Pues sí, resulta que sí, que se podía, y que a pesar de los peores augurios, anoche se pudo conseguir el empeño de Sócrates en la propuesta platónica del diálogo. Allí estaban los siete colores de la bandera global representados por siete seres humanos con sus propuestas electorales, mejorando lo presente y demostrando que, efectivamente, la excepción ibérica del guirigay y el pifostio como única regla de desentendimiento político y social, es no sólo superable, sino complemente vergonzosa, innecesaria y desechable.
Lo que tiene el equilibrio es que facilita la armonía y lo que tiene la armonía es que en los seres humanos con conciencia y neuronas disponibles, limpia legañas emocionales, zarrapastrosas y hasta estratégicas, en el caso Feijóo, y por ello permite la visión completa del panorama por complicado que se presente y que las iniciativas conciliadoras desdramaticen y faciliten la escucha, la comprensión y la integración por encima del caos y su más que demostrada inutilidad, aunque para algun@s retrasad@s evolutiv@s, se pretenda utilizar como estrategia. Cuando hay buena pasta, un buen horno y un buen chef, el menú siempre será digerible e incluso agradable de ingerir y de saborear. Es lo que presenciamos anoche en TVE. El chef se llama Xabier Fortes. Su profesionalidad sólo es posible cuando hay conciencia despierta organizando las cualidades, la ética y la profesionalidad. De ese modo se consiguió que cada participante pudiera expresar libremente sus ideas, propuestas sanas, depredadoras o simplemente mediocres y desfasadas, fuera de tiesto, sin juicios ni condenas, sin insultos ni destrozos como efectos secundarios. Más que nunca en la comunicación de este ahora es imprescindible el equilibrio, la inteligencia obligatoria de la moderación firme y serena, que no se impone con violencia, sino que a base de verdadera inteligencia se logra generar y que sea accesible y respetable hasta para quienes carecen habitualmente de capacidades para la escucha y el respeto a lo diverso, e incluso a lo opuesto, convirtiendo la pelea bronca del debate en la reflexión mayoritaria e inteligente del diálogo, la herencia pragmática de Sócrates que Platón convirtió en texto.
Sin duda hubo una diferencia abismal de sensibilidades y de puntos de vista, como era de esperar, pero al mismo tiempo, una mayoría de almas y conciencias experimentables se fue expandiendo en el plató, segregando equilibrio, libertad y respeto, con la imprescindible ayuda del maestro Fortes, que lejos de imponerse, solo servía serenamente al reparto del recetario ético del Bien Común, por encima de emociones e ideologías devotas o agresivas. Ese conjunto de elementos en la receta compartida consiguió que todo se pudiese expresar sin indigestar a unos y dejando en ayunas a otros, como sucedió en el fracasado menú de Antena Tres, el pasado lunes, donde el desastroso y miserable boicot de Feijóo a Sánchez lo único que logró fue que el mismo barrizal lanzado contra el enemigo, que a estas alturas de la evolución humana debería ser compañero de camino, si esto que controla las Esppañas más cenutrias, fuese de verdad una democracia y el Bien Común el programa y el resultado de cualquier iniciativa social, política, económica y cultural que pretenda aportar algo, en vez de exclusivamente barrer para adentro y , de paso, forrarse en el emppeño...como viene siendo "lo normal" desde que la fórmula Cánovas/Sagasta se puso en marcha en el siglo XIX en el cortijo ppatrio de una tappadera monárquica como disfraz estatal...que, desde 1939, una dictadura de cuarenta años más otros cuarenta de secuelas, supo utilizar con la intención de que la cosa se alargue por los siglos de los siglos y cueste lo que cueste, mientras el pago y el cobro se quede en palacios y cortijos, ya convertidos en política marcada por el "talento" inigualable de dos apaños siameses, con apariencia diversa, pero idénticos e inseparables en sus fundamentos y resultados históricos, o sea, usando el engaño del pueblo como trampantojo de los mismos pedruscos de Atapuerca en los diseños de la Valltorta, Altamira, El Bruixot, o Morella la Vella, por citar algunos centros de referencia, pero la evolución no para y sin hacer ruido va abriendo centrales de energía en niveles cada vez más inasequibles a la manipulación y más exponenciales de la conciencia y sus luces inseparables e inagotables, que para colmo, se estimulan y se expanden cuanto más se les pretende destrozar...
