jueves, 31 de mayo de 2018

Crónica de un batacazo monumental



Acabo de ver durante un rato largo la moción de censura. Por fin respiro. Esta inmundicia de años se acaba entre hoy y mañana, podemos asegurarlo sin duda alguna. Y no porque Pedro Sánchez se haya tenido que esforzar demasiado. Rajoy se encarga de enterrarse solito en el pozo del fracaso, mientras sus conmilitones y súbditos aplauden el ritual tan pepero de dar aplausos y festejar los funerales de sus dirigentes para despedirles con tanto afecto como ganas de quitarse de encima los marrones. Seguramente apluden más por alivio que por otra cosa; cada vez que abre la boca el pontevedrés cae más bajo, enrocado en su hundimiento, evita entrar en cualquier reflexión que tenga que ver con todo lo que se le reprueba y se le exige como respuesta. Erre que erre solo se ocupa de poner a Sánchez como un trapo a base de repetir el mismo mantra: usted dijo entonces...usted no comprende, usted no sabe, usted dijo esto, evitó decir lo otro, y cita frases compulsivamente inconexas, haciendo referencias tópicas y machaconas, una perorata carente de argumentos con la mirada perdida, y como los falangistas, impasible el ademán, y cara a un sol de verdades que esta vez cantan La Traviata, mientras el sermón carece absolutamente de sentido de la realidad, del ahora. No tiene conciencia del presente, no responde, no escucha, huye como siempre hacia adelante, con el mismo paso retórico que aplica en su peculiar modo de hacer yoging. Como si fuese una batidora, un secador de mano o un molinillo de café, a trompicones mentales y un toque repetitivo de  asperger.
Mariano es la derrota personificada. Aunque le está acostando asumir la mortalidad de su legislatura. Pero cuando toca, toca. A todo cerdo le llega su San Martín y de poco vale aferrarse a la vida en plan garrapata cuando ésta ha llegado a su final. A más resistencia peor agonía, a más serenidad y lucidez, mejor desenlace para el que se va y para los que se quedan.
Ya que te vas, Mariano, vete bien, dignamente y con un último gesto que al menos deje una rúbrica menos zafia y miserable de lo que has ido dejando como herencia política, por ejemplo, pidiendo perdón por tus inconmensurables errores que en tantas ocasiones han sido dramáticos, crueles y trágicos para tantas familias.
Tengo la sensación de que cuando este desagradable episodio termine, España se recupere del trauma emocional y retome el resuello, o sea dentro de unas horas, aquí en Valencia van a sonar  unas cuantas tracas para celebrar el adiós más deseado desde que despedimos a Aznar por la misma puerta de la indecencia unida a la masacre del 11M. 

Una nueva España llama a la puerta con insistencia urgente y hay que abrirle cuanto antes. Los milagros sí son posibles cuando la inteligencia colectiva supera las inercias perezosas del miedo y la comodidad. Una vez quitado el tapón de los ya im-ppoppulares y con la experiencia dura de los Pedros y los Pablos metepatas del pasado reciente, aliñada con la conciencia lúcida y sensata de catalanes y vascos, de momento, estaremos a salvo de los orcos, del golum montoril y su anillo, de Sharuman y de Mordor en primera línea.
Después de esta ruptura de esquemas idiotas, la ciudadanía es posible que aprenda de este episodio interminable y desgraciado, por encima de banderas y símbolos manipulables que intentan separar lo inseparable, el valor de  la conciencia común, y  a valorar a los hermanos nacionalistas desde otro punto de vista y seguramente verá más posible, cercana y deseable, con toda la razón, el futuro inevitable  de una república federal y solidaria, civilizada, antes que una monarquía inútil y ultradesnortada que en casos de emergencia gravísima se pone al lado del problema y no  de la solución como pasó con Catalunya y el Rey hace unos meses. Una monarquía que toma partido para aferrarse a una historia que desde hace tiempo ya no es la suya. El motivo: la conciencia civilizada de vascos y catalanes, que  es la que permitirá con sus votos darle el pasaporte a la ignominia de una tiranía fascista y corrupta hasta las trancas, camuflada de partido democrático. Los denostados "separtistas" también nos salvan de la quema y nos apoyan en una liberación histórica que también es la suya: el bien común. ¡Olé por ellos y ellas!

