanidad en una situación límite y plantea cuestiones éticas en torno a la ciencia

'La firma de Dios' (Podium Podcast) es la nueva ficción de Jose A. Pérez Ledo.

A Jose A. Pérez Ledo le gusta poner a la humanidad en aprietos en sus ficciones sonoras. Lo hizo con Guerra 3, que colocó al mundo cerca de otra guerra mundial, y con El gran apagón, cuya adaptación televisiva llega el 29 de septiembre a Movistar Plus+. Esta vez, imagina una situación todavía más disruptiva. Ha decidido romper con dos de las nociones que sustentan nuestra existencia, como son la ciencia y la naturaleza, en La firma de Dios, de Podium Podcast —parte de PRISA Audio, la plataforma transversal de PRISA, editora de este periódico—.

Esta nueva serie arranca con un virus con voluntad propia. “Fue una idea algo excéntrica que no sabía bien cómo enfocar que surgió durante la crisis del coronavirus”, recuerda este lunes su creador por teléfono. En esa época, Pérez Ledo estaba leyendo muchos textos sobre Filosofía de la Ciencia, que, junto a la distópica realidad del confinamiento y la pandemia, le hicieron enfrentarse a varios dilemas intelectuales. “Pensé en crear una ficción que planteara si tras la pandemia había algo más. No quería que fuera algo conspiranoico, del estilo de una amenaza creada por un ejército, sino algo más profundo, casi teológico. Una de las preguntas que plantea esta materia es si llegará algún día en que la ciencia sea capaz de explicarlo todo. “Y una de las teorías en torno a ella afirma que no, que después de una pregunta siempre habrá otra nueva. Quería construir un relato que apoyara eso, que el universo es incognoscible”, comenta el también divulgador científico. 

Así surgió la trama de La firma de Dios. En 2024, un nuevo virus asola la población mundial. Su comportamiento parece responder a una voluntad consciente y todo lo que creíamos saber sobre la ciencia pierde sentido. Comienza entonces una crisis que cuestionará todo lo que creemos saber sobre la naturaleza y cambiará por completo a la humanidad. A lo largo de los capítulos estrenados cada martes —la plataforma ya ha lanzado los seis primeros de un total de ocho— podemos escuchar las declaraciones ante la Comisión de la Memoria de varios expertos que se involucraron en la crisis. Ramón Barea, María Castro, Pablo Concejero y Alicia Merino son algunos de los actores que ponen voz a estos personajes. La dirección, diseño de sonoro y música original corren a cargo de Teo Rodríguez, reciente ganador en los Premios Ondas Globales del Podcast a mejor diseño sonoro por La esfera.

Pérez Ledo se apoyó en científicos durante el proceso de escritura del guion, “para hacer verosímil un relato probablemente imposible desde el punto de vista de la ciencia”, cuenta. Cada episodio va aportando nuevos datos y despejando la bruma inicial en la que se encuentra el oyente. “Quien termine de escuchar el capítulo final, querrá volver a escuchar la serie al completo, para reinterpretarla teniendo ya toda la información”. Siguiendo su pasión por lo metarreferencial, hay un personaje de El gran apagón que aparece en esta nueva ficción, avanza su creador.

Para completar las cuestiones que plantea la serie, cada miércoles Podium Podcast estrena un episodio del proyecto paralelo Desmontando ‘La firma de Dios. En este espacio sonoro, Pérez Ledo charla con expertos en salud pública, Inteligencia artificial, astrobiología, bioética, religión y filosofía. La idea es que, además de complemento de la propuesta original, pueda funcionar de forma independiente. “La mayoría de las conversaciones son debates intelectuales que no están en el debate público ahora mismo, pero que estoy convencido que van a terminar estándolo. Asuntos como la bioética y, por supuesto, la Inteligencia artificial, aparecerán en las portadas de los periódicos”, apuesta Pérez Ledo. La última de las entregas de este podcast conversacional analizará precisamente la cuestión que dio pie al de ficción: “Si la ciencia podrá explicarlo todo o es una quimera que se ha inventado la humanidad porque nos tranquiliza”.

Para el guionista, creador de Órbita Laika, la crisis del coronavirus ha sido por un lado “una consecuencia inevitable del estado actual de la humanidad, como son los efectos del cambio climático”. Pero, al mismo tiempo, considera que ha sido un rotundo éxito de la ciencia. “La reacción de la comunidad científica (y las grandes empresas farmacéuticas detrás de ellas) ha sido algo inimaginable. Se ha autogestionado al margen de los gobiernos, creando una investigación global. Me da la sensación de que en futuras pandemias la humanidad va a reaccionar así: en vez de prevenir, vamos a esperar y recurriremos a la ciencia, para que actúe en tiempo récord”, comenta con escepticismo.

 

No hay comentarios: