jueves, 19 de enero de 2012

La pedagogía de las escuchas

La clase corrupta está que muerde. Ha ganado en las urnas después de ocho años de calumnias, intrigas, retorcimientos y cinismo inimaginable. Horadó la moral de los ciudadanos con un goteo erosionador a base de críticas, hostilidades, zancadillas, descrédito, cerrazón e insensatez. Empleando una propaganda enfangadora y goebeliana contra la que es imposible luchar, por una razón clarísima: las personas honradas nunca aceptan entrar en tales podredumbres ni luchar con las mismas armas y métodos. Prefieren perder antes que ganar de un modo tan indigno, delictivo y obsceno, que en sí mismo ya sería haber perdido todo lo más valioso de uno mismo. La decencia. La honestidad y la honradez. La dignidad que hace acreedores y merecedores de los derechos fundamentales como el respeto y la libertad. Valores que para los corruptos no sólo no lo son, sino que además de ser obstáculos inútiles y nada rentables, son propios de "tontos solemnes" y de incapaces. Según ellos ¿qué se puede esperar de un gobernante que renuncia a ponerse las botas con prebendas?

Bien, pues, una vez derrotado estrepitosamente el contingente "enemigo", el botín ha llegado rebosando el premio adecuado. El crack de Valencia. Autonomía "modelo" que ha sido el bastión y la fortaleza de su triunfo. Valencia, el símbolo PPero por antonomasia, es hoy un bono-basura económico en perfecto acoplamiento con la porqueía amoral que ha generado y en la que se ha enlodado hasta las cejas. Quienes votaron a estos bucaneros de la torpeza se están encontrando en la ruina por impagos. ¿Si no pagan a las empresas "amigas" a las que han adjudicado obras y provisiones a diestro y siniestro, dónde ha ido el dinero? A sufragar eventos insignificantes y cutres con cientos de millones. A la larga tan ruinosos para el erario público. Al fondo del partido y a los bosillos de un Bigotes correoso que está dispuesto, según sus propias afirmaciones, a darle al presidente Camps "por todos lo sitios", aprovechando, quizás, la coyuntura de que el susodicho presidente ha confirmado con delirio freudiano quererle "un huevo".
Pases de dinero en todas direcciones. Millones de euros acumulados en la gürtel de la locura, paseos en descapotable de Rita y Paco en olor de ecclestonidad. Dispendios a base de deudas que al fin comprará el Corte Inglés para que los funcionarios puedan seguir cobrando. Y por fin, liquidación del enemigo más peligroso: el juez Garzón, a manos de los magistrados amigos y camaradas de despendole nacional-peperista. Magistrados deseosos de dar un escarmiento al defensor de la memoria histórica y de la transparencia social. El cluedo y el monupoly pperos iban viento en popa. Los plazos para que la justicia actuase se retrasaron al plazo electoral. Todo iba sobre ruedas. Hasta que las escuchas han vuelto , como el Zorro o como un búmeran según Iñaki Gabilondo, a dar el golpe de gracia -en este caso, de desgracia- a esa cueva de Alí Babá intocable y amurallada, excepto para las escuchas de la policía judicial.
Y llegan por fin los días en que los ciudadanos encuentran en las noticias la voz incorruptible y disfónica de Garzón, explicando con una certeza de abecedario, paso por paso cada decisión, cada hecho y su porqué y la ley que lo ampara y lo justifica. Y llegan también los testimonios y la escucha pública de las escuchas. Y la reacción de los abogados del fraude que intentan condenar el único método legal que puede desvelar los pozos negros y apestosos de la corrupción pagadora y "benefactora" de mafias leguleyas. Abogados blanqueadores, como detergentes de lavadora, pero no sólo de camisas y de trajes, sino de dinero paradisiaco-fiscal. Los trabajadores de la Ley, cargándose la Ley. Y el tribunal, que se autotitula "supremo", amparando y cooperando con la maniobra de distracción estratégica.

Ante esta atrocidad jurídica, los habitantes de Valencia y de España entera se quedan de piedra. No sólo por lo que están oyendo, que es heavy a base de bien, sino por la clase de elementos que ha conseguido llegar al poder, tanto por sus votos como por sus abstenciones. Y la España consciente y decente, que también existe, presencia desolada la llegada trágica al presente de aquel futuro que tanto le preocupaba antes del 20N. También la confirmación de sus temores. Estas elecciones van a ser y están siendo la apertura de la caja de Pandora. El fin de una era horrible, pero también el inicio de un tiempo doloroso y liberador.

