lunes, 30 de septiembre de 2019

Así se hace, es el camino. Olé, ese Errejón y las bases que le hacen posible. Ojalá los Gobiernos del estado hiciesen lo mismo en cada autonomía territorial, en vez de imponer por narices la ideología de los que ganan las elecciones en vez de escuchar a los pueblos. Antes que cualquier sigla está la dignidad, los derechos, deberes y libertades de una ciudadanía que se quiere, se reconoce hermana, se respeta y se valora entre sí y por ello, desde las instituciones. España, además de castellano piensa y habla en catalán, valenciano, andaluz, murciano, extremeño, cántabro, euskera y navarrico, gallego, bable, guanche, mallorquí, riojano, aragonés y lo que le echen, que para eso tiene la suerte inmensa de ser tan variada, plural y humanamente multimillonaria...




Compromís y Más País sellan su alianza ante la Junta Electoral. La formación de Mónica Oltra y la de Íñigo Errejón han formalizado la candidatura conjunta para las próximas elecciones generales del 10 de noviembre, proceso al que concurrirán bajo el nombre 'Més Compromís'. Con este acuerdo, la formación valencianista será la marca de Íñigo Errejón en la Comunitat Valenciana y buscará sumar al electorado progresista molesto con el PSOE y Unidas Podemos.
Según el acuerdo, la coalición valencianista tendrá plena autonomía para elaborar sus listas electorales y la marca conjunta asumirá el programa de Compromís en las tres provincias valencianas. La alianza se define como "una coalición progresista, feminista, ecologista y valencianista" que se compromete a reivindicar "todas" las medidas establecidas en el segundo Acuerdo del Botánico -el documento suscrito por el PSPV, Compromís y Unidas Podemos para el Gobierno valenciano-, especialmente las relativas a una fiscalidad progresiva, financiación justa e intereses valencianos.





Según el acuerdo, en las cuestiones íntegramente valencianas o que afecten a las provincias de Castellón, Valencia y Alicante, será el actual diputado en el Congreso Joan Baldoví el portavoz de la formación y votará según el criterio de Compromís. En caso de obtener grupo parlamentario en el Congreso, la alianza establece que se realizará en forma de grupo confederal con todos los partidos territoriales con los que se hayan establecido alianzas en el Estado. "Un grupo donde Compromís tendrá una portavocía y autonomía propia, y donde liderará el posicionamiento de todos los temas que hagan referencia a las circunscripciones de Castelló, València y Alacant", señala el partido de Oltra.
En cuanto a las listas, los dirigentes de Compromís explicaron la pasada semana que se respetarían sus primarias, pero habrá unas leves modificaciones. Se cambiarán a aquellas personas que en la actualidad desempeñen otra ocupación, como Isaura Navarro, que fue número dos por Valencia y ahora es secretaria autonómica de Sanidad. La asamblea de Iniciativa acordó el pasado sábado que el segundo puesto de la lista, que le corresponde elegir por cuota, sea para una persona independiente afín a la coalición. El plazo para presentar las listas electorales concluye el próximo 7 de octubre.
Respecto a la candidatura para el Senado, la coalición valencianista sigue abierta a configurar una lista "lo más amplia posible que permita presentar una única opción electoral fuera del bipartidismo". El pasado viernes, miembros de la dirección valenciana de Podemos ofrecieron a Compromís una lista conjunta para la Cámara Alta, que la coalición manifestó estudiar "con cariño". En las elecciones generales de 2016, la candidatura conjunta de Unidas Podemos y Compromís, logró 3 de los 12 senadores a elegir en la Comunitat Valenciana, dejando sin representación al PSOE. 
La intención de la formación de Oltra es desmarcarse del fracaso de las negociaciones para conformar un Gobierno progresista con Pedro Sánchez al frente que han provocado la repetición electoral del próximo noviembre. Los valencianistas pretenden canalizar el enfado de la población ante esta situación y evitar que ese malestar se traduzca en una abstención de la izquierda. Por otra parte, algunos dirigentes de la coalición defienden que ir con otras formaciones del resto del Estado sería una buena forma de minimizar el efecto del voto dual, que hizo que Compromís 'perdiera' cerca de 270.000 apoyos entre la papeleta de las Corts y la del Congreso

Hartas de soñar

Reloj, Tiempo, Tiempo Que Indica


Atrapados en la jungla de los sueños
es imposible ver nada
que tenga temple y sentido
si sólo somos mirada.
Pues carece de sustancia
una mirada sin ojos
y sin manos que construyan
en un presente cubista
con un pasado caduco
y un futuro en el vacío
diluído y surrealista.
Hay que dejar de soñar
para poder estar vivos,
vigilantes y despiertos
en el latido presente
y no soñando perdidos
en brazos del inconsciente
personal y colectivo.

La poesía no es un sueño.
Es experiencia vital
el jugo de lo vivido,
el aire que se respira,
la decisión que se toma,
el paso que nos impulsa,
el abrazo que se da
y la luz que se proyecta
para poder alumbrar
los caminos más oscuros
al son de la claridad.

Si soñamos no vivimos.
Hay que elegir la manera
de asimilar el paisaje
 para poderlo pintar
mientras lo hacemos posible.
Pero si no se despierta
no se puede dibujar
ni absorber cada color
en su savia original
ni asumir en el instante
la danza del movimiento
en el nido del reposo.

En sueños no se construye
y al despertar se comprueba
la desilusión constante
en el hueco permanente
de lo que nunca se logra,
mas si se logra se marcha
y si fracasa se queda
y la escena finiquita
cuando al final se despierta.

Que no, Pedro Calderón,
y perdona la insistencia,
que la vida no es un sueño
y los sueños nunca son
carne de la realidad,
sino un lance en paralelo
-¿o para lelos quizás?-
según la vida nos muestra
ese errático soñar
que nos lleva de cabeza
de carnaval a cuaresma,
del pasado demolido
al futuro virtual
sin construir más presente
que el de la precariedad,
del feudalismo al engrudo
de un gran fracaso global,
donde el dinero elevado
al rol de divinidad
tiene los plenos poderes,
tanto vales tanto gastas,
tanto puedes tanto tienes,
y desemboca en un sesgo
insostenible además
que está cada vez más crudo,
proyectando en las pantallas
cada nuevo viaje astral,
un tránsito en plan balconing
del truño a la posverdad,
sin que nadie se rebele
con suficiente entereza
ni consiga conectar
 los cables de los efectos
con la causa primordial
de lo que nos extermina
sin derecho a despertar.

No necesitamos sueños.
Que ya llevamos soñando
un puñado de milenios.
Sino dejar de soñar
lo que quieren que soñemos
y nos está liquidando
en el negocio fatal
que consiste en explotarnos
y en hacernos además
comprar lo que se envenena,
al precio de destrozar
el Planeta que nos sufre
y además es nuestra casa,
que no hay otra que rascar,
convertidos en la plaga
que lo quiere aniquilar
mientras lo va liquidando
con petróleo, con coltán,
con carbón y queroxeno,
con centrales nucleares,
con aviones que envenenan
hasta la gloria del cielo
con el permiso de Trump
y el aplauso de Pokemon.

Solo sobrevivirá
esta especie alucinada
cuando deje de soñar
y de confundir criterios,
velocidad con tocino,
 el espejo con la imagen,
la verdad con el entuerto,
el hambre con el vacío
de sentido y de reflejos,
de no ver la realidad
perdida en la pantanada
de sus letales manejos
que consumiendo el Planeta
sueña con hacer eternos.

Sólo es posible soñar
si permaneces dormido
dulcemente aletargado
o drogado simplemente,
creyendo que vida es sueño
sin comprender la milonga
que te cuentan sin parar
los bedeles del infierno.

Mas conviene no olvidar
el aviso de esa urgencia
imposible de evitar:
Sólo saldremos de ésta
si despertamos a tiempo,
descubrimos el tesoro
que no se puede comprar
y que Amazón nunca encuentra
por más que busque y rebusque
en el almacén global...
Y si por fin damos paso
sin presiones ni tapujos
ni filtros abanderados
a eso que llaman conciencia
tanto en versión colectiva
como en la individual
que la una sin la otra
no existen ni existirán.
 

Company Man - James Taylor

domingo, 29 de septiembre de 2019

La historia tan interminable como inaguantable pero sin Ende (en alemán "ende" además de un apellido literario es "fin") En efecto, la verdadera transición a la española consistió mayormente en que salir en bolas cada semana por los kioscos se hiciese trending topic, para disimular que todo seguía atado y bien atado a la momia del maromo. Y a eso se le llamó "la movida", aunque nunca supimos de qué, en realidad todo siguió inmóvil y apestando a rancio. A la vista está...Qué penitencia y qué marrón tan negro...Ains!






