martes, 31 de marzo de 2020

España camisa blanca de mi esperanza -Ana Belén-


 

Rap del absurdo

Es igual que un marido maltratador
y zafio, aprovechado,
que dice que eres suya para cobrarte el IVA
y los impuestos que no pagan la Iglesia
ni los ricos de siempre,
le encanta machacarte a golpe de decreto
y mirar como sufres su crueldad descarada
plena de autoridad legal y armada,
y dejarte en el chasis en cuanto la ocasión se lo permite,
te impone sus criterios, su chantaje,
su machismo mortal convertido en bandera y en escudo,
en marcha militar ;
se viste de torero y de rejoneador
para poder clavarte las espadas y los pinchos
mientras te va arrastrando por la plaza
dando la vuelta al ruedo con esa chulería de manual
entre hortera y castiza.
Le pirran las fanfarrias, los desfiles, las tracas,
las fiestas y los ruidos estridentes,
la jarana imparable del vacío
y engañarte con luces y arrumacos
con discursos y tonos desbordados
donde el tópico rompe las razones
que saltan por encima de todo lo que suene a dignidad
pero rezume jugo patriota, chabacano
y vulgar.

Se alimenta de cada ser humano
que no tenga blasón, pastón o pedigrí,
se caga en las virtudes que predica
y se monta comedias del copón
sin que le importe un pito
lo que pueda sentir
ese pueblo simplicio y tontorrón;
en realidad no es nada por sí misma
no tiene ni sustancia ni valor
ni consistencia,
solo es un nombre hueco, un concepto
perdido en las hojas marchitas
de una historia fiambre
que se quedó colgada del perchero
del tiempo,
más perdida
que un barco de vapor en una mina,
que un chicle en un alambre
o que Carlos Gardel en Salamina.

No es nada de verdad pero lo pilla todo.
No aporta nada más que sangre y lodo
cuando se pone chula, pesada y majareta
puede liarla parda y montar una guerra
no vale nada pero todo lo enreda
cuando va de uniforme y de bandera.

Patria le llaman, por lo del patriarcado
que no da más de sí su recorrido,
del zulo del poder al cementerio,
pasando por el trono y por el cetro
por el virus del forring coronado
y por los paraísos
de toda componenda monetaria
tan justa, tan correcta,
y tan protocolaria. Que es lo que debe ser
la institución. Aunque el pueblo
se caiga a pedacitos,  eso da igual
que al fin y al cabo el pueblo
está para cargar con el mochuelo,
y lleva con honor cualquier tragedia,
que todo por la patria es lo mejor,
aunque ningún sufrido patriota
le haya visto la cara ni el mantón.

Mira, que si la Patria fuese un bulo,
una eterna fakenew
que nunca ha sido nada
en realidad,
solo una excusa vil y perdularia
para vivir del cuento
colgada de la ley
con la que cuatro gatos
se forran lindamente
y viven sin complejos
por años y centurias
siempre a cuerpo de rey
mientras el pobre pueblo
"patriota" y timado al por mayor,
les paga el mogollón de las facturas
los ligues, los bribones  sin rubor,
las leches soberanas a golpe de elefante
y de millones
desde un banco suizo hasta Botswana

Una patria tan rara no es normal
ni tampoco lo es un parlamento
al que tal situación
le parece tan justa y natural,
que no mueve ni un dedo
ante el dolor del pueblo y el abuso real.

No puede ser la patria de verdad
un montaje amoral
al que su misma base política y social
le importa un bledo.

Nunca he podido comprender que un partido socialista y obrero tenga ese empeño por mantener una monarquía insostenible por su origen, por su anomalía democrática y lo peor de todo por su cinismo, su burla cruel y esperpéntica hacia un pueblo que inexplicablemente la financia y le consiente todo tipo de exceso. Creo que España mientras no se aclare con este marrón nunca será digna de considerarse una verdadera democracia. La propia monarquía debería avergonzarse de su reimplantación por un dictador genocida y tiránico como por su imposición a la fuerza en la Constitución, sin un referendum previo para elegir modelo de estado. Estamos sosteniendo un sistema ilegítimo, cuyo modelo de estado, será un chanchullo indecente mientras no pase por las urnas. No soy monárquica, pero sí soy demócrata y solo aceptaría algo así si fuese la elección votada por una clara mayoría ciudadana. Mientras eso no sea posible esta monarquía seguirá una imposición dictatorial, forazada por un tirano sin escrúpulos que liquidó a la media España que le molestaba, y una vergüenza para cualquier democracia normal. Si el rey tuviese principios éticos sería el primero en no aceptar una situación de este calibre, amparado en el absurdo de dinástico, como si eso fuese un aval de valía o tuviese valor moral y político, en el siglo XXI. Un apellido no significa nada a la hora de ocupar cargos de responsabilidad. Un apellido no garantiza nada a la hora de la verdad, es la valía personal, la decencia, la ética y la conciencia. Sobre todo la conciencia consciente, que al parecer las dinastías no valoran en absoluto, dado que desde niños les inculcan el disparate de creerse "elegidos" por su apellido, como en las dinastías imperiales del pasado. Ahora los jefes de estado se eligen en las urnas por sus cualidades, su ética, y sus modos de entender la política y de vivir en la normalidad, no por una excepción genética específica como los caballos de carreras, los gallos de pelea, las vacas o los toros,o sea, por llamarse Trastamara, Borbón o Austria. Eso pasó a la historia hace mucho tiempo.Y no, el pueblo ya hace mucho que no traga estas aberraciones y siempre abomina de quienes llama parásitos mientras les pagas las facturas en plan autómata, por eso debería reclamar su derecho a elegir un modelo de estado de acuerdo con el tiempo y las aspiraciones de otra civilización, donde no caben privilegios por apellido, sino una valoración de conductas, actitudes, humildad, salud histórica y transparencia. Llevamos dos siglos de retraso con el mismo muerto encalomado. Ya vale, ya es tiempo de dar un giro al disparate made in 'caudillo', xd! Lo que ya bate el record de lo incomprensible es que el PSOE tenga la desfachatez política de vetar por segunda vez la investigación parlamentaria de las finanzas borbónicas y que siga llamándose socialista y obrero, lo de español le va bien. Está a altura de la basura "de siempre" y del silencio cómplice de tanta prensa asalariada por el establishment del Ibex35 & company. Ains!!!

transparencia


Los escándalos de la Casa Real PSOE, PP y Vox vetan de nuevo la investigación de las finanzas de la Corona en el Congreso

La Mesa del Congreso rechaza la petición firmada por ocho formaciones políticas en la Cámara Baja para crear una comisión de investigación sobre las finanzas de los miembros de la familia real. Unidas Podemos es el único partido del órgano que vota a favor.

 Público


Arvo Pärt - Tabula Rasa

TODO CAMBIA - DEBARRO (cover)

Desde Europa Laica tratan de abrir los ojos a esta sociedad en siesta sempiterna, incapaz de relacionar síntomas y enfermedades, causas demenciales con efectos demoledores, a los que está tan acostumbrada que los considera un ritual, un patrimonio intocable, devoción reverente, reino supremo, "lo nuestro" y "expresión del fervor popular"


