miércoles, 1 de septiembre de 2021

No todo el monte es orégano, ni la eutanasia una imposición social de los estados laicos y aconfesionales. Al contrario, es el reconocimiento del derecho individual a dejar de sufrir sin esperanza ni posibilidades de curación y de alivio, no un descarte de nadie, sino la elección libre de cada ser humano que no esté dispuesto a ni capacitado para sufrir lo que ya no puede soportar. Precisamente quienes de verdad viven valores del espíritu, deberían comprender y respetar ese derecho a una mínima calidad de vida. Si el dolor, el sufrimiento y la enfermedad tienen tanto valor "santificante" para el catolicismo, ¿por qué Jesús curaba en vez de animar al sufrimiento de los enfermos, diciéndoles que mucho ánimo y mucha bendición, que sufrir es buenísimo para el alma y para que se hagan santos los que les ayudan? También los creyentes ricos 'necesitan' que haya pobres e injusticia social para darles limosma y ganarse el cielo... Modestamente, creo que tenemos que crecer y desatascar las tuberías, que ya no dan para más con los desechos de una historia sin reciclar en lo más importante pero adaptadísima a lo más básico y fundamental: la incomprensión de lo evidente siempre desde el amor y cada vez menos capacitada para regenaerarse desde los dogmas y los tabús. ÉlEllaEllo nunca es dogma ni tabú, sino experiencia profunda sin etiquetas ni envases, que nos abre, nos libera y nos transforma para siempre, sin amenazar ni oprimir. Sin juzgar ni castigar. Solo nosotr@s nos juzgamos y condenamos usando nuestra libertad para reforzar nuestras fijaciones, desechando y descartando lo que no entendemos o no queremos entender. Ains!

 EUTANASIA

El Papa relaciona la eutanasia con “una cultura del descarte”

“Los viejos molestan. Los enfermos más terminales también”, ha dicho el pontífice en una entrevista en la Cope, en la que también ha sido muy crítico con el aborto

La Cadena COPE ha emitido este 1 de septiembre una entrevista de Carlos Herrera al Papa Francisco realizada en Roma.
La Cadena COPE ha emitido este 1 de septiembre una entrevista de Carlos Herrera al Papa Francisco realizada en Roma.CADENA COPE / Europa Press.
El País

El Papa Francisco ha encuadrado la aprobación de la eutanasia en España en “una cultura del descarte”. En la entrevista que ha emitido este miércoles la cadena Cope, preguntado por la reciente aprobación de la norma que la regula, el líder de la Iglesia católica ha dicho que hoy en día “lo que no sirve se descarta”. “En el inconsciente colectivo de la cultura del descarte, los viejos molestan. Los enfermos más terminales también”, ha contestado cuando el entrevistador, Carlos Herrera, le ha preguntado “hasta dónde el hombre tiene poder real sobre su vida”, justo después de comentarle la aprobación de la ley de eutanasia en España. “Lo que pide la Iglesia es ayudar a morir con dignidad”, ha añadido el Papa.

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La ley de eutanasia fue aprobada en el Congreso de los Diputados en marzo, con 202 votos a favor y 141 en contra —los de PP y Vox—. España se convirtió en el quinto país del mundo en regularla, después de que lo hicieran Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá. Para solicitarla, el afectado debe “sufrir una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante” que le cause un “sufrimiento intolerable”, según el texto de la norma. Aunque se ha eliminado del título de la ley, regula tanto la eutanasia propiamente dicha —”administración directa al paciente de una sustancia por parte del profesional sanitario competente”— como el suicidio médicamente asistido —”la prescripción o suministro al paciente por parte del profesional sanitario de una sustancia, de manera que este se la pueda autoadministrar, para causar su propia muerte”—. En otros países donde la eutanasia es legal, su práctica supone entre el 1% y el 4% del total de fallecimientos anuales.

En su entrevista en la Cope, el pontífice también ha encuadrado el aborto en lo que ha calificado como “cultura del descarte”. Ha dicho que “los chicos no queridos” molestan “y se los manda al remitente antes de que nazcan”. “Yo me hago dos preguntas. ¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema? Y con estas dos preguntas que se resuelvan los casos de eliminación de gente por un lado o por el otro porque son un peso para la sociedad”, ha comentado Francisco.

