martes, 29 de marzo de 2011

Soluciones positivas. Un soplo de esperanza.

La storia bussa in Sicilia

Gli occhi sgranati dei migranti che arrivano sulle nostre coste e il rombo dei caccia in volo per le operazioni in Libia ci costringono a uscire da una lunga distrazione. Con gli immigrati, la storia bussa alla nostra porta. E ci dice che quanto sta accadendo nei Paesi arabi non è solo un problema che dobbiamo accantonare prima possibile. E', piuttosto, un'opportunità.


Il Mediterraneo considerato, a torto, per decenni solo un parco di antiche civiltà scomparse è tornato ad essere un luogo strategico per la pace e l'economia mondiale. E noi ci siamo in mezzo. Ci accorgiamo adesso di avere usato in questi anni la questione Mediterraneo solo come un espediente retorico, un diversivo per ottenere altro.


Abbiamo parlato di area del libero scambio, di alleanze economiche e culturali fra le due sponde del Mare Nostrum ma tutto è svanito come una bolla di sapone. Ci aspettano giorni in cui non si può più continuare a vivere di retorica, né tantomeno di astratte rivendicazioni.


Siamo la porta d'Europa per gli immigrati. Perché mai non lo siamo anche per le merci che vengono dall'Estremo Oriente? I barconi carichi di profughi attraccano dappertutto, le grandi navi porta container hanno bisogno di porti attrezzati. Perché, dunque, non rilanciare il ruolo strategico dei nostri porti, Augusta anzitutto?


C'è una nuova, grande chance di formare le classi dirigenti dei Paesi arabi ospitando i giovani di quei luoghi nei nostri atenei. Che fine ha fatto l'ipotesi del Politecnico del Mediterraneo per cui la Regione stanziò diversi milioni di euro nel 2008?


Viviamo una emergenza che ci sveglia dall'inerzia e ci costringe a cambiare rotta. La storia bussa a casa nostra, cogliamo non solo i disagi, ma anche le occasioni di sviluppo che ci offre.

Giuseppe Di Fazio. (www.lasicilia.it)


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Traducción:

"Los ojos desencajados de los inmigrantes que llegan a nuestras costas y el rumbo de los cazas en vuelo de las operaciones militares en Libia nos obligan a salir de una larga distracción. Con los inmigrantes la historia llama a nuestra puerta. Y nos dice que lo que está ocurriendo en los paises árabes, no es solamente un problema que debemos arrinconar lo antes posible. Ès, al contrario, una portunidad.

El Mediterráneo, considerado por decenis ,equivocadamente, sólo un parque temático de antiguas civilizaciones desaparecidas, ha vuelto a ser un punto estratégico para desarrollra la paz y la economía mundial. Y nosotros estamos en medio. Nos damos cuanta ahora de aver estado usando en estos años la custión Mediterráneo sólo como expediente retórico, una excusa para obtener otras cosas.

Hemos hablado de intercambios libres, de alianzas económicas y culturales entre las dos orillas del Mediterraneo, pero todo se ha desvanecido como una pompa de jabón. Nos esperan tiempos en que no se puede seguir viviendo de retórica ni tampoco de reivindicaciones abstractas.

Somos una puerta imprescindible de Europa para los inmigrantes. ¿Por qué no lo somos también para las mercancías que vienen de Extremo Oriente? La pateras cargadas de prófugos atracan por todas partes, los grande barcos contenedores necesitan puertos bien preparados , ¿por qué, entonces, no rehabiltar el papel estratégico de nuestros puertos, sobre todo Augusta?

Hay una nueva posibilidad acertada de formar a líderes entre los jóvenes más capacitados de los paises árabes, acogiéndoles en nuestros ateneos. ¿En qué acabó la hipótesis del Politécnico del Mediterráneo, en la que la Región Sicliana invirtió millones de euros en el 2008?

Vivimos una emergencia que nos despierta de la inercia y nos obliga a cambiar de ruta. La historia llama a nuetra casa, acojamos no sólo los sinsabores, sino también las ocasiones de desarrollo que nos ofrece"

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No estamos solos. Ni los sicilianos ni nosotros. No estamos locos cuando afirmamos que cada problema trae su solución implícita. Que sólo hay que pararse, relexionar, observar, escuchar y abrirse a lo nuevo. Sin miedo. Con disposición de acogida y de aprendizaje, nunca para dar lecciones, sino para recibirlas constantemente. Con el convencimiento de que es mucho más lo que ignoramos que lo que sabemos. Así dejamos abiertos los caminos, despejadas las entradas de lo que está por descubrir.

Ya no podemos descubrir continentes inexplorados en el Planeta, pero antes que huir por los espacios siderales en busca de nuevas zonas que colonizar y esquilmar, nos queda por descubrir el continente humano. La mayor y sorprendente riqueza que tenemos. Y realmente la única que vale la pena descubrir y desarrollar porque con ella, tenemos la llave del universo en nuestro poder.

Conseguido el bien común, nada es imposible para el hombre. Porque la humanidad desarrollada y armonizada es la orquesta y la partitura siempre nueva en la musica del infinito.


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