La voz de Iñaki Gabilondo | 31/03/2020 | Los de la cola, esenciales





Pues sí, es cierto. Ya lo dice la antigua y siempre nueva noticia: en el reino real que cambia , que se renueva en la esencia imperecedera y nunca acaba, los últimos son los primeros y viceversa. O sea, la cola se cuenta al revés. Basta con echar una mirada alrededor para comprobarlo, es lo más hermoso y reanimante que tienen los peores momentos de la historia humana. La verdad a tocateja. Que nos ofrece la posibilidad de despertar y comprobar lo que hay sin que nadie interfiera la percepción ni la distorsione con monsergas y rutinas de falsa seguridad ontológicamente imposible: "como siempre", "desde siempre", "para siempre", o "eso nunca", "jamás", "es imposible",  que mientras nos cuenta fantasmadas hollywoodenses con la banda sonora de Netflix, nos canta una nana letal para la conciencia individual y colectiva, donde no somos capaces de descubrir como el Segismundo calderoniano, que "todo en la vida (falsa) es sueño, y los sueños sueños son". Cuando se vive "ilusionados" estamos en esas. Hay que salir de la niebla del sueño ilusorio, despertar y comprobar in situ que "la ilusión" es la milonga paralizante que nos distrae y nos hace olvidar el sanísimo entusiasmo por la realidad, por verla como es y no como nos imaginamos que es o nos gustaría que fuese y la vamos relegando en manos ajenas: dadme un estado democrático, dadme equilibrio, justicia, aunque solo sea un trampantojo, un trabajo de esclavo feliz con lo suyo, salud, festejos, devociones, dogmas aseguradores del más allá, y de un bienestar solo material en el que yo soy una hormiga que, ideológico/dependiente, solo es carne de cañón y de matadero. Una hormiga sin derecho a conciencia ni a superar el destino que le han asignado los amos del hormiguero. No puede pararse en la fila mientras arrastra su aportación como puede, mientras en ese camino cualquier pie despistado de los gestores generales, pueda aplastarla al pasar sin siquiera darse cuenta.
El sueño se termina el día en que el hormiguero se ve asolado por una plaga infecta y letal provocada por los insecticidas del jardín: a los dueños les molestan tantos insectos, tantas hormigas eficaces pero exigentes, que se reproducen a demasiada velocidad, y amenazan con rebelarse y devorar los bancales de flores y frutos si no cambian las gestiones del jardín globalizado, cosa que ni siquiera cabe en las cabezas pensantes del sistem in failure. ¿Quién iba a imaginarse que la evolución era algo más que una hipótesis de Drarwin e incluso que las laboriosas y obedientes hormigas acabarían siendo seres humanos? Qué locura, pordiós! Hormigas que se autogestionan, que tienen ideas y proyectos, que se largan del orden establecido y se asocian, se ayudan y se juntan para apoyarse y cuidarse, para crear otro mundo mejor y más sostenible donde lo cotidiano es fundamental para afrontar con éxito lo más extenso y complicado, en el que nadie vuelva a ser un insecto abandonado a las inercias de las especies animales y a los rifirrafes ajenos a la realidad imprescindible. Sin hormiguero se puede vivir, hasta que se construya otra alternativa, pero sin asociarse y quererse, no. Eso es mortal de necesidad. Eso era justamente lo que los amos del jardín estaban empeñados en impedir a costa de lo que fuera: incendios, olas de frío y calor, guerras sin parar, terrorismos desquiciados, hecatombes financieras en las que solo se arruinaban las hormigas, pero nunca los putos amos del cotarro. Y mira por donde, el plan se les fue de las manos, ellos mismos intentando impedir que las hormigas  creasen su nueva forma de vida, habían provocado una hecatombe colosal, en la que movilizaron hasta los ejércitos para evitar que las hormigas, acusadas de ser las provocadoras del contagio, anduviesen por el jardín y hablasen entre ellas. Pero ellas, en ese aislamiento van superando el shock y descubriendo la realidad. El corte repentino con la dinámica de le mentira, les ha facilitado la ocasión para ver la realidad  y dejar de soñar tontunas provocadas por la media-infeción que había convertido en un disparate a la cada vez más disparatada aldea global de McLuhan.
Y entonces ahí, se acaba el sueño, porque la pesadilla es la realidad. El sueño había sido la ilusión de considerarse hormigas libres, felices, democráticas y esas cosas...Pero lo cierto es que no eran hormigas drogadas, eran seres humanos dormidos y anestesiados desde su nacimiento, como sus padres y sus antepasados. De repente esa evidencia provocó el cambio. Y una hermosísima luz que brotaba de toda la nueva comunidad, dejó a la vista la Realidad. 

Por supuesto que a partir de entonces nada fue igual que "siempre". Los siempres y los nuncas  se acabaron. Y la parte de Humanidad que cambió voluntariamente, tomó por fin las riendas de su conciencia autorresponsable. La Edad del Plomo y del  Hierro oxidado y fósil se acabó. 

La vida, afortunadamente, era otra cosa, otra sustancia, otro fluido, otra esencia, que felizmente no venía impuesta por nada ni por nadie...todo estaba por hacer en un nivel tan distinto como apasionante y sereno, entusiasta y equilibrado, donde las preguntas traían dentro las respuestas y se abrían como un regalo constante del conocimiento activo y realizador. No hubo guerras ni enfrentamientos, simplemente, el barullo se esfumó sin que nadie interviniese. Nunca se supo si los jefes del jardín se disolvieron en la nada, si se los tragó la tierra o si se transmutaron en seres normales al contacto con la luz, el caso es que nadie les echó de menos ni de más. Como si la memoria del Cosmos hubiese hecho borrón y cuenta nueva. 

De pronto sonó una música innovadora, que nunca había sonado hasta entonces, y unas voces a coro dijeron cosas inesperadas en el viento del amanecer:
quien tenga sed que se acerque y beba; el que quiera, coja de balde el agua viva.
Dicen el Espíritu y la esposa: "¡Ven!"
Diga el que escucha: "¡Ven!"   

En realidad todos y todas estaban invitadas, -más allá de espacios y tiempos, pero a la vez,  inmersos en ellos-,  a una boda sin fronteras, en la que el Espíritu era el novio y la novia la Humanidad, la Bella Durmiente recién despierta. Ella era también Espíritu, ¡por fin la Unidad! Durante eones, habían estado separados, trabajando en dos planos aparentemente diversos, fue muy largo el camino, lleno de retos y confusiones, de altibajos y barbaridades que debieron reconocer y perdonarse a sí mismos como al Otro y la Otra,  hasta que ambos maduraron y se descubrieron por primera vez, como idéntica realidad cooperadora y no opuesta. Como Yinn y Yang formando el Tao, como Padre-Madre-Hijo, en Trinidad, como Padre-Niño-Adulto, en un golpe de Análisis Transaccional o en un Yo controlador y rancio, un Ello irresponsable y fresco y un Yo maduro, aburrido y moderado, con Freud. A través del tiempo, las diferencias y similitudes se habían ido descubriendo como partes del mismo metabolismo espiritual, racional-emotivo y hasta físico! La misma esencia con diversas formas. Sin rivalidades, sin dependencias, sin egomanías...Pura poesía antropológica y fraterna. Pura música terrestre y celestial que resultaron ser la misma.

¿Qué mejor bálsamo de Fierabrás que la literatura de anticipación para llenar el hueco desolador y al mismo tiempo esperanzado de una pandemia tan esperpéntica, verdad? 

Cuidáos mucho, hermanas y hermanos, familia planetaria querida, que aun queda mucho que hacer, carinyets! 

Qué bien! De la mano de eldiario.es nos llega una estupenda información: la cara mas inteligente, sana e imprescindible de la tecnología. ¡Ya era hora!


Cursos online, campus virtuales y tutoriales en directo. Si la tecnología ya formaba parte de nuestras vidas, el obligado confinamiento por el coronavirus nos hace valorar aún más las herramientas y los recursos digitales que tenemos al alcance dentro de nuestros hogares. Aprendemos recetas en línea, vemos conciertos gratis en las redes sociales, visitamos museos desde el sofá o entrenamos en el salón como si fuera el gimnasio.
La cuarentena se ha convertido en un buen momento para que podamos mejorar nuestra formación, actualizar conocimientos y descubrir las aplicaciones más útiles. Aplicaciones que, pese a no poder salir de casa, seguimos necesitando en nuestro día a día y que también son capaces de dar respuesta al creciente interés de la sociedad por el medio ambiente. 
Según los datos del último Eurobarómetro presentado por la Comisión Europea, la preocupación por el calentamiento global ha aumentado entre la población española, 8 puntos más que en 2019, mientras que el 90% de los encuestados indicaron que el cambio climático es “un problema muy serio”, situando a nuestro país en el primer lugar de la UE. Pero, ¿se puede seguir demostrando nuestra conciencia ecológica cuando apenas podemos salir de casa? La respuesta es sí, podemos seguir siendo responsables con nuestro entorno gracias a las aplicaciones más sostenibles. Es aquí donde la tecnología, la que se ha convertido en la mejor aliada en estos tiempos de aislamiento, une esfuerzos para evitar la degradación del planeta.

A.I.R-e: Aprende del reciclaje inteligente 

Si eres de los que aún tienen dudas para separar los distintos residuos, si aún cometes errores a la hora de saber qué es lo que va en cada contenedor, este parón puede ser un buen momento para aprender a reciclar más y mejor. Basta con preguntar a los que más saben, a quienes hacen posible que los envases de plástico y cartón, latas y briks, tengan una segunda vida. Ecoembes se adapta a los hábitos digitales con el primer asistente virtual de reciclaje. A.I.R-e nace para responder a todas las cuestiones relacionadas con el reciclaje de envases y de otro tipo de residuos como mobiliario, menaje o textil. Este chatbot está disponible de forma gratuita, a través de Google Play y Apple Store, en Facebook Messenger y en la web de Ecoembes. También puede activarse en Amazon Alexa y está presente en Twitter. A.I.R-e funciona a través del reconocimiento de voz y texto, pero incluso es capaz de averiguar el tipo de residuo si enviamos una foto. Solo en 2019, este asistente recibió más de 600.000 consultas.  

 

Wattio: cómo controlar el gasto de luz

Quedarse en casa implica gastar menos dinero fuera, pero estamos consumiendo mucha más electricidad. Más dispositivos conectados, el teletrabajo, más horas de televisión o un mayor uso de electrodomésticos. Según Selectra, expertos en el asesoramiento de tarifas de energía, el estado de alarma va a encarecer en 25,72 euros el recibo de la luz de los consumidores en una vivienda de cuatro personas. Para intentar controlar este mayor consumo eléctrico, podemos convertir nuestro hogar en una smarthome gracias a Wattio. Se trata de una aplicación que,  a través de un ecosistema de gadgets, monitoriza desde el móvil el gasto de electricidad que realizamos en toda la casa.

 

Abouit: para consumir de manera consciente 

En un momento en el que planificamos más que nunca lo que incluimos y lo que no en la lista de la compra, es buen momento de aprender cómo afecta cada artículo que adquirimos, tanto a nuestra salud personal como al resto de la sociedad. Para elegir los productos más éticos y sostenibles, nace la app Abouit. Basta con escanear el código de barras a través del móvil para obtener puntuaciones que indican los productos más sanos y seguros (alérgenos, nutrición, riesgos), cuáles son fabricados por las empresas más responsables (derechos humanos y laborales, transparencia corporativa), y cuáles respetan más el medio ambiente (impacto ambiental, certificaciones). De momento cuenta con unos 15.000 productos en su base de datos.

