domingo, 19 de septiembre de 2021

Gracias, poeta, por estas reflexiones a florecida piel de lila en el jardín de la delicias. De El Bosco, claro! Es lo que tiene el arte...

  Verso Libre

El precio de la luz

Publicada el 19/09/2021 a las 06:00
Infolibre 

Nunca ha salido gratis la luz. En su alargado diálogo con el mundo, los seres humanos han pagado siempre un alto precio por ella. Los peligros de la oscuridad y el frío vienen con nosotros desde el principio de los tiempos, hasta el punto de que algunas tribus primitivas convirtieron en divinidades al sol, a la brillante luna y a las estrellas, ya que suelen repartirse de manera regular, aunque no de forma equitativa, los esfuerzos lumínicos del día y la noche.

Puestos a cantar a los dioses y a la luz, el cristianismo convirtió las creencias religiosas en un monopolio, apostando por un solo ser supremo y dejando sin oficio a la animada galería de astros, águilas y dignidades inmortales. La cultura clásica había caído en la tentación de empezar a indagar en las responsabilidades de la razón humana a la hora de buscar la verdad. Pero la iglesia medieval prefirió definir el conocimiento como la verdad revelada de una escritura redactada por el creador. Thank you for watching

Tampoco entonces la luz salía gratis. Iba Pablo a caballo camino de Damasco cuando un resplandor en el cielo provocó su caída rotunda, más tajante que cualquier caída de bolsa. Alto precio pagaron los mártires y los sucesivos herejes. En los inicios del humanismo, los filósofos sospecharon que había una trampa en la luz religiosa, que los relámpagos de la divinidad podían dejarnos ciegos, provocando así el apagón y la oscuridad.

La lucha contra las supersticiones volvió a subir el recibo de la luz. Antes y después del siglo de las luces, ese siglo en el que el pensamiento se hizo luz o ilustración, muchos pensadores pagaron un alto precio por el uso de la razón a la hora de combatir fantasmas y milagros (que así se llamaban entonces las realidades virtuales y las falsas noticias). La censura, la cárcel y las hogueras de la inquisición fijaron el precio de la luz en el mercado del conocimiento. Pero el conocimiento se abrió camino y fue posible encender una vez más el fuego que Prometeo había entregado a los seres humanos para resistir en su intemperie. En este caso la energía no era leña natural, sino los valores culturales de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Fue un gran avance…., aunque por desgracia no definitivo. Los plomos tardaron poco en saltar para convertirse en guillotinas y, arreglado después el cortocircuito, la palabra progreso tuvo una gran subida de tensión hasta el extremo de que la ciencia y la tecnología rompieron su contrato social con la dignidad humana. Más que trabajar para la convivencia justa se dedicaron a inventar armas de destrucción masiva, mecanismo de dominio y dinámicas de contaminación. Lo productivo fue un cuchillo de doble filo. En medio de la crisis de 1929, Federico García Lorca escribió en Nueva York: “La luz es sepultada por cadenas y ruidos / en impúdico reto de ciencia sin raíces”. Una vez sometida “al cieno” de los números y los negociantes, el precio de la luz sin raíces subía tanto, tanto, que no aprendimos la lección de la Primera Guerra Mundial. Estalló poco después la Segunda.

La posguerra inició una nueva época en la que el Estado del bienestar intentó llegar a un equilibrio entre los sueldos, los derechos y los recibos. Pero fue una voluntad que no resistió la avaricia de los neoliberales. Frente a la apuesta por cuidar la cultura y la educación, empezaron las élites económicas a invertir en analfabetismo. Se privatizaron empresas públicas, se fomentaron entretenimientos televisivos bajo cero, se costeó el descrédito de la política y la pérdida de autoridad del Estado, se convenció a la ciudadanía de que lo público no es eficaz, se llenaron los titulares de prensa y las pantallas de nuevas supersticiones, se apostó por la ley de la selva, se generaron zonas manipulables de pobreza, se alimentaron identidades supremacistas y se cortaron los lazos de la palabra libertad con sus hermanas energéticas: la igualdad y la fraternidad. Todo eso cuesta mucho dinero, pero acabó siendo una buena inversión para los que quieren tener las manos libres a la hora de defender sus negocios hirientes, excesivos, desproporcionados.

El precio de la luz es hoy inseparable de las inversiones en oscuridad y de lo productivas que acaban siendo las nuevas formas de analfabetismo. Hasta la lila puede convertirse en la mejor flor electoral. No pienso, luego sobrevivo. 

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Comentario de texto:  

La luz, sin duda, es una de las experiencias inevitables más definitivas que nos constituyen o nos devastan tanto por exceso como defecto. 

