martes, 9 de abril de 2024

Ser conscientes es inseparable de ser activos y comprometidos con todas las consecuencias; gracias, herman@s de GREENPEACE, sois un verdadero ejemplo para este mundo en la inopia global. Un abrazo y un gracias, por toda esa energía responsable, cuidadora y amorosa que este planeta y esta especie nuestra necesitamos con extrema urgencia...En cuanto a la familia lectora, ahí está esa invitación a la firma, ¡Venga, firmemos tod@s ya mismo! A ver si con estas firmas conseguimos que despierte el alcalde de Madrid, un ppeppero muy molón, un novio casi enanito, chiquito, pero matón y si no que le pregunten a los árboles talados por el fachacolocón insensible y embobado en su pproppia tradición...


El ramo de Almeida 💐

Elvira, Greenpeace info@email.greenpeace.es




para mí
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sol:

El viernes pasado el Ayuntamiento de Madrid amaneció con un bonito regalo a sus puertas. Una decena de activistas de Greenpeace y del colectivo vecinal ‘No a la Tala’ dejamos un precioso ramo de 4 metros para el señor alcalde. Un regalo para simbolizar su compromiso con la desaparición de los árboles de la ciudad.

Y es que la motosierra debe ser un vicio porque ya son más de 55.000 los árboles adultos que se han perdido en Madrid entre 2019 y 2023. Incluso árboles centenarios y protegidos por la propia ley madrileña, como los cedros del Himalaya dentro del Paisaje de la Luz, reconocido como Patrimonio de la Humanidad, han sucumbido. Miles de personas vecinas de los barrios afectados salieron a la calle a pedir que se respetasen sus árboles. Unos pocos finalmente se salvaron, claramente había alternativas, pero no ha sido suficiente.

La crisis climática y las cada vez más frecuentes olas de calor son ya una realidad. Las ciudades de nuestro país se han construido de espaldas a esa realidad. Y así siguen. Sufren el efecto “isla de calor urbana” debido a un entramado de cemento y asfalto, muchas veces sin árboles, que provoca que la temperatura pueda ser entre 8 y 10 grados superior a las que se dan fuera de las ciudades.

10 grados más en una ola de calor marcan la diferencia. De día y de noche, sin tregua. Las personas sufren, muchas de ellas mueren y la fauna urbana se ve igualmente afectada por esas condiciones extremas a las que en muchas ocasiones no pueden sobrevivir. En Europa se estima que el 4% de la mortalidad estival es atribuible a las islas de calor. Sin zonas verdes, perdemos vidas. 

Desde Greenpeace pedimos a los gobiernos municipales que conserven y aumenten el arbolado y la cobertura vegetal en sus barrios y ciudades y que aseguren acceso de toda la población, especialmente la más vulnerable, a espacios verdes cercanos y vivibles.


Muchas gracias por tu cooperación 

Elvira Jiménez

Coordinadora del proyecto de adaptación urbana al cambio climático en Greenpeace España

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Nota del blogg:

(entrad en GREENPEACE y firmad, porfis!)

 (foto original de eldiario.es aportada por este blogg)








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