Además, ha relacionado el descenso de la natalidad en Europa con las interrupciones voluntarias de embarazos: “Esa cultura del descarte nos ha signado. Signa a los jóvenes, signa a los viejos. Influye mucho sobre uno de los dramas de la cultura actual europea. En Italia la edad media es 47 años. En España creo que es mayor [en realidad es menor, 43,8 según el Instituto Nacional de Estadística]. La pirámide se ha invertido, es el invierno demográfico en el nacimiento, en el caso del aborto. Se mira el provecho, se mira andar adelante a veces usando la compasión, que no sufran”.

El Papa ha terminado su alocución sobre la eutanasia y el aborto con un relato cuya moraleja, ha dicho, es “lo que se siembra con el descarte se va a recibir después”. 


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Qué pena, hermano Jorge. Me recuerdas en estos juicios y llamando 'descarte' al derecho a una buena muerte elegida que no sea la que a ti te parezca bien, al joven rico del evangelio. Oras, pides, confías, amas a tu dios por encima de todo y cumples a rajatabla los mandamientos que se le atribuyen...pero cuando la realidad  te pone delante la comprensión de lo que hasta hoy no has comprendido, ni consta como precepto en esos mandamientos, o sea, cuando tienes que renunciar a tus seguridades y ataduras de siempre para seguir al Amor sin barreras ni ultimatums precocinados, es decir, a ese tesoro teórico que poseés y te da seguridad, ese mismo patrimonio heredado no te deja escuchar y seguir el toque profundo  del Maestro Interior, que te invita a renunciar a todos tus tesoros fidedignos almacenados desde la infancia en el archivo de una memoria más creyente y juzgadora de conductas que amorosa, más de tribunales que de mesa y banquete para tod@s en igualdad verdadera, el comedor infinito  en la casa eterna donde nadie es juzgado si no juzga, ni rechazado si no rechaza lo que le parece inferior y menos "perfecto",donde no se apedrean adúlteras y donde nadie puede ofender a dios, porque la ofensa peor es contra sí mismos. Nadie puede ofender lo que trasciende lo ofendible, lo que es comprensión y amor constante, por eso siempre es el/la últim@. 

¿Qué es peor, una eutanasia libremente decidida con serenidad, respetada y acogida con amor por tus familiares, amigos, personal sanitario, y por las leyes que no culparán a nadie de tu decisión legítima,  porque no puedes resistir una vida que ya no lo es y tus límites no dan para más, eres tú quien se "descarta'" o por el contrario, que te 'descarten' en una residencia de ancianos muy cristiana, eso sí, no llevándote al hospital para atenderte en una pandemia porque ya eres viejo y estorbas, eres un gasto para el estado e inútil para el rendimiento del capital invertido, por los catoliquísimos gestores de una derecha farisaica, que condena la eutanasia porque es mucho peor que su kakotanasia justísima? Y sobre todo queda fatal como creyentes en algo que nada tiene que ver con lo que luego hacen. 

¿Qué haría y diría Jesús ante esa situación? ¿Condenaría al oprimido por la enfermedad que ya no puede más y elige, como el hijo pródigo, volver a Casa sin hacer daño a nadie, o aplaudiría a los que dejan morir en solitario y sin atención a los mayores enfermos recluidos en residencias muy católicas? 

La vida material que conocemos no es un tabú ni una carga, es una oportunidad para despertar y crecer, para aprender a descubrir lo que nos ciega y lo que nos nubla e impide desarrollar la conciencia tanto individual como colectiva. Tanto el silencio como la idea, la palabra y la acción. Y descubrir la felicidad integradora de la coherencia transparente. Ese to be or no to be, that's the question, que propuso Shakeshpeare. Como explican e iluminan las parábolas del evangelio, indicando el mismo discernimiento en cada ejemplo. 

Descartar la eutanasia no es el remedio contra la lenta muerte social de los que sufren porque con trescientos euros mensuales de pensión no pueden permitirse vivir y mantenerse y además, ser enfermos crónicos y degenerativos totalmente indefensos en manos de una plaga devastadora e inhumana que les ignora y les deja morir hasta que el cuerpo se agota. La parte divina del ser humano es también la libertad de decir basta. 