En primer lugar, su manifestación física es imprescindible para el mantenimiento de la vida, sin ella no es posible algo tan fundamental como la función clorofílica de las plantas que produce el oxígeno imprescindible para que la vida funcione y se pueda respirar. La luz de la naturaleza es imprescindible para la vida de todas la especies del Planeta. A partir de ahí, todo lo demás se queda en muy poca cosa. Pero la necesidad humana de referentes metafóricos ha tomado ese fenómeno lumínico como símbolo de iluminación y buen funcionamiento en todos los ámbitos. Se asocia a los estados anímicos e intelectivos más acertados y felices, a la belleza, a la armonía, al bienestar, al conocimiento, al equilibrio, a la inteligencia, a la creación en todas sus manifestaciones y al amor, para diferenciarlo de las pegatinas del primitivo deseo invasivo y demoledor que solo produce primero inquietud por la avidez y a continuación empacho y desinterés por la saciedad resultante del oscuro desorden manipulador de realidades. 

Es básico aprender a distinguir el uso de los abusos semánticos de las palabras, que no deben llevarnos a la confusión entre causas y efectos. La palabra ,que es la materialización de la idea, se corrompe cuando se manipula y se utiliza para confundir en vez de aclarar. Justamente de esa circunstancia deriva el caos como sistema de incomunicación manipuladora y bloqueante que acaba por retorcer el sentido de la misma existencia, reduciéndola a la más absurda vacuidad.  Entonces la vida solo se reduce a lo epidérmico, no hay nada muscular, óseo y estable articulado dentro de ella. Así todo es literal, y orteguianamente, mera circunstancia pasajera y divertida (divertere/ire significa distraerse, desperdigarse, desparramarse, desperdiciar).

En ese plan la vida humana se reduce a la caverna platónica. Una oscuridad "natural" encerrada en un recinto pétreo y obtuso, de espaldas a la salida, que solo conoce "realidades" y sombras reflejadas en la pared, ecos distantes y, tantas veces, deformes de una Realidad remota e impensable. Inaccesible en tal estado. El cine, mecánicamente, es un referente muy bueno de la situación. Por eso en las salas donde se proyectan películas reina la oscuridad solo soportable desde las butacas y la inacción, la incomunicación y el aislamiento que abduce los sentidos y la mente. Esto no es una condena al séptimo arte, ni mucho menos, sino una metáfora más para explicar la situación a que estamos sometidos por la propia inercia viviendo a oscuras desde el interior, aunque externamente todo sean escenas y sonidos que se suceden, e incluso seducen, y que percibimos desde la oscuridad interna, como en la sala cinematográfica. Donde la luz es un estorbo. 

Una cosa es la luz natural y otra la artificial. Hay una luz externa y otra interna. La externa va y viene, puede deslumbrar sobre todo cuando se sale de golpe de la oscuridad. La interna es suave y perenne, jamás deslumbra. Más bien actúa con modestia y discreción propias de la verdadera inteligencia cósmica o cuántica, vamos, en plan vela o linterna que hacen innecesarios los deslumbres, porque solo se limita a mostrar el camino, cuando lo necesitamos para no andar a base de ostias y batacazos con el entorno material e inmaterial, que tantas veces pueden ser fatales en todos los sentidos. Esa luz nos respeta. No invade ni ciega. Ni siquiera nos advierte de los errores, nos deja descubrirlos, solo se intensifica y nos muestra el peligro de lo irreparable, el error para la luz interna es una parte necesaria de su pedagogía. Es el fluido natural de la conciencia. Ella lo tiene clarísmo (es natural siendo luz!). Sin errores no se aprende ni se crece. 

Tener errores y superarlos aprendiendo no es lo mismo que vivir en el error constante convencidos de que lo que alcanzamos a ver es la única forma de existir y entender, porque no hay otras. Y que quienes viven en otro estado diverso al nuestro están fatal. Eso es producto del ideologismo y de la religiosidad como patologías.

La luz interna se encarga gratuitamente de esa pedagogía, que está a la libre disposición interna de todos los seres humanos, mientras la luz mecánica de los afueras está en manos del capitalismo desalmado y especulador, o sea de la performance de lo que solo existe y aun no Es. Por eso sube y baja, se entusiasma y se hunde, se enriquece y se arruina, exulta y se deprime, grita lo mismo con insultos que con vítores. 

Ni las religiones ni las ideologías nos pueden librar de ese estado, si nosotr@s no queremos ver y nos conformamos con la luz del recibo, sin plantearnos seriamente la necesidad imperiosa del autoconsumo lumínico para el que ya no existen los apagones ni la especulación. En ese plan toda capacidad de ver se reduce solo a la materia que desconoce las infinitas posibilidades de la energía en planos inconfinables.

