martes, 5 de julio de 2022

¿Y la OTAN no tiene nada que decir al respecto? ¿Qué hacer cuando los amigos y compis de guerras hacen lo mismo que Putin y Zelenski con los refugiados no solo sin techo, ni casa ni alimento, ya hasta sin suelo que pisar ni vida que vivir? Solo podríamos ser socios de la OTAN si se transformase en una UME internacional de ayuda a los refugiados políticos y migrantes climáticos. Solo cuando se humanice. Sería un reto magnífico para la UE y un modo de hacer reflexionar al yankipolio sacamantecas y terminator

 

Los refugiados devueltos en caliente desde Melilla: "Los españoles nos pegaban de un lado y los marroquíes del otro"

'Público' ha recogido en Casablanca el testimonio de varios de los supervivientes de la tragedia en la que murieron al menos 23 personas. Todos huyeron de la guerra en la región sudanesa de Darfur y llevan varios años tratando de llegar a Europa para pedir asilo. Interior calcula que alrededor de cien fueron "rechazados en frontera"

Nurdin Sanusi, refugiados sudanés devuelto en caliente cundo cruzó la valla de Melilla el pasado 24 de junio, muestra sus heridas en un lugar seguro en Casablanca, Marruecos.  Nurdin Sanusi, refugiado sudanés devuelto en caliente por la Guardia Civil cuando cruzó la valla de Melilla el pasado 24 de junio, muestra sus heridas en un lugar seguro en Casablanca, Marruecos. Jairo Vargas


Jairo Vargas Martín

 Público

Tienen tantas ganas de contar, que no se detienen solo en lo que pasó el viernes 24 de junio en la valla de Melilla. Quieren contarlo todo, porque si no, dicen, no se entiende nada. Hablan de guerras, de familiares asesinados, de torturas y explotación en Libia, del bloqueo de la ruta hacia Italia que les ha obligado a cruzar el desierto argelino, de violencia y persecución en la frontera marroquí. 

Público ha recogido más de diez entrevistas con el relato directo de refugiados sudaneses, varios de ellos menores de edad, que aseguran que fueron devueltos en caliente por la Guardia Civil, que lograron superar todas las vallas que cercan Melilla, que tocaron suelo español con sus pies descalzos y heridos, que pensaron que el esfuerzo, los golpes, los gases y las pedradas que encajaron habían servido para algo. Que Sísifo había subido por fin la enorme roca hasta la cima del monte. Pero, una vez más, vieron cómo caía la piedra rodando hasta detrás de la primera valla del lado marroquí, y cómo seguía rodando y rodando hasta acabar en cualquier ciudad lejana del centro de Marruecos. Y vuelta a empezar.

Hablan desde Casablanca, a 600 kilómetros de Melilla, donde cientos de ellos malviven en calles y edificios abandonados de los suburbios hasta que vuelvan a intentarlo y fracasen de nuevo. Marruecos asegura que ha alejado forzosamente de los montes de Nador, a 20 kilómetros de Melilla, a unos 1.500 migrantes desde el día del trágico salto. Fuentes del Ministerio del Interior español calculan que alrededor de cien personas fueron "rechazadas en frontera" y devueltas a Marruecos tras ser contenidas por el cordón policial junto a la valla. Según el balance oficial, 23 personas murieron en el lado marroquí de la frontera. Allí fueron devueltas por las autoridades españolas las personas que hablan en este reportaje. 

(Podéis seguir leyendo en Público)

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