martes, 31 de diciembre de 2019

Luys de Narvaez

La caverna y su metodología devocional: la desesperación de perder el Norte y destrozar los tres puntos cardinales restantes, o peor aún: tener que asumir que ese Norte siempre estuvo missing en los pperdularios ppromontorios y fosos ruppestres de la ancestral Abascalia...Ains!





La última ocurrencia, aunque en el momento en que escribo tal vez tendría que decir la penúltima, porque muy probablemente ya se les habrá ocurrido una nueva, de PP y Ciudadanos ha sido dirigirse a la Junta Electoral Central (JEC) para que inhabilite a Quim Torra como president de la Generalitat y Oriol Junqueras como parlamentario europeo. 
Pablo Casado ya sabemos cómo cursó la licenciatura de Derecho, pero cabría esperar que en el PP haya gente que tenga conocimientos jurídicos y que sepa qué es lo que las Juntas Electorales son y qué es lo que pueden hacer. De Ciudadanos se puede esperar ya cualquier cosa, empecinados como parecen en avanzar hacia su desaparición.




Las Juntas Electorales son la columna vertebral de la Administración Electoral. Están en su composición fuertemente judicializadas. Están integradas mayoritariamente por jueces y magistrados y presididas siempre por uno de ellos. Pero no desempeñan una tarea judicial, sino administrativa. Vigilan el desarrollo del proceso electoral desde el momento en que se pone en marcha con la disolución del Parlamento hasta el momento de la proclamación definitiva de los candidatos electos. En esta tarea de vigilancia tienen que adoptar medidas que son de obligado cumplimiento, pero no pueden adoptar ninguna que afecte de manera definitiva al estatus jurídico de los candidatos, ni en el momento de proclamación de las candidaturas que pueden participar, ni en el momento de la proclamación de candidatos electos. Los actos de la Juntas Electorales de proclamación de candidaturas y de candidatos electos son recurribles ante la jurisdicción contencioso administrativa, que es la que tiene la última palabra.
Esto que vale a lo largo del proceso electoral, vale también después de finalizado el mismo. Las Juntas Electorales no pueden tomar ninguna decisión que afecte al estatus jurídico de los candidatos proclamados de manera definitiva electos. Puede ocurrir que un candidato electo se inhabilite con su conducta para continuar siendo diputado, senador, parlamentario europeo o presidente de una Comunidad Autónoma o Consejero de la misma. Pero es únicamente el poder judicial quién puede tomar la decisión de inhabilitarlo. Las Juntas Electorales no pueden hacer nada. Ni siquiera tomar la iniciativa de instar al poder judicial que proceda a la inhabilitación. Las Juntas Electorales únicamente intervienen para certificar, una vez que existe una “sentencia firme” de inhabilitación, que el candidato electo tiene que abandonar el puesto para el que había sido elegido. Se trata de una tarea de simple ejecución administrativa de una decisión judicial.
Solicitar, en consecuencia, que inhabilite a Quim Torra es un disparate. Hasta que la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya no sea firme, no se puede pedir a la Junta Electoral, entiendo que Provincial de Barcelona, aunque tal vez pueda ser la JEC, que ejecute la sentencia y haga efectiva la inhabilitación.
En el caso de Oriol Junqueras el disparate es todavía mayor. La inhabilitación que se derivaría de la sentencia del Tribunal Supremo (TS) de 14 de octubre, está suspensa por decisión del propio TS a la espera de la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Una vez reconocida por este la condición de diputado europeo de Oriol Junqueras desde el 13 de junio, no se puede proceder contra él hasta que no se dirija el suplicatorio al Parlamento Europeo y este decida lo que estime pertinente. Hasta que no se pronuncie el Parlamento Europeo sobre el estatus de Oriol Junqueras, no puede hacerlo nadie. Ni el Supremo. Muchos menos la JEC. Solicitar a la JEC que ejecute una inhabilitación en estas circunstancias es una exhibición de ignorancia de tal magnitud que resulta incomprensible.
Pero, como decía al principio, del PP y Ciudadanos en este momento se puede esperar cualquier cosa. 

La Cité des Dames




¡Feliç any nou, feliz año nuevo, happy new year, bonne et heureuse année, familia planetaria!

lunes, 30 de diciembre de 2019

La ratonera de autor en el TS. Qué momentazo xd!

El Tribunal Supremo (TS) se ha metido él solo en un callejón sin salida. Aceleró la fase final del juicio oral del procés, con la finalidad de que quedara visto para sentencia antes del 13 de junio, que sabía que era la fecha para la proclamación definitiva por la Junta Electoral Central (JEC) de los candidatos proclamados electos de manera provisional el 26 de mayo, creyendo que de esta manera ya no sería necesario poner en libertad a Oriol Junqueras, solicitar el suplicatorio al Parlamento Europeo y esperar la respuesta de este para dictar sentencia contra él.
Pero no es así. El parlamentario únicamente pierde la inmunidad con la disolución del parlamento. Solamente los miembros de la Diputación Permanente la conservan mientras el parlamento está disuelto. Los demás la pierden. Una vez celebradas las elecciones generales, los candidatos que son proclamados electos vuelven a ser portadores de la misma desde el mismo momento de la proclamación. Y lo son a lo largo de toda la legislatura. Para ser detenidos o poder proceder penalmente contra ellos, se tiene que solicitar el suplicatorio a la Cámara a la que pertenezcan: Congreso, Senado o Parlamento Europeo. Tanto si se han iniciado acciones penales contra ellos o incluso se ha iniciado el juicio oral o si el juicio ha quedado visto para sentencia, como si no. La inmunidad es garantía institucional de la "integridad" del nuevo parlamento y garantía individual de cada uno de sus miembros. Y garantía sin excepción de ningún tipo. Hay que dirigir siempre y en todo caso el suplicatorio al parlamento, a fin de que levante la inmunidad de un parlamentario.
Es obvio que el hecho de que un parlamentario esté siendo ya procesado, y más todavía si ha concluido el juicio oral, facilita al juez o tribunal la fundamentación de la solicitud del suplicatorio y puede acelerar la tramitación parlamentaria y la respuesta de la Cámara. Pero lo que no puede nunca es EXIMIR al órgano judicial de la obligación de solicitar el suplicatorio. En ningún caso.
Cada parlamento es la expresión de una nueva manifestación de voluntad del cuerpo electoral. Es una nueva manifestación del principio de soberanía popular. Con él se activa la garantía de la inmunidad parlamentaria. Cualquier circunstancia anterior de la que pueda derivarse responsabilidad penal para uno de sus miembros tiene que ser puesta en conocimiento del parlamento, a fin de que este decida si concede o no la autorización para proceder contra él. Es la única manera que tiene el parlamento de conservar el control de su propia integridad.
Quiere decirse, pues, que la no solicitud del suplicatorio por parte de un juez o tribunal contra un parlamentario vicia de nulidad cualquier actuación del órgano judicial. Se trata de un vicio insubsanable, porque choca frontalmente con el principio de soberanía popular, con el principio de legitimidad democrática en que descansa el Estado Constitucional.
Estos son conocimientos que se adquieren en el primer curso de la licenciatura. El parlamento es el "patrón oro" de la democracia parlamentaria, que, precisamente por eso, se adjetiva así. Nadie más que él puede decidir sobre su propia "integridad". No entenderlo así es desconocer el fundamento en el que descansa el Estado democrático.
Esto es lo que ha hecho el TS. Ha dictado sentencia el 14 de octubre contra Oriol Junqueras, que era diputado europeo desde el 13 de junio, como acaba de reconocer de manera expresa el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Y lo ha hecho sin haber solicitado el suplicatorio al Parlamento Europeo y sin haber recibido de este la autorización para poder hacerlo.
La manifestación de voluntad del TS en dicha sentencia es, en consecuencia, nula de pleno derecho. Ha dictado sentencia contra quien no podía dictarla, sin recibir previamente la autorización del Parlamento del que era miembro. Este vicio de nulidad no es subsanable.
El TS tiene dos alternativas: o reconocer el error que ha cometido y proceder a declarar nula la sentencia por él dictada el 14 de octubre o permanecer en el error y recibir una nueva humillación por parte del TJUE.

Opinion · Posos de anarquía. Cuanto más pobres, más idiotas. David Bollero-Público, 30-12-2019


Estamos a punto de cerrar el año y buena parte de la ciudadanía lo hace hastiada de la política, de la investidura que no llega y del minuto y resultado de unas negociaciones alrededor de las cuales se han soltado toda suerte de barbaridades. Lo más triste de todo es que tanto ciertos partidos como determinados medios de comunicación continúan tratando a quienes menos tienen como si fueran los más idiotas, los más manipulables, el objetivo a engañar.
Las cifras están de su parte: En España, las personas pobres superan en mucho a las que viven de manera acomodada y, por tanto, si se ha de elegir a quien engañar, la diana está clara. A pesar de que en los últimos nueve años se ha quintuplicado el número de personas millonarias en España, pasando de los 172.000 de 2010 a las 979.000 de este año, somos el séptimo país de Europa con mayor número de gente sufriendo pobreza severa y el tercero en desigualdad.
Mientras gobernantes  y empresariado se vanagloriaban de que la economía en Europa se paraba pero la Española crecía -ya sabemos a costa de quién-, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN) advertía de que en nuestro país la cuarta parte de la población (26,1%) está en riesgo de exclusión -2,5 millones de personas sufren privación material severa- y más de la mitad de la población española (55,3%) vive al límite de sus posibilidades.

No acostumbro a criticar el trabajo de l@s colegas, pero cuando con este panorama, uno se topa con noticias tan deleznables como la que hoy leemos en El Mundo, hay que denunciarlo. El artículo titulado El PSOE y Podemos ultiman una subida inmediata de impuestos contribuye a amplificar las mentiras de la derecha y la extrema-derecha, temerosas ambas de que tengan que pagar realmente por lo que tienen.
A pesar de que la ‘temible’ subida de impuestos sólo afectará a quienes superen entre los 100.000 y los 130.000 euros al año, El Mundo se atreve a generalizar con sentencias del tipo «lo que parece seguro es que los españoles iniciarán 2020 con una subida de impuestos». Sencillamente, el ejercicio de reproducción del discurso del ala ultraconservadora del Congreso y, por tanto, de mezquindad y cinismo, no tiene parangón. Ya no es sólo que se recurra a la mentira, sino que al hacerlo trata de idiotas a quienes menos tienen, como si esas personas fueran más fácilmente manipulables.
No hay mejor mentira que la que toca el bolsillo. En gran medida, eso es lo que ha propiciado el ascenso del partido neofascista de Vox, que desparramó sobre el tapete su abanico de bulos contra las personas migrantes que, en realidad, aportan más que consumen del Estado. El resto de la derecha aprende la lección y, de cara al intento de aumentar la justicia social por parte del posible gobierno progresista, trata de intoxicar todo cuanto puede.
Alrededor de las mentiras económicas, otro montón de barbaridades, como las que hablan de etarras en ministerios. El nivel político y, en algunas ocasiones, periodístico de nuestro país es muy bajo, porque demasiadas veces se opta por el amarillismo, el trazo grueso y fácil. En lugar de analizar, diseccionar y de veras sacar a la luz datos reales, se prefiere sembrar el miedo, mentir, subir audiencias o votos a golpe de bulo. En definitiva, asumir que cuanto más pobres, más idiotas. Confiemos que no sea así. Ya no.

domingo, 29 de diciembre de 2019

In-su-pe-ra-ble, Manel. No se te ha escapado ni un solo detalle en la crónica del adiós a un año tan atroz que lo mejor que hará es hacer mutis pasado mañana por la puerta de atrás del Planeta...y no por culpa suya, pobret, sino por ser nuestra más cutre consecuencia temporal, al fin y al cabo lo que hacemos con el tiempo no es cosa suya sino nuestra. En fin, que Feliz 2020, con muchiiiiísima imaginación, claro...La imaginación es un tesoro indudable, sobre todo cuando solo nos queda ella... y su potencial para cambiar el recetario en la cocina de las sorpresas. Ojalá sean sorpresas de lo mejorcito. Ains!



Adiós, 2019

Una vez más lo bordas, Isaac Rosa. Un gracias infinito por ser, estar y ejercer la esencia y la estancia. Genial sin más, chavalote! Una pasada. ¡Y en el clavo!

-¿Es una inocentada? –pregunté en voz alta. En una mano, mi regalo del amigo invisible; en la otra, el envoltorio arrugado. Miré el reloj y comprobé que pasaban ocho minutos de las doce de la noche: por tanto, ya era 28 de diciembre.
Pero no, no era una inocentada, y si tenía alguna duda, me la despejó el siguiente regalo en salir del contenedor. Era para el irlandés, y yo me temí lo peor cuando oí a la de la manita inocente gritar su nombre: "Mister Doyle", y una risilla cruzó el salón. El irlandés cogió el regalo con precaución, en plan paquete bomba, porque aunque no hablaba mucho español, ya entendía de qué iba todo aquello, qué rumbo estaba tomando la noche, la cena, la cena de navidad, la puta cena de navidad para colaboradores. A quién se le ocurriría la genial idea de organizarla. ¿A quién? A mí, joder, a mí.
Y la idea era genial, sí. Lo fue en origen, así me lo reconocieron todos, también el irlandés cuando la expuse a principios de mes en Berlín, aprovechando la reunión mensual de country managers:
-En la filial española se nos ha ocurrido una acción motivadora, para mejorar la relación con nuestros colaboradores, y de paso potenciar la imagen corporativa: una cena navideña.
"Lost in translation", pensé al ver cómo el resto de directores nacionales se sonreían e intercambiaban miradas de burla. "Han debido de pensar que vamos a hacer una cena benéfica o cualquier mierda así". En seguida lo aclaré, con mi mejor inglés:
-En España es tradición que en las empresas se organicen cenas de navidad, a las que asisten todos los trabajadores, y también los directivos. Son una gran oportunidad para confraternizar, aliviar tensiones, poner objetivos en común y elevar el espíritu de equipo.
Como seguían sin entender, cambié el tono:
-Los trabajadores comen y beben, muchos se emborrachan, algunos resuelven tensiones sexuales pendientes, está permitido decir lo que se piensa de los superiores, algunos se arrepentirán durante todo el año por lo que hicieron y dijeron esa noche…
Ahora sí, hubo carcajadas y aplausos en la sala de reuniones, y añadí:
-Y también hay regalos. El amigo invisible.
Y cuatro semanas después, ahí estaba el dichoso amigo invisible con sus regalos: un carro-contenedor del que una voluntaria de mano inocente iba sacando paquetes y cantando los nombres de los afortunados.
Insisto: sobre el papel, la idea era buena. El propio Doyle, fundador de la plataforma, me había felicitado en Berlín: "Very inspiring!". En efecto, una idea inspiradora: una cena de navidad para quienes de otra forma no habrían tenido cena de empresa: nuestros colaboradores.
Como de costumbre, la idea no fue bien recibida al principio. Pero no me preocupó, ocurre con cada uno de nuestros pasos: provocan incomprensión, desconfianza, rechazo, miedo. Somos una empresa altamente innovadora, vamos por delante de nuestros competidores, y el precio a pagar es ese. Cada una de nuestras decisiones ha sido observada con lupa, denunciada preventivamente por los sindicatos, investigada por la inspección de trabajo, criticada por tertulianos, saboteada por activistas, señalada como irregular por otras empresas del sector… Y finalmente, poco tiempo después, aceptada, normalizada, y por supuesto imitada por esas mismas empresas. Abrimos el camino por el que otros vendrán, siempre por detrás. Somos pioneros. Trailblazers.
A ninguna compañía de la economía colaborativa se le había ocurrido organizar una cena navideña para sus colaboradores. Ni a ninguna de esas empresas que, sin pertenecer propiamente a la economía colaborativa, tampoco tienen apenas trabajadores en plantilla, toda su producción externalizada en autónomos, freelances, comerciales con contrato mercantil, repartidores con vehículo propio, cooperativas de extrabajadores. A ninguna se le había ocurrido agradecer a sus colaboradores con algo así.
Como decía, la idea no fue bien recibida: que si nos estábamos burlando de nuestros colaboradores, que mejor haríamos si en vez de una invitación a cenar les enviásemos un contrato de trabajo, y en lugar de un amigo invisible, unas cotizaciones a la Seguridad Social… Otros nos censuraron por no buscar más que publicidad gratuita, noticias, viralidad en redes.
A cambio, la respuesta de los colaboradores fue magnífica, sorprendentemente positiva: tantos se apuntaron a la cena, que tuvimos que modificar los planes iniciales, trasladar el evento a un salón de celebraciones con más aforo, pues confirmaron su asistencia más de trescientos colaboradores.
El éxito fue tan grande, la atención mediática tan importante, y el impacto en redes sociales tan rotundo, que no tuve que insistir mucho para convencer al irlandés: aceptó encantado participar en "la primera cena navideña colaborativa", como ya era conocida en la prensa. Y llegado el gran día, allí estábamos, en la mesa presidencial del salón: el irlandés en el centro, y a los lados el jefe de operaciones, el director comercial, la dircom, y yo, como country manager. Frente a nosotros, trescientos veinticuatro colaboradores, distribuidos en mesas de doce, atendidas por una treintena de camareros, y al fondo del salón, un grupo musical para amenizar la cena. Ah, y lo más importante: a veinte euros el cubierto, gracias a que la central irlandesa aceptó que pagásemos parte del importe.
El amigo invisible era la guinda del evento. No podía faltar en una cena navideña de empresa. Y para darle un toque propio, lo organizamos utilizando el mismo algoritmo que reparte tareas y recompensas entre nuestros colaboradores: la app determinó quién regalaría a quién, y qué importe tendría el obsequio, según la puntuación asignada a cada colaborador, y sus ratios internas de disponibilidad y productividad. Los mejores colaboradores obtendrían los mejores regalos. Nuestro amigo invisible reproduciría nuestro modelo empresarial hasta sus últimas consecuencias.
Al llegar al local, los invitados dejaban en el guardarropa su regalo, etiquetado con el nombre del afortunado, y todos juntos fueron introducidos en un gran carro-contenedor con nuestros colores, como los que recorren los pasillos de nuestros almacenes. Por supuesto, los cuatro directivos y el irlandés decidimos participar también en el amigo invisible, aunque preferimos que la propia empresa se encargase de nuestros obsequios, para no crear suspicacias entre los colaboradores. Regalos corporativos en nuestro caso, pero también los dejamos en el carro-contenedor, etiquetados con nuestros nombres.
La cena discurrió tranquila, nada anticipaba lo que acabó ocurriendo. Ruidosa, por supuesto, con más de trescientas personas hablando a la vez, riendo, gritando de una mesa a otra, coreando ocasionalmente canciones. Nos sorprendió gratamente el buen ambiente, la complicidad que parecía haber entre los asistentes, si teníamos en cuenta que la mayoría era la primera vez que se veía. Ese había sido uno de los incentivos de la cena, así se la presentamos a los colaboradores: "una oportunidad para conocer a otros como tú, un encuentro sin precedentes entre quienes hacéis grande nuestra marca, una ocasión única para dejar de ser nicknames en una plataforma y poder vernos las caras y presentarnos con nuestros nombres, una noche en que tus habituales competidores se convertirán en amigos".
-Pues para ser la primera vez que están juntos, se llevan muy bien –dijo la dircom, levantando mucho la voz para hacerse oír.
-Nadie diría que pelean entre ellos a navajazos por conseguir un servicio –añadió el jefe de operaciones, y señaló a una mesa donde ocho o diez colaboradores se hacían fotos abrazados.
-Ay cómo ser latinos, sangre caliente –balbuceó el irlandés en su precario castellano. Se le veía divertido, estaba disfrutando la noche, y lo demostró paseando por entre las mesas, deteniéndose en cada una para saludarlos uno por uno, conocer sus nombres y darles las gracias como fundador de la compañía. Es cierto que hubo colaboradores que aprovecharon la presencia del irlandés para quejarse por las condiciones de servicio, pedir una actualización de tarifas, lanzar un comentario sarcástico sobre la última presentación de resultados empresariales, o censurar que prescindiésemos de aquellos colaboradores que montaron una protesta a la entrada de la sede española.
Pero en general el ambiente era muy bueno, festivo, y así podría haber seguido la noche: habríamos terminado los postres, comenzaría la barra libre, se retirarían las mesas para bailar, reinaría el DJ, los primeros borrachos se desplomarían en los sofás, los fumadores buscarían el jardín, los adúlteros disputarían los baños con los cocainómanos, los graciosos agotarían paciencias, alguien grabaría en vídeo a quien al día siguiente se arrepentiría, y poco a poco nos iríamos todos retirando, algunos a dormir, otros a seguir la fiesta en bares, en un karaoke, en la última discoteca, un after. Así podría haber terminado la noche, de no ser por el amigo invisible. El puto amigo invisible. A quién se le ocurriría la genial idea de montar un amigo invisible. ¿A quién? A mí, joder, a mí.
Pocos minutos antes de las doce de la noche, subí al escenario, pedí a los músicos que dejasen de tocar, agarré el micrófono y anuncié el momento más esperado de la noche, el que yo pensaba el momento más esperado de la noche, y que en efecto resultó serlo. Para todos.
Mandé traer el carro-contenedor con más de trescientos paquetes, y pedí una mano inocente que fuese sacando los regalos. Se ofreció una joven, saludada con silbidos y aplausos entusiastas. Le cedí el micrófono, y ella iba leyendo una por una las etiquetas y llamando a los afortunados, que subían al escenario, recibían su misterioso regalo, y lo abrían allí mismo para que todos los presentes participasen de la sorpresa.
Los primeros veinte paquetes desvelaron contenidos inofensivos, los típicos de un amigo invisible de cena de empresa: calcetines simpáticos, accesorios para el móvil, cremas de belleza, tazas de desayuno, una broma aislada de sex-shop; que todos agradecían diciendo eso de "gracias, amigo invisible". Hasta que llegó el primer regalo para la mesa presidencial: un paquete dirigido al director comercial.
El aludido cruzó el salón y subió al escenario. Miró sorprendido el envoltorio, que no era el papel corporativo en que habíamos previsto nuestros regalos. Leyó su nombre en la etiqueta, para descartar el error, y lo abrió. "Un libro", sonrió al sacarlo, pero cuando fue a leer el título de la novela o del manual de management que esperaba encontrar, se le quebró la voz:
-Estatuto de los…
"¡Trabajadores!", gritó de pronto la multitud, que parecía adivinar de qué se trataba solo con escuchar la primera palabra del título: Estatuto de los Trabajadores. Así era: alguien le había regalado al director comercial un ejemplar encuadernado del Estatuto de los Trabajadores, la ley que regula en España las relaciones laborales.
Un bromista, pensamos, así lo pensó el director comercial, que encajó la broma con mucha elegancia:
-Gracias, amigo invisible. Me lo leeré, aunque me han dicho que está mejor la película.
Las escasas risas en respuesta ya deberían habernos alertado, pero decidimos seguir adelante. La mano inocente sacó otra tanda de lencerías, objetos de escritorio, relojes baratos, pañuelos y fundas de móvil, hasta que apareció un paquete que iba al nombre de la dircom.
Nuestra directora de comunicación, que al parecer no se había enterado del regalo anterior por estar en el baño, avanzó por el salón, subió sonriente al escenario, agarró un paquete rectangular y plano, y lo abrió. Era un marco, un gran marco tamaño folio, de madera y cristal, para colgar en la pared. Y llevaba enmarcada una página de periódico, una noticia. La dircom reconoció la tipografía periodística, y supongo que pensó que era una noticia sobre alguna acción publicitaria de la que ella era responsable, el lanzamiento de un nuevo producto, una mejora de resultados. Pero no.
"¡Que lo enseñe, que lo enseñe!", coreó el salón, al ver cómo la dircom amagaba con dejar el escenario sin mostrar su regalo. Levantó el marco un par de segundos, lo suficiente para que los comensales pudiesen leer el titular de la noticia: se refería a una sentencia judicial reciente, que afectaba a otra empresa de nuestro sector, una empresa competidora que había sido condenada a contratar como trabajadores a cientos de sus colaboradores, y a pagar las cotizaciones atrasadas a la Seguridad Social.
Por si teníamos la tentación de marcharnos apresuradamente de la fiesta, la mano inocente tomó del carro-contenedor el siguiente regalo, y gritó el nombre del jefe de operaciones. Como no parecía muy convencido, fue acompañado hasta el escenario por varios colaboradores, que lo tomaban del brazo y el hombro amistosamente para que no volviese a casa sin su regalo.
Al menos el suyo no tenía forma de libro ni de marco, sino de cilindro. Lo desenvolvió, y encontró uno de esos tubos donde se guardan planos y documentos enrollados. En su interior no había un mapa antiguo, ni una bonita fotografía para enmarcar, ni una orla de su paso por alguna escuela de negocios, sino los veinte folios del informe elaborado por el gabinete jurídico de cierto sindicato; informe que se publicaría al día siguiente, y que acusaba a nuestra empresa de mantener a cientos de trabajadores en fraude de ley, falsos autónomos a los que no se reconocía la relación laboral.
Con la noche ya desbocada, y el irlandés pidiendo a la dircom que le tradujese lo que estaba ocurriendo, me tocó abrir mi regalo. En una cesta de mimbre, de esas que traen jabones y sales de baño, habían colocado varios objetos: un calendario de mesa, un imán de nevera, un bolígrafo, una agenda del nuevo año, un llavero, un mechero y una funda de móvil. Todos con el logo y los colores del mismo sindicato cuyo gabinete jurídico había elaborado aquel informe.
-¿Es una inocentada? –pregunté en voz alta. Miré el reloj y comprobé que pasaban ocho minutos de las doce de la noche: por tanto ya era 28 de diciembre. Ojalá hubiese sido una inocentada.
El siguiente regalo en salir del contenedor era para el irlandés, y yo me temí lo peor cuando oí a la manita inocente gritar su nombre: "Mister Doyle", y una risilla cruzó el salón. El irlandés cogió el regalo con precaución, en plan paquete bomba, porque ya entendía de qué iba todo aquello, qué rumbo estaba tomando la noche, la cena, la cena de navidad, la puta cena de navidad para colaboradores.
No hizo falta que lo enseñase, todos adivinamos el contenido de aquella carpeta de cartón que apareció bajo el envoltorio. Lo adivinamos los del equipo directivo, porque habíamos unido todas las piezas previas y solo nos faltaba esa. Y lo adivinaron los trescientos veinticuatro colaboradores, que aplaudieron, gritaron y silbaron alborozados cuando el irlandés abrió la carpeta y se encontró el documento de demanda colectiva que unos días después, en la primera fecha hábil, presentarían los representantes sindicales de nuestros colaboradores en el Juzgado de lo Social. Gracias, amigo invisible.

Silvio Rodriguez - Tonada del albedrío

Afortunadamente, querido hermano poeta, tenemos un recurso genial: el albedrío. Nunca será audiencia quien no se apunte a serlo, quien se haga un Beethoven con el sambenito, quien disponga de una voluntad en plan interruptor-alquimista cuando las señales de alarma se expanden a pantallazo limpio o más bien sucio. Contra el vicio de invadir y cegar, está la virtud de darse media vuelta, despertar, quitar legañas y aprender a mirar, a observar desde la luz serena que nos sale de dentro en el mismo estiramiento inicial de la musculatura anímica, comenzar a pensar oxigenando el paisaje, sin mantras ni prejuicios añadidos, sin dogmas incrustados, analizar con microscopio y telescopio el panorama, con la actitud de quien descubre cada día la penicilina, la relatividad, la vacuna antirábica, las cadencias inifnitas del universo en cada respiro y rinconcillo de la vida, en cada tacto, en cada aroma, en cada pequeñez del microcosmos, que es tan básica y vital como una galaxia. Ese es nuestro más consistente patrimonio de la Humanidad. Nadie salvo nosotros mismos lo puede ningunear ni invalidar. Y si no lo descubrimos y lo aprendemos a gestionar, la Vida deja de serlo, para convertirse en esperpento malrollista insoportable, en el que todo acaba saliendo al revés de lo que se espera, justo porque no contamos con lo mejor y más hermoso del Nosotros, que crece en medio del yo consciente que olvida el ego y sus eternos videojuegos, que enganchan a lo bestia sin que lo parezca...Cortázar ya lo captó a la primera, en sus cronopios, famas y esperanzas, la pena es que nadie se lo ha tomado en serio, con el sambenito de tanto realismo mágico latinoamericano, que todo lo reduce a Hollywood, al Mago de Hoz, a pelis navideñas o de ppolis, y a WallStreet con sus secuelas.... Ains!

Verso Libre

No quiero ser audiencia

Publicada el 29/12/2019
Infolibre

La ambulancia llega al hospital por la entrada de urgencias. El accidente grave arroja a la orilla de la noche un cuerpo con una fractura de cráneo, una oreja desgarrada, una costilla incrustada en un pulmón, otras cinco rotas, la pierna derecha destrozada y la pérdida de la mano izquierda. En un estado de extrema gravedad, los médicos reciben al accidentado y a unos familiares que preguntan por el día en el que podrán darle el alta, en plenas facultades, con todos los extremos en perfecto estado. Preguntan por la cabeza, el pecho, los brazos y las piernas, piden una solución para cada una de las desgracias. El médico sugiere calma: lo primero que deben intentar es mantener las constantes vitales. Vamos a tratar de estabilizarlo, dice, y empuja la camilla por la luz trabajada de un pasillo que no se parece al escenario de las soluciones, sino al túnel del tiempo. Y pide a los familiares que se sienten en la sala de espera.

Hay situaciones graves que no requieren soluciones, sino estabilización, evolución, espera. Y no se trata de acomodarse en la parálisis, sino en dejar que las constantes vitales recobren su curso. En mi carta de buenos deseos para el 2020, miro a Cataluña, Puigdemont, Reino Unido, Johnson, Estados Unidos, Trump, Brasil, Bolsonaro, Italia, Salvini, Francia, Le Pen, otra vez a España, Abascal, y pido la estabilización de las constantes vitales de la democracia.

