viernes, 24 de septiembre de 2010

Ateología

¿No será que tanto mareo teológico ha creado una coraza tan espesa que lo ha enturbiado todo? Con lo claritas que están las Bienaventuranzas como programa de liberación.
Hubo un tiempo en que me compliqué la vida a base de leer y estudiar teología, que no sólo me embarullaba muchísimo, sino que además acababa por aburrirme y dejarme vacía. En un retiro de silencio comprendí. Y me dediqué a seguir en mi vida diaria, en mis opciones sociales, en mis relaciones, en mi trabajo, un consejo de Jesús que las iglesias han olvidado y que me ha resultado impecable e imprescindible para comprender con el ser, lo que la mente bloquea y el afán por tener el seguro a todo riesgo de la verdad, estropea: "Si no os haceis como niños no entrareis en el Reino".
Estaba clarísmo.Dos mil años llevaba escrito.Lo había refexionado y escuchado durante años. Pero mi corazón, mi alma y mi mente nunca lo habían visto bajo la luz del que es el camino, la verdad y la vida,sino bajo "el magisterio" de otros.
Dejé los maestros del parvulario y me pasé a El. Al Maestro que resultó que vivía conmigo sin que me hubiese dado cuenta mientras perseguía a los que me contaban cosas sobre Él sin indicarme como podría encontrarle.
Era natural. Ellos tampoco sabían donde estaba no como dar con Él.
Me salí de sus templos y entonces,en la paz y en el silencio, lo encontré. Y desde entonces le encuentro en todos. Hasta en los templos vacíos. Hasta en medio del caos que provoca el despiste generalizado en esta Galaxia Gutemberg,aldea global de lo periférico. Patio de recreo sempiterno para ninños viejos,que aún no saben que el evangelio se estrena cada día o no es el evengelio, sino un cuento-nana, para dormir mejor.

25/09/10 08:27

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