jueves, 14 de enero de 2010

La Providencia y Natalia

Lleva en Haiti unos treinta anyos. Vive en companyia de otras 10 hermanas de congregacion y ella es la responsable. Natalia. Un angel disfrazado de monja. Vive la catastrofe diaria, el terremoto cotidiano que acaba con vidas amigas cada jornada. El contacto constante con el horror le ha aumentado la compasion y le ha quitado el miedo para siempre.
Hoy es noticia su supervivencia al cataclismo. Un milagro. Si. Lo que no se imaginan las cronicas periodisticas es que el milagro sea el factor principal de aquel trabajo. La fuerza sustentadora que hace posible rarezas de esta indole. Once mujeres solas, extranjeras y ya haitianas de vida, corazon y alma. Varias de ellas ya ancianisimas, que se niegan a abandonar la mision, tanto que en Espanya estarian en una residencia y apartadas de toda actividad. Pero no en Hati, donde el milagro viene cada minuto a suplir los recursos que no existen y es capaz de mantener activa la fuerza y la energia en condiciones impensables. Y un optimismo increible que se basa en el convencimiento de que "solo Dios basta" mientras se da el maximo de uno mismo. Y a continuacion la vida ilumina por dentro las desgracias que la injusticia y el olvido de los hombres no tienen ningun interes en evitar ni en socorrer.
En los ultimos tiempos han recibido el apoyo y la visita de un destacamento de la Guardia Civil, que esta alli en mision de ayuda solidaria. Por lo demas, una llamada al mes, si es que el telefono funciona. Muchas veces s.o.s de emergencia a la familia valenciana: "Que no tenemos ni una aspirina ni mas vendas, ni desinfectantes" y una colecta rapida en las farmacias y supermercados, en Caritas, en el vecindario .Un cargamento urgente en vuelo hacia la isla del desamor y de la desmemoria. Un retorno agradecido de cuadritos y dibujos preciosos que las manos negras y abandonadas saben crear de la nada, del vacio y del olvido del mundo.
Han sido ya tantos terremotos, ciclones, tempestades, inundaciones, epidemias, guerras y violencias de todo tipo, que cuando escuchamos la noticia de un nuevo desastre hay en nosotros el mismo convencimiento que tiene Natalia: "Solo nos vamos cuando es nuestra hora, da igual donde estemos y lo que hagamos. Asi que yo he decidido estar aqui. Si es que el Senyor no manda otra cosa. Ellos son mi familia y las hermanas tambien".
Natalia. Una navidad constante hasta en su nombre. Un comienzo diario. Una alegria intima consagrada al servicio que hace del trabajo una plegaria constante y de la oracion una dulce y esplendida tarea de conexion con niveles de respuestas y sentido. Un triunfo cotidiano de la vida y del amor sobre la muerte y el odio. Un signo esperanzado de que amar y resistir vale la pena.

No hay comentarios: