Tras el alucinante discurso del Jefe del Estado español para celebrar la Noche Buena de este año, sólo me responde con coherencia una canción de María Elena Walsh: El Reino del Revés.
Recuerdo la infancia de mis hij@s allá por los setenta y ochenta del siglo pasado, animada por canciones tan increíbles como ésta. Es alucinante que en pleno siglo XXI España siga en el mismo plan que hace cincuenta años, aferrada al duro banco de una galera turquesca, en plan Góngora total.
De nada han servido tantos años para cambiar el pifostio. Lo de España y su garrulismo politicante vocacional no tiene parangón en la historia de Europa. Todos los pueblos del Euro-Continente, a lo largo de siglos, han sufrido, sin duda, transformaciones y una evolución más o menos adecuada para adaptarse a la historia, todos, menos España, emperrada absolutamente en que sea la Historia la que se adapte al infinito marrón de su esencia sin conciencia, mucho más instintiva y torpe que dispuesta a admitir sus errores históricos que ya carecen de sentido y de expectativas. No sé si este estado de enajenación más histérica que histórica, logrará hacernos despertar en algún momento. Ojalá. Pero tal y como anda el patio, no le veo mucho futuro a una verdadera Transición, cada vez más necesaria y urgente.
España es una especie de taller mecánico trasnochado donde las ruedas pinchadas de siglo en siglo, se amontonan y van disfuncionando a base de parches y chapuzas, hasta que un día ya no quede forma de liquidar los agujeros y el coche patrio acabe en el montón de chatarra total en el que se ha ido convirtiendo tan ricamente para unos cuantos y tan desastrosamente para el resto de la población. Eso explica la ceguera total y absurda de Felipe VI y la vergüenza que produce la patada moral de su padre a la ética, a la decencia, a la igualdad y a la justicia. ¿Cómo puede defenderse obsesivamente una herencia dictatorial descarada travestida de democracia cojitranca , en un Estado en el que, por voluntad de un dictador, nunca se ha permitido al pueblo elegir democráticamente en las urnas, el modelo de Estado que considere mejor para su desarrollo en tiempos que ya nada tienen que ver con dinastías ni marrones hereditarios?
Por desgracia, no sólo el modelo argentino actual es una motosierra, la misma Constitución Española, lleva cuarenta y cinco años en la misma tesitura, con el agravante de que aquí ni se notan los tejemanejes, que están todos impecables en sus armarios, ordenados, clasificados, apolillados y siempre dispuestos a cualquier cosa que facilite el negociete, el ppoderío, el enchufe, la trifulca y el escándalo, el insulto y la vergüenza ajena, el pisoteo de los derechos y la inutilidad de los deberes.
Sólo desde "El Reino del Revés" puede entenderse la que hay liada. ¿Hasta cuándo? Chi lo sá! Eso sólo dependerá de nuestra evolución y de nuestra conciencia bien despierta, que ponga en marcha de una vez un cielo nuevo y una tierra nueva... Menos navidades consumistas y más nacimientos de verdad...Ainss!!!!
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