HÁGASE LA MÚSICA
sugirió el Infinito repartiendo el amor por todo lo creado,
o sea, repartiéndose a sí mismo,
a través de la luz y el equilibrio, la belleza del todo compasivo
que va de nota en nota diseñando universos y sorpresas,
sacudiendo la vida y sus rincones más angostos e invisibles
hasta ponerla a punto para Ser más allá del existir
y entonces la creación se convirtió en presente continuo
en donde el panta rei es la consigna de todo el equipaje imaginable
cada galaxia un balcón, cada universo una alfombra
de estrellas organizadas,
cada sistema solar un barrio que compartir,
los planetas las canicas, los satélites yo-yós
en la plaza universal, donde se danza y se ríen
las ocurrencias de Casa, que siempre resultan nuevas
en el mix de las conciencias en esa luz de ida y vuelta
que es como una acción de gracias,
en constante bendición, sin papeles ni permisos,
nos reinicia y nos renueva
para que en cada ocasión que la vida nos proponga
gocemos de la fusión en un Todo que es la monda:
padre, madre, mundo, hogar, familia desparramada,
pródiga y tan machacada,
por un planeta a su bola que según va pareciendo
nunca sabe a dónde va
en las manos temblorosas de una chunga redundancia
con malísima memoria, enganchada a unos pasados
que no logra recordar, un disparate heredado
que no acaba de cuajar por el afán de control
y el apego subjuntivo que se escurre y se descuelga
del vuelo resplandeciente que ofrece el indicativo
es el aquí y el ahora la puerta del Infinito,
ese paso irrepetible que libera e ilumina,
que al dolor le da la vuelta,que de luz llena lo oscuro
y de gozo la tristeza, y de un fin agotador
pasa a un principio divino
que es un regalo a estrenar, donde el tiempo ya no impone
su desfile militar y se inaugura por siempre
la nueva felicidad, más allá de lo que pase
y lo que pueda pasar
no te duermas en la mugre, mi querida humanidad,
y mientras por tierra firme
vas regalando ese amor que es pura fraternidad,
entre vida y bendición, entre acogida y perdón,
que las alas de tu alma colectiva
unidas a tu conciencia personal y compartida,
-y si así tú lo decides usando tu libertad-
nunca dejen de volar que el Espíritu y su Luz
las mantienen bien despiertas
cuando el amor de verdad acaba con las cadenas
Y el mogollón se transforma, con una alquimia inocente,
en musiquita de Bach...Como en este mismo instante...
¡Qué hermosa causalidad!
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