Franco, Franco, no había para tanto

¿Y qué tal nos iría si en vez de trepar para asaltar los cielos, se colocasen en el suelo de una puñetera vez los pies políticos e ideológicos ?


“Una enfermedad que no tiene cura” o no tener acceso a una vivienda digna en Madrid

  • Presentan el trabajo de investigación 'Realojando Derechos. El acceso a una vivienda digna desde la perspectiva de la extrema pobreza' en Madrid
  • Consecuencias de “la vulneración permanente del derecho a la vivienda que sufren muchas personas que viven en situación de extrema pobreza”

Para poder tener una casa primero tienes que trabajar. Eso es lo que le aconsejan a José, que nunca ha conseguido vivir en una casa que no sea una chabola. “¿Sabéis lo que significaría para mí poder salir a buscarme la vida sabiendo que cuando vuelva mis hijos estarán allí, seguros, jugando o durmiendo, pero protegidos? (…) Eso no lo he podido vivir nunca hasta ahora. Nunca. Por eso no puedo dedicarme a buscar trabajo de verdad”, contesta. Ana y Carmelo llevan más de cinco años viviendo en el asentamiento de Las Sabinas, en Móstoles. “A nosotros lo que nos daría alegría es que nos metieran en una vivienda digna. Poder llevar a mis niños a un piso donde estén escolarizados bien, donde no estén para arriba y para abajo y que no se lleven los disgustos que se llevan por tener que cambiarles de cole. Estos niños se mueren de tantos disgustos”, cuentan.
Estos testimonios forman parte del trabajo de investigación Realojando Derechos. El acceso a una vivienda digna desde la perspectiva de la extrema pobreza, fruto del trabajo realizado en Madrid desde el año 2015 por la Asamblea de Vivienda Digna para todas las personas, y que ha sido dinamizada por ATD Cuarto Mundo. En la presentación del documento, que tuvo lugar este viernes en la sede de la Fundación Secretariado Gitano, una de las personas presentes demandó: “Estar sin vivienda para nosotros es una enfermedad que no tiene cura. Igual que los médicos hacen todo lo posible por salvar la vida de sus pacientes, así los políticos deberían esforzarse y hacer lo máximo que puedan por dar una respuesta a nuestra enfermedad”.
A consecuencia de la crisis hace años que comenzamos a comprender el drama que conlleva perder una vivienda, pero los autores de esta investigación resaltan que se habla mucho menos de aquellas personas en España, y en concreto en este caso en la rica Comunidad de Madrid, “que viven en condiciones de extrema pobreza desde hace muchos años, incluso generaciones, y que nunca tuvieron posibilidad de acceder a una hipoteca, ni un alquiler a precio de mercado”. Por este motivo, el estudio ha tratado de “revisar una historia que parece ya casi olvidada”, la de los realojamientos de los barrios autoconstruidos, popularmente conocidos como chabolas, centrándose en dos casos separados 20 años en el tiempo: el del Pozo del Huevo (Vallecas) y el actual proceso en Las Sabinas (Móstoles).
Más que en las cifras y los datos, esta investigación se centra en historias y trayectorias de vida que permiten entender las causas y las consecuencias de “la vulneración permanente del derecho a la vivienda que sufren muchas personas que viven en situación de extrema pobreza”. Leer estos impactantes testimonios de las personas afectadas sirve para derribar prejuicios y empatizar con una realidad alejada por incómoda. María, por ejemplo, indica que “no es ocupa, es necesidad” e interpela a quien la escucha: “que no te toque, porque si ves una vivienda vacía y tienes niños y te ves en la calle, por tus hijos te tienes que meter en ella”.
Una de las conclusiones que saca a relucir el informe es que los procesos de realojamiento que han traslado a estas personas de vivienda en Madrid “han generado dinámicas de exclusión y marginalización de la población afectada, con cada vez menos participación por parte de la misma, en contraposición con el proyecto de remodelación de barrios que ha sido liderado por las asociaciones vecinales y constituye una muestra clara de efectividad y respeto de los derechos de quienes participaron en él”.
Además, fruto de la investigación se exigen “cinco compromisos” a partidos políticos e instituciones. Estos son reconocer que la vivienda es imprescindible para acceder a otros derechos; desarrollar alternativas de vivienda adaptadas a las necesidades, ingresos y diferentes modelos de vida y comunidad; eliminar las barreras que impiden el acceso a una vivienda digna a las personas más vulnerables; que mientras la administración no garantice el derecho a la vivienda, apoyar y no penalizar las alternativas que encuentra la gente; y finalmente desarrollar las políticas de vivienda con las personas afectadas por ellas.
Los representantes políticos que estaban en la presentación del informe se comprometieron a escuchar a las personas afectadas y a construir alternativas para garantizar el acceso a vivienda digna de la población más vulnerable. “Ha estado muy bien porque creo que ha habido empatía en aspectos generales. Pero los políticos no pueden quedarse en lo fácil, en decir que han tomado nota (…). Basta ya de políticas sociales que dejan mucho que desear y que vulneran los derechos. Queremos políticas sociales y alternativas habitacionales reales, que tengan en cuenta las circunstancias de las personas”, declaraba una de las asistentes.

Como siempre, Torres López no da puntada si hilo. Gracias!

Europa vuelve a equivocarse

La realidad ha demostrado que las políticas europeas frente a la crisis fueron un engaño, un "austericidio" que dio como resultado todo lo contrario de lo que sus inspiradores decían que iban a conseguir
Las autoridades europeas se equivocaron antes, durante y después de la crisis de 2008 y se vuelven a equivocar ahora. Antes de que estallara no fueron capaces de prever lo que se estaba gestando. En gran medida, porque para ello tendrían que haber reconocido las fatales consecuencias de sus propios errores previos. Entre otros:
  • Dejar que países como Alemania que acumulaban grandes superávit los dedicaran a financiar burbujas especulativas en la periferia europea. 
  • No regular convenientemente la actividad bancaria y permitir las prácticas fraudulentas y peligrosas de la banca.
  • Establecer reglas de estabilidad presupuestaria equivocadas que en lugar de evitar los latigazos del ciclo económico los agudizan.
  • No corregir un diseño del euro concebido para beneficiar a los países centrales de Europa y a Alemania en particular y que, precisamente por ello, incrementa la divergencia y produce continua inestabilidad y rechazo social.
Cuando se desencadenó la crisis volvieron a equivocarse. En lugar de actuar con rapidez y contundencia, como ocurrió en Estados Unidos, los burócratas se aferraron a sus corsés ideológicos e impusieron recortes de gasto cuando las economías se venían abajo, provocando una segunda recesión y un sufrimiento social tremendo y tan injusto como ineficaz.
Tan evidentes fueron sus errores que hasta los propios dirigentes europeos tuvieron que reconocerlo más tarde. Aunque a buena hora y sin dar un solo paso para resarcir daños, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, habló de "austeridad imprudente" y reconoció que se había "insultado a Grecia". Numerosos estudios (algunos incluso del Fondo Monetario Internacional) han mostrado que los supuestos y cálculos con los que se justificaba la bondad de los recortes de gasto eran erróneos.
La realidad ha demostrado que las políticas europeas frente a la crisis fueron un engaño, un "austericidio" que dio como resultado todo lo contrario de lo que sus inspiradores decían que iban a conseguir: afirmaron que eran imprescindibles para crear empleo y disminuir el endeudamiento, pero lo que hubo después de haberse aplicado fue más deuda, menos y peor empleo y más baja actividad económica.
Una vez superados los momentos más duros de la crisis (con más retraso, con menos fortaleza y con más costes que en Estados Unidos) Europa siguió equivocándose, al menos, en cuatro grandes aspectos:
1. Se dejó que la iniciativa de la recuperación la llevase el Banco Central Europeo con una política monetaria ultra expansiva que es cierto que evitó un colapso pero que ha tenido otras consecuencias negativas: un impulso de la actividad muy débil porque el dinero creado ha servido para limpiar los balances de los bancos pero en su gran parte no ha llegado a consumidores y empresas; un aumento del precio de los activos financieros que ha aumentado la desigualdad que es tan perjudicial para la demanda; la multiplicación de empresas "zombi" que sólo viven a base del crédito barato; y el incremento continuado de la deuda (o, lo que es lo mismo, del negocio de la banca).
2. No se aprovechó la recuperación para impulsar los cambios estructurales que son imprescindibles para afrontar la revolución tecnológica y el cambio productivo que se avecinan. De hecho, la política expansiva del Banco Central Europeo mediante la compra de bonos corporativos dificulta esos cambios, pues beneficia a las empresas menos innovadoras (las que emiten más bonos), más contaminantes y reacias a impulsar la transición energética.

