lunes, 16 de diciembre de 2019

Tras el fiasco COP25 Greenpeace deja las cosas bien claras como hace siempre; los paripés solo enturbian y hacen negocio con todo lo que pillan. ¿Cuánto hemos pagado los españoles por organizar el astrakán y los demás países en precario que forman parte de la misma mascarada, que habrán pagado viajes, dietas y demás extras, para participar en la pésima y patética comedia de una ciudad como Madrid donde alcalde y ayuntamiento son para más inri, declarados, convictos y confesos demoledores medioambientales? Si no fuese una tragedia social podría ser una opereta cómica, por lo ridículo y fuera de tiesto




Anoche terminó en Madrid la COP25, la Cumbre del Clima más larga de toda la historia.
Tristemente, ha ganado la codicia a la acción climática. Las empresas contaminantes han conseguido imponer sus intereses económicos frente a las personas y el planeta. Es inaceptable.
Los gobiernos no han hecho caso a la ciencia, que lleva años advirtiendo de que para evitar los peores impactos del cambio climático, la temperatura del planeta no puede superar el umbral de 1,5 ºC. Tampoco han escuchado los gritos de la juventud, que cada viernes sale a la calle para defender su futuro y a quienes han visto cara a cara todos los días durante esta cumbre.
Cuando los políticos echen la vista atrás ya será demasiado tarde: es ahora cuando tienen que tomar medidas urgentes y ambiciosas ante la emergencia climática.
Además de en Madrid, la acción climática también se debatía en una reunión en Bruselas, donde desde Greenpeace quisimos recordarles que Europa, nuestra casa, está en llamas por la emergencia climática, y para ello simulamos un incendio en el edificio del Consejo Europeo:
Porque ya no es solo la comunidad científica quien da la voz de alarma, ahora el planeta también está hablando. Glaciares que se derriten, inundaciones, sequías, olas de calor e incendios como los que están arrasando Australia: no es mal tiempo, es la emergencia climática y ya está aquí.
Países enteros ya están sufriendo daños humanos, ambientales y económicos irreparables. Pero los gobiernos siguen financiando y apoyando a quienes contaminan, empezando por las grandes empresas que queman gas, petróleo y carbón, los principales culpables de la emergencia climática.
No podemos esperar un año más para resolverlo. Desde Greenpeace vamos a seguir trabajando para que España y el resto de gobiernos pasen de las palabras a la acción real y garanticen el futuro de nuestro planeta. Únete >>

18:59 (hace 15 minutos)

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