Mariano no se imaginaba lo que se derivaría del destrozo del estatut y la demagogia soberanista que ha impulsado desde siempre  el centralismo pepero, con el intento de aplastar el nacionalismo catalán mientras pretendía  sobornar a los vascos, después de devaluar y considerar con malos modos políticos el fin de ETA como inicio de un tiempo nuevo. El pp queriendo una hegemonía territorial ha conseguido una ruptura traumática del estado, que confiemos no sea irremediable. Hoy Mariano comprobará in situ cómo su cerrazón arrogante y  su engreída torpeza cegata han sido su propia tumba política. Después de esta  vergüenza total su carrera pública y la de sus cómplices imputados, convictos y en la cárcel ha fenecido para siempre, gracias a la intervención puntual de la Justicia, esa dama ciega y tan lenta que a veces es un desespero  más que una solución, sobre todo en un país como éste en el que la responsabilidad y la implicación social es muy escasa porque todo se espera de esa 'estabilidad' normativa, oficial y "legal" (aunque luego, con frecuencia, no sea legítima ni moralmente lícita) que se impone desde "arriba", como resultado de una educación política y participativa, prácticamente inexistente hasta el 15M.

Hay una certeza: se empieza a respirar mucho mejor. Los cielos se despejan, las tormentas amainan, el viento se vuelve brisa, el aire desapacible se templa como los ánimos. Todo está unido,aunque no lo parezca, por un fino y potente tejido de causalidades que tantos se empeñan aun en considerar simples e intrascendentes casualidades. Y va a ser que no lo son, que lo que pensamos, hacemos y decidimos configura hasta el medio ambiente meteorológico que nos rodea. En octubre del 82, al cambiar de UCD al Psoe pasó igual: salimos de una tensión política espantosa acompañada de una sequía de tres años. En cuanto ganó el nuevo proyecto político en las urnas, empezó a llover y no paró hasta que se llenaron los pantanos y los campos se colorearon de verdes hasta en el corazón del otoño. C'est la vie!

De momento, expectantes, encendiendo velas a Santa Rita y cruzando los dedos para que la fuerza acompañe y saque lo mejor decada uno, y para Rajoy el billete de ida sin retorno al país de la aporía. Allí estará en su salsa y sin que nadie tenga nada que reprocharle

La firma de Iñaki Gabilondo

Mañana se cuenta, hoy se mide

Madrid
Nervios, emoción, ante la moción de censura que está a punto de comenzar. El suspense sobre resultado es de tal intensidad, es tal su trascendencia, que nos está haciendo olvidar dos cosas que también son muy importantes: el acto parlamentario en sí mismo y lo que ocurre a partir del sábado. Y es que la votación va a ser lo principal, pero no lo único relevante. No solo se va a contar, también se va a medir. Hoy se va a medir la estatura política de Sánchez, o aspirante a presidente del gobierno, y la actitud de Rajoy, por primera vez acorralado, dramáticamente acorralado.
En segunda derivada vamos a medir también el grado de madurez de Albert Rivera, el gran favorito si hoy hubiera elecciones, o de Pablo Iglesias en su regreso a los temas de política mayor, y los argumentos y los tonos de los partidos soberanistas, que nos van a permitir intuir si podemos esperar un tiempo de distensión o no. Tampoco podemos olvidar que pasado mañana, sábado, cuando todo haya concluido, estaremos en un estado político muy precario: si gana Rajoy porque será un moribundo político y si gana Sánchez porque podrá pactar pocas cosas o ninguna con los que le han apoyado; inicio un tiempo de difícil vecindad.
Pero vayamos paso a paso. Va a comenzar la moción y no puede descartarse nada, ni siquiera lo que el Partido Popular asegura que es imposible, que Rajoy dimita antes de que se empiece a votar.

Este es el funcionamiento protocolario de la moción de censura. Gracias, Profesor Pérez Royo.

¿En qué momento puede dimitir el presidente?