3. Se siguió renunciando al diseño y utilización de instrumentos (sobre todo fiscales, pero también laborales o de gobernanza) anticíclicos, que impulsen la actividad en los malos momentos y la enfríe cuando se acelera el crecimiento.

4. No se hizo frente con eficacia al debilitamiento de la democracia en Europa, el mejor escudo del que dispone la ciudadanía para protegerse de las cargas y sacrificios que los de arriba siempre tratan de imponer a los de abajo en las grandes crisis económicas para salir beneficiados de ellas.
Ahora, cuando las cosas vuelven a ponerse feas y volvemos a encontramos a las puertas de un nuevo deterioro de la actividad económica, todos los indicios apuntan a que Europa se equivoca de nuevo.
Vuelve a equivocarse dejando que sea otra vez el Banco Central Europeo quien haga frente en solitario a la desaceleración mediante la política monetaria expansiva. Ya no hay apenas margen para bajar los tipos de interés pensando en que así se estimule la inversión o el consumo. Y continuar con la compra de bonos es una buena noticia para los bancos, para las grandes empresas y para los hogares más ricos, pero no va a frenar la fuerte desaceleración que registramos.
Vuelve a equivocarse Europa dejando que cada economía se las componga como pueda y, en particular, haciendo la vista gorda a la estrategia siempre egoísta de Alemania (ahora, de nuevo renunciando a la acción mancomunada para hacer frente a los problemas y asumiendo por su cuenta planes de inversión). Una dejación que va a producir un desgarro mucho mayor del que ya existe en el espacio europeo.
Se equivoca de nuevo Europa al no poner en marcha con urgencia medidas presupuestarias de carácter extraordinario que actúen combinadas con las monetarias para hacer frente al cambio de ciclo. Y en particular, cuando se empeña en seguir manteniendo criterios numéricos de estabilidad que no tienen ningún fundamento científico y que necesariamente agravan la situación en los momentos críticos, como el que se está iniciando.
Se equivoca Europa cuando no asume en la práctica, tomando medidas efectivas y yendo más allá de las buenas palabras, que nos encontramos ante una emergencia climática y que las estrategias de transición deben ser prioritarias.
Se equivoca Europa cuando deja que el Banco Central Europeo siga siendo la fuente de alimentación de la deuda como motor de la economía europea. En lugar de dedicarse a permitir que los gobiernos (e infinidad de empresas) sigan endeudándose para pagar la deuda (en beneficio de la banca privada), el BCE debería facilitar el saneamiento de las cuentas públicas sin perjudicar la inversión productiva y controlando el despilfarro. Y en lugar de tirar el dinero mediante una expansión monetaria que beneficia a los que más tienen y que no impulsa suficientemente la actividad productiva ni, por supuesto, la sostenibilidad, debería ponerlo directamente en manos de quienes crean riqueza y empleo sostenibles. En lugar de salvar a los bancos, el Banco Central Europeo debe salvar a las empresas y a las personas.
Se equivoca Europa cuando renuncia a darle prioridad a la lucha contra la evasión y los paraísos fiscales y a disponer de una auténtica Hacienda Europea que es la única garantía de que el euro sea viable a medio plazo. Cuando no entiende que una unión monetaria sin un verdadero y potente presupuesto, sin programas de gasto e impuestos transnacionales, sin poderosos mecanismos de compensación y sin avances decisivos en la unión política es una fuente constante e inevitable de divergencia, de perturbación e inestabilidad económicas y de rechazo y desafecto social.
Se equivoca Europa al no reforzar sus programas de inversiones en investigación básica y desarrollo del conocimiento (incluso se plantea reducirlos en este campo), en transición energética y tecnológica y en igualdad territorial y de oportunidades ahora que se avecinan malos tiempos y un cambio de modelo productivo.
Afortunadamente, algunas de estas demandas comienzan a plantearlas ya incluso las fuerzas más conservadoras de las instituciones europeas. El vicepresidente del Banco Central Europeo Luis de Guindos reclamaba hace unos días "un instrumento fiscal de tamaño moderado, pero con capacidad de actuación anticíclica, no controlado por los países sino por una autoridad europea". Es un paso adelante, sin duda, frente a la torpeza interesada de todos estos años atrás. Pero eso no es ni mucho menos suficiente.
Ese instrumento fiscal proporcionaría impulso a la economía europea, es cierto, pero por sí mismo no garantiza que se oriente en la dirección adecuada.
En primer lugar, porque sin cambiar al mismo tiempo la política del Banco Central Europea en la dirección que he apuntado, seguirá aumentando la deuda hasta llegar a ser insostenible. Y sin corregir el diseño del euro, la inversión producirá más desigualdades y nuevas asimetrías.
En segundo, porque, sin cambiar las condiciones institucionales que hoy día prevalecen en la legislación y en los mercados laborales, el aumento del gasto público seguirá traduciéndose en mayor beneficio de las rentas del capital y en menor participación de los salarios en el conjunto de los ingresos. Es decir, en la distribución de la renta muy desigual que hasta ahora viene impidiendo que la demanda efectiva se dinamice lo necesario para crear suficiente empleo de calidad y que, además, genera baja productividad y desincentivos para la innovación y el progreso tecnológico (porque a más bajos salarios, menos falta hace innovar para obtener beneficio).
Y finalmente, porque sin avanzar en la democratización de las instituciones políticas europeas, sin una Unión Europea realmente democrática en su funcionamiento conjunto, será imposible que existan los contrapesos, la transparencia y el control suficientes para evitar que los grandes poderes financieros y corporativos sigan imponiendo su voluntad y sus decisiones para lograr, como hasta ahora, que la política de gasto que se realiza en Europa responda exclusivamente a sus intereses particulares.

Isaac Rosa, inmenso. Gracias!



Y llega por fin el día. Una vez apartado el último juez, rechazados los recursos de la familia, vencida la resistencia del prior y tomado posesión el nuevo gobierno, llega por fin el día en que nos sentamos todos frente a las pantallas para ver en directo la exhumación de Franco.
El gobierno asegura que ha intentado ser discreto y evitar el espectáculo, pero en la explanada frente a la basílica están todas las televisiones, cientos de periodistas de medio mundo, multitud de curiosos, unos cuantos fascistas y muchos guardias civiles acordonando. Y nosotros en casa, zapeando y tuiteando, compartiendo la euforia y la incredulidad del momento. El momento histórico, así lo decimos. No nos dejan ver la maniobra en directo, tendremos que esperar a que días después se filtre un vídeo que muestra el momento en que los operarios levantan una baldosa en la cabecera y otra a los pies de la lápida, clavan palancas, encajan gatos hidráulicos, ajustan enganches, manejan la grúa, descorchan la tumba, colocan rodillos, hacen rodar la plancha sobre ellos, alzan los mil quinientos kilos de granito, iluminan el interior y no hay nada.


