miércoles, 18 de mayo de 2011

El retorno de la esperanza

Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran...Miguel Hernández cantaba en su día estos versos llenos de amor y compromiso.
Ha pasado mucho tiempo. Hoy el despertar de la conciencia ciudadana es imparable, no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero. Crece la masa crítica de los conscientes, de los respetuosos, de los sencillos, de los solidarios, de los pacíficos. De los que resisten y son capaces de desobedecer con serenidad lo injusto, sin devolver mal por mal, como en la antigua escuela del talión, sino bien por todo. No se pide castigo para nadie, sólo que cambien o se marchen, o que cambien y se marchen si en ese cambio se descubre que uno no da la talla de lo que pretende como político o gestor público.
No se piden represalias, sino responsabilidades por la ineficacia y la corrupción y responsablidad universal y ética, como conducta. No es tan difícil. Es mucho más difícil continuar en este plan, donde se ha perdido el rumbo absolutamente. Un mundo globalizado en mafias financieras, injusticias flagrantes, desastres mediaoambientales, avidez y egoísmo como modus (mal)vivendi, ya no da para más. Ha llegado al tope máximo de degradación insosteible.
Es natural que los pocos beneficiados por la situación no vean la gravedad de la misma. Pero tarde o temprano serán igualmente víctimas de su error. Si todo se deteriora, no hay nada que quede en pie. Si matamos la vida y sus valores básicos no esperemos milagros ni económicos ni tecnológicos, ni arreglitos manu militari, como en Libia, Afganistán o Irak, o Palestina. O el Sahara. Si vivimos del envenenamiento en gotero, no nos rasguemos las vestiduras por Chernobil o Fukushima. Nos lo estamos ganando a pulso. Si se gasta una millonada, que bien empleada podría solucionar todas las necesidades básicas que crean inestabiliad social y migraciones en precario, en tecnología terrorista para alterar el clima o el magma de la tierra con una red satelital, con vistas a usarla como arma de combate, no nos extrane que eso se venda despues, en el mercado y se utilice por trust privados con intereses económicos, políticos o ideológicos, o simplemente caiga en manos de locos y paranoicos, que por una fijación cualquiera o una manía, provoquen desastres sin ni siquiera medir las consecuencias de sus actos, ya que no poseen la capacidad ética para llegar a ese nivel de conciencia. Como han hecho con la economía y el mercado.
Por eso es tan importante este movmiento inteligente. Ya no es una masa desesperada la que quiere una revolución violenta, sino un conjunto crítico de ciudadanos reunidos por la solidaridad consciente, los que están reflexionando con serenidad, y haciendo su cambio personal. Ya no piden que se les conceda nada, exponen que tienen un plan, que saben lo que quieren y avisan a los represetantes políticos para decirles que si no se adaptan al cambio, tendrán que irse y la ciudadanía empezará su andadura en otro registro más participativo y menos fraudulento. Y el poder actual tendrá que reflexionar muy seriamente sobre el nuevo estado ciudadano. No se trata de ideologías, de votos ni de demagogias que ya nadie escucha ni desea. Se trata de dar la talla o de no darla. De ser o no ser.
De momento, los ciudadanos han elegido SER y ESTAR, despiertos y presentes en la relidad de hoy. Y eso es un reto tremendo para una "clase política" completamente fuera de la realidad, que vive en los mundos de yuppy, que no conoce lo que trata de gobernar, tratando de gobernar lo que no conoce. Y ya los desgobernados, hartos de ineficacia, de que "la clase politicante"no sepa distinguir un regalo normal de un cohecho, ni un juez de un delincuente, ni un banco de la cueva de Alí Babá, ni un parlamento de un gallinero, ni un ejecutivo del FMI de un sátiro asalta camareras hotel, se han decidido por intervenir directamente. Empezó Islandia, la ha seguido Bélgica, los paises árabes, movidas en Francia, Inglaterra, Italia y Espana...todos, -menos Libia, agredida por dos tiranos a la vez, el propio y el advenedizo-, han tomado un rumbo de cambio;en fin, que la cosa se mueve y se mueve para bien. No sera fácil, desde luego. Pero es la única salida que el planeta tiene para ecuperarse. Y lo conseguirá. Lo conseguiremos. Seguro.
El cambio está en marcha. La primavera del mundo está empezando a dar senyales clarísimas. Bienvenida sea!

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