No es fácil, porque me doy cuenta de que poco a poco mi condición privada y pública de ciudadanía se ha ido borrando en el espacio amontonado de las audiencias. Soy audiencia, alguien convocado a recibir minuto a minuto, en actualidad candente, miles de catástrofes, descalificaciones, amenazas, lemas crispados, palabras adulteradas, mentiras, llamadas de atención y agitaciones momentáneas que desembocan al final en una fatigada indiferencia. La paradoja es digna de Unamuno, pero el resultado natural de la crispación es la indiferencia y el fin último de la prisa es la parálisis.

Parece que la vida amanece y que la realidad existe para que una legión infinita de tertulianos tengan mil asuntos sobre los que opinar, y exijan soluciones para el húmero y el riñón de la política, mientras el Estado pierde su autoridad y necesita respiración asistida en un quirófano que se va quedando sin botellas de oxígeno. La solución, digo, no será fácil, porque es pedir demasiado que las grandes fortunas que hacen su agosto con la desestabilización renuncien a convertir a los periodistas en los líderes de una audiencia de títeres y saltimbanquis. No se le puede pedir profesionalidad a nadie cuando el mundo laboral es un vaso de burbujas efervescentes en el que las vocaciones son una quimera frente a las urgencias de la precariedad.

¿Y yo? Una burbuja más. Consumo muchas noticias, pero siempre busco en las redes, en las ondas, las pantallas y las páginas aquellas voces que me dan la razón y me convierten en un fichado consumidor de mí mismo al servicio de intereses ajenos. Para vencer la fatiga, me quemo las manos con un esfuerzo de lucidez y me exijo paciencia y busco en mis melancolías una modesta disciplina de optimismo.

Como soy un mensajero más, no pienso en matar al mensajero. Procuro únicamente hacerme dueño de mis palabras. Sólo me atrevo a pedirle al año 2020 un deseo: quiero dejar de ser audiencia, quiero recordar lo que significan palabras como vocación y ciudadanía. No quiero que los médicos de urgencias de mi mundo se precipiten para dar noticias de soluciones rápidas que alimenten la actividad devoradora de periodistas y tertulianos. Quiero que al cuerpo accidentado del mundo se le permita recuperar sus constantes vitales. Más que soluciones, nuestra experiencia de carne y hueso necesita evoluciones positivas del enfermo.

La ética no es una ideología, no es un credo ni una ocurrencia de Atristóteles y Kant, ni del evangelio ni del budismo, ni una asignatura caprichosa, empeñada en que cambiemos la visión del mundo desde dentro de cada uno porque no hay otro modo de hacerlo que de verdad sirva para algo mejor de lo que nos hemos acostumbrado a llamar "normal"; la ética no es una Señorita Rottenmayer gruñona y maniética, sólo es el producto natural de la evolución del primitivismo a la consciencia. Simplemente eso. La historia es testigo y notaria fidedigna de esa realidad y del retraso y miseria que supone su ausencia en las sociedades pre-humanas, que es lo que hasta ahora conocemos y experimentamos en todos los aspectos sociales. El Profesor Pérez Tapias nos lo recuerda en esta reflexión. Mil gracias y feliz camino!

Tribuna

Mirada “marrana” sobre España

Poco ha variado respecto a los modos de manejar las lógicas de inclusión y exclusión que se daban en épocas pasadas. Las izquierdas no son capaces de poner eficazmente en cuestión esas lógicas, tan enquistadas en el imaginario colectivo

<p>La investidura.</p>
La investidura.
MALAGÓN
27 de Diciembre de 2019
Ya está abierto El Taller de CTXT, el local para nuestra comunidad lectora, en el barrio de Chamberí (C/ Juan de Austria, 30). Pásate y disfruta de debates, presentaciones de libros, talleres, agitación y eventos culturales de toda índole. Si te haces socia/o en este enlace, tendrás descuentos de hasta el 50% en todas las actividades.
Si no cambiamos la forma de mirar, seguiremos viendo lo mismo, incluso nuestros más viejos fantasmas. Y lo cierto es que de hecho no cambiamos la forma de mirar nuestra realidad, lo cual en estos momentos, como sociedad, nos es tan urgente como imprescindible, aunque hay que reconocer que no es fácil. Pero será imposible si no nos aplicamos a ello. ¿Por qué y cómo una mirada “marrana” sobre España puede ser un conveniente, incluso insoslayable, cambio de perspectiva para mirar nuestra realidad política? ¿Qué supone volver sobre la experiencia de aquellos judíos conversos, llamados despectivamente “marranos”, que tras el decreto de expulsión de los Reyes Católicos en 1492 trataron de adaptarse, mediando una tremenda renuncia a la religión y modo de vida de sus ancestros, a un nuevo marco sociopolítico sin por ello dejar de estar en el punto de mira de la Inquisición?
Nuevas miradas frente a ojos que no quieren ver
Empecemos por algunas consideraciones generales: en muchos terrenos se nos impone la necesidad acuciante de un cambio de mirada para ver de otra forma, paso previo para nuevos modos de acción. Afortunadamente, va creciendo la conciencia compartida acerca de cómo replantearnos la relación con una naturaleza de la que formamos parte, por más que le hayamos sobrepuesto el mundo de la cultura, pensando precisamente desde nuestra cultura que ella era objeto de dominio y resultando, al llevar esa pretensión hasta el extremo, que la ponemos y nos ponemos en peligro por la consiguiente amenaza de catástrofe climática. De manera análoga a ese cambio de perspectiva –en verdad aún no consolidado-, un nuevo mirar la realidad social viene exigido por un mundo de estrechas interrelaciones en el contexto de la globalización, pero en el que crecen las desigualdades y no disminuyen los conflictos, ante lo cual se manifiesta la radical insuficiencia de las instituciones políticas en las que nos hemos movido hasta ahora. Y qué decir de un movimiento feminista que traspasa fronteras y pone en cuestión el orden simbólico patriarcal y unas relaciones humanas asentadas hasta el momento sobre pautas machistas, con mayor o menor dosis de violencia contra las mujeres en las distintas sociedades y culturas. También exige una nueva mirada sobre humanos, cuerpos, sexos y géneros.
En el contexto en que estamos no debiera sorprender, por tanto, que para afrontar la realidad de la España actual sea igualmente necesario abordarla, para empezar, con una nueva mirada que nos permita atisbar alguna solución a nuestros conflictos y una salida a la crisis del Estado. Sin embargo, no logramos que la compleja realidad de nuestro país sea vista de otro modo, enmarcada, como suele decirse con lenguaje al uso, bajo un paradigma diferente al que hasta el día de hoy sigue imponiéndose. Si este paradigma es el que acompaña al Estado nacional moderno, por más que la conformación del mismo en la realidad hispana haya sido compleja desde su origen, conflictiva en su construcción –a veces hasta el extremo de guerras civiles-, y deficitaria en sus resultados –aun con sus logros-, lo que los hechos nos están mostrando es que dicho paradigma político, con el soporte social de un fuerte componente identitario en términos de nacionalismo españolista muy enfático, ya no da cobertura suficiente para resolver las cuestiones cruciales que hemos de solventar para despejar el horizonte de la digna convivencia política que nos merecemos.
El lastre político de un paradigma obsoleto
Cuando la ciudadanía española observa expectante, bien es verdad que un tanto hastiada unas negociaciones que, con su opacidad, mantienen en suspenso la vida de una comunidad política que a estas alturas espera con notable escepticismo que por fin haya gobierno, la cuestión de fondo no se reduce al ajuste de piezas ministeriales o de contenidos programáticos entre PSOE y Unidas Podemos como partidos dispuestos a coaligarse. Tampoco se agota el problema, sabiendo todos lo que está en juego, en qué se pacte con ERC para que acceda por fin a una investidura por la que parece que ha optado, facilitándola con su abstención a fin de que el candidato socialista Pedro Sánchez alcance la mayoría necesaria. Los obstáculos a superar en el recorrido hacia tal objetivo, con los bloqueos padecidos en las diversas etapas, las inmediatas y las anteriores, cuentan con la raíz común de una visión ya obsoleta del Estado, un concepto de soberanía inservible por sacralizado, unas identidades nacionales concebidas –y vividas– de manera de suyo anacrónica, por más que pertenezcan a este tiempo.
A causa de la atadura a esa señalada raíz común, las derechas permanecen varadas en una idea de España sobre la que se acumulan mitificaciones insostenibles y lastres impresentables –los vínculos con el franquismo no se acaban de romper-; las izquierdas no terminan de perfilar un proyecto federal creíble, entre otras cosas por no asumir consecuentemente la plurinacionalidad de nuestro espacio político; y los independentistas catalanes, debido a la trampa de una pretensión sostenida especularmente respecto al Estado, permanecen paradójicamente dependientes del mismo concepto de Estado que está vigente en España, aunque pretendan otro distinto por vía de secesión. Es decir, estamos inmersos en un conflicto en el que las partes se encuentran situadas, con sus antagonismos, bajo un mismo paradigma, sin que se abra una perspectiva innovadora que sólo puede instaurar una nueva mirada.
Aun en medio de una situación inédita, con el país en suspenso a la vez que atónito ante unas prisas por el gobierno en funciones y su presidente-candidato en cuanto a resolver, a trancas y barrancas y en plenas fiestas navideñas, lo que antes no se quiso despejar durante meses, nos topamos a cada paso con declaraciones en las que aparece la marca del viejo paradigma, con rasgos que hacen patentes los sesgos ideológicos que lleva consigo. La derecha conservadora no deja de apelar a los constitucionalistas, entre los que se autoubica a la cabeza de manera bien chocante, cual nueva formulación de la tan manida expresión referida a “los españoles de bien”, que puede apreciarse como reciclada fórmula de aquella con la que se identificaban los “cristianos viejos”; la derecha fascista acentúa su tendencia a la exclusión tratando a los inmigrantes como chivo expiatorio, a la vez que llama despectivamente “progres” a los que otrora metía en el saco de los rojos. Poco ha variado respecto a los modos de manejar las lógicas de inclusión y exclusión que se daban en épocas pasadas. Las izquierdas no son capaces de poner eficazmente en cuestión esas lógicas, tan enquistadas en el imaginario colectivo.
Tanto es así que, por ejemplo, ante el discurso de Navidad del Jefe del Estado en este 2019, un discurso “real” del que cabe decir que se limitó a surfear sobre la realidad –es, por lo demás, lo que puede dar de sí una Corona que subraya lugares comunes en cuanto a concordia y funcionamiento democrático, pero que no ahonda en cuestión alguna e incluso olvida lo que no debe dejarse de recordar-, emergen diversos intentos de disputarse su liviano contenido con el fin de legitimar las respectivas posiciones políticas en una suerte de disputa de poca monta entre partidos en pugna. De ese modo, las derechas tratan de apropiarse de palabras del Rey sobre la Constitución y la unidad de la nación española, en momentos de turbulencias judiciales a raíz de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre la inmunidad del líder independentista Oriol Junqueras como europarlamentario electo, corrigiendo al Tribunal Supremo. A la vez, el PSOE y Unidas Podemos subrayan de manera tan superficial como oportunista el mero enunciado de ciertas cuestiones cruciales en el discurso de Felipe VI, desde el cambio climático hasta la desigualdad salarial entre hombres y mujeres –el Rey omitió referencia alguna a la violencia machista y a las mujeres asesinadas, lo cual fue sorprendente, aunque no lo es menos la llamativa ausencia de comentarios acerca de tal “vacío”, incluso por organizaciones feministas de las que cabía esperar una palabra-; se supone que lo hacen pensando que esas palabras refuerzan la legitimidad del pacto de gobierno pendiente de salir adelante. Las fuerzas independentistas, como era previsible, se reservan, esta vez en exclusiva, el papel de crítica sumaria al discurso “real”. Lo relevante en lo profundo es esto: posiciones diversas, pero en el mismo campo de juego, el cual es no sólo el que hay que iluminar, sino el que habría que diseñar de nuevo.
La necesaria mirada de los otros (“marranos” en este caso) para un Estado plural y una democracia inclusiva
Si ahora volvemos al enfoque que puede proporcionar una mirada “marrana” veremos que en España no sólo tenemos agotado el Estado de las autonomías y muy tocado el “régimen del 78” –algunos decidieron aparcar su diagnóstico al respecto-, sino que seguimos estando lastrados por una concepción del Estado y una idea de la nación que vienen de muy atrás. Si el Estado-nación es invento del siglo XIX, en cada caso se buscó legitimidad en hechos del pasado, siempre mitificados para nutrir una identidad colectiva que debía funcionar como factor fundamental de cohesión social. En ese remontarse a hechos del pasado como –en nuestro caso- la unión dinástica de Castilla y Aragón, con la anexión de Navarra y la conquista del reino nazarí de Granada, todo ello punto de arranque de la Monarquía Hispánica, tales hechos pasan a ser considerados, junto con otros, factores fundacionales. Al ser ensalzado ese constructo histórico queda en la penumbra, como mera cuestión marginal, la expulsión de los judíos. Si eso fue una catástrofe para una gran comunidad sefardí –no fue ni el único, ni el primer caso de expulsión de los judíos en países europeos-, fue también una pérdida incuantificable para la sociedad española, que por otra parte habría de configurarse con ese desgarro inicial. La identidad colectiva se conformó, pues, excluyendo, de forma que poco más de un siglo después a la expulsión de los judíos le seguiría la de los moriscos.
Importante es que no todos los judíos marcharon; quedaron los que se convirtieron, los “marranos”, entre los que se dieron diferentes grados de integración, no siendo pertinente para la época hablar de inclusión. Los “marranos”, como de manera magistral trata la filósofa italiana Donatella Di Cesare en su libro titulado precisamente Marranos, quedaron en el seno de la sociedad española, ahormada bajo la férula del catolicismo contrarreformista, como “los otros” que a su vez, en tanto que rompieron con su comunidad de origen, representaban una doble alteridad excluida: “los otros de los otros” (los judíos en general). En consecuencia, esos “otros de los otros”, con su identidad fluctuante y sus biografías marcadas por la represión, portando la memoria de vidas profundamente dañadas por sobrevivir, a veces memoria perdida en el curso de generaciones y por las presiones de la aculturación, representaron el núcleo vacío de una identidad conformada a través del rechazo, cuando no la persecución, de los “cristianos nuevos” –prolongada en la posterior marginación o exclusión de gitanos, protestantes, liberales, rojos…, y todos cuantos eran vistos como heterodoxos respecto de la ortodoxia dominante-.
Recuperar el punto de vista de los “marranos” –y del marranismo provenían Teresa de Jesús, Fernando de Rojas, Cervantes… y tantos y tantas- es hacer valer la mirada de quienes veían a España de otra manera, de quienes la quisieron plural y tolerante, convivencial e inclusiva. Y de quienes hoy deben y pueden activar el recuerdo de aquello que para unos fue un estigma y para la sociedad hispana en su conjunto una herida abierta por autolesión nunca sanada. Si hoy observamos a la España actual con mirada “marrana” podremos relativizar ideologías y criticar dogmas que siguen dando cobertura a la exclusión y sacrificando la pluralidad, también la pluralidad nacional, herejía política para los que siguen respirando nostalgias “imperiofílicas” o atascados en soberanías impracticables. Una mirada “marrana”, con la sensibilidad propia para tener presente a quienes fueron víctimas en la historia o a quienes la historia de los vencedores dejó fuera en exilios exteriores o interiores, nos haría ver a España de otra manera, como igualmente supondría ver Cataluña desde dentro también con una voluntad inclusiva que hoy no es descollante, y promover dinámicas de reconocimiento en las múltiples direcciones en las que debemos hacerlo.
Es verdad que no podemos aguardar de la inmediatez de una negociación para un pacto de gobierno y un acuerdo de investidura que ella produzca por sí misma un cambio de mirada, pero si no se tiene en cuenta esa imperiosa necesidad para lo que viene después de poco servirá la investidura y no irá muy lejos la acción de gobierno, dada la tarea mayor de reconstruir democráticamente un Estado que por la fuerza de los hechos ha de ser plurinacional e inclusivo de los diferentes que, como ciudadanas y ciudadanos, formamos parte de él.