Creative ideas: inspiración para reutilizar

Para combatir el aislamiento, la cultura del hazlo tú mismo o DIY (Do It Yourself) es una buena terapia para dar rienda suelta a la creatividad, al tiempo que reutilizamos y reducimos la cantidad de residuos. Una de las máximas del DIY es el abaratamiento de costes y el reciclaje de objetos para darles una nueva utilidad. Entre las muchas aplicaciones disponibles, donde encontramos tutoriales paso a paso y contenidos que nos sirven de inspiración, destaca Creative Ideas-DIY & Craft, con ideas y soluciones prácticas para decorar la casa por poco dinero o transformar objetos en juguetes.

El chapuzón de Zoe: educación ambiental 

Con los colegios cerrados, las casas se han convertido en escuelas improvisadas donde los padres intentan compensar la falta de clases. Para que los niños sigan formándose como ciudadanos respetuosos con el medio ambiente,  la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea creó la animada aplicación El chapuzón de Zoe. Un cuento interactivo que nos habla del papel del agua en nuestras vidas, de la importancia de usar este recurso con responsabilidad para evitar que sea desperdiciada y de los efectos que tiene al contaminarse sobre el entorno.

Verdades como puños, de imprescindible lectura y reflexión. De nada sirve un mundo lleno de recursos en las manos inhumanas de quienes aun no abandonado las cavernas paleolíticas en el plano de la conciencia. Gracias, Juan Torres López, ojalá se multiplicasen en la universidad, instituos y escuelas, los maestros y maestras como tú!



La tramoya

Dinero hay, lo que falta es voluntad de salvar a las personas




Personal sanitario traslada a un paciente desde una ambulancia en la entrada de emergencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid. REUTERS/Juan Medina
Personal sanitario traslada a un paciente desde una ambulancia en la entrada de emergencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid. REUTERS/Juan Medina
El primer caso de coronavirus se detectó el 1 de diciembre de 2019 en Wuhan. Han paso, por tanto, 120 días y, según las estadísticas internacionales que acabo de leer cuando escribo estas líneas, desde entonces han muerto en el mundo 37.091 personas. Es seguro que muchas más, porque en algunos países no se están contabilizando, por ejemplo, a quienes mueren en sus casas o en residencias de ancianos.
Desde hace semanas, docenas de hospitales están saturados y el personal sanitario está sobrecargado porque en casi todos los países del mundo se han realizado recortes de gasto en los últimos años, sobre todo durante y después de la pasada crisis. Aunque los medios no suelen incidir en las circunstancias más escabrosas, todos sabemos que la situación es muy difícil. Se han encontrado ancianos muertos desde hacía días en residencias y las morgues empiezan a no poder acoger más cadáveres...
Esto ocurre en los países más avanzados, mientras que en otros más pobres donde comienza a propagarse el virus, ni siquiera hay posibilidad de recibir atención médica sanidad pública. En Estados Unidos hay alrededor de cuarenta millones de personas sin seguro, lo que ha obligado al gobierno a tomar medidas para evitar una propagación fatal del virus, garantizando que se hagan las pruebas de detección también a quienes se encuentren en esta situación. En Italia, nos cuentan que en muchos hospitales tienen que elegir a qué enfermo colocan un respirador para dejar morir a otro.
Es un drama, pero no es el único que se está produciendo en el mundo. En el mismo periodo en el que, según las cifras oficiales, han muerto esas 37.091 personas por el coronavirus, también han fallecido 2,95 millones (80 veces más) por hambre; 1,2 millones (33 veces más) por no haber podido recibir atención médica; 720.000 (20 veces más) por accidentes laborales; 96.000 mujeres (2,5 veces más) por no tener suficiente atención médica en el embarazo y 672.000 niños (18,1 veces más) han nacido muertos por esa misma razón. Y tantas muertes de seres humanos por estas causas evitables se vienen produciendo todos los años, aunque es cierto que se pueden ir reduciendo.
Cuando los estudiantes entran en las facultades de ciencias económicas lo primero que aprenden es que todo eso, la insuficiencia de medios como la que ahora tenemos para afrontar la pandemia, se produce porque los recursos son escasos. Les enseñan que, por esta razón, hay que elegir. Sí, exactamente lo mismo que tienen que hacer los sanitarios en algunos hospitales cuando no disponen de respiradores para todos los infectados por el coronavirus que lo necesitan.
Pero eso es mentira.
En nuestro planeta no hay escasez de recursos, no falta dinero, sino que hay un orden de prioridades que antepone el beneficio, el armamento, el despilfarro o su concentración en pocas manos a la satisfacción de las más básicas necesidades humanas. Eso es lo que de verdad explica que los recursos y el dinero que hay de sobra en nuestro planeta para proporcionar una vida digna a todos los seres humanos no se utilicen para ello.
Tengo entendido que un respirador homologado de los que se usan contra el coronavirus cuesta unos 15.000 euros. Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero a veces nos sirven para hacerlos una idea de las magnitudes que utilizamos para una y otra cosa. Por ejemplo, con lo que ha cobrado cualquiera de las grandes figuras del fútbol europeo en estos cuatro meses último se podráin comprar unos 2.000 respiradores (el doble de los que parece que ahora parece que va a comprar España con ugencia); con el presupuesto anual del Barcelona FC unos 45.000;  o 140.000 con el presupuesto de los 346 carros blindados que va a adquirir el ejército español de aquí a 2030.
Los gastos de todos los gobiernos del mundo suman unos 20 billones de dólares. Si se tiene en cuenta que, según los datos que proporciona el Banco Internacional de Pagos, en todo el mundo se mueven cado años unos 14.900 billones (millones de millones) de dólares, resulta que, con una tasa de menos de 15 céntimos por cada 100 dólares de transacción financiera, y sin necesidad de pagar ni un solo impuesto más en ningún lugar del mundo, se podría sufragar todo ese gasto público. Y cubrir la satisfacción adicional de las necesidades básicas y dignas de toda la población mundial costaría unos pocos céntimos más, en términos porcentuales, de todo ese astronómico volumen de transacciones, la mayor parte del cual no paga impuesto alguno.
Sin necesidad de recurrir a esa tasa, hoy día no muy difícil de establecer porque la gran mayoría de esas transacciones dejan huella digital, hay otras fórmulas quizá más inmediatas de obtener dinero: según el Fondo Monetario Internacional, en los paraísos fiscales se ocultan unos 7 billones de dólares de las grandes empresas y fortunas; lo escondido allí por españoles supondría unos  140.000 millones de españoles y la evasión fiscal anual en España entre 40.000 y 70.000 millones, según las estimaciones. Si todas las grandes empresas y bancos cumplieran con sus obligaciones fiscales (se calcula que evaen un 30% de sus ingresos) y se prohibieran de verdad los paraísos fiscales, habría bastante dinero para resolver una buena parte de las principales carencias del mundo de nuestros días.
Ahora bien, ni siquiera combatir la elusión fiscal y generar nuevos tipos de impuestos (que podría permitir que la presión fiscal fuera 200 veces más baja que la actual) son la única fuente de creación de dinero. Si se necesita con mayor urgencia, los bancos centrales pueden proporcionar todo el que sea necesario de un día para otro.
La Reserva Federal de Estados Unidos anunció hace unos días que realizaría "compras ilimitadas de títulos" para evitar que su precio se desplome. Eso significa que se va a crear dinero sin límite para comprar, entre otras, las acciones de empresas que durante años han estado dedicando miles y miles de millones a comprar sus propias acciones. Así las revalorizaban y sus propietarios aumentaban su capital. Y ahora que sus cotizaciones se vienen abajo la Reserva Federal pone dinero sin límite para evitar que se arruinen.
El actual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, el senador Bernie Sanders, solicitó en 2011 una auditoría de la Reserva Federal y al realizarse se encontró con que ésta había gastado en secreto, sin dar ningún tipo de información, 16 billones de dólares en dar préstamos sin interés a las mayores empresas y bancos del planeta. Para ellos tampoco hubo escasez cuando necesitaron ayuda y la recibieron prácticamente regalada: el banco central de Estados Unidos creó dinero de la nada para sacar a flote a quienes habían provocado la crisis.
Ahora, asustados por la enorme tragedia económica que puede suponer la pandemia del coronavirus, los bancos centrales vuelven a poner dinero, aunque, como acabo de decir, para comprar acciones o dando dinero al 0% a la banca privada para que ésta haga negocio prestando a tipos de interés bastante más altos a los gobiernos y a las empresas.
Y mientras tanto, los hospitales se saturan careciendo de medios, muchas personas mueren por falta de recursos materiales y de personal, miles de empresas están a punto de cerrar por la inactividad forzada y millones de personas se van al paro.
Es una doble tragedia. La del virus y la del comportamiento criminal -vamos a llamar ya a las cosas por su nombre- de quienes pueden disponer de todo el dinero necesario para afrontar con medios suficientes la emergencia sanitaria y, sin embargo, prefieren crea artificialmente la escasez, la que produce el miedo con el que se favorece el sometimiento y la carencia que mata a millones de seres humanos.
No estoy reclamando que los bancos centrales despilfarren el dinero, ni que los gobernantes puedan disponer de él a sus anchas para malgastarlo. Hay multitud de vías para establecer controles que garanticen su buen uso. Se trata, simplemente, de ponerlo allí donde ahora mismo es imprescindible que esté para evitar una catástrofe humana y económica.
Nos están engañando cuando dicen que no hay más recursos.
No es que falte el dinero sino que sobran la maldad, la avaricia y la mentira, "los tres monstruos -como dijo Máximo Gorki- que han socavado y amedrentado al mundo con la fuerza de su cinismo".

