miércoles, 24 de enero de 2024

Gracias, una vez más, Juan Torres López y Nueva Tribuna. Nada más recomendable que la reflexión para ver mejor el horizonte que nos rodea y que esa mirada nos ayude a distinguir el tocino de la velocidad, como decimos en La Mancha. Ufff......

 

Javier Milei: suspenso en primero de economía

 

El recién elegido presidente argentino, Javier Milei, intervino en el Foro de Davos haciendo manifestaciones que merecerían un suspenso a quien las hiciera en un examen de primero en cualquier facultad de Económicas del mundo.

En su discurso de siete páginas, Milei mencionó exactamente doce veces el término fallo o fallos del mercado para negar que existan: “Es imposible que exista algo así como fallos del mercado”.

Reto a quien pueda estar leyendo este texto a que encuentre en bibliotecas o en internet algún manual de Economía de mínimo prestigio utilizado en cualquier universidad en el que se diga que no existen los fallos del mercado (o fallas, como se traduce en algunos).

Pondré como ejemplo sólo a dos que son los más vendidos en las últimas décadas y de economistas bastante ortodoxos, utilizando para ello las ediciones que tengo a mano.

En la página 29 de su 19ª edición, el de Paul A. Samuelson y William Nordhaus, ambos ganadores del Premio de Economía del Banco de Suecia equiparado al Nobel, dice: “Se sabe que existen “fallas en el mercado”. Y seis páginas más adelante: “Desafortunadamente los mercados pueden no acercarse a la competencia perfecta por muchas razones. Las tres más importantes se refieren a la competencia imperfecta, como los monopolios; a las externalidades, como la contaminación; y a los bienes públicos, como la defensa Nacional y los faros. En todos los casos, las fallas de mercado provocan producción o consumo ineficientes».

En la 6ª edición de su manual Principios de Economía, George Mankiw define el fallo de mercado como “situación en la cual el mercado, por sí solo, no asigna los recursos eficientemente” (p. 13). En la página 182 dice: “El poder de mercado y las externalidades son algunos ejemplos de un fenómeno general llamado falla del mercado. Este fenómeno es la incapacidad que tienen algunos mercados sin regulación de asignar recursos de una manera eficiente”.

No es verdad lo que dice Milei. Los mercados por supuesto que tienen fallos y siempre han de resolverse con medidas políticas y normas jurídicas. Otra cosa es que estas puedan ser de distinta naturaleza y tener diferentes objetivos. Algunas, por supuesto, pueden provocar problemas aún más grandes que los fallos originales, si son inadecuadas. Y, como mostré en mi libro Análisis Económico del Derecho. Panorama doctrinal, el primero de esa disciplina que se publicó en España hace ya 36 años, los (inevitables) fallos del mercado se pueden corregir bien con normas que modifiquen la solución que hubiera dado el mercado, de haber podido funcionar; o con otras que traten de reproducirla, limitándose a garantizar la máxima eficiencia sin preocuparse de la equidad o de cualquier otro criterio de asignación.

Pero, incluso en este último caso, sigue habiendo fallos del mercado. A nadie en su sano juicio se le ocurriría decir que no existen los resfriados porque algunos medicamentos pueden curarlos.

Como dije, cualquier profesor de cualquier universidad del mundo debería suspender a Milei si dijera en un examen de primero que no existen fallos del mercado, como ha dicho en Davos. Es un error muy grave, pues todas las tesis y propuestas de política económica de los anarcoliberales como Milei derivan de considerar que el mercado es siempre perfecto. Puesto en cuestión ese principio, se derrumba toda su doctrina.

Milei no es un ignorante. Es un creyente, un ideólogo fanático que se inventa argumentos irreales para tratar de justificar su fe y engañar a la gente. Eso equivale a ser un mentiroso que, en todo caso, ya ha empezado a empobrecer a los argentinos llevando a la economía de su país, primero, a una inflación galopante y, luego, a una deuda colosal con un único propósito, dejar su riqueza en manos del capital extranjero. Lo veremos con toda seguridad en poco tiempo, pues sus políticas no son nada nuevas, ni mucho menos. Se han aplicado ya muchas veces y siempre han tenido ese mismo resultado. No puede ser de otra manera.

PD. De otras declaraciones que hizo en el mismo discurso, como que los neo-marxistas se han apropiado en todo el mundo “de los medios, de la cultura, de las universidades y sí, también, de los organismos internacionales”, ya no puedo escribir porque me da tal ataque de risa al intentarlo que me bailan las teclas del ordenador. 

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Comentario del blogg:

Es evidente que según el curriculum de Milei (¿o más bien Sulei?), el nuevo Presidente argentino está mucho más cerca de un urgente tratamiento psiquiátrico que de la economía y de la política necesarias, y por supuesto, a una distancia incalculable de la inteligencia y de cualquier vestigio de equilibrio psicoemocional; su conducta y su biografía no tienen desperdicio. 

Más que el hecho de que él sea como es y esté como está, lo que debería preocuparnos profundamente es el estado social y mental del país y de la masa votante que le ha regalado una mayoría que desea ser gobernada por alguien en semejante nivel de anormalidades y patologías, más que evidentes cada día,  ¡y que eso, a sus fervientes votantes les parezca de lo más normal...!