Es en realidad el mensaje que la Revelación de Juan de Patmos, llamada Apocalipsis en griego, nos dejó como mapa y brújula para la humanidad, no sólo para las religiones, sino como inspiración y guía antropológica de un futuro inseparable y fruto del presente continuo como liberación constante del pasado y no emperrado en reproducirlo constantemente. No como un anuncio del fin del mundo, sino como bifurcación cósmica imprescindible en un determinado modelo de mundo, ya completamente insostenible por el empeño en vivir del apego ansioso al poder egópata e ignorando la luz y la felicidad completa del servir en al amor sin barreras.
Ayer noche en RTVE, hubo siete seres humanos que cumplían y certificaban el contenido de lo que Juan de Patmos adelantó hace 21 siglos, tomayá...Siete seres humanos, como las siete cartas a las iglesias y los siete chackras -ruedas de enrgía cósmica de nuestro cuerpo más sutil e inteligente...Cinco de los cuales están abiert@s y despiert@s ante el cambio imparable mientras l@s d@s restantes se niegan a dar el paso al frente, que ya no es cosa de intereses políticos ni religiosos ni comerciales, sino de puritita supervivencia. Quien tenga ojos que mire y vea, quien tenga oídos que oiga y escuche y quien tenga luces que compruebe la condición de la energía que las alimenta. No hay cabos sueltos ni en las rupturas ni siquiera en la destrucción de las guerras. La materia obedece a la energía y funciona como un búmeran, nos acaba devolviendo lo que lanzamos, no es castigo de ningún dios, es simplemente el funcionamiento inalterable entre causas y efectos, en un plano de la existencia que cuando más se tarda en descubrir e integrar, es simplemente un laberinto sin salida, que ni siquiera acaba con la muerte, sino sólo con el cambio profundo del autoengaño, a la realidad irrebatible, desde nuestro interior al infinito, desde lo individual a lo colectivo, desde la egopatía a la sorofraternidad universal, sin exclusiones.
Ayer en RTVE, hubo una manifestación preciosa de la conciencia y del alma verdaderamente humanas. Gracias a Matute, Esteban, Rufian, Aina, Patxi y también gracias a Gamarra y a Espinosa de los Monteros por ofrecer las pistas claras de lo que hay y de lo que puede dejar de haber, de lo que no hay y puede haber, si queremos o no que lo haya. Todo un arranque de lucidez y de opacidad a la vista y oído de tod@s, sin cortes, ni hostilidad ni bajezas y gracias a la conciencia ética y a la responsabilidad innegable y fértil de un servidor del Bien Común dedicado a la información: Xabier Fortes.
El 23J será la puerta de salida del quebranto hacia la nueva historia que nos merecemos inaugurar como auténtica democracia pacífica y noviolenta, empática e integradora, generosa y consciente de que el Amor es la clave de todo progreso verdadero, basada mucho más en el cariño y comprensión que en "la lucha" maldita, que requiere más bendición luminosa que negrura, agresividad y desprecio. Ayer me encantó comprobar que los cinco ángeles del cambio no juzgaban, no destruían, no atacaban, sólo aportaban realidades mejorables y un amor sano, sencillo y creativo, para todos y todas. Un verdadero regalo, del que no estaban excluidos los otros dos participantes, aún prisioneros de los viejos conceptos que se les inocularon desde pequeños y aún no les permiten crecer mientras se resistan a evolucionar, como hace el Universo, la energía y la vida verdadera...en realidad la praxis diaria del Evangelio aunque se le llame de otra forma,por ejemplo, Das Kapital como tituló Karl Marx el mismo mensaje euangellós, buena noticia de Jesús de Nazaret. En efecto, para el Ser Infinito no hay cabos sueltos, ni buenos ni malos, sólo familia universal. Descubrirlo dentro de nosotros y en el abrazo sofraternal es la clave de todos los milagros inimaginables, hasta que esa misma Realidad nos despierta por dentro y por fuera, para no volver nunca a la pesadísima y desesperante modorra antepasada. Igual que un pan una vez amasado, cocido y comido, nunca puede volver a ser la espiga ni la harina de los inicios...
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