lunes, 30 de marzo de 2020

Jesu, Joy of Man's Desiring - Johann Sebastian Bach

Se llamaba Sara Bravo López y era un ángel de bata blanca: médico de familia. Tenía 28 años y toda la vida por delante, era asmática, pero eso no le impidió estar al pie del cañón hasta el final, hasta dar su vida en plena juventud, por atender a quienes veía con peor salud que ella misma. Se ha ido, ha cambiado de plano vital, seguramente porque este mundo ya no era el suyo y ahora está en la Luz liberadora, convertida en música y colores, en gracia y alegría infinita. Desde aquí abrazo con todo el cariño a su familia, a sus seres queridos y amigos, compañeras, pacientes...a todos los y las que la estarán llorando en este momento, mientras ella levanta el vuelo llevándo a todos consigo a la casa sin paredes que es la conciencia universal en la que somos Uno y donde la muerte sólo es nuestra licenciatura obligatoria, nuestra prueba de madurez, solo eso.Y la vida en este nivel cósmico, una especie de sueño intermitente, que a ratos nos acuna y a ratos nos despierta mientras crecemos y estudiamos cada asignatura existencial en la escuela del Planeta Tierra, en el que tenemos la posibilidad de aprender y convertirlo en paraíso o de hacerlo puré con nuestras decisiones...Sara aprendió muy rápido y por eso, es posible que este mundo se le haya quedado pequeño a su enorme corazón, a su alma demasiado evolucionada para seguir en este plan...¡Bendita sea!





Sara Bravo López, una joven de 28 años que hacía refuerzos como médico de familia en el centro de salud de Mota del Cuervo, ha fallecido a causa del coronavirus en el hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
La noticia la ha dado a conocer el propio centro sanitario a través de sus redes sociales a través de un escrito en el que destaca que "se ganó el afecto y consideración de vecins y compañeros por sus valores humanos y su encomiable entrega y actitud profesional de servicio a sus pacientes".




Los compañeros de esta Área Integrada Sanitaria se unen al dolor de su familia y amigos. También el Sindicato Médico de Castilla-La Mancha ha mostrado a través de su Twitter sus condolencias a todos sus familiares y compañeros.
También el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, que ha ofrecido este domingo una rueda de prensa para hablar de la reunión telemática del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el resto de presidentes autonómicos, ha tenido unas palabras de recuerdo para esta profesional que ha perdido la vida.
Desde el inicio de la crisis sanitaria han fallecido una enfermera de 52 años que trabajaba en el Servicio vasco de Salud y dos médicos en Salamanca y en Córdoba.

Michael Praetorius Dances from Terpsichore (Complete).

Non insegnate ai bambini

Old Music 3- Michael Praetorius

Muy buena y oportuna reflexión, Antón Losada, viene como anillo al dedo de señalar, cuando lo urgente es realizar y construir con todas las manos posibles y sin improvisaciones majaderas, como la de cerrarlo todo desde hoy, sin avisar previamente, sin aclarar cómo se van a cobrar las pensiones, por ejemplo, si se cierran los bancos, y la orden se da el sábado por la tarde para que se cumpla desde el lunes por la mañana. ¿Es que no sabe el gobierno que hay pensiones no contribuitivas de 300 0 400€, que son imprescindibles para sobrevivir y hay que cobrarlas el día 1 para comprar el pan...? Ains!!!! A veces pienso que las madres de familias numerosas, que hemos conseguido durante años organizar la convivencia, la creatividad, la salud, los estudios, necesidades, herencia de libros, reciclaje de juguetes, calzado, de ropa, de cunas y cochecitos entre familias vecinas, maestras en el tejido de jerseys, patucos, bufandas y guantes, en casa, ese taller universal donde todo se arregla y se aprovecha, creciendo con presupuestos justísimos, y sembrando con el ejemplo una conciencia cívica y responsable en nuestros hijos e hijas, tal vez seríamos las mejores ministras de Hacienda, Trabajo, Seguridad Social y Decencia Solidaria, un ministerio que no existe y que debería ser el fundamental y más básico. Ains!!!! El mismo sábado, cuando leí el desaguisado, puse un e-mail al Presidente del Gobierno en la página online que tiene disponible, pero no ha contestado. Claro, flotando por los Cerros de Úbeda, no se ve el suelo de la calle. Tiene su lógica y su desajuste natural. Las Batuecas quedan muy lejos de la vida cotidiana, pero los pensiionistas más precarios, luego se mueren o bien por el coronavirus o bien por los resultados económicos de tanta corona, que ya es vírica de por sí, puesto que sin que nadie lo impida, se lleva crudo lo que les falta a las pensiones miserables para ser pensiones de verdad. Como decían en La Mancha de mi infancia: menos verbena y cohetes y más pan, señor alcalde




Hay dos cosas que un gobernante debe evitar a toda costa durante la gestión de una crisis: generar confusión y dispersarse. La confusión descapitaliza la confianza, el mejor instrumento para gestionar una situación crítica. La dispersión consume y despilfarrar recursos tan escasos y valiosos como el tiempo, la energía o la información.
Puede que el Gobierno esté adaptando su gestión a la evolución acelerada de la crisis, pero, especialmente esta semana, parece que improvisa y eso es aún peor que hacerlo. La reciente decisión de endurecer el confinamiento aporta un buen ejemplo. No puedes pasarte la semana proclamando que no conviene apagar del todo la economía, pidiendo a tus socios que defiendan el argumento o criticando, con razón, a quienes reclaman más dureza que eviten explicar dónde y a quién, para luego cambiar de criterio por tu cuenta y riesgo, anunciarlo a todo el país a media tarde del sábado y hacerlo con esa misma imprecisión.





El debate sobre el endurecimiento de las medidas siempre resulta tramposo. Quienes lo piden sin más concreción que su dramatismo se preparan, en realidad, para poder proclamar mañana que ya lo habían avisado ellos. Si al final no se hace necesario, sólo se les podrá reprochar haber sido demasiado previsores; juegan con esa ventaja. Ceder a esas presiones únicamente genera confusión y te embarca en un debate que solo conduce al absurdo: hoy mismo habrá muchos que sigan reclamando más dureza y más medidas como quien pide la luna.
El episodio de las mascarillas ha suministrado otro ejemplo de manual de la confusión. En una crisis siempre faltan medios y se producen situaciones extremas. Se trata de otro debate que no puedes ganar y una realidad que no puedes evitar. Salir a explicar lo difícil que se ha puesto conseguir medios o por qué no puedes proveer los recursos que legítimamente se te reclaman, únicamente genera confusión y desconfianza. Enzarzarte en una disputa absurda sobre si los papeles estaban o no en regla, sólo crea aún más desconcierto.
Durante una crisis, los errores no se explican; se asumen, se corrigen y se sigue adelante asumiendo toda la responsabilidad. Hay discusiones que no merecen la pena y no puedes ganar. Parece una regla injusta, pero es así por la misma razón que a Amancio Ortega ya le hemos dado las gracias varias veces por las míticas 300.000 mascarillas que, a día de hoy, aún siguen en China
El segundo error que un gobernante debería evitar durante una crisis reside en la dispersión. Sólo tienes tiempo, presupuestos y recursos para contener y acabar la crisis. Lo demás, no toca y no puedes. El norte de Europa no cuenta los mayores que entierra el COVID-19, nosotros sí. Esa es la diferencia. Quienes estamos más preocupados por la crisis, ya lo sabemos. A quienes andan más preocupados por Pedro Sánchez, le da igual.
Los mismos que durante la Gran Recesión señalaron a los funcionarios y a los pensionistas como privilegiados insolidarios, les aplauden hoy como héroes y les presentan como víctimas; y en ambos casos ellos siempre tenían y tienen razón. Algún día habrá que discutir quién dijo qué o pedía qué, pero hacerlo ahora supone una pérdida de tiempo y energía. Los mismos que jaleaban los recortes en sanidad como virtudes de la eficiencia económica, levantan ahora su dedo acusador para indignarse por la falta de medios en nuestros hospitales; y la culpa siempre será de los demás. Algún día habrá que discutir quién hizo qué y cuándo, pero hacerlo ahora representa otra pérdida de tiempo y energía que no tenemos.
La misma sociedad que lleva años irritándose por aquellos sibilinos titulares donde se nos explicaba a cuántos pensionistas sostenía cada trabajador, descubre ahora indignada que, con pensiones de menos de mil euros de media, estas son las residencias y esta es la atención que nuestros mayores pueden pagar. Algún día habrá que discutir cómo estamos tratando a la gente que con su trabajo y su esfuerzo hicieron posible el bienestar que disfrutábamos, pero hacerlo ahora no les va a servir de mucho, ni les va a arreglar nada.

