Los estudiantes que relataban los hechos eran expulsados del colegio Ex alumnos del padre Pica denuncian el "encubrimiento" de los jesuitas bolivianos ante los abusos del religioso español

Los exalumnos exigieron a la Conferencia Episcopal de Bolivia y a las autoridades bolivianas que se realicen las investigaciones "que amerita el caso para que no quede en la impunidad y para establecer una verdad por justicia con fines de reparación y no repetición"
"Condenamos enérgicamente los hechos de pederastia acaecidos en el colegio Juan XXIII de Villa Granado en Cochabamba durante los años 1972- 1987, cuyo autor confeso es el jesuita español Alfonso Pedrajas Moreno"
La Procuraduría de Bolivia anunció que solicitará a la Iglesia católica, a las autoridades españolas y a la Fiscalía boliviana toda la información sobre las denuncias de pederastia
| RD/Efe
Los exalumnos del colegio Juan XXIII de la ciudad de Cochabamba en Bolivia denunciaron este martes el "encubrimiento" de parte de la Compañía de Jesús de los abusos sexuales a menores que presuntamente perpetró el jesuita español Alfonso Pedrajas, ya que los estudiantes que delataban los hechos eran expulsados.
"Denunciamos el encubrimiento por parte de la Compañía de Jesús que tenía pleno conocimiento, no solo por las reiteradas confesiones de Pedrajas Moreno a los provinciales catalanes y sacerdotes de dicha institución, sino por las denuncias interpuestas por los estudiantes en diferentes momentos, por lo que en todos los casos fueron expulsados del colegio", señalaron.
El pronunciamiento de la Asociación de Exalumnos del Colegio Juan XXIII de la Compañía de Jesús está firmado por su presidente, Hilarión Baldivieso, y la vicepresidenta, Giovanna Miranda, y fue leído en Cochabamba en una conferencia.

Los exalumnos exigieron a la Conferencia Episcopal de Bolivia y a las autoridades bolivianas que se realicen las investigaciones "que amerita el caso para que no quede en la impunidad y para establecer una verdad por justicia con fines de reparación y no repetición".
"Condenamos enérgicamente los hechos de pederastia acaecidos en el colegio Juan XXIII de Villa Granado en Cochabamba durante los años 1972- 1987, cuyo autor confeso es el jesuita español Alfonso Pedrajas Moreno", expresaron.
Solidaridad y "apoyo incondicional" a las víctimas
Además, manifestaron su solidaridad y el "apoyo incondicional" a las presuntas víctimas de Pedrajas.
El diario español El País publicó este fin de semana una investigación que realizó con testimonios de víctimas y allegados sobre un diario del jesuita Pedrajas, en el que habla de su vida sacerdotal en Perú, Ecuador y Bolivia y parece hacer un recuento sobre los presuntos abusos a al menos 85 menores.
Pedrajas Moreno, quien falleció en 2009, fue subdirector y luego director desde 1971 del Colegio Juan XXIII que era un internado. El jesuita también trabajó en otros colegios del país y antes de radicar en Bolivia estuvo en escuelas de Perú y Ecuador entre 1961 y 1971.
La Procuraduría de Bolivia anunció que solicitará a la Iglesia católica, a las autoridades españolas y a la Fiscalía boliviana toda la información sobre las denuncias de pederastia.
En la nota de El País se menciona que un sobrino del jesuita halló un diario y en 2022 contactó primero a la Compañía de Jesús en Bolivia para denunciar, pero ante el temor de que se ocultara todo, lo entrego a la Fiscalía española, que desestimó el caso por estar prescrito, y finalmente acudió al periódico español.
