jueves, 13 de enero de 2022

Querido Pablo, una vez más, gracias por tus aportaciones y a Público por editarlas. Me admira tu capacidad y sutileza para captar lo que casi nade intuye en los medios de comunicación habituales. Es muy necesario, quizás más necesario que nunca, trabajar en tu onda, para tener claros los límites de las fijaciones humanas sin confundir el rábano con las hojas ni la velocidad con el tocino, como decimos en La Mancha, -seguramente con la sensatez de Sancho Panza más que con los gigantes de Don Quijote covertidos en molinos de viento-, que vienen a ser ahora los robots supuestos e imposibles inventores de su misma y marciana 'biorobótica'. De momento, la ética no es solamente una rarita rama, a su bola, de la filosofía, sino el producto interior más elevado y nada bruto de la conciencia humana y su conexión integrada en y procedente de la energía cósmica y universal. Ese wifhi que todo lo conecta constantemente. En efecto, las máquinas necesitan una patente de seguridad ética humana de alta vibración cuántica y por ello espiritual, que garantice la inocuidad y el buen uso humano de la mecánica de los objetos; un robot no puede crear, sino repetir obedeciendo un cuadro mecánico de instrucciones. El responsable ético y jurídico del invento nunca puede ser el invento sino su inventor. Deus non 'ex' machina, porque ninguna máquina es posible sin un 'deus' que la invente y la ponga en marcha, como los seres humanos solo somos posibles a partir de un óvulo y de un espermatozoide, más un cuerpo producto de ambos, que le permita respirar al nacer para integrarse por dentro y por fuera en la empresa familiar de la Vida mediante dos realidades imperescindibles: cuerpo y mente unidos por el alma, el cable de trasnmisión con el espíritu infinito y estable en el perenne eje parmenidiano, del eterno 'panta rei' que nos descubrió Herácllto de Éfeso. La falta de cualquiera de los tres elementos básicos haría imposible a la misma humanidad como especie. Y digo yo, ¿cómo estaría este Planeta si toda esa inteligencia y esos recursos tecnológicos robotianos y estupendos se empleasen en crear y hacer posible el bien común que nos muestra la Ética, desde Aristóteles hasta Kant, como mínimo? Por ejemplo consiguiendo que la fusión del atómo que no contamina y no genera radioactividad letal, como lo hace la fisión actualmente siendo un peligro nuclar total, se conviertiese en energía para mover motores, producir electicidad, calentar y refrescar hogares, cocinar, poner en marcha ordenadores, frigos, lavadoras, radio, tv, equipos de sonido, circular en vehículos de todo tipo, sin destrozar el medio ambiente, como lo hace hasta ahora el uso de los carburantes. Ese logro sí que sería ético y desde luego mucho más inteligente y eficaz que trabajar como orcos "expertos" solo en inventar rarezas y forrase cuanto antes con las patentes, of course! Ojalá lo hagan antes de que esto pete...

 

Ciberderechos Una inteligencia artificial no puede ser dueña de sus 'creaciones' 

Un reciente caso planteado ante la Oficina Europea de Patentes deja claro que sólo un ser humano puede ser titular de una creación registrable. ¿Veremos algún día a la inteligencia artificial como sujeto de este tipo de derechos?

Recreación artística de una inteligencia artificial.
Recreación artística de una inteligencia artificial. Pixabay

Imaginemos que un algoritmo basado en inteligencia artificial genera de forma 'autónoma' una solución para diseñar un envase o recomendar un producto. ¿Quién puede patentar eso? En diciembre, la Oficina Europea de Patentes (OEP) estableció que sólo un ser humano puede patentar una creación, en una interesante interpretación razonada de la normativa vigente.

En este caso, dicha oficina rechazó solicitudes de patentes al interpretar, en primer lugar, que "sólo un inventor humano podría ser inventor" en el sentido del Convenio Europeo de Patentes. Y en segundo lugar, determinó que "una máquina no puede transferir derecho alguno" al solicitante de la patente.

Hasta entonces, en la UE no se había prohibido expresamente conceder derechos sobre las obras generadas por la inteligencia artificial.