Dí que sí, avatar del desguace, lo tuyo sí que es glamour internacional, jolín, y no lo de Venezuela!


El 'New York Times' pone a Aznar como ejemplo de "rico" irresponsable durante la pandemia por acudir a su segunda residencia  (eldiario.es) 

Desde Castilla y León, una buenísima noticia; hay que eliminar la 'industria' de timo ecológico, que solo se ocupa del traslado y amontonamiento de basuras, no de su reciclaje ni de su metabolización reutilizable y limpia para otros usos (mas, ¿cómo hacerlo, si el pp dejó a cero el I+D+I, "para forrarse" y "porque le da la gana"?). Acumular mierda contaminante ya sea en Fuentepelayo, Costa de Marfil, Mestanza o Senegal tiene que prohibirse por ley y penalizarse nacional e internacionalmente como grave atentado medioambiental, cuyos resultados por acumulación son, sin duda, las infecciones pandémicas. No hay causas horribles sin efectos horribles y viceversa




Fuentepelayo es un municipio de Segovia de cerca de 900 habitantes. Desde hace casi una década, un puñado de vecinos ha luchado en contra de la empresa de compostaje Agraman) que dañaba al Medio Ambiente. Hoy, la Justicia les da la razón y obliga a la compañía a cerrar por el "grave peligro" que suponía su actividad para el medio ambiente.
La "mala gestión" de la planta de compostaje Agraman en Fuentepelayo durante años supuso "un peligro grave para el equilibrio de los sistemas naturales, las aguas y los terrenos", por lo que el Juzgado de lo Penal número 1 de Segovia ha ordenado a principios de marzo su cierre durante dos años y la inhabilitación para obtener subvenciones y ayudas públicas o contratar con el sector público durante el mismo periodo. La magistrada ha condenado, además, al administrador y gestor único -que no ha respondido a este diario- a un año de cárcel y una multa de más de dos mil euros e inhabilitación para administrar este tipo de empresas durante 18 meses. También deberán reparar todo el daño ambiental causado.



Todo comenzó con una primera denuncia que fue rechazada en 2009. El primero en plantar cara a Agraman fue José Luis Ordóñez reconoce hubo algún fallo en la denuncia y por eso fue desestimada. Pero el punto de inflexión se produjo en 2015, cuando se fue a vivir al pueblo y ya tuvo que convivir con los malos olores de la basura podrida acumulada en las parcelas agrícolas. "Fue un año muy duro". "Al principio pensábamos que era tierra, pero no. Jugándonosla y con cierto atrevimiento nos acercamos y vimos que se estaba pudriendo materia orgánica, botes de estos de cristal de legumbres, garbanzos, lentejas, alubias, huesos, pieles de cordero y cerdo y restos de caramelos...", explica Ordóñez, que calcula que ahí se acumulaba la carga de 40 o 50 camiones.


Detalle de los montones de basura en Fuentepelayo (Segovia)
Detalle de los montones de basura en Fuentepelayo (Segovia) Plataforma 'No más mierda'
El problema de los malos olores estaba en la calle, pero había dos grupos, divididos por la edad, se quejaban, pero no habían interactuado para llegar a un acuerdo hasta que decidieron crear la plataforma 'No más mierda', la que finalmente impulsó la investigación policial y judicial en torno a Agraman. Era una plataforma ciudadana para intentar frenar al dueño de la empresa de compostaje, que vivía también en Fuentepelayo.

"Las mujeres han sido muy importantes"

En esta batalla, las mujeres resultaron clave: "Las mujeres del pueblo han sido muy importantes en el proceso. Se quejaban porque no podían ventilar bien la casa, se metía el olor y luego era muy difícil eliminarlo. Cuando sacaban la ropa a tender y olía, tenían que volver a lavar porque el hedor se quedaba impregnado", ejemplifica Ordóñez. Las mujeres más mayores se quejaban de que sus hijos -que vivían en Madrid y otras ciudades como Valladolid- no querían ir de vacaciones o con los niños porque no aguantaban esta peste olor tan penetrante que inundaba el pueblo. "Les decían [los hijos] que tenían que hacer algo, que cómo podían vivir así, pero ahí se quedaba el tema". 
Ordóñez es más concreto: "Es muy difícil entender el olor que había si no lo has vivido... No era como el olor a huevos podridos, sino más como de carne podrida. Por Fuentepelayo hay una fábrica de piensos y macrogranjas, que también producen olores a veces por los purines, sobre todo antes... No era ese olor". "Era el olor de la putrefacción", concluye el promotor de la organización 'No más mierda'. 
La plataforma habló con el Seprona (Guardia Civil). "El teniente nos quiso disuadir de denunciar porque decía que la legislación era muy escasa, que las denuncias se quedaban en agua de borrajas", recuerda. Una situación similar se mantenía en el pueblo, "nadie se atrevía a denunciar por el qué dirán. Yo me atrevía pero me parecía loco hacerlo solo. Así que decidimos que yo lo hiciese personalmente pero desde la asociación", indica. "Logramos que hubiera 350 personas en la asociación, en un municipio de menos de 900 habitantes", cuenta con orgullo. Así llevaron la denuncia a la Guardia Civil y comenzaron todos los trámites. La Junta de Castilla y León empezó a retirar los residuos a principios de 2018: 2.000 toneladas de restos en descomposición distribuidos en más de 30 parcelas de Fuentepelayo y Zarzuela del Pinar, el pueblo vecino, solo en la primera retirada. Supuso un cambio "apoteósico" para el municipio.

Fuentepelayo en Bruselas

En 2016 denunciaron ante la Guardia Civil, aunque la Benemérita ya tenía informes de las irregularidades de Agraman desde 2010. Esta queja fue acompañada de una campaña mediática, de presión y política que llevó a Fuentepelayo incluso al Parlamento Europeo a mediados de 2018. "Tuvo mucha trascendencia lo del Parlamento Europeo. A petición de Izquierda Unida, José Luis Ordóñez acudió a Bruselas para explicar cuál era su situación. "Fuentepelayo en Bruselas, ¿cómo puede ser? Una decena del pueblo sí habría venido, pero era mucho dinero y solo pagaban un billete, así que fui yo en una visita exprés". Pero a esta iniciativa se sumaron manifestaciones, en Fuentepelayo y en Valladolid, además de reuniones con dirigentes políticos. Todo para hacerse oír.
El juez de Instrucción tuvo que pedir una prórroga seis meses después de comenzar. Se convocó el juicio y tuvo que aplazarse porque "faltaban papeles", relata Ordóñez. "El juez tuvo que rehacer la instrucción". En total, dos años de instrucción, pero finalmente han ganado los vecinos de Fuentepelayo. "Teníamos todo en contra y muy poco a favor. Pero con paciencia, tranquilidad y reflexión hemos hecho las cosas bien", explica este geógrafo residente en Fuentepelayo. 
Ahora, años después de ese primer paso, el Juzgado de lo Penal número 1 de Segovia reconoce que, durante estos años, ha existido "riesgo biológico grave para las personas, la fauna silvestre y el medio ambiente" debido al no compostaje de plumas, sangre y huesos animales y pieles de cordero, entre otros subproductos animales no destinados al consumo humano (SANDACH). 
Los agentes del Seprona comprobaron que había depositados residuos sólidos sin compostar como vidrio, plástico, papeles de caramelos, plumas... y que estaba "todo mezclado". "El material que salía de la planta claramente no estaba compostado o lo estaba de una manera deficiente", indica la sentencia. La conclusión de la jueza es que a veces soltaba la carga de los camiones en la planta de compostaje y en otras ocasiones, no.

Las aguas se volvían "oscuras" al pasar por la planta

La actividad irregular de la empresa suponía un peligro para las aguas por las filtraciones de líquidos residuales y tóxicos (lixiviados) "reiterados" a la cacera (canal) de las Cabras, que desemboca en el río Malucas, que produjeron "un grave riesgo de atrofiación del río", señala la sentencia. La Guardia Civil constató que las aguas de la cacera "bajaban claras y se tornaban oscuras, turbias, cuando pasaban por la planta".
El perito de la Fiscalía aseguró que no era necesario disponer de analíticas de aguas arriba y aguas abajo ni de caudal porque las cantidades eran "tan sumamente elevadas y contaminantes, que no hace falta hacerlo para saberlo". El perito recalcó varias veces en el juicio que la carga del vertido era "una verdadera barbaridad".
La sentencia también determina que el suelo también resultó damnificado por el depósito de estos lixiviados y otros residuos ante el riesgo de que se filtraran los residuos a los acuíferos de la zona y la futura contaminación del suelo, "además del riesgo biológico que supone la existencia de depósitos de subproductos animales no destinados al consumo humano mal compostados". Estos residuos pueden ser especialmente problemáticas ante la fauna silvestre de la zona.


Encharcamiento producido por Agraman
Encharcamiento producido por Agraman Plataforma 'No más mierda'
El terreno estaba muy contaminado, pero las muestras del suelo no superaron los niveles máximos permitidos, porque, asegura el Instituto de Toxicología y el perito adscrito a la Fiscalía, a que los niveles máximos son "realmente muy elevados", "lo cual no quiere decir que se hayan apreciado altas concentraciones de fósforo y nitrógeno (material orgánico) en relación con la muestra de suelo blanco". Los facultativos subrayan que un vertido "reiterado" en el suelo puede repercutir a las aguas subterráneas, si las hubiere. 