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Comentario del blog:
En los años 80 del siglo pasado llegamos a València, destinados desde la Base Aérea de Torrejón de Ardoz a la de Manises. De la Colonia Militar de Aviación en Alcalá de Henares, estrenando casas nuevas, en medio de la naturaleza y vida comunitaria con las demás familias en idéntico estado de cambios y traslados constantes, a las viejas y deterioradas casas militares de València en el elitista e inamovible barrio del Ensanche, en el que sólo las dos elegantes parroquias próximas y el convento de los dominicos al otro lado dela La Gran vía Marqués del Tùria, eran el único punto en común con una vecindad completamente ajena y desconocida, un estamento social totalmente diverso. No había niñ@s, a pesar de que tres colegios religiosos, para ricos, estaban instalados en el entorno barrial. Uno para niñas y los otros dos para niños: Loreto, Escolapios y Dominicos. Sólo el IEM "San Vicente Ferrer" y la escuela pública San Juan de Rivera en el entorno, dividida en dos, una para los pequeños en la calle Almirante Cadarso y la otra para los mayores en la calle Cirilo Amorós, a la que fueron nuestros hij@s más pequeñ@s, tras haber sido alumn@s de la escuela pública para hijos de militares, que estaba en la Avenida del Cid y la que había que acudir en un autobús del Ministerio del Aire, por eso acabamos cambiándolos a la enseñanza civil de las escuelas e institutos públicos.
Otro mundo. Otra forma de vida, en un edificio sólo para militares teóricos, más funcionarios que activos y , que llevaban viviendo allí toda la vida hasta jubilarse, pero ignorándose unos a otros, como si todo fuese un hotel de abuelos en Benidorm, donde la única relación era encontrarse en el ascensor, en la escalera o entrando y saliendo por la puerta. La comunidad de vecinos no existía porque todo lo gestionaba el Ejército del Aire, bastante enrarecido, por cierto.
En ese plan, encontré en la Parroquia Colegiata de San Bartolomé a Carmela Moreno. Una abuelita y una verdadera madre para la humanidad, que, como hacíamos en casa, acogía a los pobres en la suya y los invitaba a comer, ella, más o menos de la edad de mi madre, estaba sola, todos los hijos -cinco chicos- ya estaban fuera y uno de ellos, jesuita, estaba en Bolivia desde los 18 años, donde estudió y se ordenó sacerdote. Se llamaba Alfonso Pedrajas Moreno, pero en el entorno boliviano, le llamaban "el Pica", por haber trabajado en las minas de Oruro para conocer mejor el entorno familiar de los niños que vivían en el Juancho de Cochabamba, es decir, en el Colegio Juan XXIII, que gracias a la gestión admirable de Alfonso, logró convertirse en un centro autogestionado por los mismos alumnos, que montaron una panadería, una granja y un taller de reparaciones, mediante los que consiguieron ser financieramente independientes. Cuando Carmela enviudó, se fue a Bolivia para ayudar a Alfonso en el Colegio, estuvo unos meses, aunque le hubiese gustado quedarse para siempre allí, al parecer la excesiva altura del lugar le perjudicaba la salud y los médicos le aconsejaron que volviese a la orilla del mar, a Valencia.
Por fin, en primavera, para las Fallas, Alfonso-Pica, anunció su llegada desde Bolivia. Hacía un par de años que no venía y Carmela estaba encantada con la visita y con que yo también le conociese. Y le conocí. Un ser pequeñito, tranquilo, acogedor, prudente y entusiasta, muy despierto y a la vez sereno, sonriente y fraterno a tope. Le acompañaba un compañero también sacerdote y jesuita en el Juancho, boliviano y un poco más joven al que llamaban "el Vicu". Fue una experiencia preciosa, que se volvió a repetir un par de veces más en los años siguientes, sin "el Vicu", en solitario o acompañado por algún becario de paso para Bélgica, para estudiar en la Universidad de Lovaina. Además de gestionar admirablemente el colegio de Cochabamba, Alfonso, ayudado por el proyecto Fe y Alegría, puso en marcha un centro en el campo, que eran hogares para los alumnos más pobres, casitas familiares, que funcionaban en grupo más pequeño y agradable que la masificación tradicional del colegio, con un padre/madre al cuidado de los hijos. Ahí le perdí la pista.
Carmela, al poco tiempo, enfermó física y emocionalmente, con una aguda depresión, su familia la puso al cuidado de una experta, nosotros cambiamos de casa y de barrio y también a ella le perdí la pista, No supe nada más de ninguno de los dos, pero en casa siempre nos quedó el recuerdo y las huellas afectivas del paso de ambos por nuestras vidas.