"¿Cómo que no hay nada?", pregunta el jefe del equipo, pregunta el secretario de Estado que los acompaña, pregunta minutos después el presidente cuando es informado, preguntan los periodistas al difundirse el imprevisto, preguntamos todos en nuestras casas y trabajos, la misma pregunta que se repite en las calles y en las redes sociales: "¿cómo que no hay nada?"
Al principio pensamos en un malentendido, incluso una broma inoportuna, lo pensamos nosotros y lo piensan los periodistas y lo piensa el presidente cuando le llama el secretario de Estado y le dice lo mismo que acaba de confirmarle el jefe del equipo: que la tumba está vacía, que no hay nada dentro. Bueno, casi nada: está el ataúd abierto y vacío, hay una bandera vieja y cintas de ramos de flores. Y una nota.
"¿Han dejado una nota, en serio?". La pregunta recorre otra vez toda la cadena operario-jefe-secretario-presidente-periodistas-ciudadanos, y en el mismo orden iremos viendo el folio doblado que aparece dentro del ataúd y que, desplegado y leído dice con letra de impresora: "Nos lo hemos llevado. No permitiremos que lo entierren en un lugar público. Le hemos dado la sepultura que merece: la misma que él dio a sus víctimas".
La incredulidad, la posibilidad del malentendido o la broma, aguantan todavía unas horas, hasta que la Guardia Civil revisa la grabación de las cámaras de seguridad y en efecto, ahí están: cuatro hombres que dos semanas antes, de madrugada, entraron en la basílica nadie se explica cómo, destaparon la tumba con la ayuda de gatos, palancas y rodillos, abrieron la caja, sacaron con poco cuidado el cuerpo momificado, volvieron a cerrarlo todo y desaparecieron. Nadie entiende cómo han podido pasar dos semanas sin que ningún vigilante, monje o visitante se diese cuenta (solo uno de los operarios al llegar notó que una baldosa estaba rota), pero ya no hay tiempo para preguntarse por la seguridad del Valle de los Caídos, ahora son otras las preguntas sobre la mesa del gobierno, en las redacciones y en las calles, y son urgentes: ¿quién se lo ha llevado? ¿Dónde lo han metido? ¿Qué va a hacer el gobierno?
Una a una, por favor, no hagan todas las preguntas a la vez, pide la portavoz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: ¿quién se lo ha llevado? No lo sabemos, confiemos en la investigación policial, y respetemos el secreto de sumario decidido por el juez. ¿Dónde lo han metido? Todo apunta a que lo habrían enterrado en una de las fosas que dejó el franquismo, pero desconocemos cuál, esperemos que la investigación dé sus frutos. ¿Qué va a hacer el gobierno? Todo lo posible por solucionar un problema con el que nadie contaba, y que afecta a una familia que tiene derechos, y a un personaje que, al margen de nuestras convicciones democráticas, es un personaje histórico, y fue jefe de Estado, de modo que la voluntad del gobierno es encontrarlo cuanto antes, restituirlo a su familia, y poner a los responsables a disposición judicial, gracias, no hay más preguntas por hoy.
Es una profanación, es una humillación no a los franquistas sino a todos los españoles, es un ridículo inmenso del gobierno, es un delito, es un escándalo, es un pitorreo internacional, es culpa del gobierno por andar jugando con huesos, ha sido la extrema izquierda, han sido los enemigos de España, han sido los catalanes. Partidos, medios y tertulianos de derecha, centro derecha, extrema derecha y extremo centro acusan al gobierno, piden responsabilidades, exigen dimisiones, acuden a juzgados y comisarías, reclaman colaboración ciudadana, prometen endurecer el código penal, organizan desagravios a la familia, urgen al ministro de Interior para que encuentre de inmediato a los autores y al cadáver, hacen pintadas y rompen cristales en las sedes de partidos y sindicatos. No falta un juez tardofranquista que por su cuenta abre una investigación, ordena registros y detenciones, llama a declarar a testigos, y acaba archivando al no encontrar nada.
Desde la izquierda, por su parte, los partidos lamentan el espectáculo que nos podríamos haber ahorrado si hubiésemos resuelto este asunto muchos años antes, los periodistas y tertulianos hablan de esperpento, piden dejarlo estar y no dedicar más recursos públicos, se aguantan las ganas de hacer chistes en público, los mismos chistes y memes que triunfan en las redes y en la calle. No se ríen las asociaciones de memoria ni los familiares de víctimas del franquismo, que piden un enterramiento digno para todos, también para Franco, el mismo enterramiento que piden para sus desaparecidos y que Franco les negó y también la democracia les ha negado durante décadas.
Pasan los días, y la falta de noticias o resultados policiales deja hueco para que corran rumores y bulos, comunicados fantasmales que nadie comprueba, testigos que aseguran haber visto movimientos sospechosos en las inmediaciones de fosas sin abrir, tierra que parece recientemente removida. El gobierno y el juez, cada uno por su lado, atienden algunas de esas informaciones dudosas, envían equipos a una docena de pueblos, abren fosas comunes, no encuentran a Franco, pero al excavar salen decenas de cadáveres que son recuperados, identificados, entregados a sus familiares.
Con el paso de los días muchos nos vamos olvidando del asunto, desaparece de las portadas, merece algún breve en páginas interiores, decaen hasta las bromas, no hay novedades, no hay avances en las investigaciones, pero otros insisten, mantienen viva la búsqueda, se unen a ella: varios ayuntamientos gobernados por la derecha deciden por su cuenta abrir fosas en sus términos municipales, por si aparece en alguna de ellas, y no tardan en sumarse comunidades autónomas también gobernadas por la derecha, que destinan presupuesto y equipos para abrir fosas en su territorio. Cada apertura es vigilada de cerca por las asociaciones de memoria y las familias de las víctimas del franquismo, que avisan al juez local y consiguen que, cada vez que una máquina abre la tierra, los mismos operarios saquen de allí a sus familiares asesinados, los identifiquen y se los entreguen para que puedan homenajearlos y enterrarlos con dignidad.
Así pasan varias semanas en las que unos y otros abren casi un centenar de fosas por toda España, sin encontrar a Franco pero sí exhumando a más de dos mil desaparecidos. Pero es como buscar una aguja en un pajar, advierten algunos, hay cientos de fosas por todo el país, cómo vamos a abrirlas todas, ni siquiera sabemos si de verdad lo han enterrado, se están riendo de nosotros, lo tendrán escondido en un trastero y se descojonan viendo cómo excavamos, además están consiguiendo que les hagamos el trabajo a las asociaciones esas de la memoria, esa es la estrategia, ya está bien.
Unos y otros van retirándose, detienen las excavadoras, dan por perdido al dictador, se encomiendan a las investigaciones policiales y judiciales que no han avanzado nada en dos meses. Pero los autores de la profanación difunden en redes sociales un vídeo: en él se ve cómo varios encapuchados manejan en la noche una bolsa de plástico que abren un instante para que veamos su contenido, lo deslumbran con la linterna y ahí está, es él, inconfundible pese a lo acecinado de sus carnes. En el vídeo vemos cómo abren la tierra en algún lugar sin identificar, manejan palas y rastrillos, excavan un metro de profundidad, aparecen huesos entre la tierra, un esqueleto completo, dos, y ahí mismo echan la bolsa con el cuerpo, ligera al levantarla, la acuestan ahí abajo y la cubren de tierra.
La policía analiza con minuciosidad el vídeo sin conseguir identificar a los autores y lo que es peor, sin reconocer el lugar que aparece, lo poco que se aprecia a la débil luz de las linternas, un paisaje común, matorrales, un árbol del que ni siquiera se adivina la especie.
Hay quien insiste en que todo es una burla, que no podemos seguirles el juego. El gobierno por su parte pide paciencia y confianza en las fuerzas y cuerpos de seguridad, acabarán encontrando a los autores y recuperando el cuerpo, no escatiman esfuerzos, lo harían con cualquier otra familia. Pero los impacientes no van a quedarse de brazos cruzados: la familia del dictador desaparecido, y la fundación que de él toma nombre, hacen un llamamiento a la sociedad, abren una cuenta bancaria para donaciones que no tardan en llegar, de particulares y de algunas empresas que piden anonimato, generosas donaciones que permiten contratar equipos para localizar fosas y abrirlas hasta encontrarlo.
Una tras otra van levantando fosas, incluso fosas que hasta ahora no habían sido identificadas, gracias a la colaboración de descendientes de los franquistas que en cada pueblo han guardado en secreto el lugar donde fusilaron y enterraron a los republicanos locales, y que ahora desvelan por contribuir a la buena causa de restaurar el honor del caudillo.
Una tras otra van levantando fosas, los forenses y operarios contratados por la familia y por la fundación, pero también particulares que por su cuenta organizan intervenciones, por afinidad ideológica o por la recompensa que la familia Franco promete a quien dé con él, cada vez más gente se une a esta versión de la búsqueda del tesoro.
Una tras otra van levantado fosas, siempre acompañados por activistas de la memoria y familiares de víctimas, que vigilan in situ que el desenterramiento cumpla los protocolos; activistas y familiares que en cada exhumación documentan todo, se hacen cargo de los restos para su identificación, lo ponen en conocimiento del juzgado más cercano, y una vez vaciada la fosa instalan en su lugar un monolito, una placa, un recuerdo a los asesinados. Hay algunas escenas de tensión, los franquistas no aceptan que esos de la memoria se aprovechen de su trabajo, los acusan de ser ellos los profanadores para lograr precisamente esto, que les hagan el trabajo gratis, algún tertuliano comenta la ironía del destino, la justicia poética, franquistas desenterrando víctimas del franquismo, pero nada frena a quienes están dispuestos a roturar el suelo del país entero con tal de encontrar a su caudillo, que sigue sin aparecer y cada vez quedan menos lugares dónde buscar, hay quien dice que acabarán localizando y abriendo hasta la fosa de García Lorca, no sea que lo hayan metido allí. Hay quien se rinde, hay quien lo da por imposible, hay quien se olvida, pero otros insisten, seguirán buscando aunque tengan que abrir hasta la última fosa.


sábado, 28 de septiembre de 2019

Halagos. Madremía, vaya par de gemelos...unidos en una monarquía socialista y republicana. Toma ya. Campeones del oxímoron, o tal vez de la cara más dura y sonriente...Qué majetes y graciosos, ¿no?

