lunes, 3 de julio de 2023

Paso a paso superando baches y tendiendo puentes la familia eterna sigue adelante en el puzle infinito


  

 Estamos viviendo unas fechas muy importantes con la celebración reivindicativa del LGTBI (lesbianas, gays, transesxuales,bisexuales). Es muy significativo que como símbolo universal se hayan elegido nada menos que los siete colores del arcoiris, la pluralidad cromática de la luz. La universalidad plural de los colores y sus vibraciones magnéticas. 

Convendría profundizar en el significado energético de las tonalidades usadas en la bandera que se identifica con el equilibrio en el tema del género. Cada color va acompañado, en el cuerpo humano, de un punto energético fundamental que los budistas llaman chakra (rueda). Siete colores, siete chakras, puntos de conexión energética entre la materia, la mente, las emociones, la conciencia y la luz cósmica que hace posible la vida cuyo sustento, equilibrio, origen y sentido  es el Espíritu. Cada chakra y cada color gestionan unidos un punto clave de nuestros cuerpos: 

1º Chakra, color rojo, situado en el coxis, al final de la columna vertebral. Su función es armonizar y sostener la actividad, la fuerza física, la motricidad y su dinamismo, trabajando en la materia directamente.

2º Chakra, color naranja, situado en el bajo  vientre regula la salud y el vigor que genera y protege la vida, también aporta  asimilación e integración energética.

3º Chakra, color amarillo, situado encima del estómago, influye sobre el hígado el bazo,las emociones, la asimilación de las experiencias y del conocimiento psicoemocional.

4º Chakra, color verde, situado en el centro del tórax rige el sistema cardio-respiratorio, potencia la energía de los brazos y las manos, los sentimientos, la generosidad, el cuidado de nuestros semejantes y el eterno rejuvenecimiento del amor, que sostiene la vida.

5º Chakra, color azul, situado en la garganta, rige la palabra, la voz como energía comunicadora y creadora del vínculo fundamental en nuestra especie: la palabra capaz de lo mejor y de lo peor.

6º Chakra, color índigo, situado entre los ojos, nos abre a la paz, a la capacidad de unir e integrar y de ver y valorar a nuestros semejantes como a nosotros mismos, siendo como unas gafas para el cerebro.

7º Chakra, color violeta, situado en la coronilla, una vez asumido el trabajo del chakra anterior, nos ofrece la riqueza omnipotente de la humildad, de la integración plena con el infinito y las llaves de la Casa Común. Amor sin fronteras. Vuelta a casa sin salida ni llegada. Porque el camino y su luz infinita es el propio y  sorprendente viaje quieto y danzante de la luz en el que no hay principio ni fin porque todo es aquí ahora.

Toda esta simbología de riqueza imprescindible está impresa energéticamente en la bandera LGTBI. Mucho más cerca de la dignidad inteligente que del orgullo, un concepto muy poco recomendable e inmaduro si es que se quiere despertar  y crecer de verdad. El orgullo es una expresión propia sólo del ego primitivo, que aún no es adulto, que sobre todo desea destacar, ser reconocido y valorado por la atención y la meritocracia  que se consigue, no por lo que se ES, sino sobre todo por lo que se exhibe para ser valorad@s y reconoicid@s. El Ser no necesita aplausos ni alabanzas, le basta con descubrir en el fondo del sí mism@, toda la luz y la energía que le impulsa, que le hace posible, que le equilibra, que le acompaña constantemente y le va abriendo caminos desde la luz, la comprensión, el perdón, la serenidad, la escucha, la empatía y la ausencia del resentimiento, de las comparaciones, los juicios y las tonterías valoradísimas como aportes fundamentales para el autobombo mucho más que para la verdadera autoestima imprescindible, por supuesto, como fundamento y resultado de la dignidad inherente e inseparable de la conciencia y del alma, de los derechos y de los deberes humanos. 

Realmente la bandera LGTBI con la riqueza cromática de sus valores debería ser el símbolo de toda la humanidad. 