Lo que acaba de descubrirse acerca de Alfonso, me ha dejado varios días flotando en una sensación confusa y tambaleante. Incapaz de relacionar lo que conocía de él, con lo que en realidad ocultaba en su interior. ¿Cómo es posible que alguien tan especialmente dotado para construir el bien por todas partes, llevase en su interior ese infierno tan autogenerado como demoledor? ¿Qué tipo de esquizofrenia normalizada puede llegar a destrozar vidas sin que nadie le ponga límites ni curación? ¿Qué le pasa a nuestra especie para llegar a estas aberraciones y asumirlas como si fuese algo lógico y natural, tanto al nivel individual como al compartido?
La pederastia no es sólo un delito civil y un pecado religioso: es sobre todo, -como sucede con el odio, el miedo, la violencia y la venganza- un síntoma gravísimo de la peor de las enfermedades: el vacío interior de sentido y la incapacidad para reconocer e integrar materia y energía, cuerpo, instintos, emociones y mente, en un nuevo sistema de vida y existencia, de comprensión experimentable y vital.
Es evidente que si estamos dormid@s ni las religiones ni las ideologías, ni la ciencia ni los estudios, que son inventos nuestros, nos sacarán del caos que generamos y que acabará con todo si no evolucionamos adecuadamente. Porque en realidad sólo existimos, pero aun no somos. A lo largo de la historia sólo hemos conseguido dotar de recursos increíbles a nuestra animalidad, endosando a los dioses que hemos inventado, nuestras aspiraciones hasta hacerles a nuestra imagen y semejanza para que nada fundamental cambie y que todo siga al mismo nivel de las mismas entendederas que solo pueden funcionar hacia el finiquito, de un modo o de otro, en el nivel ontológico en que nos movemos sin ver lo que hay ni lo que aún no somos y nunca seremos si no cambiamos ya.
Un error garrafal es tomarse las metáforas de las parábolas de Jesús al pie de la letra, algo que a los poderes imperiales durante siglos les ha venido al pelo: el concepto manipulador de rebaño ovejil, obediente, lleno de miedos y emociones que atan, controlado y amaestrado por pastores "elegidos por dios". Vamos, un chollo para que el poder de siempre se ampare en su inventada "divinidad", que es el mismo sistema de la política: unos cuantos pastorcetes/diputados/funcionarios/clérigos y leguleyos, más listos que las ovejas, viviendo a costa del rebaño y todo ello celebrado en templos y altares maravillosos, igual que en todos los imperios a lo largo de la historia humana, unos templos palaciegos, que habría sido imposible construir sin el trabajo y los impuestos del mismo rebaño pastoreado y explotado por los de siempre.
No, no era ese el sentido con que Jesús citaba en sus parábolas el tema pastoril y nada pastoral. Por eso mismo le crucificaron, porque no quiso convertirse en otro pastor más, y estaba empeñado en que las ovejas pródigas, a las que les lavaba los pies-pezuñas con todo el amor y la compasión, dejasen de serlo y tomasen conciencia de su igualdad con los "pastores", porque, precisamente, eso significa que "los últimos son los primeros y los primeros los últimos". Jesús jamás hubiese impuesto el bautismo a los recién nacidos, algo tan absurdo como la circuncisión de los bebés judíos.
Los sacramentos no tienen sentido alguno sin una evolución y una elección personal, y no sirven de nada en nuestras vidas aplicados sin la decisión y aceptación libre de la conciencia. Algo que un bebé ni criaturas de siete u ocho años, o de doce o quince, no puede hacer jamás. El agua y la sal del bautismo son el símbolo de una purificación, de un cambio elegido, de hecho, al inicio del cristianismo no se hacía en plan minimalista en una pila bautismal sino mediante la inmersión del cuerpo entero en un río, en un lago o en el mar. Lo primero para que ese rito tenga sentido y auténtica validez, es la comprensión del que se va a bautizar y la libertad para elegir el camino, sin que nadie nos dirija en plan mecánico, como a un rebaño animal, exactamente. Lo mismo vale para la comunión y la confirmación, el matrimonio, el orden sacerdotal o los últimos auxilios espirituales a los moribundos.