Mariano Rajoy puede impedir con su dimisión que se inicie la sesión de la moción de censura, pero no puede interrumpirla una vez iniciada
Rajoy espera que acuerdo con Sánchez sea "de tres" tras hablar con Rivera
Mariano Rajoy junto a Pedro Sánchez EFE
Ante la eventualidad de que la moción de censura propuesta por el grupo parlamentario socialista con Pedro Sánchez como candidato pudiera prosperar, diversos medios de comunicación y algunos articulistas han empezado a barajar la posibilidad de que el presidente del Gobierno tomara la decisión de dimitir, con la finalidad de no ser el primer presidente del Gobierno que se ve obligado a abandonar el cargo, por un lado, y de no dejar, por otro, que sea el candidato que ha encabezado la moción de censura el que pase a convertirse en presidente del Gobierno.
En el caso de que Mariano Rajoy tomara esa decisión, estaría haciendo lo mismo que ha hecho Cristina Cifuentes hace unos días, aunque en este caso la decisión no fuera propia, sino que le viniera impuesta desde la dirección nacional del PP. Pero materialmente sería la misma operación. No hay derrota del PP ni victoria, por tanto, del PSOE. Se abre un paréntesis, en el que la presidenta del Congreso tiene que tomar la iniciativa para la investidura de un nuevo presidente del Gobierno.
Sobre esto no existen dudas. La moción de censura es una operación de exigencia de responsabilidad política al presidente del Gobierno. Si el presidente del Gobierno dimite, deja de ser presidente y la moción de censura se ha quedado sin objeto.
Las dudas que se han abierto se circunscriben al momento procesal en que tendría el presidente que dimitir para evitar el debate y votación de la moción de censura. ¿Es necesario que la dimisión del presidente se produzca antes de que la presidenta del Congreso de los Diputados declare abierta la sesión y dé la palabra al portavoz del grupo parlamentario proponente de la moción para que explicite las razones de la presentación de la misma, o es posible que el presidente del Gobierno presente su dimisión una vez iniciada la sesión, interrumpiendo el desarrollo de la misma?
En mi opinión, la decisión del presidente del Gobierno tiene que producirse antes de que la presidenta del Congreso declare abierta la sesión por ella convocada. El presidente puede impedir con su dimisión que se inicie la sesión, pero no puede interrumpir la sesión una vez iniciada.
Por una razón fundamental: una vez iniciada la sesión, el mandato del presidente está sometido a una condición suspensiva durante la duración de la misma. Condición suspensiva que, o desaparece si la moción de censura no prospera, o deviene resolutoria en el caso de que prospere. En el momento en que se abre la sesión, el presidente del Gobierno deja de ser presidente del Gobierno.
Ya antes de la apertura de la sesión, desde el mismo momento en que se presentó en el registro del Congreso la propuesta de la moción de censura, el presidente del Gobierno se ve privado de la prerrogativa constitucional más importante de la que dispone, la disolución de las Cortes, ya que el artículo 115.2 de la Constitución dispone que "la propuesta de disolución no podrá presentarse cuando esté en trámite una moción de censura".
Si la sola propuesta de la moción, que puede tardar bastante tiempo en debatirse y votarse, como ocurrió con la moción propuesta por el grupo parlamentario de Podemos en otro periodo de sesiones de esta misma legislatura, ya priva al presidente de la prerrogativa de la disolución, ¿cómo no se va a ver privado de todas las demás en el momento en que la sesión de debate, aprobación o rechazo de la moción ya ha empezado?
El paréntesis que se abre con la sesión de debate y aprobación de la moción es un paréntesis muy breve, de 48 horas. No supone alteración de ningún tipo en el ejercicio del cargo. No hay, en consecuencia, ninguna razón de naturaleza constitucional que justifique que el presidente del Gobierno contra el que se ha presentado la moción puede conservar ninguna de las prerrogativas propias del cargo que ocupa.
Mariano Rajoy puede evitar ser censurado presentando su dimisión antes de que se abra la sesión de debate y aprobación de la moción de censura. Si no lo hace antes, queda a merced de lo que decida el Congreso de los Diputados por mayoría absoluta.

Si yo fuera vasca


Ante el momento crucial que hoy estamos atravesando en común todas las españolas de cualquier género, y consciente del decisivo aporte del PNV en el derrotero de la moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy que hoy llega al Parlamento, estoy pensando en qué querría que votase ese partido en el Congreso si yo fuese vasca. Cómo me sentiría si por intereses económicos de pan para hoy y hambre para mmañana mismo, sin base de sustentación política digna de consideración positiva, y ya ni siquiera intitucional, en un gobierno de zombis en pleno desplome, el gobierno de mi autonomía territorial apoyase el disparate a la desesperada de un grupo de poder, como el pp, que más que partido político funciona como  una asociación de delincuentes, "legales" al pasar por las urnas, para lucrarse con el poder del estado y destrozar la tierra en que vivo, malvenderla para forrarse a base de comisiones y maltratar a la ciudadanía de los  cuatro puntos cardinales, sembrando la cizaña tóxica de un nacionalismo totalitario y centralista prepotente y ya hasta ridículo, en vez de procurar una convivencia igualitaria, justa y bien avenida entre los pueblos que habitamos esta tierra pluricultural y plurinacional, cuyo más inteligente modelo de estado debe ser una república federal solidaria.