No creo que sea casual el crecimiento y la reivindicación de la homosexualidad en este planeta a estas alturas de la involución humana. Seguramente es el modo inconsciente personal y colectivo en que nuestro camino evolutivo impulsa a solventar el gravísimo problema de la superpoblación en un planeta hecho puré que se está quedando pequeñísimo y arrasado, cada vez con menos recursos y posibilidades, si la reproducción de nuestra especie no se pone límites a sí misma. Tal vez por eso, en los últimos tiempos la homosexualidad se va haciendo cada vez más frecuente y normalizada en ambos sexos. El mismo hecho de que desde pequeños, haya cada vez más niñas y niños que no se reconocen en el formato  sexual externo de sus cuerpos y naciendo niños se sienten niñas y viceversa, da mucho que pensar acerca de la evolución y sus necesidades reproductivas. Es evidente que entre dos seres del mismo sexo es imposible reproducirse y posiblemente sea mucho más equilibrado, responsable y humanitario, renunciar a traer más víctimas al mundo, para en su lugar adoptar, amar, educar y cuidar a millones de criaturas abandonadas a su pésima suerte e ir descubriendo que amar en pareja  es mucho más que sexualidad, dependencia y ataduras, sometimientos, malos tratos, amenazas y hasta asesinatos monstruosos, y que sólo el sexo por rutina y sin amor no es más que atadura, intercambio visceral de secreciones y miseria pringosa. De amor tiene lo que Fejóo de clarividencia, Vox de lucidez y Sumar de negatividad, soberbia, ceguera  y sordera...O sea, nada. En fin...

Hay un aspecto muy clarificador en este estado de confusión con que nos embarullamos en la existencia material combinada con la energía inmaterial, pero imprescindible para la propia materia: ignoramos desde que nacemos hasta que logramos descubrirlo, que el espíritu que nos da la vida, la energía y la verdadera inteligencia, el equilibrio y nos hace crear felicidad, es andrógino. 

La diferencia de género sólo tiene sentido como mecanismo e impulso reproductivo para la existencia material de las especies. En animales y plantas el proceso reproductor es idéntico. El problema humano aparece porque esta especie nuestra no sólo funciona mecánicamente, en ella hay un nuevo ingrediente: la conciencia, que con el alma, incluye algo que las demás especies vivas hasta ahora, no poseen: la capacidad de elegir: el libre albedrío.El origen de la Ética. Lo que la Biblia hebrea definió metafóricamente como el árbol chungo del Paraíso Terrenal: el árbol del bien y del mal. Debido al implante de un nuevo nivel ontológico: el pack infinito que nos puede conectar consciente y directamente con nuestro origen, la materialización de la conciencia, a través de la energía espiritual que nos viene del alma y la percepción que nos aporta el conocimiento sostenido por el alma desde el espíritu: la consciencia. Del latín: cum scientia. Un legado cósmico concentrado y expandido en la energía del pensamiento hecho palabra: el verbo, el poder de comunicación que nos conecta desde el Ser y nos hace conscientes de nuestra realidad infinita en lo finito. Ni los animales ni las plantas lo tienen, aunque lo sienten, lo perciben y lo manifiestan.

Es un verdadero problema que nuestra especie aun no sea consciente de algo tan fundamental y desperdicie esa energía imprsecindible en la conexión cósmica, aferrándose a lo más primitivo sin descubrir lo esencial para su propia evolución. Seres como Lao Tse, Sun Tzu, Confucio, Sócrates, Pitágoras, Aristóteles, Platón, Hipatia de Alejandría, Hildegard von Bingen, Francesco d'Assisi, Maister Erkhart, Galileo, Giordano Bruno, Paracelso, Descartes, Spinoza, Kant, Hegel, Marx, Tolstoi, Einstein, Tesla, Prigogine, Gandhi, Luther King, Nelson Mandela, Michael Ende, Shidarta y Jesús de Nazaret, Mikao Usui y tant@s desconocid@s mundialmente, pero igualmente despiert@s  eficaces e imprescindibles en la sanísima invisibilidad pública del anonimato...han ido dejando pistas inequívocas y transfrmadoras a lo largo de la historia, señales y huellas sin firma, ni noticia ni orgullos, que están vivas en el interior de toda la humanidad, igual que las semillas dan lugar a las raíces y a todo el proceso vital de árboles y bosques, de cultivos y  cosechas que alimentan a millones de seres vivos.