Autor

La Vall de la Casella en plena Rivera valenciana entre Alzira y Cogullada. Una maravilla para el senderismo de la conciencia

Pas del llop

jueves, 26 de diciembre de 2019

miércoles, 25 de diciembre de 2019

HÄNDEL - El mesías (Selección)

Es muy pesado que la realidad se emperre en ponernos delante de las narices lo que la prensa agradecida al establisment no tiene interés alguno en contar. El glamour va a lo suyo y no está dispuesto a que le amarguen el turrón con una realidad tan chunga, que nada tiene que ver con la chirigota navideña, que solo celebra el consumismo y los reencuentros familiares sui generis a base de atracones y de comprar basura en potencia y acto...En realidad, si se quiere parar esta debacle hay que quitarse las caretas ya mismo y dejar de llamar "navidad" a esta parafernalia sin fuste. Llámenla fiestas de invierno, jolgorio despendolado, bombillismo cegador, festival del entripado, pero que dejen ya de manipular el nacimiento de un pobre en un pesebre, hijo de un carpintero que tuvo que emigrar a Egipto para salvarlo de una masacre ordenada por un rey paranoico...Vamos, totalmente en la línea de la actualidad de hoy día, donde Herodes se llama Donald Trump y sus sicarios OTAN, UE, fabricación y comercio de armamento, vallas, rechazo-vistagorda a los DDHH, capitalismo depredator & terminator,etc, etc. Si la Navidad fuese lo que debería ser, no se parecería en nada a este esperpento lleno de bombillas y con tan pocas luces. Ains! Si la Navidad se hubiese entendido tal cual y sin manipular, seguramente a día de hoy, o no se celebraría por pura coherencia o ya a estas alturas de la Historia civilizada no habria lugar para tanto destierro, tanta injusticia cruel y tanto genocidio en los altares del dios dinero. Ya sé que seguramente escribir estas cosas en momentos de tanto derroche de felicidad por decreto, suele sentar como un tiro en el corral y los establos, pero es lo que hay y silenciarlo es un crimen de lesa fraternidad, igualdad y conciencia humanitaria. ¡Feliz responsabilidad y feliz memoria, hermanas y hermanos! No me considero católica, ni atada a ninguna religión, solo hermana del resto de seres humanos con los que comparto el Planeta. Y agradezco al hermano Miguel Urbán que comparta lo que hay y no se cuenta para no amargar turrones y mazapanes, no vaya a ser que la gente se ponga a pensar y reaccione fastidiando el negocio xd!

Los Balcanes y las cadenas de devoluciones en caliente

  • Desde principios del 2015, la región de los Balcanes se convirtió en la principal ruta de acceso al centro de Europa

