martes, 15 de noviembre de 2022

Gracias, Javier Gallego, Carne Cruda y gracias eldiario.es. Qué reflexiones tan adecuadas y necesarias, querida famlia!

LO LLEVAMOS CRUDO

La Marea Blanca puede ahogar a Ayuso


Cientos de miles de personas en la manifestacion "Madrid se levanta por la sanidad publica".
Foto: Olmo Calvo

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Madrid vivió este domingo la manifestación más multitudinaria en años. Cientos de miles de personas colapsamos el centro de la capital para defender la Sanidad Pública que Ayuso está demoliendo siguiendo el plan del PP de las últimas dos décadas. Su mentora, Esperanza Aguirre, lo intentó y se encontró con la marea ciudadana más tozuda y tenaz, que acabó torciéndole el brazo: la Marea Blanca paralizó la privatización y provocó el primer desgaste en la imagen de la presidenta. Entonces, Aguirre cometió la misma equivocación que ahora comete Ayuso, negar, denostar y menospreciar las protestas y la indignación que las provoca. Es un error mayúsculo olvidar que la Sanidad Pública es un consenso transversal en nuestra sociedad y que su mal funcionamiento se padece en carne propia. Es otro error mayúsculo confundir el malestar social con una “manipulación política” de la izquierda y a los médicos y sanitarios con radicales antisistema. Se está echando encima incluso a sus votantes.

Nada nuevo bajo la Puerta del Sol. La presidenta madrileña sigue el manual pepero, y también trumpista, en estos casos. El enfrentamiento. Ayuso ha construido su liderazgo, bajo la dirección de Miguel Ángel Rodríguez, haciendo de jefa oficiosa de la oposición a Sánchez. Jaleada por el aparato mediático conservador, convenientemente regado con contratos millonarios de publicidad de la Comunidad de Madrid, se ha convertido en el azote del Gobierno al que llama “socialcomunista”. Se ha dedicado exclusivamente a la guerra ideológica por el relato, mientras la prensa le escribe panegíricos y le tapa las vergüenzas. De su gestión solo tenemos la bajada de impuestos a los más ricos, el contrato de las mascarillas de su hermano y ahora la crisis de la Atención Primaria, la huelga de sus profesionales y la cascada de dimisiones y ceses de los responsables de Sanidad. 

Pero dato mata relato. Madrid es la comunidad más rica y la que menos invierte en Sanidad por persona y, por eso mismo, la que más seguros privados vende. Seiscientos sanitarios de refuerzo para la pandemia fueron despedidos en mayo, mientras falta personal en los ambulatorios. Ciento cincuenta millones, el triple de lo presupuestado, costó el Hospital Isabel Cendal hoy casi vacío, construido mientras morían 7291 ancianos en residencias por el protocolo de la presidenta para excluir a los más vulnerables. No faltan médicos, se van por los contratos basura que les ofrecen. De los 338 médicos de familia que habían terminado la especialidad este verano, solo 59 se quedaron. De los 200 profesionales que trabajaban en zonas rurales, 30 han renunciado recientemente. Y la traca final han sido las urgencias sin médicos, como los aeropuertos sin aviones. Prometió reabrir 37 centros de salud y mantener 41 servicios de atención rural, pero 34 tendrán a una enfermera conectada por pantalla a un doctor para atender a los pacientes. Cuando muera alguien por un mal diagnóstico, la responsabilidad no será del médico, será de Ayuso.

Fue la gota que colmó el vaso. Pero no es por esos 34 médicos como dice la presidenta, el vaso ya estaba lleno y cientos de miles de personas lo desbordaron el domingo para defender la Sanidad Pública frente a quienes la quieren vender. El PP madrileño quiso evitar la fotografía de la marea humana impidiendo el paso y confiscando cámaras a los fotógrafos en la entrada del Palacio de Comunicaciones en Cibeles. Por primera vez que recuerde, no hubo helicópteros sobrevolando la manifestación y hasta se desactivaron las cámaras de las calles por las que circulaba la marcha. Libertad, lo llaman. Telemadrid, secuestrada una vez más por la presidencia de la Comunidad, tardó 40 minutos en hablar de la movilización y la tildó de “protesta de sindicatos e izquierda contra Ayuso”. En la misma línea han ido, oh sorpresa, La Razón y ABC. Son el enésimo ejemplo del problema que supone para la democracia el periodismo que no es periodismo, es propaganda. 

