Sobre la libertad democrática
Son muchas las interpretaciones de la vida en común que caben en la palabra libertad. Dentro de ella establecen sus relaciones los acuerdos entre el yo y el nosotros, los límites, el espionaje, la opresión, el respeto, la confianza, el reconocimiento y las posibilidades de futuro. La democracia y la cultura moderna consolidaron las ilusiones humanistas que pusieron en duda las verdades sagradas del feudalismo. Fundaron una idea social de las libertades que se hermanó con la igualdad y la fraternidad. La libertad supuso un marco regulado, un contrato social de convivencia en el que cada persona debería desarrollar su vida dentro del bien común y de acuerdo con su propia conciencia.
La libertad necesita de la igualdad para no convertirse en una moneda falsa. No es posible hablar de libertad cívica y social si no existe un marco de igualdad en la educación, la cultura, la economía, la salud y los derechos políticos. Tampoco se puede hablar de igualdad cuando la libertad no sostiene ni da sentido a los acuerdos de convivencia. Por eso resulta indispensable la fraternidad. Sólo los vínculos humanos de las ilusiones compartidas permiten una verdadera relación democrática entre la libertad y la igualdad. La crispación es siempre un arma calculada para destruir la convivencia.
La ilusión democrática ha sufrido imperfecciones, crisis, debates y guerras. Persiste la conciencia de que nunca ha podido desarrollarse de forma plena, pero también la voluntad de no renunciar a un empeño de justicia humana que equilibre las palabras legalidad y legitimidad. Las interpretaciones sobre la libertad son el corazón razonable de este empeño.
En los EE.UU y en Europa hemos vivido una dinámica neoliberal en la que se ha pretendido que la palabra libertad olvidase su marco social ilustrado de igualdad y fraternidad en beneficio de una idea de manos libres, una economía cada vez menos regulada a la hora de establecer el negocio de los mercados y los mecanismos de producción y especulación. Esta idea de la libertad ha ido poco a poco confundiéndose con la ley del más fuerte, haciendo que las inercias económicas, como diría José Luis Sampedro, se preocupen en hacer más ricos a los ricos en vez de solucionar la pobreza de los pobres.
No es extraño que la libertad entendida como ley del más fuerte derive en autoritarismo. Los que viven maltratados y a la intemperie pierden su confianza en la política, asumen el grito de sálvese quien pueda, acaban por admirar a los triunfadores que están pisoteando sus vidas y renuncian a las ilusiones democráticas de igualdad y fraternidad en favor de consignas identitarias absolutas, fanatismos que sustituyen el conocimiento compartido e informado de la realidad por el imperio de los bulos. Y las élites, que habían intentado hacer compatible su riqueza abusiva con los sistemas democráticos, caen en la tentación de acomodarse a las banderas autoritarias sin calcular sus efectos autodestructivos. Se consolida así una derecha independentista de la convivencia social que asume un proceso radical para separarse de la democracia, la libertad, la igualdad y la fraternidad.
La riqueza y la pobreza se heredan en esta situación, pero la democracia no. De padres a hijos pasan las fortunas y las miserias en un mundo que limita el diálogo y el ascenso social, pero no pasa la democracia. La herencia democrática es una herencia institucional, un edificio social en el que se acaban rompiendo los lazos entre la legitimidad y la legalidad si se envenenan los cimientos y las vigas de la convivencia. Una democracia deteriorada es aquella en la que la crispación sustituye a la fraternidad, en la que la información es desplazada por la manipulación y en la que se permite, bajo el argumento de despolitizar la justicia, que se judicialice la política para robarle la soberanía a los parlamentos. El perverso bloqueo del Consejo General del Poder Judicial en España es un buen resumen de esta dinámica de deterioro de la convivencia democrática.
Y la consecuencia del deterioro puede ser la autodestrucción. Es muy grave que en 2023 hayan entrado en las instituciones democráticas españolas gobernantes con autoridad para imponer la censura y prohibir en sus localidades obras, por ejemplo, de Lope de Vega o de Virginia Woolf. ¿Quién va a destruir España? La respuesta deberían pensarla bien no sólo los votantes en las próximas elecciones, sino los personajes públicos que se convierten en comparsas, los viejos enfurruñados, las diversas formas de populismo antipolítico, el poder económico y la derecha democrática que le está abriendo las puertas institucionales a las nuevas versiones del fascismo.
Federico García Lorca, un poeta asesinado, nos pidió que gritásemos amor, amor, amor, hasta que se nos pongan de plata los labios. La tierra da sus frutos para todos.
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Comentario del blog:
Comparto por completo estas reflexiones más que necesarias, imprescindibles, de nuestro admirado hermano poeta.
