El primer poeta filósofo natural y ecologista de nuestro Occidente traumatizado: Giovanni Bernardone o Francesco d'Assissi para l@s amig@s y su incaducable y cada vez más actual Cantico delle Creature al que esta vez Angelo Branduardi con su exquisita sensibilidad, pone música a las palabras del autor...Una visión comunitaria y fraternal de la vida y de la creación: hermanos elementos, hermano cosmos, hermanos astros, il frate vento, il frate fuoco che ci illumina la notte, hermana tierra ella è chi ci sostenta e ci governa, vari frutti lei produce, molti fiori colloriti, verde l'erba...sorella nostra acqua, ella è casta, molto utile e preziosa, hermanas plantas, hermanos animales, -incluido il lupo di Gubbio con el que Francesco llegó a un acuerdo para que dejase de comerse los ganados y por el que los granjeros en vez de darle palos y querer matarle empezaron a darle de comer cuando al pobre lobo el invierno no le permitía cazar para alimentarse-. Felices quienes sean capaces de perdonar y soportar todo lo más chungo que les pase por amor y comprensión de las debilidades humanas, porque esa actitud será su pasaporte sin fecha de caducidad para el viaje sin retorno a lo más hermoso de la vida en todas sus variantes. Luego se refiere con cariño y bendición a la sorella morte corporale de la que nadie puede escaquearse,o sea, scappare. Y termina diciendo que benditos sean aquellos que caminen en la paz, a los que la hermana muerte no puede hacerles ningún mal, sino abrirles las puertas a nuevas y sorprendentes experiencias multiversales.
Es como el reconocimiento de una especie de código sutil y perenne que tod@s llevamos pre-inscrito en el alma, como el iris en las pupilas o las huellas dactilares, o los genes, una serie de pistas que nos revelan que somos únicos, que nadie, ni siquiera los hermanos mellizos están repetidos en su esencia, ese mismo código de luz que cuando el mensaje completo se va materializando y comprendiendo nos permite que el alma desarrolle una conciencia extensa sin barreras ni juicios ni prejuicios, igualmente única e irrepetible, que a su vez nos conecta con la dimensión sin fronteras del espíritu, ese wifhi infinito que nadie puede manipular ni controlar, y que, si así lo queremos, podamos despertar, abramos los ojos y atemos cabos. No tiene nada de religioso, ni de dogma, ni de ideología ni de atadura, solo es experiencia por sí misma, que nos ayuda a componer el canto más completo a la libertad y a la alegría del bien común, tarde lo que tarde en realizarse. Ese estado de conciencia es la energía, el combustible no contaminante y gratis, para el camino de regreso a lo mejor y más completo de nosotr@s mism@s.
Si tras leer estas líneas reescuchas la canción, te podrás llevar un buen pellizco de algo muy sabroso y alimenticio, el hamarretako o el hamaiketako de la jornada, que dirían en Euskalherría.
Buen domingo y ¡Qué aproveche, familia!
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