Ningún rito puede ni debe suplantar a la voluntad y a la libre decisión personal del ser humano consciente de su opción. Los sacramentos no son cosa de magia ni una ritología esotérica, sino el producto de una madurez psicoemocional, que facilita la conexión espiritual con los niveles ontológicos más avanzados y evolucionados de un@ mism@. Tal y como se aplican en la iglesia católica apenas se diferencian de la marca de la ganadería a los rebaños animales en las dehesas, a los animalicos que tampoco pueden elegir a qué rebaño quieren pertenecer o no. Hay que revisar esas tradiciones sin más sentido que la rutina entre instinto y emoción de la familia, porque el o la protagonista no se entera de nada, por eso debería esperarse hasta la adultez para recibir cualquier sacramento, empezando por el bautismo, claro, y no utilizarlo como pasaporte a los cielos por si acaso se peta antes de ser adultos. De hecho, el bautismo es sigo de resurrección, tras dejar en el agua que limpia, el cadáver de lo que ya está muerto y solo es un obstáculo para vivir de nuevo en otro nivel más sano, equilibrado y verdaderamente vivo y actualizado. ¿Cómo va a hacer ese proceso consciente un bebé recién nacido?
¿Qué padremadre sería ese "dios" incapaz de abrir la puerta de la Casa Infinita a sus hij@s si no llevan encima la etiqueta de fábrica religiosa, o sea, que ata en vez de liberarnos de las ataduras y, encalomada, para colmo, cuando se es un bebé recién nacido que no se entera de ná de ná? Cuánto absurdo junto, ¿verdad? Veamos, ¿quién está en el epicentro de la redención: un ateo sin sacramentos que ama al prójimo como a sí mismo, comparte sus bienes con los más pobres, es ético y decente pero no va a misa los domingos, no reza a nadie y sin embargo, perdona y ayuda con toda naturalidad a todo el mundo sin esperar recompensas celestiales, o un católico bautizado al nacer, comulgado, confirmado, ordenado y ungido o casado religiosamente, que se cree por ello elegido por encima de los demás, que no da ni los buenos días por no gastar saliva, que fastidia a todo el mundo que le molesta porque es diferente a él, por su color de piel, su clase social, su etnia o su nacionalidad e ideología, su riqueza o su pedigrí profesional, no se pierde una procesión mientras viola niños a saco, amparado en su estatus y su poder? O sea, tal cual, la parábola del Buen Samaritano...¿Cuál de los dos irá derechito a la Casa Metaversal de PadreMadre y cuál de los dos se quedará enganchado en su ritos que no le dejan espacio ni tiempo para otras cosas más necesarias y verdaderamente tan humanas como divinas y urgentes? Ah, 'pensa, pensa, Salvatore', como se decía a sí mismo el fraile enloquecido en "El nombre de la rosa"que nos dejó Umberto Eco para ir atando cabos históricos fosilizados por estos andurriales. Ains!
Tal y como funciona, en este caso de Pica y demás compas de estropicio,el concepto y formato de "iglesia", está cada vez más claro que ya no sirve y que, revisando la historia, en realidad, nunca nos ha servido para evolucionar adecuadamente.Se quedó bloqueado en los inicios del cristianismo. ¿Por qué? Porque lo que se nos impone por obligación sin comprenderlo, y colocándolo como absoluto que premia y castiga porque juzga sin parar, no puede jamás cambiar nada a mejor. Es todo lo contrario que Jesús nos demostró y nos explicó con hechos y palabras nacidas de los hechos.
La iglesia católica conocía las andanzas del Pica. Que pida perdón y se sienta responsable, es lo mínimo que puede hacer. Pero eso no soluciona nada si esa iglesia no cambia, hace un examen de conciencia universal y personal y da un giro copernicano a un invento que no es cosa de Jesús ni de PadreMadreInfinit@, sino cosa de las conductas y decisiones humanas que se empeñan en seguir patrones inasumibles tanto en las conductas como en las devociones inoculadas culturalmente por los hábitos sociales derivados de las creencias religiosas confundidas con intereses dogmáticos e imperiales en su ambición por el poder y el seducir para tener clientela y hasta modus vivendi. Por ejemplo, en el caso de Pica y de tantos otros, su homosexualidad, confesada por él mismo en sus comentarios escritos.