Como vasca, sabría de buena tinta que con un Rajoy y un pp en el poder ese modelo de estado nunca estaría en la lista de expectativas de cambio. Como tampoco lo está la política limpia de una democracia sana y justa. Si cada semana veo a los pensionistas inundando el centro de Bilbao porque ese gobierno de pirañas les está dejando en la miseria igual que el futuro de los trabajadores actuales, y va detrás de sustituir la retribución de los impuestos cotizados por años de trabajo, que son las pensiones  a día de hoy, por planes de pensiones en manos de una banca inestable y dispersa en inversiones por esos mundos de Dios, que cualquier día, como ya ha sucedido, se arruina en Wall Street y deja en la calle a los inversores de los planes de ahorro como ya hizo en Alemania hace años...mientras el pp vacía la caja de la Seguridad Social para rescatar autopistas de la empresa privada o compensar los destrozos de Florentino Pérez con la Castor frente a la costa de Castellón y Taragona, o la salvajada de lo mismo en Canarias, y así llenar los bolsillos de su clientela, más toda la corrupción en cadena que ha llevado al Poder Judicial a condenarles en masa por ser una red de malhechores que deberían haber dimitido en bloque en ese mismo momento si tuviesen vergüenza. Es más, si yo fuese vasca, le pediría al PNV que ni siquiera atienda a las llamadas de Rajoy y si lo hace sea para recordarle que está desautorizado por la Justicia como representante político de nadie. Ese hombre tiene irse ya y se lo deben recordar todos los políticos decentes, dejando de tratarle como a una autoridad que él mismo ha destruido con su irresponsabilidad de cómplice tapacorruptos.
Para rematar el cuadro, ante el reciente final de ETA, si viese esa incapacidad de granito para la magnanimidad, ese desequilibro de la venganza eterna, ese rencor crónico que fomenta el odio porque en su cínica miseria desconoce la grandeza y la inteligencia del perdón, aunque en paralelo vayan alardeando de cristianos en las procesiones, las romerías y los juicios de la inquisición, mientras intentan hacer tabula rasa con la memoria histórica de su pasado en el que los crímines del franquismo dejaron las cunetas rebosando cadáveres en un fratricidio justificado hasta por la iglesia católica que llevaba bajo palio al genocida. Confundir justicia con rencor es tan torpe y zafio como idiota e ignorante. La Memoria Histórica también es una ley, pero arrinconada, humillada e incumplida por el pp, es aplicar justicia en el reconocimiento del mal causado colectivamente, por el poder franquista al pueblo que disentía políticamente del establishment del momento (como los catalanes indepen ahora), reparar los boquetes morales y afectivos de la historia, no consiste en pedir dinero para compesar como predica zafiamenteel pp, y perdonar, porque las heridas del alma y del sentimiento no son materia comercial, el tiempo las cicatriza pero sólo el arrepentimiento, el perdón, el amor y la comprensión las pueden curar por ambas partes. Eso al menos dice en realidad ese cristianismo que tanto cacarean en  las visitas papales de las que también hacen negocio redondo. Ninguna de esas virtudes están en el archivo conductual del pp, es más, las convierten en un escarnio de peineta y mantilla, de cofradía, romería y jubileo en cuanto tienen la ocasión de alardear de su devotísima hipocresía.

Rajoy en su desesperación ya no sabe lo que dice cuando afirma que sigue siendo el presidente porque le votaron cuando sus votantes no sabían que habían votado a un farsante, a un fariseo al que la corrupción le parece parte connatural y lógica de la política , que ha mentido en los tribunales, que prometió acabar con el desastre y lo que hizo fue el negocio del siglo con la ruina de la mayoría de los ciudadanos, implementando una reforma laboral digna del feudalismo y una reforma fiscal digna de Al Capone, ambas adobadas con un mentirologio de antología .

Si yo fese el interlocutor del PNV ni siquiera me pondría al teléfono en ocasiones como ésta para atender a un cacique desalmado en apuros  y carente de empatía como los psicópatas, que ni siquiera ha sido capaz de llamar al Govern para hablar y dialogar todas las veces que hiciera falta y así  evitar un espectáculo denigrante, más aun para el Gobierno del estado que para unos catalanes que sólo votaban simbólicamente y sin violencia alguna por su parte, y  un 155 aplicado desde la testosterona borracha de poder, con la consecuencia lógica de un destrozo social, político y económico de un calibre colosal, no solo para Catalunya sino también para todo el estado.
Y como quien hace un cesto hace ciento, nadie puede garantizar que un día cualquiera ese equipo de descerebrados no tendría motivos para montar el mismo pollo en Euzkadi. Menudos antecedentes, como para hacerle caso y tener en cuenta las ofertas de la  gansterología del desguace social, político y económico, sin ética ni dignidad, pero con una soberbia necia y tan aparatosa como estúpida, que filtra la molécula y se traga el dinosaurio. Que multa  al pobre que se equivoca pero premia y degrava al compinche rico que evade, que castiga al inocente y exonera al culpable y hasta le condecora por los servicios prestados, como acaba de hacer con Bily el Niño.  Donde no hay alma ni corazón no puede haber conciencia ni empatía verdadera, tampoco  hay inteligencia para gestionar adecuadamente el funcionamiento de comunidades humanas como son los estados. No nos podemos permitir un día más de tolerancia con estos Calígulas sádicos que han sentado en el sillón de la presidencia a su caballo Incitator convirtiéndola en un establo. Era el mejor modo de camuflarse para medrar y forrarse tras las coces, los resoplidos, relinchos y cagadas del noble animal, aunque últimemente da la sensación de que este Incitator ni siquiera sea un caballo, sino un asno. Hasta en eso nos han timado.