Miguel Urbán es eurodiputado de Podemos
Desde principios del 2015, con la mal llamada crisis de los refugiados, la región de los Balcanes se convirtió en la principal ruta de acceso al centro de Europa. Ante el éxodo humano que suponían las miles y miles de personas que huían de la guerra y la miseria, la respuesta europea fue una combinación de cinismo y xenofobia institucional que se concretó en más vallas y menos derechos.
Primero fue la Hungría de Orbán, que impuso una agresiva política antinmigración cerrando sus fronteras y criminalizando tanto a migrantes como a las organizaciones que les ofrecían su solidaridad y apoyo. Pero Hungría no ha sido ni mucho menos una excepción, sino más bien el camino que han seguido el resto de los países de la región que con el apoyo inestimable de la UE, han terminado por conformar el cierre de fronteras a nivel regional: hacia el exterior de la UE, pero también entre los propios países balcánicos. Todo para seguir alimentando la fortaleza en que se ha convertido la Unión.
Y fue tan solo unos meses después de que se empezase a aplicar este blindaje fronterizo cuando comenzaron a sufrirse las consecuencias de estas políticas: lejos de reducirse o de desaparecer el flujo migratorio, éste se trasladó paulatinamente hacia el Mediterráneo central, aumentando exponencialmente las muertes en el mar y desplazándose el foco mediático de los Balcanes.
Sin embargo, a pesar del desplazamiento de las rutas migratorias y del descenso significativo del número de personas que utilizaban la ruta de los Balcanes para llegar a Europa central, ésta nunca terminó de cerrarse totalmente. Lo que cambió fue la peligrosidad del trayecto, que fue cada vez a más. No solo por la geografía montañosa de Bosnia, el elemento clave en esta nueva ruta y foco migratorio, sino sobre todo porque el uso sistemático de las ilegales devoluciones en caliente, el verdadero mecanismo de las políticas de control migratorio en la región, ha convertido y está convirtiendo el paso por esta zona en una auténtica yincana por la vida.
¿Qué acompaña estas devoluciones? La negación del derecho de asilo, el incumplimiento de los procesos oficiales de recepción, y la violencia policial: asaltos, palizas y torturas. “Es una mafia”, es uno de los lamentos constantes que escuchamos de parte de las personas migrantes que visitamos en Bosnia. Personas y familias de India, Pakistán, Afganistán, Irak, Irán, Sudan… que intentan cruzar una y otra vez desde Bosnia hacia Croacia y luego hacia Eslovenia, que se encuentran con una barrera física de agresiones y abusos.
Croacia, que está en pleno proceso de adhesión a la zona Schengen, se ha erigido en policía de fronteras haciendo uso para ello de la brutalidad y la vulneración de los derechos humanos con una total impunidad. Pero la verdadera magnitud de estas vulneraciones solo se comprende cuando hablamos con las organizaciones y con los propios migrantes. En seguida nos damos cuenta de que lejos de limitarse a un fenómeno a nivel de Estado, es parte de una estrategia coordinada regionalmente con el amparo de la UE. Es decir, tras cuatro días de misión de observación en Eslovenia, Croacia y Bosnia, comprendemos que se trata de una cadena de devoluciones ilegales, estructurada y organizada.
No es casual que la estrategia antiinmigración que se ha alentado desde 2015 en esta zona de Europa coincida en el tiempo con varios factores. Primero, el ascenso al poder de Unión Democrática Croata, partido de derecha ultraconservador, nacionalista y con una postura abiertamente xenófoba, que no solo justifica abiertamente las devoluciones en caliente, sino que criminaliza el trabajo de las ONGs y se permite utilizar la propia tortura como mecanismo de contención migratoria.
Segundo, las negociaciones entre Croacia y la UE para que el primero entre a formar parte de la zona Schengen. El principal requisito para los países aspirantes a incorporarse a la zona Schengen es el control de sus fronteras, especialmente el control de los flujos migratorios. Resulta extremadamente paradójico que una Europa “sin fronteras” requiera de cada vez más muros y menos derechos para poder formar parte de ella.
Tercero, que el negocio de la xenofobia en nuestras fronteras sea uno de los más lucrativos del mundo. Seguir alimentando la justificación para aumentar los presupuestos millonarios que la UE ofrece a los países para el control fronterizo es condición necesaria para que unos pocos sigan llenándose los bolsillos a costa de reprimir, violentar, es incluso matar. Como sucedió con Madina Hussiny, la niña de seis años que, tras ser obligada por la policía croata a cruzar las vías del tren en mitad de la noche junto con su familia, murió atropellada.
La UE tiene hoy un plan que poco o nada se parece en la práctica a las bonitas palabras que se escuchan desde la Comisión o el propio Parlamento Europeo. Solo hace falta visitar cualquiera de sus fronteras exteriores y de comprobar que se han convertido en limbos sin derecho y sin derechos. Acabar con esta trágica instrumentalización de las políticas migratorias significa denunciar no solo las prácticas de Croacia o de Eslovenia o de Hungría, sino de comprender el sistema organizado que las ampara y de comprender quiénes se están beneficiando directamente de ellas.

J. S. Bach - Oratorio de Navidad , BWV 248

Una felicitación de la que todas y todos tenemos que felicitarnos: tener a mano unos PapaNoeles como estos doctores cum laude en la Medicina más sana, lúcida y sobre todo EFICAZ, como todo lo que procede de la conciencia esencial y por ello incluye cuerpo, alma, mente, naturaleza, ciencia, trabajo, humanidad y espíritu universal. ¡Casi ná! No se puede pedir más ni mejor celebración que el gozo del resultado: despertar, concelebrar, agradecer y compartir. ¡Feliz Vida en constante re-nacimiento!




Top Ten 2019 de los posts más leídos en Hablando de Homeopatía



Llegan las Navidades y, con ellas, el final de otro año. Un año lleno de trabajo, esfuerzo y dificultades, pero sobre todo lleno de ilusión, entrega y amor por esa vocación nuestra de intentar cuidar de las personas. Amor por esa vocación que no es otra que la de ser médicos.
Y en ese intento de hacer la mejor medicina estamos, y en ese intento hemos comprendido y constatado, después de décadas de dedicación, que la Homeopatía es uno de nuestros aliados más importantes en ese empeño.
Este blog ha querido ser, un año más, el reflejo de nuestra experiencia clínica de todos los días usando medicamentos homeopáticos con nuestros pacientes y el reflejo también de nuestro amor y entrega a una medicina que entiende a las personas como seres particulares, únicos e irrepetibles.
Una medicina que entiende a las personas en toda su globalidad, física, emocional, social y espiritual.
Una medicina que escucha sin juzgar. Sobre todo, sin prejuzgar.
Una medicina que busca la complicidad del paciente en todo su proceso de curación, en la que las estrategias se comparten y no se imponen.
Una medicina que busca aliviar sin dañar, en la que el primum non nocere (lo primero no dañar) no es una frase, es un compromiso.
Una medicina abierta a la ciencia, pero no esclava de ella, que entiende que la ciencia sirve a la medicina cuando la hace crecer y no cunado la asfixia con “cientifismo” dogmático.
Y este camino, durante todo este año 2019, lo hemos vuelto a transitar juntos. Vosotros, nuestros lectores, habéis sido, como desde el comienzo de esta aventura, nuestro oxígeno, nuestro combustible. Así que, desde aquí y desde ya mismo, os damos de nuevo las gracias de todo corazón por hacernos sentir que todo esto vale la pena.
Hemos pensado que sería una forma muy bonita de cerrar este año repasando, en vuestro honor, los 10 post más leídos, esos 10 post que más os han interesado. Así que, sin más demora, ahí va el Top Ten de los posts más leídos de Hablando de Homeopatía en este 2019. Espero que los volváis a disfrutar como si fuera la primera vez…¡¡¡ o más !!!

1. 10 enfermedades para las que recomiendo la Homeopatía como mejor opción de tratamiento

Como veis este post de febrero del 2016 sigue teniendo tirón. En él el Dr. Guillermo Basauri repasa 10 dolencias en las que encuentra, en su experiencia, a los medicamentos homeopáticos como la mejor y más segura opción de tratamiento en primera intención. Así nos habla de herpes, gripes y resfriados, toses y catarros, gastroenteritis agudas, los moluscos de los niños, los papilomas, las úlceras varicosas, los traumatismos, los cólicos del lactante y de los terrores nocturnos, también de los niños.
Como dice en el mismo post su autor: “[…] como también siempre suelo decir, el mejor medicamento es el que el paciente necesita. Y si ese medicamento es un medicamento homeopático, no se lo neguemos”. Pues eso.

2. El miedo que nos enferma y la Homeopatía que nos cura

El miedo es una experiencia común a todos los seres humanos. Sentimos miedo cuando experimentamos cualquier situación que nos haga creer que nos encontramos en peligro. Es una emoción básica de autoprotección que se activa cuando sentimos que algo o alguien pueden causarnos algún daño”.
Partiendo de aquí, ¿quién puede considerar el miedo como algo malo? El problema aparece cuando el miedo se convierte en el lugar desde el que vivimos y nos relacionamos, desde el que tomamos nuestras decisiones.
Y así “A los adultos nos pasa muchas veces que sentimos miedo y no sabemos por qué. Ese miedo suele manifestarse como un estado constante de ansiedad, nerviosismo, fobias diversas, irritabilidad, hiperexcitación, y también puede generar síntomas físicos como alteraciones del sueño, dolores y tensiones musculares, problemas digestivos, erupciones en la piel, cefaleas, entre otras muchas formas de somatizar”.
El miedo nos enferma y nos enfrenta, unos contra otros, y la única medicina que puede curarnos del miedo es el amor. Mientras tanto, en este post el Dr. Basauri os propone algunos medicamentos homeopáticos que, en su experiencia, pueden ayudarnos a superar esos momentos en la vida en los que el miedo se convierte en nuestro peor enemigo.
“Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo”
Publio Siro
“Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la crueldad. No perduraría” George Orwell.

3. Utilidad de la Homeopatía en el tratamiento de las infecciones urinarias de repetición

“La infección del tracto urinario (ITU) es un problema de salud importante por su frecuencia (segunda causa de consulta por patología infecciosa en Atención Primaria y la primera por infección bacteriana), morbilidad a corto y largo plazo y pérdida de productividad”.
Conesta presentación que nos hace nuestro compañero el Dr. Torres de la problemática de las infecciones urinarias es normal que haya sido uno de los post que más curiosidad hayan despertado a lo largo de este año.
¿Qué es una cistitis?  ¿Son todas iguales? ¿Qué personas están más predispuestas a sufrirlas? ¿Cuál es su causa y su tratamiento? ¿Es lo mismo una recaída que una reinfección? ¿Por qué se repiten tantas veces en algunas personas?
En este post podrás encontrar respuesta a estas preguntas y a algunas más y, sobre todo, el papel que, en la experiencia de nuestro compañero el DR José Ignacio Torres, puede jugar la Homeopatía en el tratamiento y prevención de las infecciones urinarias.