Halagos

Iglesias asegura que Errejón no es su "adversario" pero critica que no viene "a transformar la realidad, sino a adaptarse a ella". (Infolibre)



Comentario del texto

La realidad no se adapta por arte de birlibirloque a los que la intentan manipular desde fuera, creyendo poder cambiarla sin comprenderla ni ver detalladamente en qué consiste cada afluente del todo social, sino empecinados en colocarle el forro de sus ideas preconcebidas, convictas y confesas de unas teorías elaboradas a base de datos y códigos añejos, que en realidad tampoco han servido para modificarla cuando estuvieron vigentes en el candelero del presente político de los pueblos y es que los dogmas infalibles se momifican per se , la clave es que poco o nada tienen que ver con la sustancia modificable de la realidad que los dogmas no admiten, pero que la vida presenta constantemente. El mismo Marx, como Heráclito admite que materia y energía son una misma realidad que se transforma, ergo, pretender que el único factor de cambio sea la hegemonía de un ideologismo, sin tener en cuenta la interacción de todos los factores que integran y desintegran la realidad al mismo tiempo que fluye, es no haber entendido nada ni de la realidad ni del propio Marx,antes de pasar por Lenin, claro, que se la ajustó a lo suyo, como una bufanda. Es posible que por esa razón y ese empeño de adaptar la realidad a las fijaciones de los personajes con ansias dirigentes y empeñados en salirse con la suya por encima de todo, solo el fracaso a larga haya sido el resultado de su historia, dejando claro en todos los casos en que el poder se ha adueñado de la ideología y viceversa, que la realidad ha salido mal parada sobre todo para los de siempre: los trabajadores más precarios y explotados. 

No basta con enfadar a las masas para que tengan derecho a la limosna igualitaria del estado, sobre todo hay que hacer posible que el estado deje de ser Caritas y se ponga al servicio del ser humano más que de los partidos y sus códigos, de tal modo que no se necesiten limosnas estatales porque deberes y derechos van de la mano, y que para colmo nos quiten la libertad y la pluralidad del alma republicana, para imponer solo deberes autómatas entronizados y  mutilar la sociedad manipulando, desde el poder, la autonomía de la conciencia, en pro de una filosofía social de la miseria, como llamó Proudhon a la imposición ideológica que no respeta la libertad plural de elección e impone sus sistema unívocos como única vía mediante "revoluciones culturales" que vendan la cabra. 

La realidad no se adapta a las ideas a base de imposición, son las ideas las que comprendiendo la dinámica de la realidad, y siendo inteligentes la pueden modificar y hacer de lo inabordable una fuente de recursos sanos e inofensivos que para la cerrazón dogmática siempre serán imposibles, por muy estupendos que se crean sus gerentes. 

Si la realidad del mundo ha cambiado, lo mejor será admitir que lo que sirvió como revulsivo hace cien años y solo provocó guerras mundiales, extremismos irreconciliables y crisis económicas brutales, división y odio de clases, y dictaduras totalitarias en color rojo, a lo mejor es que la solución  de aquellos titanes de la nueva hornada cuyo combustible era el capital humano, o proletariado, no era tan genial como parecía, sino un capitalismo camuflado de obrerista todopoderoso, porque los valores eran igualmente el poder y el dinero, el control y mangoneo absoluto en manos del estado, claro, y de quienes lo gestionaban. Solo hay que ver cómo en los dos focos más fuertes y duraderos del invento, Rusia y China, se ha derivado hacia el peor y más recalcitrante e inhumano y demoledor capitalismo. En este momento, en Francia, Alemania, Bélgica, Portugal, ¡e incluso en Austria! o en los países nórdicos hay un sistema de gobierno con más valores socialistas que en los dos colosos arqueológicos herederos del patrimonio de la ya desaparecida U.R.R.S.S. Y no lo fastidió el socialismo marxista, sino la forma tan desastrosa de entenderlo, sobre lo que ya advertía Rosa Luxemburgo ante el pleno furor neoconverso del espectro político y social.

Reconocer una enfermedad y tratar de curarla estando al lado de los enfermos no significa adaptarse a ella, sino todo lo contrario: conocer in situ su curso, sus síntomas y sus virajes, agravaciones o alivios posibles. 

Y, desde luego, hay una evidencia cristalina: la injusticia y la desigualdad de los pobres no se conocen ni mucho menos se curan on line en plan crowdfunding partisano-consultivo, ni tampoco desde ningún Galapagar, Pablito, aunque salgas de paseo por las calles, vayas a comprar al super y acudas a las manis con toda tu buena voluntad. Nadie te acusa de nada, tus cualidades y tu preparación son estupendas, nadie lo niega, pero en el año 19 del siglo XXI, y tras fracasos electorales encadenados y apabullantes del sistem in faliure animados por vuestro garbo y aciertos constantes, a lo mejor resulta que prescindir de Podemos de  ti y de tus juramentados sería algo mejor y más adecuado que llevaros a las urnas y a gobernar nada menos que la democracia real (de realidad, claro, no de realeza zarzuelera y sainete forrístico) desde dentro de la misma realidad y no ad libitum, que es donde está estancado Podemos desde 2015, gracias a esa vuestra peculiar filosofía estratégica y táctica de la belle époque entre bolcheviques y mencheviques de imposible revival a estas alturas de instalación y performance. Ja en tingut prou, te dirían en Valencia si pudieran. Bueno, de hecho, creo que ya lo han dejado claro a través de Compromís. 

Ánimo, no tiréis la toalla, que aunque no sea fácil cambiar de registro no es tan malo como seguir empecinados en tirar a la izquierda por la alcantarilla y dejarla en la miseria for ever, sin más opción que Unidas No Podemos, como está quedando clarísimo en el bajón imparable en que os habéis especializado, ¿acaso lo vuestro es una venganza contra los votantes porque no se os concede una mayoría absoluta y el hegemón no sale elegido como brujo absoluto de la tribu? 

Por nosotras no os preocupéis, hemos sobrevivido a cosas peores y estamos acostumbradas a lo más heavy aunque no os lo creáis. No hace falta que nos protejáis tanto, nos gustaría al menos por una vez, tener la ocasión de equivocarnos solas simplemente viendo lo que hay y con la certeza sin milongas de por medio, de lo que no podrá haber si esto sigue como lo estáis dejando, bonicos y bonicas. Por cierto hay una peli de hace años  muy chula que se titula Bye, bye, Lenin. Igual os mola proyectarla y verla en vuestras  Moradas, en alguna quedada preelectoral, yo que sé, lo digo, por colaborar, dar ideas y eso...


 

Si una revolución no es además evolucionaria, servirá de muy poco porque a la larga no cambiará ni ayudará en nada fundamental que supere lo que más daño nos hace: la soberbia y la estupidez del ego, arropadas por el fanatismo de los dogmas intocables, que poda los brotes nuevos de nuestra conciencia de especie que habita el Planeta. Todo está conectado. Una verdadera revolución no es la guerra contra lo que nos fastidia, sino la evolución doble: re-evolución, que nos permite comprender e implementar mejoras y avances sanos y válidos para todos: el bien común. El verdadero comunismo es eso. No el puño ni los puñetazos, hostias y zancadillas "tácticas" para que encajen las piezas que no nos cuadran en el planing...Díme qué herramientas usas y te diré que finalidad persigues de verdad





El arte de salvarnos: vivir mejor en un planeta más sano

  • "Ha surgido un movimiento que se atreve a singularizar culpables, mirarles a la cara y preguntarles ¿qué mundo quieren dejar a sus hijos e hijas, a sus nietos y nietas?"
  • "La Generación Z exige a la élite política que se declare la emergencia climática y reclama, con celeridad, medidas valientes"
  • "Las verdades evidentes que conviven dentro de los sectores progresistas han de ampliar el horizonte futuro, y, más pronto que tarde, constituir un Green New Deal"


Héctor Tejero Franco, activista climático y diputado de Más Madrid y Juan Montero Martín, activista en Mas Madrid Joven y Estudiante de Derecho y Ciencia política
La política es narrativa, progreso y ambivalencia. La política — para quienes creemos en ella — es un arte insólito repleto de preguntas y respuestas, tensiones salvables e insalvables, libertad y poder. No obstante, lejos de ser un constructo exacto y milimétrico, inmutable y pincelado por ecuaciones algebraicas, la política está sometida a un continuo proceso de alteración, disputa y derrocamiento de su parte más noble. Claro ejemplo de ello, no cabe duda, es la manera en la que nos relacionamos con el medio ambiente y sus frutos: una lógica depredadora e insostenible que aumenta la desigualdad y la injusticia a la vez que provoca el calentamiento global, los incendios en la Amazonia y la contaminación de las grandes metrópolis. Sin embargo, de esa misma destrucción del planeta provocada por una gestión anudada al despropósito, ha surgido un movimiento que se atreve a singularizar culpables, mirarles a la cara y preguntarles ¿qué clase de mundo quieren dejar a sus hijos e hijas, a sus nietos y nietas?