Si yo fuese vasca le pediría al PNV que ni por un momento dude de que su obligación moral, política y humanitaria es hacer todo lo posible para que esa plaga parásita desaparezca del Gobierno, del Congreso, del Senado y del Parlamento de Bruselas. Que no sólo se les eche del Gobierno, sino que además se inhabilite  a los miembros de ese partido para intervenir en asuntos públicos y que sólo cuando se hayan regenerado de arriba a abajo apartando para siempre a los responsables de esta hecatombe y cuando no quede rastro de la mala hierba, esa sigla con otros componentes humanizados, educados en valores y rehabilitados en sus hábitos y costumbres, puedan vover a desempañar funciones de gestión pública. 

Eso diría y exigiría a mis representantes políticos en días como estos si yo fuese vasca.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Bravo, bravísimo, En Vicenç Navarro i un gracies molt gran per parlar així de clar!

Opinion · Pensamiento crítico

Cómo los ‘súper patriotas’ están ocultando la enorme crisis social que crearon

Vicenç Navarro -Público
 
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra


El triunfo de los “súper patriotas” (nacionalistas de derechas) a los dos lados del Ebro
Las declaraciones de claro tono etnicista, xenófobo, supremacista y antiespañol del nuevo presidente de la Generalitat, el Sr. Quim Torra, han creado, como era lógico y predecible, un gran revuelo en Catalunya, contribuyendo a una polarización entre los catalanes que se sienten españoles y aquellos que no, polarización que ha alcanzado un nivel muy acentuado desde que gobierna en Catalunya una coalición a favor de la independencia liderada por el partido nacionalista de derechas, hoy llamado PDeCAT. También predecible ha sido la respuesta inmediata del presidente Torra frente al gran rechazo por parte de amplios sectores de la población de sus declaraciones y escritos. El ahora presidente ha intentado minimizar su importancia, alegando que ha sido malinterpretado, lo cual ha hecho con todo el apoyo mediático del establishment nacionalista conservador que ha dominado la vida política e institucional catalana desde casi el principio de la etapa democrática.

En realidad, tales declaraciones de un dirigente nacionalista de derechas no hubieran tenido que crear esta sorpresa pues lo que el presidente Torra dijo está ampliamente asumido en tal establishment nacionalista conservador, enraizado en la tradición política conocida como pujolismo y que (a pesar de las maniobras de marketing político, con cambio de nombre incluido) ha hegemonizado las instituciones gobernadas y/o influenciadas por la Generalitat de Catalunya durante la mayor parte del período democrático. La novedad de tales declaraciones no es tanto su contenido sino su forma, pues este etnicismo chovinista antiespañol ha sido una característica del pujolismo desde sus inicios, cuando se llamaba “charnego” al ciudadano español trabajador venido a Catalunya predominantemente de Murcia y Andalucía. Tal adjetivo peyorativo para definir a personas que vivían en Barcelona, pero que habían nacido fuera de Catalunya, procedentes del sur de España, era muy común en la cultura nacionalista de derechas liderada durante la mayoría del periodo democrático catalán por el Sr. Jordi Pujol.