4. 10 problemas de piel en donde la Homeopatía puede ser de utilidad

“Con los problemas de piel pasa que, desde el abordaje convencional, para muchos de ellos los tratamientos con los que contamos son poco eficaces, agresivos y, en ocasiones, también poco seguros. Así que nos queda conformarnos y estancarnos en lo convencional y más conocido (y también más cómodo) o abrir nuestras posibilidades terapéuticas con opciones como la Homeopatía y sus medicamentos”.
A partir de esta premisa el Dr. Basauri nos cuenta su experiencia en el tratamiento de patologías frecuentes de piel como son los moluscos, papilomas, herpes, boqueras, urticarias, el acné, la dermatitis atópica, la psoriasis, la rosácea y las verrugas.
“Lo vamos a dejar aquí porque fue el compromiso de este post y porque, además, el 10 es un número muy bonito. Habrá tiempo en otras entradas de seguir tratando en profundidad otros muchos problemas de piel en los que la Homeopatía pueda aportar eficacia y seguridad en el tratamiento”.
Pues con esa promesa nos quedamos. A ver que nos depara este año 2020 en el que entramos.

5. La Homeopatía, tu aliada para la obesidad y el sobre peso

Esta vez el Dr. Alberto Sacristán, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria con máster en Nutrición y Experto Universitario en Actividad Física, nos habla de qué es la obesidad, qué riesgos conlleva para nuestra salud y cómo podemos desarrollar estrategias para afrontarla, incluyendo su experiencia con los medicamentos homeopáticos.
“La obesidad es más frecuente en los países desarrollados y contribuye a uno de los problemas sociosanitarios de mayor envergadura. El 13% de los hombres en España presenta Obesidad tipo I ó II y en un 15% de las mujeres. En cuanto a la población infantil en España, el 40% presentan sobrepeso u obesidad siendo esta muy alta”.
“Es importante no sólo conocer cuál es la definición de la obesidad, también entender lo que significa y lo que implica”.
Ejercicio, alimentación y Homeopatía son, en la experiencia del Dr Sacristán que es mucha, los pilares básicos en los que podemos apoyar nuestra estrategia para afrontar los retos del sobrepeso.

6. Homeopatía para la candidiasis de repetición

En este post vuelve el Dr. José Ignacio Torres a tratar temas relacionados con las dolencias genitourinarias y si antes se centró, en el post 3 de nuestro Top Ten, en las infecciones urinarias ahora hace lo propio con las candidiasis de repetición.
“A los 25 años el 50% de las mujeres habrá tenido un episodio de VVC (vulvovaginitis candidiásica) y el 75% de las mujeres pre menopáusicas habrá tenido al menos en una ocasión este problema.Se calcula que el 45% de las mujeres tendrán 2 episodios o más y que el 5% de las mujeres con VVC la sufrirá de forma recurrente. Incluso se han citado casos de más de 20 años de duración de una candidiasis crónica”
Igual que nos pasaba con su post sobre las cistitis, con estos antecedentes, tampoco es de extrañar que un post sobre esta dolencia se haya aupado al puesto 6 de los más consultados de este año.
Este post, además del rigor y de la claridad a la hora de exponer cualquier temática a la que nos tiene acostumbrados nuestro compañero, viene con un precioso extra; un vídeo en el que podremos escuchar al propio Dr. Torres contándonos su experiencia. Todo un lujo y un disfrute.


7. Tratamiento de la depresión y la ansiedad con Homeopatía

“Uno de esos días frecuentes, en los que en el trabajo no da tiempo ni a mirarse a la cara, Susana mi residente de tercer año me espetó. “Te he citado a Jimena, esa paciente joven, trasplantada de riñón, que está usando psicofármacos, porque está muy mal, y le he propuesto que hable contigo por si puede beneficiarse de un tratamiento homeopático”.
Susana, era una extraordinaria residente, que había entendido a la perfección el espíritu del trabajo en medicina de familia. Nuestra relación personal, su entusiasmo y ganas de trabajar y Martín Winckler1 le habían ayudado a amar su trabajo. Había observado nuestros pequeños éxitos con el uso de los medicamentos homeopáticos en la consulta y estaba abierta a utilizar cualquier herramienta que pudiera sernos útil para ayudar a nuestros pacientes, incluso los más difíciles”.
A través de un caso clínico de su consulta el Dr. Torres vuelve a trasladarnos su inmensa humanidad y su profundo conocimiento de la medicina, de la Homeopatía y de la naturaleza humana, esta vez en relación al abordaje y el cuidado de los pacientes con depresión y ansiedad.

8. Tratamiento homeopático para la artrosis

La artrosis es una enfermedad crónica reumática de tipo degenerativo que lesiona el cartílago articular.
Es un problema de salud que afecta al 10% de la población española y se hace más frecuente a partir de los 40-50 años.
Habitualmente el paciente consulta por dolor, siendo también frecuentes la disminución de los movimientos y la rigidez, y a veces la inflamación”.
Desde este planteamiento inicial de nuevo el Dr. José Ignacio Torres nos habla de una dolencia muy común entre la población, la artrosis. ¿Quién no conoce a alguien que padezca esta enfermedad, el famoso “desgaste” articular?
Qué es, sus síntomas, su diagnóstico y las posibilidades de tratamiento convencional y, sobre todo, homeopático. Y, como ya nos tiene acostumbrados en tantas otras ocasiones, termina contándonos un caso real de su consulta.
La homeopatía puede ser una buena opción en el tratamiento del paciente con artrosis para mejorar los síntomas e intentar retrasar el desarrollo de la enfermedad, siendo sus ventajas su seguridad, complementariedad con cualquier otro tipo de tratamiento y eficacia”.
Ah, y no os perdáis el vídeo que acompaña al post; podréis escuchar al propio José Ignacio Torres contándoos su experiencia de primera mano.


9. 8 enfermedades que se pueden tratar eficazmente con medicamentos homeopáticos

Esta vez el Dr. Guillermo Basauri nos habla de su experiencia en el tratamiento de sabañones, síndrome del túnel carpiano, vértigos, herpes zóster, síndrome de piernas inquietas, sinusitis y dismenorreas.
Y es que, como muy bien explica al comienzo de su post:
“La Homeopatía es una terapéutica que, por su forma de actuar en el organismo, nos permite tratar todo tipo de dolencias y enfermedades. Los medicamentos homeopáticos estimulan nuestros propios mecanismos de regulación lo que hace posible que el organismo vuelva de nuevo a recuperar un estado de salud y equilibrio. Claro está, la capacidad de éxito de cualquier tratamiento depende del grado de reversibilidad del paciente y la enfermedad que estemos tratando, pero el estimular los recursos que todo organismo tiene de autorreparación será un factor positivo en el tratamiento de cualquier situación”.

10. ¿Cómo tratar la ansiedad con Homeopatía?

“Cuando los pacientes le están describiendo sus síntomas o sus preocupaciones, Sassall no asiente mudo ni susurra “sí, sí”, sino que repite continuamente “entiendo, entiendo”. Y lo dice con una comprensión sincera. Pero esto es lo que dice mientras espera a saber más”.
John Berger- Un hombre afortunado
El miedo nos hace nadar rápidamente hacia la costa si hemos visto un tiburón, pero se disipa tan pronto como el tiburón deja de ser una amenaza. La angustia es, sin embargo, miedo en busca de un motivo”
G. Frazzetto- Cómo sentimos
Qué puedo deciros ya de los post del Dr. José Ignacio Torres, siempre llenos de rigurosa ciencia, amplía experiencia clínica y desbordantes de humanidad. En este caso, para cerrar ya nuestro Top Ten del año, vuelve a hablarnos de la ansiedad, ese mal del alma que parece que ha venido para quedarse entre nosotros, al menos mientras sigamos viviendo como lo hacemos.
No os perdáis un pequeño párrafo que dedica a la biblioterapia; inspirador, una dimensión de la terapéutica muy poco o nada conocida ni practicada por los médicos. Que bonito sería que los pacientes nos pidieran y los médicos recomendáramos más lecturas en vez de tantas pastillas.
Un año más juntos y estos son los temas que más os han interesado. Se ve que esta vida nos está apretando un poco en estos tiempos que vivimos y que la ansiedad, la tristeza y el miedo se están convirtiendo en compañeros de viaje para muchos de nosotros. Pero desde este blog no vamos a dejar ni un segundo de lo que queda de año y de todo el que está por venir de seguir conectados a la ilusión y a la esperanza. La ilusión de vivir y la esperanza de un mundo mejor.
Muchas gracias, otra vez y de todo corazón, por dar sentido a esta aventura de divulgar y compartir nuestra visión de la vida y de la medicina.
Todo el equipo de Hablando de Homeopatía os deseamos unas Navidades muy felices y un año 2020 lleno de todo lo mejor.
#HomeopatíaSuma

martes, 24 de diciembre de 2019

19 Días y 500 Noches Después




Me acaba de llegar por Telegram esta primicia. Personalmente con Sabina y ante su percepción del lado femenino del ser humano siempre he experimentado  una especie de sí pero no, algo parecido a lo que le debe pasar a él al abordar el tema de género desde su lírica de los callejones con muchas más sombras que luces. 
En el terreno de la expresión artística me produce el mismo efecto que Vargas Llosa: una técnica creativa genial pero desacompañada por un alma a ralentí, o directamente, missing, ausencia que ambos autores aprovechan con talento suficiente como para que esa sensibilidad, esa pulsación sana y hermosa que eleva al hombre por encima de las peores previsiones, no tenga el menor sentido ni el menor hueco para hacer su entrada en escena. Es lo que tiene el hecho de que la humanidad desde la Ilustración mezclada genéticamente con las revoluciones industriales se esté yendo de varas a velocidad supersónica, tras la "perfección" de la máquina olvidando poco a poco donde acaba el hombre y donde empieza el automatismo del acoplamiento a las ocurrencias de cada hallazgo técnico: que poco a poco deriva en ciborg con un progreso mecánico imparable en deterioro indiscutible de su Humanidad, cada vez más esquilmada, contrahecha e irreconocible. en la medida en que avanza su "perfección". Para nada estoy insinuando que la evolución no sea una necesidad y hasta una urgencia in crescendo cada vez más evidente, ni creo en modo alguno, que el pasado haya sido una bicoca ni un ejemplo impecable de valores, ideas y formas de vida. Pero algo sí queda bien claro: si el pasado hubiese sido lo mejor que pudo pasarle a nuestra especie, es segurísimo que jamás habríamos alcanzado el deplorable mar de mierda universal en el que tratamos de mantenernos a flote en la actualidad. Lo grave es que ese mar de mierda lo ha empapado todo, desde la materia al intelecto. Desde la idea al lenguaje, que como dice Saussure, es inseparable de la vida. O sea, de la emoción, de la reflexión, del sentimiento, de la morfología, la fonética y sobre todo del tejido adaptable y flexible de la semántica. Por ello, también ha impregnado la percepción y al mismo tiempo la expresión, ¿quién podría separar la lengua del habla, verdad? Nadie. 

