martes, 22 de marzo de 2011

Los Midas de pacotilla y el laberinto genocida

Ya está liada. Por enésima vez. Esta gendarmería de occidente si no tiene una guerra a mano, no es feliz. No va cara al aire. Necesita bombardear, invadir, aplastar. Levantar tiranías cooperantes y luego defenestrarlas en cuando intentan dar una nota en otro tono. ¿A caso Gadafi no es el mismo de hace unos meses, el propietario de dineros invertidos en los mundos financieros de yuppy? ¿No ha sido recibido en las cortes del gran Tamerlán de la pela fácil, con honores de sultán y jeque millonetis, excéntrico y aparatoso, acampando como un emperador del cutrerío chachipiruli, en medio del estupor ciudadano, que se queda de piedra cuando de la noche a la mañana, se le da la vuelta a la tortilla mediática y se le hace aparecer como un diablo enfurecido y matador?

Y de fondo nosotros, los ciudadanos de una Europa cada vez más rara, distante y distinta. Pagando impuestos, ivas y demás lindezas, que van a financiar otra vez al monstruo saguinario: la guerra y sus bestias amaestradas para el suicidio y el exterminio basado en el comercio de armas, drogas y negocios turbios.
Y de fondo, también, un Zapatero que se olvidó de Irak y cayó en la red de Afganistán y ya puestos, en la red de lo primero que se le ocurra a los yankies. Ahora es Libia, mañana pueden ser más. Este modo global de ceder a todo, de no tener criterio, de ir al redil encantado y multiusos, de confundir el culo con las témporas, de sembrar vientos y recoger tempestades, es un sin vivir. Un asquito de política, de sociedad, de apañilandia sin más, sin propósito y sin destino. Flotamos en un mar de basura, achicando cada día las aguas podridas del bochorno, de la vergüenza y de la resignación.

Nos toca ahora a nosotros, los ciudadanos, movernos por el mundo que queremos tener y para rechazar ese otro mundo que nos quieren imponer. Que nos están imponiendo desde siempre. Ahora nos toca a nosotros salir del rebaño o asumir las consecuencias de continuar en él.

Otra guerra es abominable. Otro engaño genocida. Otro raid de "superman" contra el malo-malísmo de turno en esta pésima película digna de ese Hollywood, bastante menos holly que wood. ¿Cuándo diremos " ¡Basta!, no conteis con nosotros"? ¿Con qué dinero se mandarían aviones a ningún matadero o se fabricarían armas, si nuestros impuestos no se pagasen este año, por ejemplo o si todos parásemos de golpe una semanita y saliéramos, muy tranquilos, simplemente a pasear? Imaginaos, millones de paseantes. Tranquilos. Despreocupados. Disfrutando de saludarse y conocerse. Pensando alternativas civiles para sustituir este régimen de falsas democracias, pensando soluciones parciales y coordinando las globales entre todos. Segurísimo que no sería peor que lo que tenemos ahora.
Estas alianzas de unas naciones unidas que sólo bailan al son que toca Wall Street no se pueden asumir en conciencia. Son una lacra social. Un tributo al monstruo, como aquellos dragones de los cuentos que de vez en cuando necesitaban sangre de muchachas hermosas y puras. Así estamos funcionando todavía y parece que ningún gobernante sin apremios electoralistas, se dé cuenta del negocio atroz que mantiene este "primer mundo" de ciencia ficción. Compraventa. Dinero y poder a cambio de sangre inocente. De sufrimeintos incontables.
Esto no tiene futuro. Y es una desgracia para todos. Tiene que acabarse ¡Ya!
Y nosotros debemos hacer que eso sea posible. Apaguemos la tele y la radio. Y meditemos acerca de la compasión. Del camino único hacia el verdadero desarrollo humano: la paz.

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