jueves, 17 de febrero de 2011

No comment

La mejor terapia para quitar basura de en medio no es extenderla, sino eliminarla. Así que me apunto a la operación indiferencia. Reflexionando sobre el impacto ambiental de los rumores y cotilleos sin identificar ni comprobar, es mucho mejor ignorarlos y compadecer a los enredadores. Que ya tienen bastante consigo mismos. Los seres sanos y libres ya no pertenecen a esos tinglados. Antes o después la vida nos da lo que nos hemos currado y nos coloca en el lugar justo. A todos, sin excepción.

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