sábado, 5 de febrero de 2011

LA INQUISICIÓN A SU DISPOSICIÓN

El Vaticano procesa al teólogo Pagola por un libro sobre Jesús

La investigación ha sido impuesta por el sector ultra de la iglesia española

JESÚS BASTANTE MADRID 05/02/2011 08:00 Actualizado: 05/02/2011 13:41


El teólogo José Antonio Pagola dice no sentirse 'ni mártir ni profeta'.

El teólogo José Antonio Pagola dice no sentirse "ni mártir ni profeta".

Vuelven las condenas, las quemas de libros y las persecuciones. Cinco siglos después, la Inquisición regresa en todo su esplendor. La Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) ha abierto un proceso contra el libro Jesús. Aproximación histórica (editorial PPC) del teólogo vasco José Antonio Pagola, para establecer si es conforme con la doctrina de la Iglesia.

Se trata del último eslabón de una cadena persecutoria de la jerarquía eclesiástica que recientemente tuvo como víctimas a José María Castillo, Juan José Tamayo o Marciano Vidal, en España, y a personajes internacionales de la talla de Leonardo Boff o Hans Küng, todos ellos defensores del Concilio Vaticano II y de la libertad de opinión en la Iglesia.

Sector ultra

La investigación romana ha sido impuesta desde el sector más ultra de la Conferencia Episcopal Española, comandado por los obispos de Córdoba, Demetrio Fernández, y el de San Sebastián, José Ignacio Munilla, con la supervisión del portavoz episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, y el plácet del cardenal Rouco Varela.

La polémica se ha avivado además porque el libro se ha convertido en un best-seller religioso (más de 80.000 copias, además de ser traducido a nueve idiomas), y cuenta, además, con el nihil obstat (nada que oponer) y el Imprimatur (autorización canónica) del ex obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte. Pero nada de ello ha servido para que la Conferencia Episcopal lograra la intervención y retirada del texto, y la apertura de un proceso contra Pagola.

Prudente silencio

José Antonio Pagola, que a lo largo de estos meses ha mantenido un prudente silencio, reconoció hace unos días que la editorial (vinculada a los marianistas) había sido obligada por la Conferencia Episcopal a retirar los 6.000 ejemplares todavía en circulación. Incluso, señalan algunas fuentes, se exigió un "certificado de destrucción" de los mismos.

El teólogo confirmaba la apertura del proceso en Roma: "Lo asumo como algo esperado, pero no me siento ni mártir ni profeta. Trato de ser un creyente que desde su pasión por Jesús trata de contribuir a una Iglesia más evangélica al servicio de un mundo más humano".

A partir de ahora, se abre un periodo largo y lento, basado en el secretismo. El teólogo desconoce cuáles son exactamente las acusaciones que vierte el Vaticano contra él. Este tipo de procesos únicamente recurren al acusado para un interrogatorio que no puede preparar, y para anunciar su condena o su absolución.


(Noticia tomada del diario "Público", en la edición de hoy, sábado 5 de Febrero, 2011)


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NOTA DEL BLOG:

Casi no queda nada que añadir. Sólo una pequeña reflexión: Si somos un país democrático y libre. Aconfesional. Si estamos por el respeto a los derechos humanos y siempre del lado de la defensa de la dignidad de la persona, ¿es lógico que el gobierno y las fuerzas políticas no abran la boca ante este atropello de los derechos y la libertad de conciencia de un ciudadano español, al que se le ha obligado a retirar y a destruir un libro absolutamenete inofensivo, por parte del Vaticano, sin más motivo que hacer una reflexión sobre la figura de Jesucristo? y aún más ¿merece un papa inquisidor que nos gastemos una millonada sacada de nuestros impuestos, en su próxima visita a Madrid? Bien está el respeto a la mayoría católica, pero ¿por qué esa iglesia no hace lo que exige a otros?, ¿qué daño puede hacer un libro que reflexiona con inteligencia y sabiduría sobre la figura de Jesús de Nazareth? Prefiero pensar que no lo han leído y han actuado a la ligera. Porque si lo han leído y lo condenan es que son mucho más ineptos de lo que aparentan y no comprenden absolutamente nada de su propia teología. ¿Hasta dónde piensan llegar estas miserias inquisitoriales en pleno siglo XXI? ¿Y aún se extrañan de que los templos están vacíos? Y más que se van a vaciar. Se merecen que todos los sacerdotes y religiosos decentes y seguidores del evangelio, planten los hábitos y se salgan en masa. Seguro que se quedan en cuadro, porque esa iglesia se mantiene en pie por los que callan, trabajan en silencio y aguantan la intemerata. a ver si espabilan y acaban con esta comedia, en que a los seguidores de Jesús se les margina y a los pederastas sólo se les cambia de parroquia.

Si una iglesia ni siquiera es capaz de respetar los derechos humanos más elementales, como el de opinión y expresión, y protege a los abusadores de niños, ¿quién va a creerla? ¿quién va a valorar el mensaje que pretenden dar entre censura, condena y complicidad delictiva?




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