domingo, 29 de diciembre de 2024

Muchas gracias, hermano Juan Carlos Monedero, por este regalo tan necesario y reflexivo como la luz, el aire y la tierra. La vida sin reflexión=sin conciencia, es más una penitencia y un autocastigo que una oportunidad, vamos, una especie de biberón sin leche. Es posible que el aparente error de Descartes no fuese ese "pienso luego existo", sino "pienso y existo, luego, ¿Soy?" Porque nuestra esencia no es sólo la apariencia del existir, del sentir ni del pensar, para todo ello, es tan necesario como imprescindible el SER. En realidad, literalmente, Descartes lo expresó así: Cogito ergo sum. Pienso, luego Soy (del verbo essere/sum, no del existere/existo, dos referencias semánticas parecidas pero no idénticas) No es lo mismo Ser que existir. Las cosas, los objetos y los hechos sólo existen, transcurren, están y parecen, pero sólo el Ser tiene una naturaleza completa, integrativa, amplia, nada espectacular ni ruidosa, sino universal y sin barreras, al mismo tiempo que concreta y permite expandirse sin invadir y comprender sin presionar ni lavar cerebros ni arrastrar emociones, sin necesidad, de hacer negocios ni rituales -el 'religare' latino-; gracias al Ser es posible el sentimiento, la fusión evolutiva entre emoción y razón. Imaginemos al Ser como la lavadora y el tendedero que nos permiten ir vestidos y limpitos para poder convivir y no enfermar ni contagiar a los demás por la falta de aseo. La clave esencial del caminar humano. Esa energía se ha tratado de explicar durante milenios a base de dogmas, inventando dioses megapoderosos a los que tener contentos para que no se enfaden, creencias cegatas y enredos religiosos, tantas veces fanáticos y crueles, más basados en el miedo, "los misterios" y "las magias" arteramente manipulados por los beatos expertos, eso sí, con la mejores intenciones, que en la experiencia humana y divina, viva y directa, sana, limpia y tal cual. Tal vez si logramos despertar -como los niños, las flores o los jilgueros-, conservando al mismo tiempo la serenidad de los verdaderamente adult@s, lleguemos a otra conclusión al despedirnos de 2024 convirtiendo el desastre en bendición, haciendo todo lo contrario de lo que hemos perpetrado durante milenios hasta llegar a esto: unas burradas que sin este modelo de des-humanidad(¡?) jamás habrían sucedido, porque gracias al desastre total habremos podido, por fin, oir el despertador y decir basta al desastre, como muy bien indica Ilya Prigogine, Premio Nobel de Física, Química y Sistémica en 1977, profesor e investigador, ruso de origen y belga de nacionalidad. Nosotr@s somos l@s creadores y creadoras de nuestro propio curriculum vitae o de todo contrario. Basta con parar, desconectar de la bulla mental, enloquecida y teledirigida por el caos, para conectar con el tesoro que llevamos dentro TODAS y TODOS sin excepción, para disfrutar y Ser el verdadero solsticio vital y global, comunitario e individual, logrando que la cámara funeraria de la estupidez y del agotamiento se convierta en el parque temático sorprendente, abierto a tod@s y de acceso gratis a la conciencia universal...Humilde, sana, sorofraterna , positiva, luminosa en lo más oscuro, recicladora a tope y feliz de verdad por completo, no a pellizquitos... ¡Feliz año nuevo, hermano Juan Carlos y mil gracias por compartir estas oportunidades con tod@s!

 

Opinión

Adiós, maldito 2024

Solsticio de invierno en la cámara funeraria de Newgrange
Solsticio de invierno en la cámara funeraria de NewgrangeX

Por Juan Carlos Monedero

Profesor de Ciencia Política en la UCM

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