El “charneguismo” es un concepto etnicista, xenófobo y supremacista, utilizado por el nacionalismo catalanista de derechas
Es sorprendente que se niegue por parte del establishment nacionalista catalanista de derechas que las expresiones utilizadas por el presidente Torra sean etnicistas, xenófobas y supremacistas. El hecho de que la Real Academia Española no utilice este término no significa que no exista el concepto. La lengua inglesa, que es más funcional que las lenguas derivadas del latín, claramente señala que es supremacista “aquel que cree que un grupo de personas debe liderar o tener el control sobre otro tipo de grupos de personas porque piensa que son mejores”. La línea divisoria que define al grupo de personas puede ser racial, étnica y/o cultural. Creerse que un grupo de personas (los charnegos) deben tener menos poder porque pertenecen a otra etnia o cultura es supremacismo puro y duro. Vi esta manera de pensar y actuar cuando a principios de los años sesenta fui médico del Somorrostro, el barrio de “charnegos”, donde tales trabajadores, recién llegados a Catalunya, vivían en condiciones miserables en uno de los barrios más pobres de la ciudad. La definición de aquellos ciudadanos como “charnegos” por parte de los nacionalistas catalanes de derechas me hacía a mí el “médico de los charnegos”, título que era supuestamente un insulto pero que siempre consideré un honor. El Sr. Pujol llegó incluso a afirmar explícitamente que los “charnegos” –mis pacientes- tenían un coeficiente intelectual menor que los catalanes, declaraciones que más tarde -como ha hecho el presidente Torra ahora- desmereció y por las que también (respondiendo a la cultura cristiana que caracteriza a la mayoría de sus dirigentes) pidió perdón-. En realidad, con la astucia política que lo definía, Jordi Pujol intentó más tarde cubrir este flanco y protegerse de la acusación de xenófobo incluyendo en su entorno a figuras conocidas de habla castellana, como fue Paco Candel, presentándolos como representativos de la “otra Catalunya”, supuestamente amigos de la familia nacionalista conservadora. La preocupación y cautela del Sr. Pujol por no caer en los insultos etnicistas quedaba frecuentemente al descubierto por las declaraciones de su esposa, la Sra. Ferrusola, que mostraba la cara más pura del etnicismo, chovinismo y supremacismo pujolista. Sus declaraciones cuestionando la catalanidad del candidato (charnego) Montilla, a raíz de su elección como Presidente de la Generalitat de Catalunya, eran casi idénticas a las declaraciones más recientes del ahora presidente Torra sobre la supuesta falta de catalanidad del presidente Montilla y su idoneidad para ocupar tal cargo.

El patrimonialismo del nacionalismo conservador pujolista
Otra característica del etnicismo del nacionalismo de derechas, relacionado con su supremacismo,  fue su sentido patrimonialista del Estado autonómico que controlaban, gobernando Catalunya con un caciquismo parecido al caciquismo de la democracia cristiana del sur de Italia: el clientelismo y la corrupción han sido siempre elementos claves de esta tradición política (en realidad es el partido catalán más parecido al PP en España). Y tal patrimonio del Estado era una fuente importante de mantenimiento y sostenibilidad para gran parte de los medios intelectuales catalanes, pues la gran mayoría de revistas, diarios o cadenas televisivas con sede en Catalunya estaban subvencionados e influenciados por el partido gobernante en la Generalitat. En realidad su propia existencia dependía de las subvenciones de la Generalitat. Su influencia era, en el caso de los medios públicos de la Generalitat (como TV3 y Catalunya Ràdio) de absoluto control (semejante al que el partido gobernante español, el Partido Popular, ejerce sobre TVE). Esta era (y continúa siendo) la Catalunya predominantemente de sectores de la burguesía (aunque no toda), de la pequeña burguesía y de los pequeños comerciantes (“els botiguers”) y de amplios sectores de las clases medias de renta superior, incluyendo sectores importantes de las clases medias ilustradas (la clase media de educación avanzada) que han jugado un papel clave en la reproducción de la hegemonía de tal ideología. Esta era la Catalunya presentada como la Catalunya real de composición social variada pero con dominio de las clases sociales de renta por encima del nivel de renta media del país. Ni que decir tiene que también tenía y tiene componentes populares –y muy en particular en las zonas rurales-, la mayoría de creencias religiosas católicas. Pero la mayoría de sus militantes y votantes no pertenecen a la clase trabajadora catalana. Es cierto que algunos dirigentes del PDeCAT proceden de la UGT, pero más del aparato de la UGT que de las bases de tal sindicato.