Sólo hay un método que nos pueda garantizar el agua en medio de la travesía de este desierto exponencial: que la consciencia tanto personal como colectiva no desapareza y que no pierda su lugar, ni su eje fundamental imprescindible para sostenernos como especie reconocible digna y apta para continuar nuestra evolución, o sea, que esa evolución valga la alegría y la esperanza mucho más que la pena y el cuento chino, y que la aspiración a mejorar como tal realidad no se quede en el figureo, en el impacto del momento, en la zancadilla del ingenio empleado para seguir rascando en la misma herida con el "triunfo" oportunista de la nada del tiempo y de la memoria entendida solo como coartada para amontonar recuerdos, en plan Jorge Manrique o fijaciones que convertir en inmutables ataduras modélicas o transformar en furor iconoclasta con la revancha del "ahora te jodes, que me toca a mí repetir las mismas burradas que tú cometiste en el pasado", que es a lo que ha llegado la reformista del sabinismo con su nueva versión de aquellos lamentables "19 días y 500 noches". 
Si ya daba repelús la versión original del macho herido por una macha de su mismo calibre intelectual y bellotero, porque  la canción es en sí tan demoledora para un género como para el otro, y que se deje de lado no es ni moralismo ni leches, es puritita repugnancia si no se está de manicomio totalis y dándole a todo lo que una y uno se va encontrando por el camino, porque para eso una y uno es superlibre para usar lo que sea con tal de alcanzar las cotas más altas del disparate contable y cantable. Sobre todo en una sociedad en la que el eco de lo que se dice tiene mucho más poder de arrastre y de mercado que el contenido de lo dicho. 

En fin; en el arte nada se puede censurar, pero lo que resulta demasiado underground como para no tener ninguna función aprovechable humanamente sana y no solo por el comercio negociante, sino porque seguramente ya de arte no tenga nada, es que el arte no es un valor intocable, ni un logro que no pueda decaer. El arte vale como tal mientras consiga hacernos mejores, cuando pierde esa esencia, igual que los alimentos cuando son tóxicos o están llenos de moho y de bichos, no es que ya no alimentan, es que nos enferman y si nos habituamos a la enfermedad ya no se conoce siquiera lo que significa la salud, ni se la echa de menos. Hay generaciones enteras que ya no tienen referencias de haber experimentado un estado saludable físico, mental ni emocional en toda su vida. Sólo de tal masa pueden salir tales panes. 

El mundo que canta Sabina, por mucho que se valore su ingenio para gestionar palabras y situaciones patológicas tomadas como "normalidad" y "arte", o el cinismo como carta de presentación, no nos sirve para caminar hacia otra mejor construcción social. Y es que vender como "libertad" la demolición de un ser humano, sea uno mismo u otros, nos deja enanos indefectiblemente. Como también nos deja en el mismo nivel, el intento de hacer el mismo negocio usando los mismos argumentos en plan "virtud" solo porque los canta la enemiga, la vengadora del vengador fracasado en su día ante una elementa de su misma calaña. No otro es el sentido del mensaje sabinista. Ahora a la venganza de Don Mendo le ha salido un eco: el de una nueva Sabina de género femenino  diciendo y haciendo exactamente igual para que no desaparezca nunca el paradigma de las mismas perversiones macho-patriarcales: quien la hace la paga. A mí no me ganas a chulo y prepotente. Te vas a enterar en cuanto pille una ocasión en la que sacar tajada y humillarte, maldito machista. Yo soy lo que te mereces encontrar, además de víctima soy verduga y con tus propias armas. Toma ya, pa que aprendas...y de paso te caigas de la peana en que te colocó tu machismo. Y lo firma Travis Bird. No la conozco de nada, pero ya se ha encargado ella misma de presentarse con contundencia.

No. Así es imposible que este tejido putrefacto social se regenere. Las mujeres no se rebelan para que todo siga como siempre pero mandando ellas. Para convertirse en manadas también, en cínicas o en réplicas calcadas del mismo mundo que quieren cambiar...paradójicamente, haciendo lo mismo de siempre. Con idéntica carencia de todo lo más sano e inteligente. Las mujeres nos debemos rebelar desde la grandeza de miras, desde la verdadera libertad, que no consiste en ser libres para vengarse de nadie sino para autoeducarse, reconocerse y crecer sanando el mundo enfermo en el que tantas veces además de víctimas se convierten en sus propias verdugas, aceptando la validez de lo caduco, los métodos nefastos y la miopía estúpida de la misma costra que nos ha aplastado durante siglos, repitiendo como mantras las mismas aberraciones mientras pretenden que no lo son porque esta vez la misma bajeza se pronuncia en femenino, en el más surrealista y esperpéntico nivel de la igualdad. La necesidad urgente del gnozi seautón de la eterna Grecia sigue a la cabeza de los cambios y con esa asignatura pendiente en la vida de los pueblos, es imposible que esto pueda cambiar antes de irse al garete. Hace falta crecer juntas y juntos. Solo los más lúcidos saben comprender, reciclarse a sí mismos siempre a mejor, ayudando así al aprendizaje colectivo. 

Me atrevo a asegurar que ni el mundo irreparable de Sabina  ni el que nos  presenta Travis Bird como recambio es el que queremos y necesitamos todas y todos cada día con más urgencia. Pero seguro que si despertamos a tiempo para una bifurcación adecuada, -Prigogine dixit- conseguiremos el cambio que nunca más repita los mismos parámetros del horror y la vergüenza ajena como si fuese lo más normal.


domingo, 22 de diciembre de 2019

Esto es poesía de la mejor calidad, da lo mismo que el verso del alma se escriba en prosa del cuerpo, ambos son inseparables y tienen idéntica función esencial y entrañable: la Vida, con mayúscula, claro. Gracias, poeta, y feliz solsticio de invierno, un premio que todos podemos recibir cada año sin que lo impida el dinero ni los antojos de la suerte y la casualidad

Sin esperanza, con convencimiento

Publicada el 22/12/2019 
Infolibre
 
  
Veo a mi padre con su libreta abierta. Tiene ordenados por sus terminaciones todos los números de lotería que lleva este año, un año más, una vida entera. Mira el televisor, escucha el rodar de las bolas y la voz inocente de la infancia que canta. Mientras el nervio primero del desayuno y el sorteo se convierten en monotonía para los demás, él sostiene la atención y espera que salga premiado alguno de los décimos que ha ido acumulando a través de sus compras o de los intercambios que provoca casi desde el verano con sus 6 hijos, todos varones. Mi madre fue buscando a la niña de embarazo en embarazo, pero en su sorteo biológico particular tampoco salió premiada.

Uno de los recuerdos de mi infancia tiene que ver con la ilusión desencantada de las quinielas. Tuve la suerte de una infancia feliz, callejera, en la Granada de los años sesenta, junto a las alamedas del río Genil, cuando no había coches en las calles del barrio y los niños jugábamos al fútbol sin más peligro que las caídas que nos llenaban de arañazos la cara y de mercromina las manos y las rodillas. Pero hay premios extraordinarios que no llegan nunca a completar la felicidad real. Mi padre no acertó en el azar de las quinielas. Crecer y madurar significa con frecuencia asumir que ese tipo de premios no son imprescindibles.

A ver hijo, te dejo una columna, me decía la noche de los jueves, y me preguntaba sobre el Madrid, el Barcelona, el Atleti, el Bilbao, el Valencia… En años afortunados, también entraba el Granada en el 1, X, 2 de los aciertos. Pero al levantarme los lunes para ir al colegio siempre veía el cadáver de la quiniela en el cenicero. Tampoco esa semana se habían puesto de acuerdo los árbitros, las defensas, los delanteros, los puntos de penalti y los postes con los cálculos millonarios de mi padre. En el cementerio de las ilusiones los resultados de la liga de fútbol coincidían con el cupón de la ONCE y con algún otra rifa de carácter menos ambicioso.

No hace falta tener premio para repartir las ganancias. Resulta agradable entretener la llegada del futuro imaginando lo que se va a hacer con el dinero de la suerte. Pues verás, hijo, me decía, lo primero que haremos es comprar la casa y ponerle calefacción, luego os abriré una cuenta a cada uno en el banco y os meteré una parte del premio, y lo demás lo dejaremos de remanente para los gastos que vayan surgiendo, y por supuesto no voy a dejar el trabajo, no vamos a perder la cabeza, ya sabes que hay gente que empieza a hacer locuras y acaba después en la ruina. A tu madre le compraremos lo que ella quiera.

Nunca he discutido con mi padre en asuntos de tragaperras, quinielas, cupones y décimos de Navidad. Siempre he creído que ese dinero posible sería repartido entre sus hijos con mucha generosidad. También he sabido que las diferencias políticas entre un militar muy conservador y un hijo rojo no iban a poner en juego, pese a las discusiones de sobremesa y las rabietas familiares, lo que está por encima, muy por encima, de los sorteos, el azar y el dinero. Hay cosas posibles que nunca se hacen realidad y cosas que parecen imposibles y que de pronto dan una sorpresa. Pero entre lo posible y lo imposible nuestra vida depende de lo que jamás hemos pensado poner en juego.

Así han ido pasando los años, las quinielas, las copas de Europa, los sorteos de Navidad, los gobiernos, las tecnologías y los cantantes de moda. Las cosas no son como eran en el barrio, porque los coches han invadido las calles y entre los hermanos hemos comprado la casa y hemos puesto calefacción. Ahora mi padre tiene 93 años y hasta un hijo que ya ha alcanzado la edad de sentirse viejo. Tiene también una nieta joven que todos los años viaja a Granada el 21 de diciembre, duerme en casa de los abuelos y se levanta pronto para abrir su libreta con los números ordenados por terminaciones y mantener la esperanza de que este año sí, de que este año nos va a tocar esa otra parte de la lotería que en realidad no importa demasiado.