viernes, 9 de diciembre de 2022

Olé tu conciencia, querida Ana! Gracias una vez más por encender la luz en medio del pifostio putero. Desgraciadamente, una realidad tan española como la paella o la tortilla de patatas. Es lo que tiene disfuncionar sin conciencia estableciendo las aberraciones como "normalidades", ¡e incluso como derechos y libertades(¡?). Ainsss!!!

 

Dominio público

La Purísima y la prostituta

Ana Pardo de Vera

El Ejército de Tierra ha puesto en manos de la fiscalía la investigación sobre un chat de Whatsapp en el que unos 70 militares del cuartel de Bruc, en Barcelona, organizaron una rifa con premio humano: los servicios sexuales de una prostituta que en el chat se describían con los comentarios propios de lo que unos puteros esperan de una mujer a la que pagan por hacer lo que a ellos les dé la gana; comentarios machistas, claro, ¿qué esperaban las y los escandalizados? ¿Un soneto de Garcilaso?

El Ejército ha asegurado que abrirá además una investigación interna para conocer todos los detalles de la rifa para recaudar fondos para la festividad católica de la Purísima, o la Inmaculada Concepción, celebrada el jueves 8 de diciembre con festivo nacional. La Purísima y la prostituta, puro sainete. Porque en España o en el Vaticano los puteros siguen siendo los mismos de siempre: hombres, vestidos con sotana o con galones militares. ¿A qué viene este escándalo? Hay puteros en el Ejército, claro, y en las instituciones católicas, musulmanas, en la medicina, el periodismo, la abogacía, el fútbol, las empresas del Íbex, el Congreso, el Senado o el Tribunal Supremo. Hay puteros por todas partes -si estás leyendo esto en el metro, probablemente lleves uno cerca, si no eres tú mismo-; son un negocio bollante -particularmente en esta España nuestra-, y no hay redaños para desmantelar una estructura que genera tantos miles de millones al año como sufrimiento humano.

Hay puteros en el Ejército, qué sorpresa, y ni siquiera es ilegal. ¿Entonces? Atenta contra "los valores de la institución" militar, dicen muy dignos los portavoces de Tierra. ¿En serio? ¿Una institución a la que cuesta más sacarse el machismo de encima que el polvo (con perdón) de las banderas se escandaliza porque unos militares puteros hayan hecho lo que vieron hacer a sus padres y a sus abuelos? ¿Por qué hay mujeres prostituidas, mayoritariamente víctimas de trata o precariedad desesperadas? Porque hay puteros hasta debajo de las piedras; porque la cultura del putero en España está más incrustada que la de los derechos humanos y ha sido amparada (y utilizada) por todas las instituciones a lo largo de la historia.

Contaba mi abuela que cuando ella era niña, en su pueblo de Lugo había un cura del que todo el mundo sabía que por las noches visitaba a una mujer a la que pagaba por tener relaciones sexuales con él, es decir, que se prostituía con el cura del pueblo, típica figura influyente en los pueblos pequeños, al menos, de entonces. El sacerdote, eso sí, y aunque todo el vecindario conocía sus costumbres -que además de ser putero, incluían la comida y la bebida a costa de los paisanos/as-, tenía "la fea costumbre", decía mi abuela, de salir por la ventana del piso bajo de la casa de la vecina a la que pagaba por sexo cuando acababa la faena. Hasta que un vecino, que volvía del trabajo una noche, descubrió al sacerdote y su sotana descolgándose por la ventana, y le gritó: Saia pola porta coma un home, carallo!" ["¡Salga por la puerta como un hombre, carallo!] El cura, asustado porque se creía descubierto entonces y nunca antes, salió corriendo levantando sus faldas y no se le volvió a ver por allí. Aunque al poco, decía mi abuela, iba a casa de otra vecina con el conocimiento silencioso de todo el pueblo.


El cura del pueblo de mi abuela, los militares del cuartel de Bruc han sido descubiertos ejerciendo de puteros por la ventana, uno, y por la puerta de atrás -un chat privado-, los otros, aunque éstos fueron más "homes" que el sacerdote, pues parece que al menos, colgaron el cartel de la rifa de la prostituta en la cantina, que como todo el mundo sabe, en un cuartel y en el resto de España, suele ser el lugar más frecuentado y rifarse el cuerpo de una mujer es lo más normal del mundo. Se desconoce todavía si hubo premio y noche de putas en Bruc; probablemente, tampoco lleguemos a saberlo, pero sobran locales donde, si usted tiene curiosidad, puede encontrarse a machos de todo pelaje consumiendo su mercancía, la mujer, la puta, la esclava... El día de la Purísima y el de Nochebuena, si gusta. España es un país de puteros, pero ¿verdad que ya lo sabía?