No en vano a la inteligencia para ver y gestionar tanto materia como energía inseparables, se le llama lucidez y al hecho de descubrirla y utilizarla como el don que es, se le llama "tener luces", que evidentemente y por fortuna cósmica no tienen precio. Una cosa es que el cerebro esté enredado en flashes y otra, pensar de verdad. A eso se refiere Descartes cuando dice: Cogito, ergo sum y no cogito ergo ex-sisto, que significa manifestarse en el exterior, estar fuera).Mucho mejor Pienso, luego soy (sum). Solo cuando soy puedo pensar de verdad. Es decir, cuando tengo consciencia dejo de ser una cámara que solo graba y monta vídeos y películas. Enriquezco mi ex-sistencia con mi esencia,que en realidad es la esencia de todos y todas. Es decir, si de verdad pienso y soy, ayudo a que las cosas cambien a mejor cualitativamente y puede que hasta cuantitativamente por contagio energético ayudando a crear masa crítica que va despertando hacia la bifurcación sistémica y forzosa en el momento crucial en que nos encontramos. Así también me entero -nos enteramos- en la práctica y de verdad de qué va esto. Algo bastante más definitivo y sustancioso que sobrevivir para no encontrar ni descubrir nunca el Ser que soy/somos en realidad. El Nosotros que trasciende y regenera por el hecho de Ser y poderlo reconocer en el estar y en el con-vivir y compartir el mismo Ser, sin cobrar recibos y llenar bolsillos con la ruina de casi todos. 

Perderse esa riqueza entre ego y ego, es lo que tiene vegetar sin tregua entre pachanga, floklore y cabreo pseudopensante, A veces personal, a veces social. Y demasiadas veces en las dos modalidades. Pa que no nos falte de ná.

Y es que la verdadera luz no tiene precio. En eso se distingue del timo de la estampita eléctrica. Ains!!!!

  El Jardín de las Delicias |Floresyplantas.net

En esta metáfora pictórica El Bosco también muestra el paso de la luz y sus consecuencias en la humanidad que la gestiona en plan aquí te pillo aquí te estrujo, y lo que ocurre cuando la iluminación nos falla porque la claridad se ha utilizado para deslumbrar, electrocutar, achicharrar y consumir, no para ver y canalizar el potencial de los adentros, que todo lo aclara si le damos permiso, atención y cooperación. Es posible que con el flexo de estas aportaciones consigamos descubrir desde dentro cómo evitar que un mundo armónico, luminoso y agradable acabe en un vertedero, el amor en violencia de género, la educación en una anulación de conciencias, la política en una red de cloacas insoportable, la economía en un latrocinio, la sociedad en un manicomio, la convivencia en genocidio y la cultura y la inteligencia en intensa lluvia de barro que se lleva todo por delante en un plisplás. Podemos conseguir con la luz de verdad, que las ideas no sean jaulas para domesticar y aprisionar cualquier conocimiento hasta hacerlo rentable para unos y una ruina para otros. Y todo porque no se ha descodificado mayoritariamente la energía de la luz desde la conciencia que es el cableado del espíritu, la energía cósmica que nos hace posibles y de la que somos parte, obviamente. Nuestras capacidades lo tienen más que demostrado. Einstein y Tesla lo dejaron clarísimo. Pitágoras también. No estaban locos, es que supieron resolver el conflicto con la luz. Se negaron a pagar los recibos de la tontuna. Y ella, la luz, les dio una beca Erasmus para toda la vida.

Se diría que esta obra de El Bosco y el libro del Apocalipsis van de la mano en el relato y que incluso estén inspiradas por la misma experiencia comprobada in situ por los autores en lo que se refiere a los riesgos seculares de la humanidad dando tumbos al borde de los abismos autogestionados, si no descubre a tiempo su verdadera esencia, y no abandona los miedos, ni las pulsiones más demoledoras, ni las oscuridades patológicas, las ataduras encenagadas y "normalizadas" hasta como derecho de pernada del ppoder impperial de cada ciclo, las cegueras del apego ansioso y los trucos de feria, que se heredan y se revenden como patrimonio suicida de la humanidad. 

¿Acaso no es una pena que tenga que destruirse un planeta y el equilibrio riquísimo de una biodiversidad maravillosa, para que este cuadro y aquel libro no se queden solo en la fantasía creativa de sus autores? Sería espléndido hacer el cambio necesario para que esas obras se reduzcan solo a la imaginación de tiempos pasados y ya superados entre tod@s por los siglos de los siglos...Venga, ánimo, que si queremos, y sobre todo si amamos de verdad, con alma, conciencia y lucidez, sin manipular ni permitir que nos manipulen, lo lograremos! 

Y, familia, no lo olvides: 

el cambio no es imposible 

si la luz de los adentros 

nos conecta los fusibles...  

                                     🙏🙏🙏🙏🙏

 

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