El procedimiento que siguen es honesto: primero, anticipan el desorden futuro mientras demuestran que es posible recomponer el tejido social; después, revitalizan las calles, llenan las plazas y honran nuestra memoria colectiva. La preocupación por el cambio climático es real, auténtica, y la emancipación que se busca — permitidnos esta licencia poética — un horizonte amplio que enarbola una causa más que justa: vivir mejor en un planeta más sano. Esto, desde luego, no es una quimera, una ilusión fruto de la rabia e indignación de unos pocos, sino que trasciende todo lo imaginado y representa una comunidad amplia. Son los más jóvenes quienes, delineando un imaginario grupal, modulan el discurso, conforman una identidad propia y ensamblan las piezas del escenario sobre el que trabajan, como escultores que invisten de vida aquello que carecía de forma.
A partir de ahora, ninguna estructura, desde posiciones altivas, podrá actuar bajo las reglas, consensuadas o no, previas a la crisis de 2008. La juventud, regularmente desdeñada, está siendo protagonista de una especie de epifanía que parece ir en contra de algunos mandatos que, durante el cénit de la globalización, fueron auténticas máximas: sentencias firmes que debían cumplirse; por ejemplo, el fomento de la competencia como regla universal en nuestro día a día, en las clases, en los concursos de literatura que acudíamos obligados en el colegio; y, más tarde, en el trabajo: con nuestros compañeros, con la persona que devoraba éxitos, con la que despegaba con avidez, tras abandonar el nido académico.
Ahora bien, los cambios son sustancialmente reseñables, y muchos de los nacidos entre finales de los noventa y mediados del dos mil — llamémosles, bien Generación Posmillennial, bien Generación Z — han recusado los parámetros morales que renegaban de la comunidad, del cuidado mutuo y la conciliación de unos afectos indispensables en toda sociedad que se reconoce como democrática. Han, por decirlo de alguna forma, aprendido a valorar de dónde dimana la cosecha, a cuidar de la tierra y respetar su genealogía. Proseguimos un camino que se inició hace tiempo y que intenta corregir el elitismo que se proyecta sobre el medio rural. Lamentablemente, seguimos viviendo en un país articulado desde la óptica de la urbe: queda mucho trabajo por hacer.
Sin embargo, lejos de perseguir un planeta fantasmagórico que perpetúa la desigualdad, la Generación Z exige a la élite política que se declare la emergencia climática; reclama, con celeridad, medidas valientes — sí, como el Madrid Central de Manuela Carmena —, un espacio verde que ya trazó el Plan V de Más Madrid, un actor político sólido y comprometido con el medio ambiente, con una España descarbonizada que apueste por las energías renovables, con una transición ecológica y unas políticas de género que aúnen el ecologismo y la justicia social.
Dicho de otro modo: las verdades evidentes que conviven dentro de los sectores progresistas han de ampliar el horizonte futuro y, más pronto que tarde, constituir un Green New Deal. Necesitamos un nuevo acuerdo social verde que asegure, en un planeta con recursos limitados, el reparto equitativo de los mismos, una convivencia basada en la democracia, el cuidado mutuo y una transición hacia una economía sostenible y más justa para la inmensa mayoría.
Es momento de cambiar nuestro modelo de sociedad para sanar el territorio que cohabitamos con otras especies. Se nos acaba el tiempo. Nos necesitamos, mutuamente, para que cuando nuestros descendientes nos pregunten por lo que hicimos, respondamos que colmamos el vaso de alternativas y soluciones; que continuamos la senda que, en el mes de mayo, se atrevieron a inaugurar Iñigo Errejón y Manuela Carmena; que no dejamos solos, en las calles y plazas, a los compañeros y compañeras de Fridays For Future; que, finalmente, hicimos nuestro el noble arte de hacer y construir la política; que, sobre todo, no dejamos el paisaje roto, desierto y sin vida, como un erial desgastado por el tránsito humano.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

P.D.

La evolución de la inteligencia colectiva es una maravilla. Basta con descubrir que uno de los dos autores de este estupendo artículo, tiene por apellidos Tejero y Franco, nada más y nada menos...Dos golpistas fachas en las crónicas de cavernilandia, como son todos los golpistas en realidad aunque se vistan de salvadores del pueblo y se sepan de memoria a Marx, a Lenin, y a Gramsci según Laclau...para montarse la hegemonía ideológica y timonela del cotarro. 
A pesar de los genes y las denominaciones de origen patológicas, si se quiere se puede. A la vista está, con el amigo Héctor, que junto a su compañero de artículo, Juan Montero Martín, -por cierto Montero también se llamaba un falangista con pedigrí de los comienzos del marrón del 36- nos ofrecen un relato interesantísimo de la actualidad transformadora de mentalidades, cerrazones y bloqueos superables, en una unidad que supera hasta el mismo concepto de una Izquierda Unida, para convertirla en Conciencia Ética Global y contagiosa desde la apertura y la lucidez. 
El nominalismo medieval está superado desde el momento en que  es la rosa la que le da sentido al nombre, demostrando que no es la etiqueta lingüística la que hace posible la rosa, sino el hecho evidente de su realidad el que hace posible un nombre para ella, que ya existe al margen de como se la quiera llamar. Pues eso. Metamorfosis imparable. Como debe ser, para seguir adelante. Da igual el nombre que separa, lo fundamental es el hecho cognitivo que unifica y orienta, sana e identifica, sin amasar ni aplastar ni freir ni cocer.  Como si fuésemos churros, galletas, fartons, rosquillas pestiños  o panellets.

Unidas por la sosteniblidad del Planeta. Un reto a vida o muerte para la especie humana mediante una respuesta irrevocable, regeneradora, que despierta la conciencia colectiva: ¡ni un grado más ni una especie menos!


Exigen reducción “urgente” de las emisiones en la movilización más numerosa por el clima

  • Decenas de miles de personas se han manifestado en más de un centenar de localidades de todo el Estado en la movilización por la crisis climática
  • Según la Delegación de Gobierno, a la marcha de Madrid han acudido 20.000 personas, pero los convocantes han elevado la cifra hasta más de 150.000

Decenas de miles de personas se han manifestado en más de un centenar de localidades de todo el Estado en la movilización por la crisis climática, hasta la fecha, más importante del país. La Huelga Mundial por el Clima, que ha sido impulsada por la organización juvenil Fridays for Future, inspirados por la adolescente sueca Greta Thunberg, ha supuesto un punto de inflexión en la movilización ecologista al extenderse por alrededor de 160 países. En esta queja global, se ha demandado a los líderes mundiales soluciones urgentes para no superar un aumento de temperatura global de 1,5ºC, la única manera de evitar un desastre en el planeta según la comunidad científica.