Estas elecciones pasadas equivalen a un 23F, a una revulsión política y social que está poniendo en claro las oscuridades de la cúpula corrupta, escondida en el blanqueo de sus tejemanejes y ese "quien es quien" que los ciudadanos necesitaban conocer como agua de mayo.
O sea, nos está intentando gobernar -por ahora sólo nos está recortando nada más- una peña capaz de mover y usar tales recursos para llegar al poder que era y es su única meta. Lo han corrompido todo. Todo. No se escapa ni la monarquía. Y cuando han conseguido lo que querían, se hacen los puritanos y los legales. Dan la espalda a la quinta columna de minadores, tanto de vanguardia como de retaguardia que les ha facilitado la escalada monclovita. Se olvidan de ese Camps tan admirado y valorado hasta hace dos meses que ahora escucha las escuchas en el banquillo de la deshonra, mientras la voz de los amigos queridísimos, compañeros de prebenda, a los que confesaba que lo que había entre ellos era eterno y que duraría por los siglos de los siglos, le ponen de vuelta y media de móvil a móvil a sus espaldas con un pitorreo añadido que es aún más humillante.
También pasan de Rita envuelta en bolsos, depuradoras y emersas. Pasan de Fabras varios y además amenazan con que la vara de Montoro los va a crujir vivos por decreto ley, considerando delito el mismo défict, con cuyo despilfarro fueron aplaudidos, agasajados y bendecidos por la diosa fortuna mientras Valencia era el fuerte draconiano que los amparaba y sostenía, hasta cuando en Madrid hacían aguas la Ehpe y Gallardonophis I, a la greña, amenazando con un cisma al que Mariano temía más que a un tsunami. Eran días de vino y fallas. De puente de las flores. De delikatessen a la chufa, que auguraban ministerios futuribles y muchos más beneficios prebenderos y prevaricadores adjuntos per se a los cargos. Pero, mira por donde, las escuchas lo han tirado todo por los suelos. Han cantado La Walkiria, La Traviata, Tosca, Nabucco, Aida, Il trovatore, La Boheme, Madama Butterfly, Pagliacci, y "Così fan "tutti", por supuesto. Sólo "L'elisir d'amor" parece que les ha fallado en el último momento. Porque la crisis y doña Helga, la gestora austro-germánica del Palau de les Arts, no se han puesto de acuerdo en el coste del atrezzo, dadas las complicadas traiciones del último movimiento. Y el derrumbe total de escombros de la comunidad cleptómana mucho más que autónoma.
Al fin y a la postre ya se empieza a ver el plumero y la calaña de los "ganadores" que con el tiempo y el permiso de las agencias de rating, quizás nos gobiernen algún día. Son como Cepión, el romano que quería conquistar la Lusitania. Para eso necesitaba que Viriato, el estratega de la zona, desapareciera y por fin, un trío despreciable de soldados lusitanos incitados por el cónsul con la promesa de una recompensa le mataron a traición mientras dormía. Cuando los judas en cuestión fuero a cobrar su paga, el general romano, les miró con desprecio y les dijo "Roma no paga a traidores". Eso es lo que el PP ganador está haciendo con el PP autonómico que más daño ha hecho a España con tal de destrozar la carrera política de Zapatero. Sin darse cuenta de que en su ciega prepotencia corrupta y convencido de su impunidad, estaba cavando su propia fosa. A todo cerdo le llega su San Martín. Pero también este caso pone en evidencia la catadura moral de quienes con tal de ganar se alían con quien sea y al precio que sea, para luego dejar tirado al cómplice del que se han beneficiado. No se sabe quién es peor. Seguramente son iguales. Y Camps en el lugar de Rajoy habría hecho lo mismo. Ya lo hizo con Costa cuando le destituyó de un plumazo cuando salieron las escuchas por primera vez. Para luego readmitirle bajo la presión del chantaje. Lo dicho, basura quintaesenciada por ambas partes.

Ah, las escuchas. Terror de delincuentes emboscados en las poltronas y venganza suprema que los dioses sirven bien fría. Las escuchas. El último recurso indiscutible y meridiano que le queda al desamparado por la justicia convenenciera, frente al abuso de los ganapanes del Postiguet. Las escuchas son como José Mª el Tempranillo, las bandoleras buenas que saquean y ponen en el balcón del juzgado, las vergüenzas de los poderosos apestados por la corrupción y consiguen dejarlos en cuarentena, para que los pobres e indefensos ciudadanos puedan respirar sin tener que soportar ese chanel putrefacto que emanan los farsantes de cuerpo trajeado, ética missing, huevos en subasta gurtelera y alma corrompida.

No es nada extraño que Garzón tenga tantos enemigos en el poder, pero también muchos más amigos entre los oprimidos por ese mismo poder. Que Dios le bendiga y le permita seguir trabajando para que llegue un día en que todo se pueda escuchar limpiamente, porque no exista la maldad, y nadie tenga que temer ser escuchado. Ni procesado por escuchar injusticias denunciables que ya sean sólo un pésimo recuerdo de un pasado indigno y cutre.

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