Un ser humano presa de ataques histéricos, encadenado en su propia patología convertida en "normalidad" y ejercida como modelo "profesionalizado"... Sus discursos carecen de la más mínima lógica y coherencia, su actitud es alucinante en el peor de los sentidos, sus razonamientos un caos en plan catarata, con su hermana pequeña convertida en couch Fata Morgana fashion, mientras él se cree el Merlín/Rey Arturo del siglo XXI, con la motosierra en plan Excalibur, para transformar Argentina en Camelo(t), en fin...

Lo que resulta muy difícil de entender es que un individuo, que ya desde pequeño y jovencito presentaba unos rasgos y síntomas patológicos desatados, según su biografía, tratando su desequilibrio entendido como salud, haya llegado hasta la cúpula del poder ejecutivo en uno de los países más extensos, ricos, fértiles (y peor autotratados) del Planeta. ¿Habrá sido cosa genética de la familia? Y si esa familia disfuncionaba en semejante plan, ¿por qué quienes en su entorno veían lo que había no hicieron nada en su momento para que la sociedad y las instituciones del Estado interviniesen ayudando con el tratamiento adecuado a la solución del drama? 

Por lo visto, y según las crónicas, el fenómeno Milei se educó y estudió varios años en un colegio religioso...En fin, tener como alumno durante años a un enfermo mental/emocional y no distinguirlo de un alumno sano, es tan preocupante como que la ciudadanía no distinga a un loco de un cuerdo a la hora de votar y elegir gobernantes... Porque él no sólo no  ha engañado a los votantes, es que se ha puesto los botas del orgullo y el autobombo exhibiendo sin que nada se lo impida su trastorno "modélico" e incluso presumiendo de la situación como si fuese un Premio Nobel de las políticas y economías más ejemplares. 

No sé, no sé, la verdad, pero cuando le escucho o leo lo que dice, tengo la sensación de estar leyendo una novela de García Márquez, un cuento de Cortázar, de Vargas Llosa, flashes del Pedro Páramo de Juan Rulfo o el episodio de Don Quijote en la Cueva de Montesinos o el ataque a los molinos de viento, de Miguel de Cervantes en Don Quijote de La Mancha, con los cables cruzados, por supuesto...

Si yo fuese una argentina de estos tiempos, viendo lo que hay y lo que no puede haber si gana las elecciones el manicomio en plan loca motosierra y carajo en ristre, me plantearía la necesidad de pararme y reflexionar antes de votar a lo primero que me cuente el loco más loco del barrio político y económico. 

"No llores por mí, Argentina", llora por ti misma y por tod@s, guapa..., que en menudo infierno te has metido y nos has metido, porque en un planeta globalizado en lo peor y lo mejor de sí mismo, todo el mundo está afectado por todos los errores y locuras, como por las buenas ideas y realizaciones. 

A ver cómo sales/salimos ahora de ese laberinto con el Mielitauro en el loquitrono, a golpe de motosierra desquiciada y convertido en Jefe del Estado. Menudo marrón. Ainssss!!!

 

P.D.

Acabo de acordarme de que en Argentina también hay mucha energía sanadora a cargo de seres tan luminosos,  pedagógicos y terapéuticos como el Dr. Jorge Bucay. Seguro que él puede ayudar a Milei en su proceso evolutivo para sanar y crecer de verdad y no en plan espantapájaros. Venga, ánimo, hermano Milei, que si quieres ser de verdad un gran ser humano, puedes conseguirlo, pero nunca lo lograrás viviendo del cuento chino que cada día te cuentas a ti mismo y les cuentas a los demás con el fin de que le den valor a tus ocurrencias, a tus complejos y a tus debilidades tomadas como aciertos, y tan lejos de la realidad como de la cordura y del equilibrio psicomental. 

 


Jorge Bucay

Jorge Bucay

Terapeuta gestáltico y escritor

Jorge Bucay es un reconocido escritor y terapeuta gestáltico argentino que ya con su primer libro, Cartas para Claudia (1986), cosechó un éxito que le ha acompañado a lo largo de toda su carrera.

Graduado como médico en 1973 por la Universidad de Buenos Aires, se especializó en enfermedades mentales en California (EE.UU.) y Buenos Aires (Argentina) y amplió su formación con cursos, seminarios y congresos en Argentina, Estados Unidos, España e Italia convirtiéndolo en terapeuta gestáltico.

Jorge Bucay ha colaborado con numerosos medios de comunicación, llegando incluso a tener su propio espacio televisivo en el Canal 13 argentino. “El buscador”, como se llamaba el programa, deseaba ser un espacio de reflexión que permitiera a las personas conocerse mejor. También ha impartido conferencias y talleres y ha publicado más de 20 libros, algunos de ellos catalogados como superventas.

En la actualidad, este referente en el mundo de la psicología de autoayuda está volcado en sus libros y en su canal de YouTube, Bucay Oficial, con la finalidad de seguir ofreciendo herramientas a las personas para que puedan sanarse a sí mismas.


Otros de sus libros:

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