En España más de 500 organizaciones agrupadas en cuatro plataformas han recordado que evitar que la temperatura se eleve en el planeta debería ser “una prioridad de la humanidad”. La movilización más multitudinaria ha sido la de Madrid. Según la Delegación de Gobierno han acudido 20.000 personas y, los convocantes han elevado la cifra hasta más de 150.000. Desde Fridays For Future han manifestado que en este periodo de movilización, que ya dura más de un año, los líderes políticos “han fingido” escucharlos o incluso “estar de acuerdo”, pero que en realidad solo “les preocupa el beneficio económico ilimitado”. Las organizaciones convocantes han recordado que tan solo quedan “11 años para actuar” y han exigido a los responsables que se pongan como objetivo “las emisiones netas cero para 2040”.
A media tarde y con aire festivo la marcha ha comenzado a avanzar desde Atocha con destino a la Puerta del Sol. En la cabecera se encontraban las plataformas Juventud x El Clima, 2020 Rebelión por el Clima, Alianza por el Clima y Emergencia Climática Ya que agrupan a organizaciones ecologistas y sindicatos. “Unos cuatro millones de personas ha protestado este viernes en todo el mundo con concentraciones y manifestaciones. Vemos con mucha esperanza e ilusión estas movilizaciones reclamando las medidas necesarias contra el cambio climático”, ha indicado a cuartopoder.es Tatiana Nuño, responsable de la Camapaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace.

Desde la cabecera de la marcha, Manuela Martín de Fridays for Future ha mandado un mensaje a los políticos: “Les diría que hagan su trabajo y se empiecen a tomar esto en serio porque es un tema de vida o muerte”. Al su lado, Javier Andaluz, de Ecologistas en Acción, ha señalado que el Gobierno tendría que incrementar “de forma considerable” los objetivos del actual Plan Nacional Integrado de Energía y Clima del Ejecutivo socialista porque “no es concordante con lo que dice la ciencia”. Algunas de las medidas más importares para Irene de la Cuerda, portavoz de Alianza por la Emergencia Climática y 2020 Rebelión por el Clima, son también “el abandono de los combustibles fósiles, el desarrollo de las energías renovables y la conservación del océano”.
Representantes de los principales partidos políticos a excepción del PP, que ha declarado estar en contra de las huelgas como método de presión social, también han acudido a la marcha. Han estado presentes miembros de PSOE, Ciudadanos, Unidas Podemos, Más Madrid y Equo. De estos últimos se ha podido ver a sus principales líderes, Pablo Iglesias, Irene Montero e Íñigo Errejón entre otros. En la marcha los manifestantes han mostrado cierto hartazgo porque el país se vea abocado a nuevas elecciones por el fracaso de las negociaciones entre socialistas y morados, algo que sin duda retrasará que se tomen medidas contra la crisis climática. “Más soluciones y menos elecciones”, se ha escuchado en la marcha.
Otras consignas como “se nota, se siente, el planeta está caliente”, “los que están en la cima no se enteran ni del clima”, “ni un grado más ni una especie menos” han sido a menudo coreados por niños y niñas, grandes protagonistas de la marcha de hoy. María y Martina, de 9 años, del colegio Lepanto han explicado que participaban en la marcha porque “los adultos contaminan, tiran plásticos y nos van a dejar un futuro malo”. Por otra parte, Blanca, de ocho años, llegaba a la marcha dispuesta a “arreglar el mundo”. Sus preocupaciones son también las de sus madres. María Brea, de Madres por el Clima, se preguntaba: “¿qué les vamos a contar si no hacemos algo para cambiar el rumbo? ¿qué les vamos a decir cuándo nos pregunten qué hicimos para evitar el desastre?”.

En esta heterogénea manifestación también estaban presentes algunos grupos de personas de origen extranjero. Un grupo de africanos del Servicio Capuchino para el Desarrollo, cuyos países sufren las primeras consecuencias del cambio climático, cantaba canciones y coreaba eslóganes contra el cambio climático.“En Senegal y Malí hay sequías. La gente no puede cultivar. En el futuro no podremos hacer nada”, ha explicado Yannick Tresor como portavoz del grupo. Por otro lado, un grupo de chinos cristianos de la Iglesia del Todopoderoso, solicitantes de asilo en España, denunciaban “la contaminación del agua y el aire" de su país, que, según indican, “solo se preocupa en desarrollar la economía e ignora a las personas”.

La marcha ha concluido en la Puerta del Sol, pero no toda la gente que participaba en la misma ha podido acceder al lugar para escuchar el manifiesto. La mita de la plaza estaba ocupado por un escenario de la Cadena SER, que tenía el espacio reservado para una tarde de conciertos. La organización de la manifestación se ha llevado una desagradable sorpresa ya que, según han asegurado a este medio, contaban con el permiso de Delegación de Gobierno y no habían recibido aviso alguno de que iba a realizarse esta otra actividad. Los representantes de las organizaciones han tomado el micrófono para hablar en un corro a ras del suelo, ya que por decisión propia habían evitado instalar un escenario para "no emitir ni un gramo más de dióxido de carbono a la atmósfera". Cerca de la pancarta de Fridays por Future que rezaba "para cambios sin precedentes hacen falta medidas sin precedentes", uno de sus portavoces ha proclamado: "El mundo ha despertado".

La semántica de la imagen nunca falla se entiende a la primera ojeada. Y gracias a Cuarto Poder por demostrarlo


Las mejores imágenes de la manifestación por el clima

Fotos: Paula López Barba
Os dejamos una selección de las mejores imágenes de la manifestación por la emergencia climática en Madrid, entre Atocha y la Puerta del Sol, y convocada de forma global en todo el mundo. Según la Delegación de Gobierno en la capital madrileña han acudido 20.000 personas y, los convocantes han elevado la cifra hasta más de 150.000.


Ana Belén - Caminando (Ana en Río - 1982)

Valencia y España entera se levantan en defensa de la vida, del presente y del futuro del Planeta Tierra. Hay tanto que aprender como desaprender. No queda otra que cambiar y dejar la "lucha" y la rabia, el malaje, los reproches y las miserias en el contenedor de los fardos pesados e inútiles, hay que reciclar y apostar no sólo por más país, sino sobre todo, por más Naturaleza, más conciencia consciente y menos mierda en-redada en modo posverdad insostenible. Más equilibrio y menos friksimo destarifado sin confundir la unidad de lo plural con la uniformidad unilateral del dogma hegemónico. La ropa y los zapatos de ayer nos quedan pequeños y no cabemos en ellas. Necesitamos, sí o sí, toda el energía disponible para el cambio del cambio. La historia humana ha llegado en todos los ámbitos de la saturación a un tope donde o se entiende y se cambia YA, o se peta en TODO

Movilización

Grito unánime en València para alertar de la emergencia climática

Miles de personas se manifiestan junto a los jóvenes de Fridays For Future por la "inacción política" ante la crisis del clima y reclaman un cambio de los modelos productivos y energéticos, más concienciación y un consumo responsable

28.09.2019 | 00:17/Levante EMV
Grito unánime en València para alertar de la emergencia climática
No se trata solo de reciclar, de desterrar el plástico o de dejar aparcado el coche. Ayer, miles de personas clamaron en las calles de València para proclamar la emergencia climática y pidieron, primero, un cambio de mentalidad: a la ciudadanía, que modifique sus hábitos ; y a los gobiernos, políticas respetuosas con el medio ambiente y un cambio en el sistema productivo y energético.
La convocatoria de los estudiantes de Fridays For Future València y de la Alianza por la emergencia climática -integrada por una gran cantidad de entidades sociales, sindicatos y ONG ambientalistas- fue seguida masivamente por los ciudadanos. Según estima la policía, más de 4.000 personas marcharon a partir de las 18 horas por el centro de València, partiendo desde la plaza de la Virgen que ya estaba abarrotada minutos antes, y de la que casi una hora después de la salida de la cabecera se movían los últimos participantes.
El manifiesto, que se leyó en la plaza del Ayuntamiento sobre las 20.30 horas , apuntaba que las sociedades «se encuentran en una situación de emergencia climática innegable provocada por el impacto que generamos las personas y que supone la mayor amenaza para la salud y para todas las vidas del planeta». Ante esto, los convocantes pedían «políticas que atiendan la crisis climática que estamos viviendo», lejos de «falsas soluciones verdes». Asimismo, afearon que la «lucha electoral interminable está dejando en un segundo plano el desastre al que nos dirigimos».
De esta manera, València se sumó al movimiento internacional y a las manifestaciones que tuvieron lugar en más de 150 países. Por las calles del cap i casal por las que se cantó el People have the power de Patti Smith, se pudieron leer pancartas con mensajes como « sense planeta no hi ha futur», «No hay planeta B», «Hay más plástico que sentido común» o «Nuestro futuro no está en venta», y se corearon lemas como «No queremos esperanzas, sino acciones inmediatas», «Ni un grado más, ni una especie menos» o «Señor, señora, salga a protestar para que sus hijas puedan respirar». Además, también hubo quien se acordó del Forn de Barraca, del Amazonas o de Donald Trump.
Los «motivos» para manifestarse muchas personas los llevaban en brazos o de la mano. «Tengo un chiquillo de tres años y lo último que quiero para él es todo lo que estamos viendo: cómo está degenerando el planeta y echándose a perder y todo por culpa nuestra; este cambio empieza por uno mismo», opinaba Fátima. «Es como si decidiéramos no limpiar nuestra casa, llenarla de basura y romperla, eso es lo que estamos haciendo con el planeta», consideraba. «Reducir el consumismo es muy importante, no solo es reciclar, es reutilizar», destacaba como una de las posibles soluciones.
Por su parte, Andrea se manifestaba por la «inacción política»: «Primero tenemos que concienciarnos y a partir de ahí, movernos contra el gobierno y las grandes empresas que provocan esta situación tan deplorable». Igual que ella, Rosa también pedía que «todos los políticos, los gobiernos, y la sociedad tenga presente el problema que del cambio climático y hagamos fuerza». Para ella, lo primero que habría que modificar es el «tipo de consumo», como también afirmaron otros manifestantes.