La obligación y los votos de castidad, obediencia y pobreza personal pero no de grupo. Obligar a ser castos bajo la amenaza del infierno y la condena a él, es un error total, que provoca enfermedades mentales y psicoemocionales, conductas delictivas, hipócritas y esquizofrénicas, como seguramente era el caso del "padre Pica", mi amigo de conducta bipolar, y nuestro hermano de especie, Alfonso Pedrajas Moreno, con su máscara deshumanizadora, pero psicóticamente 'necesaria' en su entorno. ¿Por qué con quince años, menor de edad, se fue a una orden religiosa y a los 18, también entonces, menor de edad, se fue a vivir a Bolivia y en la sociedad española eso era "lo normal" e incluso su familia estaba contenta y feliz con su "vocación ejemplar"? ¿Puede un niño decidir su futuro y el camino de su vida, sólo porque una asociación religiosa le pilla por banda y a él le mola, tal vez porque así está rodeado de hombres y no de mujeres? ¿Qué tipo de maestros e instructores encontró en su camino? ¿Y si algunos de esos maestros estaban en la misma situación personal a la que él llegó con los años, en la que la pederastia era cosa habitual?
La pobreza y la castidad no se pueden imponer a nadie, ni la obediencia a ciegas, tampoco. Si se alcanzan y se disfrutan esas actitudes virtuosas, debe ser por elección evolutiva, nunca por imposición ideológico/religiosa, ni por manipulación ni lavado de cerebro. Eso es cruel y produce resultados terribles, de modo que es peor y más destructiva la penitencia que el propio pecado, que siempre tiene perdón mediante el arrepentimiento sincero y real, que cambia las vida del pecador y del dormido, porque ha despertado la conciencia que conecta energéticamente materia, conducta, alma y espíritu, sin castigos ni amenazas, pero auténticamente, no sólo de palabra y gestos rituales. Madurando.
La división eclesiástica ritual y obligatoria entre hombres y mujeres en el catolicismo es una barbaridad que a la larga produce hechos como los abusos y las violaciones de niñ@s. ¿Es más virtuoso o virtuosa, un hombre o una mujer que renuncian a casarse y a reproducirse para ganarse el cielo y acaban destrozados y destrozando a los demás en un infierno que los mata por dentro y por fuera, con sus lujurias reprimidas y desorientadas y protegidas por silencios y complicdades inexplicables, precisamente en quienes dicen tener el Evangelio como sistema de valores fundamental? Bastaría con repasar de vez en cuando y aplicarse personal y comunitariamente, el versículo 42 del capítulo 9 del Evangelio de Marcos: "Y al que escandalice a uno de esos pequeños que creen en mí, sería mejor para él, que le colocaran en el cuello una piedra de molino y le arrojasen al mar"
Pobres víctimas inocentes, y también, pobre iglesia y pobre Pica...¿Qué ocurriría dentro de él cada vez que leyese en las misas este texto clarísimo y tan directo, de Jesús de Nazaret, y con los niños violados en los bancos de la capilla del colegio asistiendo a la comedia religiosa? Anticristo fashion, total.
Creo que el hecho de escribir y dejar testimonio de su propia locura irreparable, en estas confesiones post mortem, ha sido el mejor acto de contricción y la más eficaz denuncia eclesiaĺ, que podía dejarnos Pica tras su muerte, enfermo, solo y abandonado, en un hospital boliviano, pero socialmente rodeado de sus víctimas que le han denunciado públicamente a raíz del descubrimiento y publicación en prensa por parte de su sobrino, que seguramente así cumple las últimas voluntades del tío Alfonso. De no ser así, él mismo habría borrado lo escrito en el ordenador y destruido lo escrito a mano y así jamás se habría conocido su terrible testimonio. Así que, gracias también a los restos supervivientes de su conciencia responsable. Ojalá todos los que han vivido como él a lo largo de los últimos 1700 años, hubiesen hecho lo mismo antes de morir. Seguro que no estaríamos tan farisaicamente como estamos ahora.