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Comentario del blog: 

Quisiera completar el cuadro de esta realidad bestial, en el sentido más exacto de la palabra. Con la información directa de lo que pasa, cuando el pueblo despierta en grupos solidarios, y en vez de mirar y callar ante la aberración salvaje e hipócrita, ignorante y garrula, se remanga desde la base  y la conciencia: hasta ese panorama demoledor puede tener soluciones auténticas, dignas, justas y felices, erradicando la prostitución amorosamente, desde el abrazo sano a nuestras hermanas putas y víctimas. 

Concretamente, en el valenciano barrio costero de El Cabanyal, tuve la suerte de encontrar un grupo de mujeres cristianas, que "oficialmente" son monjas, pero en realidad nadie lo diría por su comportamiento "hereje" total. Vivían - y viven- en el piso alto de la parroquia de la Buena Guía, frente a la playa. En una vieja casona destartalada, que ellas fueron arreglando poco a poco, haciendo de albañilas, electricistas, carpinteras, costureras, kellys y sobre todo de madres y hermanas de las mujeres más apaleadas y degradadas por el inacabable y ppatriota, sistem in failure, que padecemos y admitimos como "normalidad" social y bestial, siempre eligiendo entre la píldora azul y la píldora roja. Matrix total. Manipulación a tope como "normalidad". Vaya tela marinera...

Precisamente, la zona marítima de València, debido a la proximidad del puerto y del negocio trashumante de la marinería, -machos al pormayor- siempre ha sido un núcleo "natural" de trata. Algo normalizado como forma de subsistir para las mujeres más olvidadas, más maltratadas y más pobres. Y en las últimas décadas, también, para cientos de mujeres migrantes, secuestradas por bandas de traficantes que hacen de managers y  las traen de sus países, engañadas, para "trabajar" en España, supuestamente, cuidando enfermos y ancianos, como chicas de la limpieza o camareras en hoteles, restaurantes y negocios por el estilo, pero que en realidad, serán utilizadas como putas, y si ellas se resisten, los traficantes las amenazan con matar a sus familias, en sus  países de origen. Se parte el alma al verlas pasear las aceras por la zona del puerto...muertas de frío o de calor, con sus rostros sombríos y miradas perdidas, ajenas a todo, menos al vacío de la propia desesperación. ¿Quién puede desear que algo así se convierta en un derecho legalizado a la propia autocompraventa de cuerpos y mentes? ¿Qué legisladores y legisladoras querrían verse así o que lo hiciesen sus madres, hijas y hermanas? 

En el piso de arriba en La Buena Guía, convivían cuatro mujeres dedicadas al rescate de sus hermanas putas, que eran otras cuatro. Otro tanto sucedía en otro hogar en la Calle de la Reina, en el mismo barrio, que era un poco más grande y por ello allí cabían seis. Las chicas llegaban hechas picadillo, destrozadas anímicamente, con depresión y sin rastro de autoestima, a veces con una lógica agresividad y un pesimismo demoledor, que tenía todas las razones para llevar la sartén autodestructiva por el mango. 

Poco a poco iban despertando, gracias al cariño de las cuidadoras y del vecindario, gracias a que la misma parroquia se había convertido también en un hogar para una familia gitana emigrante portuguesa: Avelino, Catalina y sus cinco hij@s, cuya chabola se habían llevado por delante las aguas torrenciales de una borrasca, fue el párroco, Pepe, bendito sea, el que abrió la iglesia para que la convirtieran en su refugio, la sacristía era en cuarto de estar y la cocina, el despacho del párroco se convirtió en dormitorio, lo mismo que la zona de los bancos y altares laterales, que cada domingo la familia recogía, ordenaba y limpiaba, para que la comunidad del barrio pudiera ir a misa. La parte trasera del conjunto se convirtió en un parvulario/guardería gratuita para las familias cuyas madres y padres tenían que trabajar para poder ganar el sustento de tod@s, los niños y niñas, hasta bebés, desayunaban, comían y merendaban allí, gracias a los vecinos y a la parroquia, gracias también a las educadoras y a las ya ex-putas, que ayudaban en todo. De aquella iniciativa, salió una maravillosa (r)evolución, que le dio la vuelta a la tortilla de la oscura y sufriente historia del barrio. Allí celebramos la primara comunión de nuestra hija Blanca, junto a la de Vicent, un niño, sin padre ni madre, acogido por una familia de la barriada. 

