viernes, 22 de septiembre de 2023

Magistral y más claro agua, familia querida. Un regalo que no podemos dejar de leer y de reflexionar para ponernos en marcha, si aún no lo hemos hecho, o sea, YA MISMITO, carinyets!


"Como es un Super Ente vivo, reacciona" La Madre Tierra posee sorpresas desagradables

Terremoto
Terremoto

Desde la más remota antigüedad la Tierra ha sido considerada siempre como Madre que, junto con otras energías cósmicas, nos proporciona todo lo que necesita la vida sobre el planeta. Los griegos la llamaron Gaia o Demeter, los romanos Magna Mater, los orientales Nana, los andinos Pachamama. Todas las culturas la consideraban como un Super Ente vivo que, por ser vivo, produce y reproduce vida.

Solamente en la modernidad europea, a partir del siglo XVII, la Tierra fue considerada como una “mera cosa extensa”, sin propósito. La naturaleza que la cubre, no posee valor en sí, solo en la medida en que es  útil al ser humano. Este, no se considera parte de la naturaleza, sino “su dueño y señor”. Han hecho de todo con ella, sin el menor respeto, unas cosas buenas y otras letales. Esa modernidad atrevida creó el principio de su propria autodestrucción con armas que pueden destruirla totalmente, a ella misma y a la vida.

Dejemos de lado este modo fúnebre de habitar la Tierra ecocida y geocida, por más amenazador que pueda ser en cualquier momento. Dejémonos desafiar (sin la pretensión de explicarlos) por los últimos eventos extremos ocurridos: grandes inundaciones en el sur del país y en Libia, un terremoto arrasador en Marruecos, fuegos incontrolables en Canadá, en Filipinas y otros lugares.

Mayoritariamente se está creando un consenso entre la comunidad científica (menos en la política y en los grandes oligopolios económicos dominantes) de que la causa principal de aquellos, no la única, se debe al cambio del régimen climático de la Tierra y a los límites de insostenibilidad del planeta. Es la conocida Sobrecarga de la Tierra (Earth Overshoot Day): consumimos más de lo que nos puede ofrecer. Y ella ya no aguanta más.  

Como es un Super Ente vivo, reacciona enviándonos calentamiento global, oleadas de eventos extremos, terremotos, huracanes, virus letales etc. Hemos llegado al punto de que si no cambiamos este modo de devastar los ecosistemas, podemos ir al encuentro de nuestro exterminio como especie humana. Los últimos hechos son preavisos.

De todo debemos sacar lecciones. Hoy conocemos, lo que les era negado a las generaciones anteriores: cómo funcionan las placas tectónicas que componen el suelo de la Tierra. Conocemos sus grietas peligrosas, qué placas pueden estar moviéndose. La consecuencia es que si construimos nuestras ciudades y casas sobre estas grietas puede llegar un día en que ocurra un desplazamiento o entrechoque de grietas y se produzca un terremoto con sacrificios humanos y culturales incalculables. Por ahí se destruyen obras de la genialidad humana. La consecuencia que debemos sacar hoy es que no podemos construir nuestras casas  y ciudades sobre esos lugares. O debemos desarrollar tecnologías, como hicieron los japoneses, de edificios basados en materiales que equilibran todo el conjunto hasta el punto de soportar los movimientos de terremotos.

Algo semejante vale para las grandes inundaciones de magnitud avasalladora. Sabemos que todo río tiene su lecho por donde corren las aguas. Pero la naturaleza prevé  que a lo largo de sus orillas haya espacios suficientemente amplios para soportar las inundaciones. Estos espacios forman parte de su lecho ensanchado. En vano se construyen edificios y ciudades enteras sobre ellos. Cuando llega la crecida, el agua reclama el espacio por el que discurre y se producen las grandes calamidades. Conscientes de estos hechos, se impone tomar medidas de contención o simplemente no permitir que en esos sitios se construyan casas, fábricas y barrios. En términos más radicales, estas partes de la ciudad deben encontrar otro lugar, seguro, para no sufrir daños o destrucción.

Estos son conocimientos que los gobernantes y operadores del poder público deben tener en cuenta. De lo contrario, por una falta de conocimiento rayana en irresponsabilidad, tendrán que hacer frente cada cierto tiempo a catástrofes que matan personas, destruyen casas y hacen una región inhabitable.

Estas catástrofes son parte de la historia de la Tierra. Hemos conocido 15 grandes extinciones masivas. Una de las más importantes ocurrió hace 245 millones de años durante la formación de los continentes (a partir de la única Pangea). Desapareció el 90% de la vida animal, marina y terrestre. La Tierra necesitó unos cuantos millones de años para reconstruir su biodiversidad.

La segunda mayor extinción masiva ocurrió hace 65 millones de años cuando un asteroide de casi 10 km de extensión cayó en Yucatán, al sur de México. Provocó un inmenso maremoto, con gran volumen de gas venenoso y una tiniebla inmensa que oscureció el sol, impidiendo así la fotosíntesis, y el 50% de todas las especies perecieron. Los dinosaurios que durante 130 millones de años habían vagado por parte de la Tierra fueron las principales víctimas.

Curiosamente, después de cada extinción masiva, la Tierra conoció una floración fantástica de nuevas especies. Después de la última, aparecieron especialmente los mamíferos, de los cuales nosotros descendemos. Pero misteriosamente comenzó también una tercera extinción masiva. La actual no es como las otras dos que ocurrieron de golpe; se va haciendo lentamente, por diversas fases, empezando en la era glacial hace 2,5 millones de años. En los últimos tiempos se constata la aceleración de esta extinción. El régimen climático está aumentando día a día y los eventos extremos se multiplican, como hemos descrito. Hemos entrado en alarma ecológica, pues como dice muy seriamente el Papa en la Fratelli Tutti: «Estamos en el mismo barco, o nos salvamos todos o no se salva nadie».

