viernes, 1 de mayo de 2009

Una nana para el Niño Jesús (Villancico a dos voces)

Te escribiré esta nana, tibia como la noche
de terciopelo índigo con sonrisa de luna
tímida y creciente.
Una canción de amor para que sueñes
el despertar en medio de otro abrazo;
los niños como tú, saben cantar
las voces más hermosas de un Mor-feo
que se vuelve Mor-guapo,
sólo porque tú entonas sus estrofas
y haces mucho más lindas
las notas de su canto.

Duerme, duerme, tesoro,
que en el cielo te visten
de seda y oro...
Duerme, niño del alma
que dos ángeles blancos
velan tu cama...
Duerme, luz de mi vida,
que en brazos de la aurora
serás la rosa que aroma el día...
Duerme, duerme tranquilo,
mi dulce amor,
que no hay nadie en mundo
con una joya por corazón
como este niño de luz tan bella
que danza y juega con las estrellas
al son travieso de una canción...
No te enfades conmigo, sol de mi alma,
que si no me sonríes,
será negra la noche y triste el alba...
Y cuando te despiertes, cariño mío,
mírame como siempre,
con el cielo que sale de esos ojitos
y me baña en la brisa del infinito...


Sor Lucía del Monte Tabor "El cielo duerme, el amor vela"

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