Así, según informaba la OEP en una nota del 21 de diciembre pasado, denegaba las solicitudes "EP 18 275 163" y "EP 18 275 174", en las que quien pedía ciertas patentes designaba como inventor a un sistema de inteligencia artificial denominado DABUS, supuesto "creador" de un recipiente para la conservación de alimentos y de un sistema de recomendaciones avanzado.

Esta interpretación de la OEP frena la pretensión de que una patente europea puede recoger como "inventor" una máquina de inteligencia artificial; el solicítate argumentaba que las invenciones habían sido creadas de forma autónoma por DABUS y, de hecho, presentó tal solicitud en varias jurisdicciones.

El abogado lucense e investigador en Derecho Miguel Vieito, que se confiesa un apasionado en temas de tecnología y ética, tuiteó recientemente esta resolución. En conversación telefónica con Público, Vieito razona en una línea similar a la OEP: "No se puede comparar cómo funcionan los comportamientos instantáneos de un ser humano al de una máquina, porque los primeros sencillamente no se pueden computar", afirma.

"El área de la inteligencia artificial me gusta, también las implicaciones jurídicas que puede tener, y me llama la atención el abordaje que hace la Unión Europea a la llamada 'personalidad electrónica', que trata de ajustar a las normas éticas sobre este asunto, cosa que existe desde hace unos años", afirma el letrado, quien, sin embargo, se muestra escéptico ante cualquier titular que ensalce la inteligencia artificial o el llamado 'machine learning' como algo comparable a la mente humana.

La cuestión profunda radica en que un sistema informático, como tal, no tiene capacidad legal ni es sujeto de derechos. Algunas jurisdicciones, como la británica, recogen algunos supuestos específicos. Por ejemplo, el artículo 9.3 de la Ley de Derecho de Autor, Diseños y Patentes, dispone lo siguiente: "En el caso de una obra literaria, dramática, musical o artística generada por computadora, se considerará que el autor es la persona que realiza los arreglos necesarios para la creación de la obra".

No existe una normativa vinculante sobre 'personalidad electrónica' en la UE, sino que hay orientaciones que se redactaron hace unos años sobre el asunto, especialmente en lo que toca a las posibles responsabilidades civiles.

En un artículo de 2017 publicado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés) ya se abordaba este asunto, que concluía que los responsables del fruto de una inteligencia artificial determinada deberían ser quienes la manejasen como herramienta, y no tanto los desarrolladores de la misma.

"Es que ésa es una cuestión importante", comenta Vieito, "es decir, dónde ponemos la responsabilidad de una acción, si en el desarrollador de la herramienta, el propietario de la misma, el usuario, en el hardware o el software...".

Por tanto, ¿puede ser un robot 'dueño' de sus actos? "Mi postura es muy crítica con respecto a la inteligencia artificial, no comparto el entusiasmo exacerbado de algunos que ven un futuro inmediato en manos de máquinas, me parece una interpretación muy sesgada", comenta el experto, que plantea la posibilidad de que una máquina totalmente autónoma es un escenario muy poco improbable en el futuro.

"Para mí, el escollo de llevar el comportamiento ético a un programa informático es la comprensión humana de cómo se genera ese comportamiento, es decir, por qué algo es ético en realidad; y para poder programar (emular) eso tienes que entender primero cómo se genera ese comportamiento", sostiene el jurista, y añade: "El origen del pensamiento crítico, algo que aún desconocemos "¿Se desarrolla en la infancia? ¿Es ambiental o innato?...".

De momento, y tal y como dice la Oficina Europea de Patentes, un sistema de inteligencia artificial no puede ser dueño de una patente ni puede ceder esos derechos porque, para empezar, no es un sujeto de derechos como tal. 

No obstante, Vieito rompe una lanza en favor de incluir el comportamiento ético a cualquier desarrollo tecnológico desde el diseño, para intentar luchar contra los sesgos: "Hay técnicos a quienes la ética les parece un palo en las ruedas del avance de sus desarrollos, pero no se debe dejar de lado este aspecto: la tecnología no puede limitarse a solucionar un problema determinado abstrayéndose del resto de la realidad". 

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