Aparición humanos

Como dice Peter Ward en su libro O fim da evolução (Campus 1997): «Hace 100 mil años, otro gran asteroide alcanzó la Tierra, esta vez en África. Este asteroide se llama Homo sapiens». En otras palabras, es el ser humano moderno que ha inaugurado el antropoceno, el necroceno y el piroceno.

Si el peligro es grande, decía un poeta alemán, también es grande la posibilidad de salvación. En ella espero y confío, no obstante las calamidades antes descritas.

*Leonardo Boff ha escrito El doloroso parto de la Madre Tierra, Vozes 2021; Habitar la Tierra 2022.

Traducción de María José Gavito Milano

La Madre Tierra 


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Comentario del blogg:


Una vez más Leonardo Boff nos invita a parar el carro del desguace planetario y a despertar por dentro para lograr sobrevivir por fuera sin destrozar la Casa Común, el Planeta, que nos está lanzando un constante S.O.S. 

Ese despertar no es un tema filosófico ni ideológico ni religioso: es ya una urgencia vital. Nuestra especie en el punto involutivo al que ha llegado, más que una especie, es una enfermedad de la que o se cura o no habrá nada que hacer por más inteligencias artificiales que se inventen, al contrario, mucho peor exponencialmente, cuanto más complicado y tóxico sea el modo de malvivir en la abundancia de lo superfluo, para unos pocos, que deriva en la escasez de lo fundamental para el resto  de seres humanos, o sea, en la expansión del consumismo y el derroche como fundamento vital, causado por la contracción de la conciencia como destrucción de la misma vida humana y terrestre. 

¿Qué pasaría en al planeta, si de golpe. millones de consumidores decidiesen consumir lo justo para sobrevivir, si millones de usuarios dejan de comprar y utilizar coches, de hacer cruceros vacacionales súper contaminantes, si se comienza a cambiar el destrozo energético de grandes empresas, por el autoconsumo energético y a utilizar el ferrocarril y los aviones, alimentados por placas solares, o si se aprende a disfrutar el turismo y las vacaciones haciendo viajes al interior de nosotr@s mism@s, porque desde la infancia, en la escuela, en el instituto y en la Universidad, al mismo tiempo que estudiamos materias externas, también hemos ido aprendiendo el arte y la ciencia de descubrir quiénes somos y para qué estamos aquí? Un progresivo reconocimiento que nunca encontraremos en el exterior de nuestro Ser...Sin credos fanáticos en plan chupachups. Abriendo la entrada  interna de la Casa Infinita y descubriendo con la llave individual de cada criatura, el distinto acceso que abre la puerta del mismo espacio para toda la familia cósmica...no sólo humana, también animal, vegetal y mineral, planetaria y espacial, estelar, material, energética, mental y espiritual: el sentido y realidad de toda evolución que lo sea de verdad, claro...

Como diría Teilhard de Chardin: Descubrir el fenómeno humano en el medio divino y viceversa: el medio divino como fundamento inicial del fenómeno humano, animal, vegetal y mineral, físico, químico, biológico, eléctrico, atómico como fusión de los egos en el Nosotr@s, nunca como fisión de un Nosotros ignorado y por descubrir entre los egos, que ha sido hasta ahora el modus operandi del pifostio deshumanizante que hemos entendido como riqueza, bienestar y hasta derechos humanos(¡?), obviamente, sin los deberes éticos, justos e igualitarios, amorosos y sofraternos, indispensables para que exista el equilibrio y cuyo lugar okupa e invade el egocentrismo del dinero, la compraventa de todo y la mentira como receta emprendedora del menú universal.

¿Cómo no acabar siendo nosotr@s mism@s la contaminación de todo lo que se toca en ese plan? La Tierra es también parte de nosotr@s, como cuerpos, instintos, emociones, mente, sentimientos, alma y conciencia, lo son también. No podemos vivir si destrozamos cualquiera de esos pilares fundamentales para la vida, pero sí podemos hacer milagros con ellos cuando la vida sube de nivel y entra en la profundidad humilde, despierta e inteligentemente previsora y generosa del Ser interno.

Si esa experiencia se va descubriendo desde la infancia, en el despertar entre lo cotidiano, se desarrolla y con ella se teje un nuevo horizonte que humanamente nos mejora y nos contagia la luz sin límites, que mirando sólo nuestros ombligos nunca encontraríamos...

No dejemos sin remedio ese final de gusanos asfixiados haciendo el capullo de seda que nunca podrán disfrutar, tras haberla tejido, innovemos el marrón y pasemos ya -es el momento- a ser las  mariposas portadoras de vida, con todo el futuro por delante en modo presente: el Infinito Amor creador de todo y de Tod@s, al que todos los nombres del mundo mundial no le llegan ni a la suela del zapato, que, por cierto, no necesita para nada, pero que se pone para caminar a nuestro lado sin llamar la atención, haciendo posible el cambio de gusano fiambre a vida reciclada y voladora, danzante entre las plantas y la brisa, repartiendo la vida por el mundo y dejando las pistas indelebles de  esperanza en los trazos posibles y certeros de un futuro mejor por todas partes, que si así lo queremos y lo creamos, de uno en un@ y, al mismo tiempo, unid@s en común, podemos poner en marcha aquí y ahora...Ains!!!! 

                  Incrementa tu esperanza en la vida

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