La empresa recibía residuos "muy por encima de su capacidad"

La magistrada del caso concluye "sin ningún género de duda" que la planta de Agraman recibía residuos "muy por encima de la capacidad idónea", lo que producía una situación y un estancamiento en la planta. La empresa extraía los restos antes de que terminara el proceso de compost y los depositaba en las parcelas para conseguir espacio libre y seguir recibiendo más restos. Esto supone el incumplimiento de "las condiciones higiénicas y de seguridad mínimas establecidas por la legislación para el tratamiento de estos residuos". 
Así, tanto la empresa Agraman como su propietario son responsables de un delito contra el Medio Ambiente de Valorización y Transformación de Residuos, por lo que son obligados a reparar en "los daños y perjuicios causados". "Es evidente que se ha ocasionado un daño que se tiene que reparar por lo que deberán llevar a cabo las tareas de limpieza necesarias de las parcelas en las que depositaron los residuos y lodos, limpieza de la Cacera de las Cabras en la que realizaban el vertido de lixiviados y la gestión y compostaje de la totalidad de los residuos existentes en la Planta y en las instalaciones", señala la sentencia.
El portavoz de la plataforma 'No más mierda' reconoce que la tarea que la jueza impone es "casi infinita". Ordóñez pedirá la ejecución de la sentencia, que dice "algunas cosas gordísimas" sobre la incorrecta gestión de los residuos. De momento, la batalla en Fuentepelayo por esta planta de compostaje, que deberá cerrar, ha concluido. "Todo ha merecido la pena".

Torquemada y el Gran Inquisidor de Dostoiewsky siguen en pie, ahora convertidos en empresa, jo, qué persistente vocación, xd!



Reflexiones y recomendaciones, de Dulce Revolución sobre la "pandemia". ¡SUPRIMIDAS Y CENSURADAS POR YOU TUBE!

literalmente: este video se ha retirado porque 'infringía los términos de you tube'. 
¿Acaso decir la verdad no es la norma de you tube? ¿Le molesta a you tube que se publique la verdad? ¿Por qué será? ¿Quienes pueden sentirse molestos porque se diga la verdad en tiempos de confusión, de pandemias y de caos? ¿A quién puede hacer daño la verdad? Pensemos, pensemos...y atemos cabos sueltos, que eso, de momento, no lo puede censurar You Tube, el Torquemada del siglo XXI, al servico del mismo imperio de siempre: don dinero y don mercado en la suite de doña mentira sine die...

Olé, bravo por ese you tube tan respetuoso con la libertad de expresión! Qué transparente es su eficacia comunicadora: acaba de dejar niquelada su verdadera enjundia, sus raíces más profundas, por si quedaba alguna duda. Censurar a Pamies es la demostración de los intereses youtubistas más notorios...los mismos que hacen de la enfermedad y del sufrimiento el gran negocio de sus vidas, al servicio rastrero de un sistema que se nutre de sufrimiento, conflictos y exterminios en masa, ya sean guerras, crisis o pandemias, que toda piedra hace muralla ¿A quiénes puede molestar la Dulce Revolución de un honesto agricultor que solo hace el bien y dice la verdad, algo que ya está más que demostrado durante años, por hechos indudables y comprobables, con la mera práctica de los consejos de Josep Pamies? Pero claro, ¿de qué vivirían los grandes emporios tóxicos, si la mayoría del Planeta se curase con hierbas que puede cultivar en su huerto o sus balcones y terrazas, verdad? Si con infusiones de stevia o de tomillo, o poniendo áloe en la ensalada, o con tila, diente de león o cola de caballo, caléndula, manzanilla o romero, o pequeños mordiscos al calanchoe, no pisas la farmacia nada más que en tiempos de pandemia para que los farmacéuticos te preparen diluciones homeopáticas  preventivas y bloqueantes de las infecciones que diluyen en defensas y fortaleza biológica y emocional, ya sea en gránulos, glóbulos, gotas o cremas, con sustancias que tú misma y bajo tu propia responsabilidad valoras y, eliges por la experiencia curativa, estudiando y observando tus propios mecanismos sanadores, según aprendes de tu propio cuerpo y tu médico sabio de cabecera, de esos que practican todavía la disciplina ética de Hipócrates, te aconseja y te receta, porque hace años la Homeopatía se estudiaba en la Universidad, antes de que los dinosaurios de "la nueva tecno-ciencia" y conciencia missing, asumiesen los plenos poderes de la sociedad en general y de la ciencia y el estudio en particular, con el detergente cerebral de la comida de tarro y la mascarilla silenciadora asfixiaconciencias que impide la libertad de expresión.

Un mundo tan miserable aun tendrá que pasar un verdadero infierno autogestionado para comprender que el invento es exclusivamente obra suya, que no es "la naturaleza de las cosas" porque sí, ni culpa de ningún "enemigo" diabólico, porque el peor enemigo del mundo es esta clase de mundo reptiliano con ínfulas hasta teológicas, convencido de que es la repera y de que todo lo que pone en entredicho su divina infalibilidad y demuestra su fiasco, no es cierto, no es serio, no es "ciencia fetén", y sobre todo no es rentable para su tinglado estupendo y ya improrrogable por declive planetario, climático,  sistémico y hasta escénico... El mismo mundo supermegadivinodelamuerte a toda pastilla, autoembalado hacia su propio exterminio. Y, desde luego, no es Josep Pamies el maquinista ni el piloto que lo conduce...ni el capitán del Titánic, que hace sonar la orquesta de grillos mediáticos, para que el hundimiento al menos suene a algo real...con musiquita de fondo y todo. Qué monada tan kuki, ¿a que sí?

¿Ocho vidas? O diez, si es preciso. Gracias Juan Torres López, hermano y maestro. Gracias infinitas por ser un trabajador consciente del 'oikós', de esa casa de todos, la verdadera casa del pueblo, a cuya gestión del orden, la higiene y el equilibrio, se llama 'oikonomía'. Y gracias, cómo no, a esos empresarios que la comparten con la misma proporción de humanidad, empatía y de ética que de habilidades y eficacia, o sea, de verdadera inteligencia

