Seguramente esta canción de los ABBA, o alguna por el estilo, hubiese sido la medicina más indicada para el patético festival de Euroficción, este año en Basilea. Si la humanidad no sigue las pautas de ese hermoso canto a la Vida y al Amor fraterno convertidos en amistad, luz, comprensión, cooperación, ayuda mutua, paz, alma y consciencia, de poco servirán los festivales, las falsas celebraciones en Egolandia, ese aparcamiento enloquecido desconocedor total del divino y humanísimo Nosotr@s. Un verdadero marrón que debemos transformar por completo, desde nuestro interior para que pueda realizarse también en las gestiones externas y compartidas de lo común, con la participación de TOD@s, en la Casa Infinita. La parábola evangélica del "Hijo pródigo" lo deja bordado. Eso explica que el grupo que canta el mensaje, se llame ABBA, que, causalmente, significa en la lengua hebraica "PAPAÍTO", y se entiende que Israel y el mundo estén como están, si cuando Jesús vino a aclarar el tema, ese Israel lo crucificó por medio del Imperio Romano, y que después de veinte siglos sigan en el mismo plan, con la Biblia en ristre, para colmo...No hay que castigarles, sino compadecerles y darles ideas sanas y mucho mejores, ejemplos tangibles, individuales y colectivos de vida nueva, para que evolucionen, como deben hacerlo todas las religiones del Planeta.
No olvides que por ahí va el camino y la ecología del espíritu, que es la VIDA auténtica...dear family!
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