«Quiero una opción de futuro»

«Nos manifestamos para pedir que se tenga en cuenta el cambio climático, que se manifiesta en los incendios, las riadas... y queremos que pare el fuego del Amazonas y la deforestación», explicaba Nerea. «Es muy importante no ensuciar las playas ni los montes, porque todo el mundo quiere irse de vacaciones a sitios muy bonitos, pero nadie los cuida», añadía. Alba pedía «tener opción a un futuro» y para eso cree que el camino pasa por «potenciar la energía solar y eólica», además de «limpiar playas y reciclar».
En la cabecera de la manifestación, Santiago Calonge, de Fridays For Future, explicaba que la movilización avisaba de que «el cambio climático es una realidad y no hay que ignorarla, es necesario salir a la calle y gritar por ello».
Con la pancarta de la Alianza Climática estaban los sindicatos, entre otras entidades. Ismael Sáez, secretario general de la UGT en la Comunitat Valenciana, recordaba que esto es «un clamor mundial en defensa del planeta» y, por eso, defendía «una economía respetuosa con el medio ambiente» y «una transición justa con los trabajadores». Por su parte, el secretario general de CC OO PV, Arturo León, consideraba «un problema muy serio» que las formas de producción y de consumo «no sean sostenibles» y veía «necesario un cambio de condiciones de vida y trabajo». Para Antonio Arnau, de Ecologistas en Acción, se deberían tomar ya «medidas muy radicales» ante que el aumento de las temperaturas provoque «migraciones climáticas».

viernes, 27 de septiembre de 2019

Muros sin Fronteras

Olvídense de parar el cambio climático

Publicada el 26/09/2019 .Infolibre
La frase "vamos a tomar medidas para frenar el cambio climático", que se ha adueñado de la pompa del lenguaje políticamente correcto –o peor, la que viaja en los titulares encapsulada en un gerundio falso, "estamos tomando…"– no sirve para definir la actual situación de emergencia climática. Ya no se puede detener, hemos traspasado el punto crítico de irreversibilidad del que nos alertaban hace años los científicos. Solo podemos conseguir dos cosas: tratar de suavizar al máximo el impacto y prepararnos para sobrevivir en un planeta que tardará décadas, si no siglos, en recuperarse.

Hasta los negacionistas menos dotados para la comprensión podrán entender el gráfico que encabeza este texto. No es de una organización ultra-ecologista, sino de la NASA. Está basado en la comparación de muestras de núcleos de hielo y mediciones directas más recientes. Ofrece evidencias de que el CO2 atmosférico ha aumentado desde la Revolución Industrial. Miren las flechas y las fechas desde hace casi 800.000 años. Para la NASA existe un 95% de probabilidades de que el actual calentamiento global se deba a la actividad humana desde mediados del siglo XX.


Siempre han existido variaciones más o menos bruscas del clima debido a modificaciones en la rotación de la Tierra, pero todo indica que el calentamiento actual se debe a la mano del hombre.

El sistema depredador que causa esta grave situación niega los hechos, pese a que están a la vista de todos. ¿Quién no se ha dado cuenta del incremento de las temperaturas si cada año se bate el récord del anterior?. Como sucedió con las tabacaleras –que negaban que la nicotina fuese adictiva–, las multinacionales más contaminantes financian campañas y pagan a científicos y seudocientíficos, y quién sabe si a periodistas y parlamentarios, para que defiendan sus posiciones de negocio. Ya no se trata de una guerra de datos, todos tenemos las evidencias de que algo pasa en nuestro planeta. Las redes sociales están inundadas de negacionistas.


Los movimientos ecologistas son anteriores a la aparición de Greta Thunberg, la adolescente sueca de 16 años que ha logrado poner en marcha un movimiento juvenil global, sobre todo en el Hemisferio Norte. Fueron muy fuertes en Alemania, y en otros países europeos, en los años 70 y 80 del siglo XX, un tiempo en el que tenían un fuerte contenido antinuclear y político en la Guerra Fría. Entraron en crisis tras la caída del muro de Berlín, como le sucedió a gran parte de los partidos comunistas que operaban en países democráticos. Llegó la revolución conservadora de los Reagan y Thatcher, el precedente de la revolución ultraconservadora, ahora en marcha, que representa una seria involución política en la que los derechos sociales, laborales y humanos pasan a ser mercancía de negocio. Sucede con la vivienda, la sanidad y las pensiones, sobre todo.

El auge de las extremas derechas y las xenofobias han contaminado el discurso político de las derechas democráticas que han creído que la mejor manera de frenar la sangría de votos a su derecha es mover su discurso a ese mismo terreno, mientras que las socialdemocracias se han mudado al espacio liberal sin cuestionar los desmanes del mercado (léase especuladores). El espacio abandonado en la izquierda ha sido ocupado por los poscomunistas, liberados en muchos casos de su pasado complejo, y por los nuevos partidos verdes, de gran empuje otra vez en Alemania y el centro y norte de Europa. El ecologismo y el feminismo son las únicas banderas transversales disponibles para las izquierdas, junto a la conservadora de defender los derechos conquistados. El cambio climático es la prueba de que un sistema basado en el crecimiento infinito en un espacio finito es imposible, conduce al desastre.


Los líderes se han puesto a hablar de lucha contra el cambio climático, como si fuera el enemigo a batir, y no la consecuencia de la gula económica cuyos beneficios se mueven por paraísos fiscales sin nutrir el sistema del que parten. Se reúnen, pronuncian discursos en la ONU, o donde sea, prometen medidas que no aplicarán, incluso celebran cumbres cuyos compromisos son papel mojado. Las empresas extractoras y contaminantes se declaran verdes por arte de la publicidad, y ya está. ¿Nos olvidamos de cómo las eléctricas españolas lucharon contra el autoconsumo para proteger su negocio en régimen de monopolio compartido?


Nos inundan de productos con la etiqueta "ecológico", sin que existan suficientes controles públicos sobre su veracidad. Todo forma parte de una gran mentira publicitaria, como la de un pan artesano que es industrial. Estamos más desprotegidos que nunca frente a los mercados y las empresas tecnológicas que controlan nuestros movimientos, que pueden saber si nos sentimos melancólicos o enérgicos según el movimiento del ratón, o Uber, que sabe cuánto nos queda de batería para ajustar el precio al alza según nuestra ansiedad.

En este mundo democrático rendido solo queda una batalla, la del cambio climático. Es una batalla por la supervivencia, por la necesidad de un cambio radical de nuestra forma de vivir y consumir. Antes, el cambio tiene que ser en la forma de pensar.


A Donald Trump no le gusta Greta Thunberg, y eso es bueno para ella. A la izquierda purísima que tuitea su rechazo a la joven a la vez que consume en la intimidad productos contaminantes les une el odio a Thunberg. Unos por su aspecto y gesto serio, y su Asperger; otros porque la consideran un juguete en manos de las mismas empresas que denuncia. Es posible que tanta sobreexposición la pueda convertir en un remedo del cantante Bono de U2. Es posible que este sistema sea tan indecente que aproveche una protesta justa para convertirla en un póster o en una camiseta, algo que se pueda vender y que permita ganar dinero.

Esta niña sueca empezó su protesta sentada sola ante el Parlamento sueco, ahora mueve a cientos de miles de jóvenes en todo el mundo. La pregunta a los críticos es sencilla: ¿tú qué haces por el planeta? Esta canción de Patti Smith, en esta maravillosa versión coral, debería ser el himno de la revuelta global, y de las elecciones en EEUU.