La tramoya

Como gatos de ocho vidas



En la economía capitalista, como en cualquier otro sistema complejo en el que hay una gran interacción entre todos sus componentes, se vive siempre en peligro constante de que se produzcan fallos, crisis y rupturas de todo tipo.
La interrelación continua y muy estrecha entre todos los elementos que la componen o que influyen en ella (no sólo económicos sino políticos, sociales, psicológicos, morales, ambientales... y ahora vemos que incluso biológicos) hacen que cualquier fallo en uno de ellos afecte de modo muy problemático a todos los demás y al sistema en su conjunto.
Sin embargo, el estar en constante peligro de fallo sistémico hace que esos sistemas complejos también generen continuamente mecanismos de defensa muy potentes.
Gracias a eso, quienes analicen correctamente la economía (como un sistema complejo y no como una especie de suma de cajones estancos) no tienen que limitarse a advertir de los peligros que se avecinan, sino que también pueden asegurar que se sale siempre de ellos, que es cierto el verso de Shakespeare: "Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso, las horas y el tiempo pasan".
Eso es exactamente lo que está sucediendo en estos momentos.
En cuanto los problemas han comenzado a mostrarse, en cuanto se han manifestado los fallos del sistema, multitud de operadores se han puesto a tratar de resolverlos, bien en el sentido de reproducir las lógicas anteriores, bien intentando descubrir y poner en marcha otras diferentes y transformadoras. Y no crean que me refiero solamente a los operadores convencionales, a los políticos, a las autoridades o a los economistas que toman las grandes decisiones institucionales. Me refiero, sobre todo, a la gente corriente.
Es verdad que debe haber muchos trabajadores, autónomos, empresarios de todo tipo, empleados públicos... que simplemente se estén dejando llevar por la comodidad, por la desolación, por el miedo o por la inercia del tiempo que pasa. Estos son una de las partes del problema, mas junto a ellos, muchas personas, miles y miles, quizá la mayoría, han afrontado la situación desde el primer momentos diseñando nuevas estrategias, tratando de encontrar nuevas fuentes de negocio, nuevas habilidades, desarrollando capacidades que hasta ahora quizá ni sabían que tenían, inventando formas novedosas de generar ingreso, o simplemente tomando conciencia de la forma en que vivían hasta ahora y reflexionando sobre la necesidad de vivir, de convivir y relacionarse de otro modo con los demás seres humanos y con la naturaleza en el futuro.
El ingenio y la innovación frente a la tentación de la parálisis y contra la inercia, la valentía superpuesta al conservadurismo, la osadía que vence a la resignación, el empuje e incluso la indignación y el coraje ante lo viejo y corrupto, la complicidad y la cooperación, la solidaridad y el amor antes que el sálvese quien pueda, la unión y el repudio expreso de la negatividad y del egoísmo, el cuidado, los afectos y la generosidad, esos son los resortes, y no sólo las imprescindibles macropolíticas, que nos permiten salir con éxito de una crisis, de un fallo, de un colapso.
Hace unos días, un amigo empresario, constantemente emprendedor, cultivado y vitalista me pedía que escribiera sobre los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas y sobre sus responsables que no se están dejando amilanar ante una dificultad tan extrema como la que han empezado a sufrir. Y me decía, cuando lo escribas ponle de título que somos gatos de ocho vidas.
De eso se trata, de ser conscientes de que esto que nos está sucediendo es la vida que pasa por nosotros, destruyendo a una parte de ella, pero creando al mismo tiempo las condiciones para que emprendamos otra diferente. No hay árbol que el viento no haya sacudido, dice un viejo proverbio hindú, así que no debemos tener miedo a la tormenta sino, en todo caso, a no estar espabilados y bien dispuestos cuando pase.
Esta pandemia nos está hablando. Nos ha dado un golpetazo en la cara para decirnos que estábamos viviendo de forma arriesgada e irracional, que no podemos seguir jugando a convertir las leyes de la vida en monigotes a nuestra disposición, que hay cosas más importantes que ganar dinero porque puede llegar de pronto un virus y paralizarlo todo, que tenemos un "oikos" (una palabra griega de donde viene el término oikonomía-economía que se refiere a todo lo que hay cerca de nosotros para proporcionarnos cobijo y sustento), que es más valioso de lo que creíamos porque constituye nuestro auténtico espacio protector y lo que de verdad nos da seguridad, satisfacción y consuelo. Allí donde nos refugiamos en el peligro, como ahora.
Cuando de jovencillo comencé a subir las cuestas de Sierra Nevada alguien que me guiaba me enseñó un refrán inglés que nunca olvidé: cuando el camino se hace duro, los duros se ponen a caminar. Miles, millones de personas se han puesto a caminar en España para hacer frente a la desgracia que estamos viviendo. Los sanitarios, docenas de miles de trabajadores, comerciantes y empresarios, transportistas, vendedores, personal de limpieza (¡tan modesto, tan esforzado, tan cercano, tan necesario!), fuerzas de seguridad, todos quienes nos proporcionan los bienes y servicios básicos a costa de su propia salud, profesoras y profesores que siguen atendiendo a nuestros hijos, periodistas, las mujeres y hombres sencillos que se cuidan unos a otros y a otras en el interior de sus casas y que reflexionan tomando conciencia de lo que pasa... tantos y tantas... que son, como mi amigo, un gato de ocho vidas que saca fuerza, ánimo, recursos e ingenio hasta de donde no los hay para salir adelante.
Esa es la otra cara, la otra actitud que brota en todas las crisis. La que hay que tener para poder superar una emergencia como la que vivimos.
Convertidos en gatos de ocho vidas, como mi amigo el empresario, cooperantes, solidarios, de la mano, podremos pasar de una a otra, de lo viejo a lo nuevo, superando el dolor y el sufrimiento. Podremos conseguir que sea verdad lo que decía Lao Tsé: lo que la oruga llama el fin, el resto del mundo lo llama mariposa.
Claro que hay entre nosotros demasiados matagatos empeñados en que consumamos las vidas una tras otra cuanto antes. Quienes a toro pasado lo saben todo y no paran de criticar lo que se hizo ayer con los datos de hoy; quienes anteponen sus intereses de partido y en concreto el derribar al gobierno a cualquier otro, aunque ahora todos sin distinción nos juguemos la vida de nuestros seres queridos; quienes no paran de culpar de todo a quien tiene la responsabilidad de tomar decisiones difíciles; quienes se dedican a difundir bulos y a mentir sin descanso y con descaro; quienes creen que España es suya; quienes no hacen sino indisponer a unos españoles contra otros. En fin, quienes no entienden que hay momentos en la vida en que las diferencias se deben aparcar para tratar de salir adelante apoyando a quien tiene el liderazgo por expreso mandato, como en nuestro caso, del voto popular y de las instituciones democráticas.
Es normal que, en los momentos complicados, como el de ahora, estos comportamientos malvados se hagan notar y que nos acosen. Es el mejor caldo de cultivo de la maldad y ésta es seguramente inevitable entre los seres humanos. Pero no nos equivoquemos. Como dijo Albert Einstein, "el mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad". No la permitamos, ni tampoco el desánimo, ni la rendición, ni el individualismo, ni la irreflexión. Convirtámonos, como mi amigo empresario y como tantos otros millones de compatriotas heroicos de estos días, en gatos con ocho vidas.
 

domingo, 29 de marzo de 2020

Polònia - Polònia - 26/03/2020

JOSEP PÀMIES: "LAS MEJORES MEDICINAS ESTÁN EN LOS HUERTOS, NO EN LAS FAR...

Querido hermano Luis, solo un poeta puede hacer una reseña literaria como ésta; desde una mirada profunda, tan entrañablemente lírica y esencial. Un bellezón de certezas, un viñedo de matices tan consistentes como sutiles. Decirte gracias se queda en nada, mejor que suene la música del corazón, en esa partitura que convoca otro marzo en los balcones. Un abrazo!

Verso Libre

Para que vuelvas hoy

Publicada el 29/03/2020 
Infolibre

En medio de la pandemia, con las librerías cerradas, los actos públicos suspendidos, el corazón en las cifras de la enfermedad y la cabeza en la autovigilancia, Eduardo Mendicutti acaba de publicar Para que vuelvas hoy (Tusquets, 2020). Como todos los libros que me gustan, esta novela me confirma en el sentido de la literatura, ese acto de rebeldía contra la muerte y el olvido que convierte la imaginación en testimonio de vida humana. Nos mueve el deseo de que no desaparezcan las historias colectivas y nuestras huellas, las huellas de los seres normales.
La literatura es una señora mayor a la que los años le han enseñado que cualquier edad es de riesgo. Por eso habla de sus recuerdos, comparte la memoria de la alegría y el dolor, mantiene la herencia humana que justifica el saber más importante, la dignidad palabra por palabra de la supervivencia, y ocupa un lugar junto a la hoguera para contar a los jóvenes de la tribu el relato que ha formado su comunidad. Porque quien desprecia el valor de los mayores se queda en poco tiempo sin futuro.
La novela de Eduardo Mendicutti nace de un recuerdo que Marcos Ana nos contó en su libro de memorias Decidme cómo es un árbol (Umbriel editores, 2007). Sorprendido por la Guerra Civil a los 16 años, encerrado en las cárceles franquistas durante 23, Marcos Ana se vio en la calle, más que en libertad, a los 41, sin haber conocido el amor. Amigos de la literatura como Armando López Salinas y Antonio Ferres lo llevaron a algunos cafés madrileños para hablar de política y de libros. Pero un amigo de la infancia, empresario con dinero, lo invitó una tarde a conocer un cabaret. Allí le presentó a una mujer, Isabel, a la que le dio 500 pesetas para que se lo llevase a un hotel a pasar la noche.
Por las indecisiones y los nervios, Isabel creyó que Marcos estaba borracho. El poeta tuvo que explicarle que había pasado 23 años en una cárcel, que acababa de salir y que nunca había estado con ninguna mujer. Ella comprendió, retrasó el encuentro en la cama, lo invitó a cenar, se contaron la vida, los motivos de la prostitución y los motivos de la cárcel. Isabel se encargó luego de darle sentido a las sábanas. Cuando a la mañana siguiente, después de desayunar juntos, Marcos llegó a su casa, descubrió en el bolsillo de la chaqueta una nota, "Para que vuelvas esta noche", junto al billete de quinientas pesetas. ¡Quinientas pesetas de finales de 1961! Estaba esperando que el Partido Comunista lo sacara de España. No quiso comprar el cuerpo de Isabel, ni continuar esa historia, así que fue a una floristería, pidió quinientas pesetas de orquídeas, magnolias y rosas, y le dejó el ramo en la habitación del hotel en el que habían pasado la noche juntos con otra nota: "A Isabel, mi primer amor".
La novela de Eduardo Mendicutti imagina los recuerdos de Isabel. La muchacha joven que cuida a una señora enferma y mayor escucha su historia, el asesinato del padre en Sanlúcar después del golpe de Estado de 1936, las penurias económicas, el paso de la servidumbre a la prostitución, la compra y venta de los sentimientos y la supervivencia, los desarreglos amorosos, un embarazo, un hijo, un nieto, una soledad, un orgullo, y la herida que le dejó 60 años antes un joven recién salido de la cárcel que nunca fue a buscarla para mantener con ella una historia de amor. Recuerda haber puesto en la nota, "Para que vuelvas hoy", no "Para que vuelvas esta noche". El novelista se pone de parte de su personaje y de todo lo que este matiz encierra.
Con la fuerza narrativa que es propia de Eduardo Mendicutti, esa vieja señora que es la literatura nos vuelve a recordar su apuesta de rebeldía contra el olvido. Y lo hace como es su costumbre, para advertirnos de paso que junto a los hechos históricos están las vidas personales, los márgenes y las normas, la experiencia de cada nombre con apellido, Isabel Peñalber, las noches de insomnio, las ofensas, la ternura, las pérdidas, la solidaridad, los encuentros y esa intuición de intimidad social que le recordó a Marcos Ana un haiku japonés: "Es con los ojos, / no se da con los labios / el primer beso".
La literatura existe para que Isabel sea ya otro de los personajes inolvidables de Eduardo Mendicutti que nos han contado su vida. "Morirse una, qué disgusto".
La literatura existe para que Isabel sea ya otro de los personajes inolvidables de Eduardo Mendicutti que nos han contado su vida. "Morirse una, qué disgusto". Oímos su voz, como ella oía la voz de su padre cada vez que iba al Castillo de Santiago, el lugar en el que estuvo encerrado antes de que lo ejecutaran. Frente a lo hecho, sólo nos salva lo dicho: quien desprecia el valor de los mayores se queda en poco tiempo sin futuro.

