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Una compañera de elDiario.es, Francesca Cicardi, está en Cisjordania y ha podido hablar con un exsargento del Ejército de Israel
que ha estado siete meses en Gaza. Confiesa métodos sin escrúpulos en
la ofensiva, como por ejemplo el uso de civiles palestinos como escudos
humanos en las redadas, por si recibían ataques o había alguna mina. Sus
superiores lo llamaban ‘protocolo mosquito’. Cuenta que “no hay normas”
sobre cuándo disparar o no y que de hecho “hay un juego entre los
soldados, cuantas más personas mates, más puntos obtienes”.
Ayer, en el aniversario de los atentados de Hamás, en el propio Israel
hubo de nuevo manifestaciones importantes y concentraciones frente a
las casas de los ministros para exigir el fin de la guerra. No tanto por
dejar en paz al pueblo palestino sino por no poner más en peligro a los
rehenes que siguen en posesión de Hamás.
Y sin embargo.
La votación para validar el decreto de embargo de armas a Israel por
parte de España se ha vuelto a retrasar. Se celebrará hoy, y no ayer, para no hacerlo coincidir con el 7 de octubre. De todas formas, lo mismo acaba tumbado y sin efecto: Podemos se resiste
a dar su visto bueno imprescindible. Organizaciones como el movimiento
Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), la Red Solidaria Contra la
Ocupación de Palestina (RESCOP), el Centre Delàs o Greenpeace piden a
Podemos que no tumben un decreto que es mejorable pero supone un
avance.
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