¿Por qué fue Jesús a Jerusalén, como Ignacio Ellacuría a San Salvador,  a sabiendas de que los iban a matar? Porque ejercieron la libertad de morir por la causa de tod@s. Fue su decisión y se les quiere y venera por ello ¿Por qué un sacerdote en un campo de concentración nazi se ofreció libremente a morir en el lugar de un padre de familia? Porque eligió el amor y la solidaridad antes que su vida. Nadie les ha condenado por decidir morir por su cuenta sabiendo el riesgo que corrían. ¿Y qué decir de las guerras, en las que como canta en España el himno de la Legión el destino es "vencer o morir", y ellos mismos se llaman "los novios de la muerte", no es eso un verdadero instinto suicida sin que ni siquiera haya un padecimiento devastador que lo justifique? Ellos no solo se suicidan encantados, es que, además, para más inri,  lo hacen matando a quienes, como los pueblos bombardeados y destruidos,no quieren morirse como dicen y cantan ellos. Y ese ejército ¡tiene  capellanes castrenses.! Y la iglesia católica, evidentemente, está de acuerdo. 

Claro, se entiende, los concordatos son un filón. Si con todo ese tejemaneje se hace la vista gorda, e incluso, se está de acuerdo y se bendicen los ejércitos matarifes, mientra en las misas todos se dan la paz(¡?), entonces,  ¿Por qué una persona enferma crónica y sin remedio, que se siente un peso para su familia, que no pueden ni dormir por las noches para cuidarle, ni tener un descanso verdadero, tiene que ser señalada, marginada y condenada, encima, por solicitar la autanasia? ¿A quién le puede hacer daño la eutanasia? En el caso de que así fuese, solo es un daño privado, voluntario y personal, una elección libre, que no mata a nadie nada más que una vida que ya no tiene sentido para el que se va, ya antes de decidir irse. Si lo tuviese, la eutanasia no sería necesaria como solución a lo peor de la existencia. Por todo ello, no juzguemos y acojamos y permitamos que en los hospitales católicos de un país democrático quepan también nuestr@ familia plural, los hermanos y hermanas que decidan abandonar el campo de combate y lento exterminio que ya no pueden afrontar. El amor es así. No me lo he inventado yo, ya lo vieron hace siglos gente como Pablo de Tarso, por ejemplo, otro, que prefirió morir antes que venderse en la rebajas del Imperio. Y es que el amor, comprende todo, no juzga, y cualquiera de nostr@s aunque lo diera todo por sus creencias, si no tiene  amor, solo es un ruido que suena. El amor no busca su interés parcial, no toma en cuenta el mal, todo lo cree, todo lo espera, a todo le ve sentido y todo lo perdona antes de que le pidan perdón, e incluso, si no se lo piden. No es que se sea tonto, no, es que se vuela mucho más alto en la humildad que en las miserias de las falsas alturas. Antes de hacerme adulto -sigue diciendo dice Pablo de Tarso- hablaba, pensaba y razonaba como un niño. O sea, era inmaduro total. Al hacerme adulto dejé atrás la infancia y las cosas de niño. 

En fin, que está muy claro el asunto y de nosotr@s depende que se pueda o no. La conciencia es la escuela del amor, la siembra, el arado, el regadío, el abono y la poda, el amor es la cosecha natural del proceso despertador. Los frutos y el alimento para compartir y aprender disfrutando de todo, sin tener que pedir permiso a las autoridades competentes para que no nos juzguen, nos excomulguen ni nos llamen de todo menos list@s, guap@s e importantes, como reyes y reinas del mambo.

Respetemos al menos lo que está muy claro que no comprendemos todavía. No echemos más leña al fuego de los infiernos a domicilio. Todo llegará en su momento.. Mientras tanto, como dijo Agustín de Hipona, ama y haz lo que quieras. Pero ama de verdad, no solo de boquilla en el escenario y en las pantallas, para ir a un cielo al que nunca llegarás si antes no lo descubres aquí. ¿Es imaginable un "cielo" en el que se cierren las puertas a los vulnerables y débiles que lo han pasado tan mal como para decidir marcharse de este mundo  porque no pueden más,  pero que al mismo tiempo hace santos a gente que inventó las cruzadas, las guerras santas, la Inquisición, la devota evasión de  impuestos, la inmatriculación sine die o el cierre de puertas de asilo de sus edificios santos si se trata de acoger niños musulmanes que nadie quiere como en Ceuta? 


"Hay que encender la lámpara, hay que despertar, para que el mundo tenga luz y todos vivan en paz, ¿Quién quiere vino?"

Godspell



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