Manel, germanet, estás sembrao y como siempre dando en el clavo a tope. Un'abraçada!

¿En manos de quién estamos?

¿En manos de quién estamos?

Querida Victoria, gracias por estar y sobre todo, por Ser y compartir, por educar con el ejemplo. Eres una estrella fija y renovable, que cuantos más años cumple, más luz y energía emite




Victoria Camps (Barcelona, 1941), filósofa, catedrática emérita de Ética y Política de la Universidad de Barcelona, reflexiona sobre las consecuencias de la pandemia del coronavirus en la sociedad: los confinamientos, el papel de lo público en la respuesta al virus, el cambio de vida obligado que permite mirar con perspectiva cómo afecta a la sociedad. 
Camps, miembro del Consejo de Estado y del patronato de la Fundación Alternativas, exsenadora del PSC por Barcelona (1993-1996), reivindica la memoria para no olvidar este proceso.



¿Nada será igual?
Nada debería ser igual. Deberíamos saber aprovechar lo que está pasando y cómo nos estamos comportando en esta situación para aprender lo bueno que estamos haciendo. Lo primero que tenemos que hacer es recordar todo esto, y saber aprovecharlo después.
Creo que nos estamos tomando en serio el confinamiento, y eso quiere decir que nos hemos unido en torno a un interés común, algo que es muy difícil que ocurra. Hemos sido capaces de aparcar el individualismo y tener un sentido más comunitario, más cívico, que es tan difícil que se manifieste: y ese espíritu de ciudadanía se está manifestando.
Seguimos una disciplina y obedecemos, unas actitudes que nos habrían parecido insólitas hace sólo un mes.
También es muy importante la protección de los más jóvenes con respecto a los mayores. Tenemos unos hijos a los que hemos superprotegido, y ahora nos están superprotegiendo ellos a nosotros: lo hacen todo, se ofrecen constantemente para todo lo que haga falta.
¿Y el papel del Estado?
Estamos en un periodo de gran incertidumbre, de niebla, en el que necesitamos que alguien nos oriente. Estamos recuperando la confianza en el Estado, el reconocimiento de lo importante que es tener un sistema público de salud, que fue mermado en un periodo de recortes excesivo. Cuando vemos ahora la llegada del coronavirus a América Latina, la diferencia es abismal por no tener el sistema de salud que tenemos.
Y la confianza en la ciencia. Esto no lo habíamos experimentado de forma tan clara. Los políticos se dejan asesorar porque no saben cómo hacerlo. Los expertos, los epidemiólogos y los virólogos están teniendo un protagonismo necesario.
Además está ese reconocimiento de los profesionales sanitarios, de todos los que están proporcionando todos los servicios esenciales. Nos hemos dado cuenta de lo importante que es tener el apoyo del conocimiento científico.
¿Es muy importante, entonces, la memoria?
Que en el futuro recordemos lo bueno y lo que nos habrá faltado para ser eficientes; que somos capaces de coordinarnos y colaborar; es decir, tener sentido de Estado, cuando hay problemas graves que hay que resolver.
No solo es un problema grave, es una tragedia, una catástrofe, todos podemos acabar infectados. También por eso la reacción favorable a la coordinación es más fácil.
Esta reacción nos podría ayudar también con asuntos como el cambio climático, que produce de momento reacciones más débiles. Debería servir un modelo para recordarlo en el futuro.
¿Las reacciones de cooperación colectiva tienen que ver con el efecto que tiene en el individuo?
El altruismo tiene un fondo de egoísmo, porque me protege a mí también, me hace sentir una gratificación al actuar de una forma altruista.
Esa reacción de reconocimiento del otro y de lo público se ve cada día a las ocho de la tarde.
Es comunidad emotiva, ya que no podemos tener un contacto físico y los vecinos nos hablamos desde los balcones, sin podernos acercar. La comunidad emotiva se refuerza, aunque no haya contacto físico, que es el que nos gustaría y echamos de menos en estos momentos. Por no hablar de quienes pierden a un ser querido, la prueba durísima de no poder estar en sus últimos momentos.
A menudo los políticos emplean metáforas bélicas para hablar de la lucha contra el coronavirus. 
Es inevitable. Las metáforas forman parte de nuestro lenguaje. No hay bombas, es otra situación, pero es lo primero que se nos ocurre a todos. 
Es otra forma de confinamiento, pero también es un confinamiento. Y otro tipo de escasez, con la libertad de cada uno limitada, el derecho más consagrado que no queremos que nos toquen. Esta vez hemos aceptado la limitación de la libertad porque la prioridad es frenar el virus.
Un parón que no se veía venir, que Europa no vive desde el final de la Segunda Guerra Mundial, hace 75 años.
Como si fuera una venganza de la naturaleza, una justicia poética. No diría tanto eso. Más bien diría que, de vez en cuando, se pone muy de manifiesto lo frágiles que somos y lo dependientes que somos unos de otros; y, todos juntos, dependientes de quienes nos pueden orientar. La autosuficiencia es algo muy asumido, pero ni a escala de país la autosuficiencia tampoco es total.
Ahora surge la conciencia de que somos interdependientes, y cómo algo tan mísero como un virus nos está dando una lección de humildad que deberíamos recordar más.
Algo que tiene mucha relación con el modo de vida.
El modo de vida que nos impone la economía de mercado y el capitalismo, de satisfacer los deseos, hedonismo, el placer como objetivo fundamental. Y cuando te encuentras con la fragilidad, las prioridades deberían ser otras, para vivir de otra manera también.
Ahora no hay accidentes de tráfico, no hay contaminación... No podemos regresar a un pasado idílico que no ha sido cierto, pero sí repensar hasta qué punto se exageraba todo y a lo mejor no era tan necesario.
El hábito del teletrabajo lleva a reconsiderar si es necesario desplazarse tanto, perder tanto el tiempo, si se puede hacer a distancia y con menos dispendio económico.
Lo más disruptivo en estos días son los niños pequeños en casa.
Tengo nietos pequeños e hijos con niños pequeños en pisos pequeños. La situación es muy distinta para los que somos mayores, y que además tenemos unos hábitos culturales muy interiorizados, es realmente fácil esta situación.
No cambio mucho lo que hago ahora con lo que hago normalmente. Otra cosa son los más jóvenes que pueden teletrabajar pero que han de hacerse cargo de niños que hay que entretener y ayudar con los deberes.
¿Cómo está viendo la reacción de la Unión Europea?
Poco coordinada y poco colectiva. Más tardía que la de los Estados. La UE no está demostrando que puede funcionar mejor, a pesar de la gravedad de la crisis, como  están demostrando los Estados.
¿Es una vuelta a la reivindicación de la soberanía nacional?
Conocemos mejor cómo atender la falta de ciertos recursos y cómo tomar algunas decisiones. 
Ahora nos vendrá la crisis económica, y quizá la UE ahí sí debería hacer un esfuerzo. Dependemos mucho de eso. Ahora que tenemos más tiempo para pensar y tener una visión más de futuro, habría que ver qué hacemos y tomar unas medidas que trasciendan los distintos Estados.
No falta ambición sino valentía; miedo de hacer cosas que luego no se puedan afrontar.
Pero incluso algunas empresas están reaccionando de forma solidaria. Hay grandes desigualdades. Ese 1%, que es el más desigual del planeta porque acumula la mayor parte de la riqueza, tiene una responsabilidad. Pero eso no son medidas políticas sino corporativas.
En un momento en el que se reivindica el papel de lo público.
Parece que vuelve Keynes, al menos en Europa. Esto lo tenemos muy interiorizado, lo que representa tener un Estado social protector fuerte, y que es el Estado el que tiene que hacerse cargo e impulsar políticas de protección.
En la anterior crisis se habló de "reformular" el capitalismo.
Hay modelos, como Piketty, elaborados por economistas. La misma renta básica, que era una cuestión de unos pocos, que la defendían no como un ideal utópico sino haciendo cálculos.
Hay que redistribuir. El gran tema es redistribuir. Habría que poner un límite, no se puede acumular tanto en manos de unos pocos.
Pero en la crisis no sólo no se reformuló el capitalismo, sino que se emplearon recetas liberales para salir de ella.
Lo que se hizo fue rescatar a los bancos para que los inversores y la ciudadanía no perdiera los ahorros. No fue una cuestión de redistribución.
Hay que insistir mucho en ese discurso: hay que hacer un buen diagnóstico para hacer un tratamiento adecuado después. Hay que redistribuir más, tener prioridades, y cuando se recorte, que se piense en las consecuencias para el futuro de recortar según qué cosas.
Los medios de comunicación son importantes en la forma de conservar esta memoria. Tendremos una crisis económica, esto es más emotivo, pero cuando la crisis sea económica, el modo de gestionarla tiene que ser una cuestión de bien común.