Sólo quisiera comentar algunos matices acerca del concepto ilusión. Un término que con el uso de tantos siglos se ha ido desgastando e infiltrando en el inconsciente colectivo, de un modo tan sutil que aún con tantos milenios de manejo no se ha calibrado adecuadamente la "normalización" usuaria de su esencia semántica o semiótica como la llamaba Umberto Eco.
Es fundamental que aprendamos a relacionar los vínculos entre lo que pensamos y además decimos y hacemos y lo que es o no es en realidad. Es decir, conocer el significado original, las referencias y la genética de las palabras que utilizamos, porque ellas son la brújula y el mapa del inconsciente personal y colectivo, que a la hora de la verdad lleva la voz cantante de la realidad convivente. Para eso, sin duda, están lo que Isidoro de Sevilla hace unos 1.390 años, llamó "Etimologías". O sea, el origen, el cuajo de la semilla lingüística de las palabras, del verbo que se hace carne y habita entre nosotros, influyendo desde el vocabulario en nuestras vidas mucho más que nosotros en sus raíces. El lenguaje es el útero y la gestación del entendimiento interpersonal, por eso, precisamente, la escritura, la lectura, el diálogo, la conversación y la escucha, son los fundamentos de la humanidad y de la convivencia. De la vida entre los seres humanos. Por eso los libros y la imprenta, son fundamentales en nuestra evolución. Podéis leer un libro maravilloso escrito por Irene Vallejo "El Infinito en un junco", seguramente esa lectura puede ayudarnos a trascender limitaciones impuestas por el atrezzo cultural de cada época y a ser más universales y menos resignados.
Basándome en esa experiencia multisecular del hábito que hace al monje, y no del monje que se fabrica el hábito que necesita, quiero insistir una vez más sobre el uso tan abundante en plan positivo y hasta constructivo de la palabra ilusión, si nadie nos ha explicado ni demostrado su contenido endotóxico. Algo que ya deberían explicarnos en la escuela desde la infancia. Un proceso silencioso e inconsciente, pero demoledor, que ha ido cambiando de traje y disfraz desde hace tantos años y siglos que ya hemos olvidado lo que significa en su origen. Imaginemos que la palabra mierda y el verbo enmierdar, dentro de tres o cuatro siglos, para la humanidad del futuro acabasen significando "tarta de cumpleaños", celebrar el cumple, o "belleza" o "inteligencia", ponerse guapos y ser un Premio Nobel. Pues algo similar le ha ocurrido a la palabra ilusión. En su origen latino, es una reminiscencia del verbo illudo, en voz activa de la 3ª conjugación, que se enuncia así: illudo- is- ere, illusi- illlusum. Significado: jugar con los demás abusando y engañando, echar a perder, derrochar, ultrajar, deshonrar, burlarse,ridiculizar,chancearse insultando...En fin. ¿Cómo con esos ingredientes podríamos cocinar un menú comunicador que nutra, alimente, sea sano y se pueda digerir sin problemas energético-psicoemocinonales? El problema más gordo y grave es desconocer el poder del significado fundamental de lo que pensamos, decimos y compartimos hablando, escribiendo y leyendo, o sea de la energía que movilizamos con la palabra, con el verbo que se hace carne al compartirlo, ya sea para bien o para mal, ese uso es cosa del libre albedrío, de cuya energía nadie nos explica nada mientras nos revolcamos inconscientemente en sus ondas energéticas.
Lo que menos conviene a la humanidad es hacer de la ilusión un logro posible, una buena referencia inalcanzable, pero capaz de poner en marcha la voluntad para adquirir beneficios en distintos planos, que si no nos ponemos en marcha en el aquí y el ahora sólo serán twits al vacío cantamañanas. O sea, en dejarse arrastrar por la imaginación, sin saber a qué manivela le estamos dando ni qué botón estamos apretando o ninguneando. Sólo sabemos que "la ilu" mola mazo. Y sobre todo que nos saca de la rutina mental y emocional, para no aburrirnos ni cabrearnos con la realidad que nos agobia y no atinamos a encarrilar. Ignoramos o tal vez olvidamos, que la ilusión no es nada existente, es una casa imaginaria, e imposible, sin ladrillos, sin muros, sin tejado, sin pavimento, sin puertas, sin nada...Lo peor del caso es que los poderes de este mundo, utilizan la ilusión social del planeta para jugar con la mentira, la seducción del dinero, las medias verdades, el sí pero no, el ilusionismo viento en popa a toda vela, como La canción del pirata de Espronceda.
