sábado, 22 de agosto de 2009

Operación "mandala"

Queridos amigos que seguíais de vez en cuando los tres blogs que he suprimido, quisiera agradeceros la compañía que durante un par de meses me habéis regalado, vuestras visitas y comentarios a veces escritos, a veces (la mayoría) in person. Y también, -aunque no es necesario, sí me parece oportuno- explicaros que tanto la decisión de brirlos como la de cerrarlos ha obedecido a un ciclo de inspiración que ya ha caducado. Ahora toca dejar que el universo reparta en lo invisible lo que se plasmó en lo visible, si es que quiere hacerlo. La verdad es que me da igual lo que la vida y el universo hagan con lo que sólo les pertenece a ellos. Al transcribiente sólo le corresponde el gozo del disfrute del proceso y el crecimiento que queda como un poso bajo los dictados de cada inspiración, que es un regalo personal de "arriba" y de "dentro", indeleble, por decontado.
Igual que los lamas tibetanos, he deshecho alegremente mi mandala de tres círculos concéntricos y así dejo que el viento del espíritu, que sopla donde quiere y como quiere, se lleve el polvo coloreado de las ideas, el eco silencioso de las palabras escritas y la música de las imágenes.
Que todo lo bello y bueno que hubiese ahí, llueva dulcemente sobre los mares eternos y regrese a casa convertido en gotitas de eternidad, no por el poquísimo tiempo que ha sido perceptible, sino por el origen que todo lo recicla y da sentido y utilidad, a su manera, que generalmente no es la nuestra.
Como para los pajaritos del cielo y los lirios del campo, todo está en su sitio. A cada día le basta su afán. Y mañana Dios dirá por donde sopla el ángel inspirador. Hoy sólo quiero daros este abrazo de luz y transparencia.
Que la paz esté y se quede con vosotros y en vosotros, puesto que ella sólo es posible porque vosotros, nosotros y ellos la podemos acoger, generar, cuidar y multiplicar.

Gracias por vuestra compañía. Sed felices.

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