Las "putas de la Buena Guía" dejaron de serlo cuando encontraron acogida y así comenzaron a encontrar trabajo, ayudaban a todo el mundo, porque así agradecían con amor, el mismo amor recibido, y era una bendición escuchar sus experiencias del cambio. Ver el brillo de sus ojos, las sonrisas y el buen humor, que produce la liberación del despertar y reconocerse en el Nosotr@s, al mismo tiempo que a una misma. La alegría de ser ellas de verdad por primera vez en sus vidas. Algunas se sacaron el graduado escolar e hicieron en el centro de formación profesional del barrio, cerca del puerto, estudios de auxiliares de clínica. También se aficionaron a la lectura, a ver películas y a comentarlas en plan cineforum, en el mismo piso donde vivían con las compis "monjas" raras. Algunas aprendieron a dibujar y a pintar, otras a ser modistas y diseñadoras de vestidos falleros, otras a cocinar e inventar recetas, algunas encontraron pareja y se casaron por lo civil, en fin...un cambio/resurrección de campeonato, que ríete de los mundiales de fútbol. 

De estas experiencias aprendemos en privado y en común, que la construcción no se hace de golpe legislativo desde un despacho, sino ladrillo a ladrillo, junt@s, y a pie de obra, que lo peor que puede suceder es cruzarnos de brazos ante "lo de siempre" y pretender que lo que solo  podemos hacer cada un@ de nosotr@s, unid@s en la mirada, la escucha, la Suma y  el abrazo, se haga solo o lo hagan l@s demás, mientras nosotr@s, abducid@s por cada momentazo, de terraza en terraza, o viendo la tele y las redes sociales, despotricamos al enterarnos de lo que pasa comiendo palomitas y bebiendo cocacola, un día tras otro. Y cómo no, echando pestes  sin parar acerca de lo requetamal que está todo y nadie sabe por qué; tal vez por eso lo más cómodo sea buscar culpables y sospechar de los que parecen inocentes entre los rifirrafes de ese videojuego sociopolítico al que llaman Estado de Derecho o de Desecho, sin saber muy bien qué significa semánticamente el término con el cambio de consonantes en alternancia...

Ahora nos encontramos con que la Inmacaulada en los cuarteles se celebra alquilando putas. Es el resultado de la conciencia missing total en una sociedad autómata y distópica, como una verdadera cabra, diseñada para un manicomio de urgencias. 

Esperar un mundo mejor en ese plan es un esperpento, además de una estupidez suicida. Nosotr@s somos el cambio, para que sea común y colectivo debe ser personal al mismo tiempo.

Sí se puede, claro que se puede, pero no "así", en semejante plan alienador, solo en modo Netflix, xd! Gracias, Ana y Público por poner la colada a funcionar en la lavandería de la conciencia.

¿El secreto?: Menos revolución y más evolución. Menos violencia y más  inteligencia bien canalizada. O sea, más conciencia e implicación, que cloacas a tutiplén.

 Aquí está el testimonio fotográfico de una historia realmente interminable, donde Atreiu es la buena noticia, el Aurin el espíritu sustentador y ese trabajo compartido, el reino de fantasía, mediante el Amor a tocateja, aprendió a ser el Bien Común. Gracias, Catalina y Avelino, Juan Alfonso, Consuelo, Pepe, María, Pablo, Lola, Lucía, Carmina, Inés, Josefina, Jacqueline, Nuria, Vicente, Julia, Isa, Ana, Tere, Iñaki, Elena, Arantxa, Angel, Esteve, Julio, Rafa...La comunión de l@s sant@s en acción, no cabe duda...

                              VALENCIA EN BLANCO Y NEGRO: NUESTRA SEÑORA DE LA BUENA GUIA

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