Desde este surrealismo abuelístico que me despierta cada día, me atrevo a dejar aquí una sugerencia para el Ayuntamiento de Madrid. ¿Qué tal si en vez de una mascletá contaminante, destrozadora de tímpanos, nervios y atmósferas, flora, fauna y pulmones humanos, (Valencia en realidad, está hasta los pelos de tanto invento y negocio pirómano ya convertido en macro negocio folklórico, que ya nada tiene que ver con la carpintería ni con San José, que fue el inicio de los festejos falleros allá por el siglo XVII, más o menos), esa alcaldía madrileña tan de chotis y verbena, tan dispuesta a cualquier cosa celebrativa y bullanguera, organizase una jornada musical en la Plaza Mayor, en el Retiro o en el cauce del Manzanares, o en el Parque del Oeste, -al ladito de la calle Ferraz y del quiosco del PSOE-, y también celebrase esta Misa Campesina Nicaragüense mucho más laica que beata, o sea, mucho más de Dios que del ganado habitual y sus atentos vigilantes/sanguijuela, siempre a caballo entre política y religión?
Sería un puntazo que l@s madrileñ@s, con esa tradición jaranera que tanto les gusta y les define, agradecerían muchísimo, y en la que participarían encantad@s, seguro, incluso acompañando espontáneamente a los músicos y cantores con instrumentos y bailes...sanamente, sin partidos ni zascas pseudopolíticos de por medio. Y así, hacer posible que, ya sin más enredos, el verbo se haga carne y melodía, que habite y dance entre nosotr@s como lo más natural, como el pan nuestro de cada día, compartible, tierno, bien amasado en la mesa de la sorofraternidad y bien cocido en el horno de la igualdad, de la libertad verdadera, o sea, del Amor Universal, para poderlo repartir a tot el mòn en bocadillos de cariño, justicia y ternura...Como se nos da y podemos disfrutar el amor infinito en cada respiración que nos mantiene viv@s, a pesar del empeño (des)humano por todo lo contrario en las residencias madrileñas para abuelet@s, o sea, de acabar cuanto antes con todo lo que pillen...sobre todo si se tarda demasiado longevamente en alcanzar la fecha de caducidad de eso que llaman vida, por darle un nombre y no porque lo sea en realidad, ni en alma ni en consciencia, tan sólo en plan mecánico...Ainss!!!
Afortunadamente lo que llaman Dios no es controlable ni religadoramente negociable. Es sencillo, sorprendente y descolocador. Ni está oculto ni es "misterioso" como las artes "mágicas", sólo para bruj@s y mag@s expertos(¡?). Esa energía vital e infinita, transformadora, nos resucita constantemente, nos devuelve una infancia regenerada y feliz en la esperanza, hasta en medio del caos y la locura generalizada, sólo hay que entrar en la Casa Común de la sencillez y de la luz en el abrazo universal, donde nos encontramos tod@s, para comprender la vida y su esencia desde la base esencial y sin enredos, del amor sin fronteras. Esa acogida inmensa está dentro de nosotros y desde ahí elabora con nuestra participación consciente, sin duda, y nuestra disposición más abierta y animosa, los cambios y percepciones en el exterior como previamente sucede en el interior, el fenómeno y el noúmeno de Kant, en la misma luz ecológica y de lo más renovable...Una pasada!
¡Animo, Madrid, que si se quiere cambiar y mejorar, eso está hecho!
No hay comentarios:
Publicar un comentario