Sólo hay que despertar y aprender a sumar para poder multiplicar y compartir  restando y disolviendo lo que sólo destruye porque ignora y aún duerme acunado por ilusiones y orgullos, que nos confunden y trastornan en vez de ayudar y cooperar en el proceso cósmico del amor y la luz. Padre, madre y familia infinita del Todo. Verdadero y único matripatrimonio real, auténtico, transmutador  e inagotable de la humanidad.

Será cuestión de ir evolucionando y madurando, no cabe duda. Y para ello es imprescindible respetarse un@s a otr@s, reconocerse como familia humana y permitir que los colores del arco iris junto a las energías cósmicas que los emiten y que las religiones derivadas de La Biblia llaman arcángeles, siete también, hagan su trabajo en nuestros chakras a través de nuestra almas, conciencias, con la inteligencia verdadera  del Maestro del Corazón.Hasta descubrir, un@ por uno y a la vez entre tod@s, que también formamos parte de todo el colorido y energía de la misma Luz Infinita, Amorosa  e Inteligente, en cada una de sus ondas cromáticas y desde ellas, crecer por dentro y regularnos por fuera, cambiar y transmutar sin destruir ni matar, transformando, reciclando, remodelando, renaciendo...superando los miedos a morir y desaparecer, los conceptos cuantitativos de "perder" y "ganar", pues el Ser no muere, sólo cambia de ropa y de ondas. Por eso es imprescincidible el reconocimiento de nuestra condición anímica y consciente, espiritual, sin confundirla con las religiones ni con las ideologías, y mucho menos con los intereses dominantes nacidos del temor y la perenne amenaza del castigo, que deriva del concepto controlador del poder. Lo que llamamos "dios" jamás ata ni doblega ni juzga ni castiga: es La Luz y La Vida, fuente inagotable de Amor sin límites. En realidad la humanidad es una expresión genérica e innumarable del "Hijo de Dios", experimentando caminos nuevos, como muy bien resume Jesús de Nazaret en la parábola del Hijo Pródigo. Que no se trata de un dogma, sino de una explicación metafórica y entendible de nuestra realidad hereditaria  y de lo que hacemos o no con ella. 

Si no despertamos nos quedaremos en un estado tan patético como niños y niñas que aún no han aprendido ni estudiado nada fundamental y básico para seguir adelante estancados en la ceguera, porque nunca van a la escuela de la Realidad, sino que llevan siglos y siglos viviendo pegados al ordenador de los instintos rentables y explotadores, gestionando una enorme y planetaria central nuclear que no para de crecer...con todo lo que ello supone...Un Chernobil globalizado e incluso convertido en negocio deshumanizado, un desalmado capitalismo  demoledor súperdivino de la muerte, nunca mejor dicho..., mientras se niegan las secuelas medioambientales de su "sabiduría" Wall Street fashion con repercusiones rusas, chinas, ucranianas, sirias, israelies, turcas, emiráticas y lo que sea, con tal de que Don Dinero, ese poderoso, enlodado y miserable caballero, siga al frente del negocio planetario...Ains, Quevedo, qué ojo!!! Y con una obsesión completita: quemar en la hoguera, combatir, descalificar y penalizar a quienes, con las mejores propuestas y coordinación sorofraterna les avisan de la que se está liando y hasta  proponen ideas magníficas para el cambio a mejor, una cooperación y una escucha, un sumar, un compartir ya imprescindible, una comprobación en común de causas y efectos para  reflexionar junt@s antes de tirarse como especie desde la azotea  espacio-temporal, sin haber descubierto siquiera esa Vida y esa Luz inagotables que en realidad son la fuente del Ser. Una pena, pero la Luz y la Vida, siguen y seguirán adelante en la inmensidad del Espíritu, sin cuyas herramientas nada puede existir si primero no hay consciencia del Ser. O sea, de que el Otro y la Otra son también Yo fundid@s en el Nosotr@s, nos guste o no. Y por ello, en realidad energética y también científica, nada humano es ajeno a nadie. El Planeta está cantando La Traviata, Aida, Tosca, Nabucco, Turandot...y ya su voz se apaga entre calimas y polución...Pobrecico nuestro! Y ppara colmo un pp en plan suicida con tal de morir matando y llevarse el trofeo zombi al desimperio de ningunaparte, al  agujero negro en el que acaba el marrón...Menudo black out.

¡Cambiazo ya, porfis!

                                 Niña, Niño, Globos, Vistoso, Arcoíris

                                     

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