Otro punto muy básico que la iglesia católica debería plantearse en sus sínodos es la costumbre convertida en norma canónica, de "santificar" a nadie. Porque nadie puede ni debe valorar ni juzgar como un absoluto la "perfección y la santidad" de los demás. El caso del "padre" Pica es un ejemplo evidente de lo que suponen las santificaciones epidérmicas, basándose sólo en la apariencia y visibilidad de las conductas externas. Jesús aconseja, con su visión amplia y equilibrada de la especie humana: "no juzguéis". Ya que las sentencias clasificadoras de los juicios no son sólo negativas, tampoco son aconsejables las sentencias como exaltaciones y santidades que no responden a una realidad objetiva plena e íntima que desconocemos. Se puede ser aparentemente muy "santos" y profundamente unos desastres peligrosos, usando la aparente virtud para abusar y destrozar la vida de los más vulnerables e indefensos, aprovechando el lado virtuoso y visible del desequilibrio íntimo e invisible para todos, menos para las víctimas obligadas a callar, si quieren seguir siendo atendidas y ayudadas por la "santidad periférica".
No somos quienes para santificar a nadie como tampoco para condenar, excluir, castigar, marginar y hacer papilla al prójimo, cuyo interior, motivaciones y estados de salud psicoemocional, mental y espiritual, desconocemos en realidad. Hay un detalle maravilloso del que deberíamos aprender y reflexionar: ¿Por qué en la religión católica no hay un San Jesús ni un San Dios? Porque a esas alturas no llega el juicio humano. Pues hagamos lo mismo con el prójimo y no nos metamos en camisas de once varas para clasificarlo ni "santificarlo" sin conocerlo de verdad, ya que el conocimiento profundo no es propio de nuestra naturaleza. Y aquí estamos, en este nivel de vida en cambio constante, para desarrollar alma y conciencia, lo que nos falta, por medio de la evolución más sana del fenómeno humano en el medio divino, como muy bien lo definió Teilhard de Chardin, un jesuíta, como el "padre Pica". El Espíritu es así de revolucionario e innovador constante, por eso en su energía inagotable y sorprendente no caben los juicios ni las etiquetas. Ni los santos súbito ni a ralentí. Su luz no cataloga ni selecciona. Sencillamente ES a tutiplén. Y con eso basta para tod@s y para el Todo.
La santidad tal y como la usamos, es una evidente exaltación del ego "virtuoso" que divide y separa, que enfrenta y crea paradigmas basados sólo en lo que se ve y se juzga como bueno o malo. En ese punto evolutivo, el protestantismo es bastante más lúcido y evolucionado que el catolicismo. No santifica a unos por encima de otros. Incluso en la Alemania católica, las iglesias no se dedican a la santidad de nadie, sino solo al nombre de los hermanos y hermanas que nos han ayudado a mejorar, como se dedican calles y plazas a los humanos que hacen lo mismo en diversos menesteres que fomentan el bien común, y por eso a las iglesias dedicadas a las vidas de quienes han trabajado al servicio de la humanidad, se les llama simplemente "iglesia de Juan", "de Pablo", "de Pedro", "de Miguel", "de María", "de José" nada de "santos"...
Creo que la reforma protestante aportó mucha luz al catolicismo enrarecido anclado for ever en los hábitos imperialistas romanos que nos aportó el Edicto de Milán, en año 313 de esta Era, mucho más 'imperial' que cristiana. Al Imperio del momento, ya en declive descarado, le interesaba incorporar a su negocio el cristianismo en expansión imparable, porque esa nueva energía desde las bases sociales, se estaba cargando su riqueza económica, ya que la conversión al cristianismo, masiva ya hasta en las castas dominantes, había acabado con la esclavitud, aportando humildad, compasión, empatía, sencillez, igualdad y fraternidad, que estaban deshaciendo el primitivo impulso guerrero y conquistador romano/imperial que les había hecho los amos de la Europa conocida, del oeste de Asia y del norte de África. Por eso Constantino, se inventó el milagro de que Jesús se le había aparecido en sueños, para decirle, la noche antes de la batalla de Puente Milvio,"hoc signum vincit" que con el signo de la cruz vencería al enemigo en la batalla. Un montaje alucinante. Vamos, Jesús, ayudando a matar en masa colocando la cruz como catapulta milagrosa...Eso no se lo cree nadie que conozca el Evangelio y tenga experiencia personal en su vida. Por eso interesaba que el cristianismo se incorporase al poder político y militar, creando un pontificado cristiano para compartir poderes, sustituyendo a la antigua religión politeísta, que ya no daba para más. O sea, si no puedes vencer a tu enemigo, hazlo tu socio y comparte el poder con él antes de que te deje K.O.