La presidenta ha respondido como se esperaba: hablando de ETA. Cuando tienen que sacar el comodín del terrorismo es que tienen miedo. Ayuso se ha encontrado con la primera piedra en el zapato. Aquí no puede culpar a Sánchez porque todo el mundo sabe que la Sanidad está transferida. Su lema “libertad o comunismo” se viene abajo cuando ella misma convierte a Madrid en aquello que achaca al comunismo: el caos. Hasta El Mundo le ha dicho en un editorial que “se equivocaría si redujera la concentración a un acto de intimidación política”. Es muy difícil que caiga el ojito derecho de la derecha que tiene a la mayoría de medios, de Ana Rosa a Federico, haciéndole la ola. Pero si hay una oleada que puede ahogarla es la Marea Blanca. No hay cañas suficientes para que todos los madrileños vayan ciegos a las urnas.  

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 Comentario del blog


Lo del pp es un déficit crónico, heredado de un ppasado ppodrido. No se saben leer los signos de los tiempos y eso siempre tiene un precio demoledor. La miopía política de los totalitarismos no deja ver el horizonte de la historia y por eso todos los montajes "totas" acaban feneciendo ante sus propias iniciativas repetidoras y creando basura donde deberían crear vida sana y cooperativa. Creen simplemente que la Marea Blanca solo es un incidente puntual y no el resultado de su falta total de inteligencia gestora, debido a la carencia absoluta de ética y de humanidad ( "de sentimientos", según declara Ayuso con una mezcla absoluta de cinismo y estupidez, los pilares inamovibles de su desgobernanza) . 

Pensar que una crisis sanitaria perpetua y ya hasta convertida en filón corrupto privatizador de la Sanidad Pública, puede sostenerse como "normalidad" sin que la sociedad se levante en masa, antes de hacerse papilla, como está sucediendo en Madrid, es resultado de dos causas motrices: 1) de un gobierno madrileño descerebrado que se comporta como una plaga invasiva devorando el Bien Común como cosa normal, y 2) de un pueblo dormido entre dimes y diretes, hasta que le llega el turno del suplicio en primera línea. O sea, lo que está pasando en Madrid y acabará pasando, sin duda alguna, en Murcia, Castilla León, Galicia y Andalucía, de momento...

Si el pp tuviera dos dedos de frente, lo primero que haría sería una seria y profunda autocrítica con un cambio de rumbo, una toma de conciencia, como lo han hecho en Europa las derechas de otros estados, por eso, seguramente, llamaba tanto la atención que el Gobierno de Merkel, en su gestión social fuese más socialista que el PSOE, siendo demócrata cristiano, tan unido al pastón. Claro, en Alemania la derecha perdió la II Guerra Mundial, en España, en cambio, la misma mugre ganó la guerra civil y con una manipulación constante durante medio siglo, no se han podido ver diferencias claras entre la ética y la desvergüenza a la hora de desgobernar el cortijo ppatrio. 

No será la Marea Blanca la que ahogue a la momia de Ayuso, que más autoahogada ya no puede estar, será el propio rumbo social y colectivo el que obligue al pp a cambiar de marcha, de valores, de conciencia y de conductas. Los tiempos no tienen marcha atrás ni la evolución tampoco, aunque a la mediocridad no se parezca. El daño al prójimo también es un daño a sí mismos. No se puede construir con plastilina un rascacielos sin que al mismo tiempo el invento se desmorone solo.... El pp, con su inercia Atapuerca fashion, aún no ha caido en la cuenta, pero C's y Vox le están dando pistas y ahí están con espuertas y carretillas para recoger los cascotes que vayan cayendo, y montarse el chiringuito politiquero/sanguijuela legislativa y judicial. 

Pero también el resto de la sociedad ata cabos y aprende constantemente de semejante desastre, especialmente cuando empieza a sentir náuseas ante las noticias y tertulias amañadas descaradamente, donde hasta la máxima autoridad municipal como Almeida, ha mostrado las trazas repulsivas de una manipulación inentendible en una democracia, tratando de lavar la cara al cenagal controlador del acontecer público en Madrid. 

El peor problema solo será que la izquierda no se dé cuenta del enjuague, y siga en Babia haciendo el idiota, y permita que aumente la abstención en las urnas, debido al hartazgo del sufrimiento social. Entonces será el llanto y el crujir de dientes de todas las Hispanias. Así que ojo, con tapar errores confundidos con aciertos y con dar al poder más espacio y realidad que al servir. El mundo, sus comunidades humanas y sus estados necesitan con urgencia de UCI una conciencia y un imperativo categórico sociales, cooperadores, visibles, palpables, colectivos y personales, que muestren en la práctica diaria y responsable de valores básicos con fraternidad solidaria e inteligencia aplicada a lo común, y no solo trucos "legales" e "institucionales", solo para coleguitas, entre ppolítica y ppasta, para manipular mejor las ruinas del Planeta... 

Será porque La Marea Blanca SOMOS TOD@S

 

 

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