Los instrumentos políticos de este nacionalismo catalanista de derechas
Sus instrumentos políticos eran CDC (de tendencia liberal) y UDC (la democracia cristiana próxima a la Iglesia catalana centrada en Montserrat, el monasterio benedictino que ofreció el aval religioso a este nacionalismo étnico). Ni que decir tiene que hay otras versiones nacionalistas distintas a la pujolista, pero esta última ha tenido una influencia mayor en la vida política, cultural e intelectual de Catalunya, y muy en particular en el movimiento secesionista, el cual, aun cuando no fue creado por el pujolismo, sí que este se adaptó rápidamente a su expansión. Tal expansión fue la respuesta al creciente rechazo que se dio en Catalunya en relación con los vetos del Tribunal Constitucional a elementos claves del Estatuto propuesto por el gobierno tripartito catalán, así como hacia las políticas hostiles del partido gobernante en España (el Partido Popular) hacia Catalunya.
Su control del aparato de la Generalitat y de los medios de comunicación públicos de esta permitieron a este nacionalismo conservador convertirse en la fuerza hegemónica y dominante del bloque secesionista, que adoptó elementos característicos del pujolismo, como su actitud profundamente antiespañola basada en creencias un tanto chovinistas, tales como su percepción, ampliamente promovida para defender su secesionismo, de que España es incambiable, confundiendo Estado con población, y atribuyendo a la población española una incapacidad de cambio. Esta percepción es el obstáculo mayor hacia el necesario transversalismo que debería existir en Catalunya entre las fuerzas progresistas para sacar del gobierno a los partidos gobernantes (PP con ayuda de Ciudadanos en España, y PDeCAT en Catalunya).
El único polo opuesto al pujolismo y a sus aliados fueron, durante el periodo democrático, el socialismo y, en su día, el comunismo catalanes, que gobernaban en la mayoría de las grandes ciudades de Catalunya, siendo el ayuntamiento de Barcelona el centro de la oposición a tal nacionalismo durante la mayor parte de ese período. Hoy el sueño del nacionalismo conservador y sus aliados es llegar a gobernar Barcelona, convirtiéndola en la capital de la inexistente República Catalana.

El enorme coste del procesismo: la gran crisis social en Catalunya y en el resto de España
El enorme coste del “procesismo” liderado por las fuerzas secesionistas es la continuación de la enorme crisis social, resultado de la aplicación de políticas públicas neoliberales impuestas por los partidos nacionalistas de derechas gobernantes tanto en España como en Catalunya, cuya responsabilidad queda ocultada detrás del debate nacional. En realidad las políticas públicas impuestas por el PP, con el apoyo de Ciudadanos, por un lado, y del PDeCAT, por el otro, han jugado un papel clave en crear la enorme crisis social. Estos tres partidos son profundamente nacionalistas de derechas. El PDeCAT es hoy la versión esencialista del nacionalismo secesionista catalán de derechas, mientras que el PP y Ciudadanos son profundamente nacionalistas conservadores y herederos del nacionalismo españolista, presentándose a sí mismos como los defensores de una España uninacional, también excluyente de cualquier otra nación en España y profundamente supremacista (incluso racista, pues durante muchos periodos de su historia, su existencia se basaba en la superioridad de la raza -el día nacional, el 12 de octubre, que conmemoraba la conquista de América Latina, se conocía como el día de la Raza-), el cual alcanzó su máxima expresión durante la dictadura fascista. Esta visión de España, excluyente de otras visiones de España (a las cuales definen como anti España), es hoy hegemónica y aparece en su versión más esencialista en el PP (partido enraizado en la clase dirigente del régimen dictatorial) y en Ciudadanos (partido creado por el establishment empresarial español, incluyendo el catalán, para parar a Podemos, una nueva fuerza política enraizada en el movimiento 15-M que se caracterizó por tener una visión distinta de España: una España plurinacional, más justa y más democrática que la actual, cuyas raíces estaban en el progresismo republicano y en la lucha de la resistencia antifascista).