Se trataba de incorporar nuevos arquetipos religiosos al mismo berenjenal y de sustituir nombres de divinidades, en fin, que todo cambiase para que, lampedusianamente, todo siguiera y siga igual, por los siglos de los siglos, amén. Y así ha sido hasta ahora, claro. Ahora, reventados los imperios a bombazos y estrategias deshumanizadas, las religiones e ideologías usadas como armamento fanático, el dinero como dios omnipotente en manos de cuatro gatos millonarios y en la inopia, la IA como controladora y Thermomix del sistem in failure, y el planeta, madre Gaia, en crisis ecobiológica exponencial e imparable causada por l@s hij@s, todo depende de nosotr@s, y del despertar de nuestra conciencia personal y colectiva, para que por fin, la esencia motriz de la humanidad haga su cambio esencial, como anticipa Juan en el Apocalipsis, que no es el fin del mundo, sino la revelación del fin del sinsentido de un mundo más perdido que la sensatez, la decencia y la ética de Trump, Bolsonaro, Biden, & Company, la fabricación de armamento como negociazo creador de empleo y riqueza, más la clarividente lucidez Ayuso y Feijóo fashion, la UE, los tanques, las bombas, los misiles, los drones como ayuda deshumanitaria a Ucrania, rematada por el dúo Putin-Zelenski en pleno delirium tremens. O sea, el autodestrozo de los imperios viejunos, bajo el ppoder letal del Anticristo y los afanes corruptos de la prostituta, hecha un pincel, vestida de púrpura y oro con los beneficios del pifostio/finiquito. Adivina adivinanza, blanco es, gallina lo pone... O cambio y bien común o sanseacabó, con todo los que esa 'santificación' aporta al cotarro en desguace enloquecido.
El sentido, la conciencia, la ética, la vida y la esperanza, ya son sólo cosa nuestra, y no por la "lucha" y los choques violentos, la imposición y la tiranía del dinero y el poder con el timo de una felicidad imposible si no cambiamos y despertamos, sino por la fraternidad, el cariño vital y la inteligencia regeneradora del amor auténtico, no un fake love maquineto inventado por la IA, para que acabemos como en la peli de Kubrik, 2001 Odisea en el espacio. Una peli que debería ocupar el espacio informativo previo y posterior a los Telediarios, para evitar la amnesia que nos inocula constantemente el sistem in failure que se expande desde las cavernas a las naves espaciales, cambiando de traje e instrumental pero no de intenciones y objetivos.
Las religiones, como las ideologías, mal aplicadas y mal entendidas son un suicido personal y social, del que sólo nos salva el despertar cambiando por dentro y por fuera, de las tinieblas a la luz. De la basura del miedo y el egoísmo a la limpieza general del amor en el Nosotr@s. De las cadenas del tener y poseer a las alas del Ser y del compartir lo que Somos. Sí, descubriendo mucho más que otro ídolo más, un "dios" imaginario e inexistente, que se desmorona en la inútil higuera nebulosa de los cultos. Nada que ver con "eso" que está en la puerta de la conciencia y del alma, llamando para entrar y hacerlo todo nuevo, pero no por arte de birlibirloque milagrero, en plan Harry Potter o Uri Geller, no, sino desde la mejor energía divinamente despierta, fenómeno y noúmeno -ya lo dijo Kant- dentro y fuera de nosotr@s mism@s. Completando ad infinitum ese puzle del Ser, sin fronteras que es el Bien Común=Reino de los cielos.
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