Una vez expuesto el diagnóstico, vamos al tratamiento liberador:
a) Antes de elegir el concepto y la vía por las que hemos decidido dejarnos llevar, consultemos el significado lingüístico y el valor ético y energético de las herramientas semánticas a nuestra disposición. Podemos elegir entre "ilusión" o conocimiento real entusiamante. En su origen griego antiguo "entusiasmo" significa: inspiración, intuición realizable con altura de miras que va más allá de lo solamente privado, que llena de energía realizadora que contagia lo mejor, iniciativas que se ponen en marcha, que agrandan e iluminan las vías de conexión y realización, lo que en la antigüedad clásica se atribuía al contacto con "los dioses", algo que en realidad sólo era y es una manifestación de las conciencias más abiertas y despiertas, "inspiradas" por energías profundas y por ello, poco habituales en la vida diaria de la antigüedad y que ahora se pretenden atribuir a la I.A.
b) Una vez descubierto ese territorio profundo, pasemos a la realización nada ilusoria, y tracemos un plan en el que cuente lo mismo el valor de nuestra realización que la de cualquier otra iniciativa que no sea sólo cosa nuestra, de modo que si encontramos por el camino hermanos y hermanas cuya inspiración, logros y entusiasmo mejoran y agrandan nuestro horizonte creativo, disfrutemos y canalicemos junt@s lo que cada ser humano pueda aportar al bien común, al conocimiento y a la evolución más acertada, constructiva y amorosa de todo el engranaje.
c) Iremos comprobando, en el nuevo estado de conciencia, que la ilusión en ese nuevo mundo no sirve para nada, ni se echa de menos, sino de más, porque la propia realidad la ha jubilado y toda nuestra energía y entusiasmo inspirador se emplea en la construcción de una Tierra Nueva y un Cielo Nuevo, pero no desde fuera, sino desde dentro de tod@s Nosotr@s. Y entonces comprendemos de repente o pasito a paso, que hemos hecho un cambio irreversible. La ilusión nos sacaba de la vida real para volar como globos de gas, que se pierden o estallan por cualquier pinchazo y la desilusión es el resultado. Sin embargo, en la onda del entusiasmo profundo y compartido, no hay vuelta atrás. Ha habido una reconversión energética, que ni los años, ni el cansancio ni los problemas tienen poder alguno sobre ella. Y lo más alucinante es que todos y todas somos necesari@s para que ese nuevo plano vaya adelante, pero ningun@ es imprescindible. La libertad y su vuelo constante en la luz y el amor, hace milagros. Algo que la ilusión nunca puede realizar, porque su proceso está basado en el ilusionismo que nos hace percibir realidades ficticias, trucos de magia, que embaucan y entretienen, pero nunca llegan para quedarse, porque en realidad sólo existen un instante, siempre desaparecen porque no son.
d) Observemos qué ha sucedido en la política española los últimos cuatro años. Ha sido la primera vez en nuestra historia, en que por fin, una cooperación entre iniciativas sociopolíticas ha logrado pinchar el globo ilusorio del bipartidismo caducado para dar paso al entusiasmo de la cooperación sorofraterna por encima de intereses partidistas o hegemonías centradas sólo en su pinchado globo ilusorio para convertirse y reconocerse como células del mismo tejido o como dedos de la misma mano.
e) El nuevo mundo que necesitamos urgentemente ya está aquí y la ilusión como lastre sólo es la rémora en modo cuentacuentos de un pasado que prefería soñar ilusiones antes que realizar objetivos verdaderamente humanos, comprometidos, creativos, dinámicos y regeneradores, no para mantener los mismos pifostios desoladores y vacíos, sino de una vida nueva que sólo espera nuestra cooperación para manifestarse en todos y todas.
O el Nosostr@s o se acabó lo que no se daba porque sólo se vendía a quien podía pagar, claro...y no sólo en plan económico, también y sobre todo, en plan psicoemocional, mental, afectivo, laboral, familiar, vecinal...Humano en trámite de lo divino, que lleva en marcha la intemerata y ya toca que nos diga "Aquí estamos, familia querida, desde antes de que el tiempo y el espacio hicieran de las suyas a todo trapo, universo va, metaverso viene...locoverso se atasca, se machaca y se suicida queriendo forrarse...Ahora, toca la nueva bifurcación porque la luz que somos no necesita empresas que la conviertan en negocio, es el regalo del Infinito repartido en minienvases vivos e intercomunicados en la única red del amor y del cariño sin fronteras. O sea, en vosotr@s como presente que despierta y futuro que transciende"
Casi ná.
Bifurcación a tope, ya mismito...Adiós entropía, hola, liberación regeneradora y luz gratuita al por mayor, sin forring office añadido!
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