Luchan sobre banderas pero implementan las mismas políticas anti clases populares
Estos tres partidos son partidos nacionalistas de derechas (unos españolistas y el otro catalanista) que han estado imponiendo (y digo imponiendo porque no estaban en sus ofertas electorales) a la población las políticas de claro corte neoliberal, las cuales incluían políticas de recortes del gasto público y, muy en especial, del gasto público social (como parte de sus políticas de austeridad), así como reformas laborales que deterioraron marcadamente el mercado de trabajo, con una reducción de los salarios y un gran crecimiento de la precariedad. Como consecuencia, el nivel de vida y capacidad adquisitiva de las clases populares descendieron marcadamente, mientras que las rentas superiores (y las rentas de la propiedad del capital) aumentaron de forma muy destacable. Los datos hablan por sí mismos: en Catalunya, las rentas del trabajo (como porcentaje del PIB) pasaron de representar un 50% en 2008 a un 45,8% en 2017, mientras que las rentas del capital subieron un 42% a un 44,5% durante el mismo periodo 2008-2017 (esta evolución contrasta con la que se ha dado en el conjunto del Estado español, donde las rentas del trabajo “solo” descendieron del 50,1% al 47,3% del PIB, mientas que las del capital pasaron del 41,7% al 42,4%). Como consecuencia, en Catalunya el nivel de renta del 20% de renta superior (que vive en la parte “alta” de las ciudades) ha pasado de ser 5,6 veces el nivel de renta del 20% de renta inferior en 2009 a ser de 6 veces en 2016. Una situación semejante ha ocurrido en el resto de España.
En realidad, el número de “ricos” en Catalunya (gente que declara sobre una base imponible de más de 1 millón de euros) ha aumentado durante la crisis. Solo del 2014 al 2015 hubo 577 personas más ricas (con un total de 31.951 personas en 2015). Mientras tanto, en la “otra Catalunya”, el 46,7% de los parados catalanes llevaban más de un año buscando trabajo (un incremento de 29,9 puntos porcentuales en el peso de este colectivo desde el 2008, cuando era solo el 16,8% de todos los parados). Ello significa que ha habido un aumento de 178.200 personas más en esta situación en el año 2016 respecto al 2008. En realidad, Catalunya es una de las partes de la UE-15 que tiene más parados de larga duración.
Y lo que es incluso peor es que el 72,1% (es decir, 365.700 personas) de las personas en situación de desempleo no tienen ninguna prestación en concepto de paro. Y para terminar esta lista de indicadores negativos, el salario del 10% de trabajadores con los salarios más bajos se redujo del 2008 al 2015 un 12%. Esta es la condición en la que se encuentran grandes sectores de la otra Catalunya de habla castellana. Son los “charnegos” de hoy, que vienen de lugares diversos en España y en el extranjero.

La utilización vergonzosa de las banderas por los supuestos súper patriotas para ocultar sus vergüenzas
Esta realidad mostrada en estos datos es la ignorada en el debate sobre el tema nacional. Nunca antes las banderas han sido utilizadas con mayor desvergüenza para ocultar el enorme drama social. Las tres fuerzas políticas hoy en España que se presentan como las más “patriotas” (unas en “defensa de la unidad de España”, y la otra “en defensa de la nación catalana en contra de la España que le roba”) son las que están aplicando políticas que han hecho mayor daño a las clases populares tanto en Catalunya como en España. El miedo del PSOE a que se le acuse de “antipatriota” explica que se alíe con el PP y con Ciudadanos. Y un tanto igual ocurre en Catalunya con ERC y con la CUP. Ambos partidos, que se consideran de izquierdas, apoyan el liderazgo del pujolismo en el bloque secesionista (corresponsable con el PP y Ciudadanos de la gran crisis social que viven las clases populares de Catalunya, que son la mayoría del pueblo catalán). ERC y la CUP, al anteponer el tema nacional –aliados y bajo la dirección de la derecha– al tema social están perjudicando a tales clases populares. Es más, y como dije anteriormente, al afirmar la imposibilidad de cambiar España, están reproduciendo el argumento etnicista según el cual “hay algo en la manera de ser de los españoles que no los hace sensibles al cambio”.

Tales partidos súper patriotas de derechas a los dos lados del Ebro han causado la enorme crisis social
Las políticas neoliberales (las reformas laborales y las políticas de austeridad) han tenido un impacto muy negativo en la calidad de vida y bienestar de la población catalana. Además del descenso salarial y del aumento de la precariedad, los recortes en los servicios públicos (de los más acentuados en España) han tenido unas consecuencias muy negativas. En educación el gasto de la Generalitat ha bajado durante el periodo 2010-2017 en 626 millones de euros (un 10% menos), en sanidad en 1.026,97 millones (un 10,33% menos), en vivienda un 50% menos (-366,28 millones), en protección social un 7,1% menos (-149,9 millones), en promoción social un 30,9% (-31,16 millones) y así un largo etcétera. Y el PdeCAT, junto con el PP y Ciudadanos, ha apoyado la legislación que hizo posibles tales recortes. En realidad, el PDeCAT ha sido uno de los partidos en las Cortes Españolas que han ayudado más al PP para que este consiguiera sus grandes parcelas de poder. Sus votos han sido determinantes no solo para aprobar la legislación neoliberal, sino también para elegir a figuras clave como la Presidenta de las Cortes Españolas, la Sra. Ana Pastor.
Estas políticas de austeridad se han desarrollado como parte de una estrategia para favorecer la privatización de los servicios públicos, siendo la sanidad y la educación un claro ejemplo de ello. El ex consejero de Salud, Boi Ruiz (que había sido la cabeza de la patronal sanitaria privada), hizo declaraciones explícitas en este sentido. Y la ex consejera de Educación favoreció a las escuelas privadas a costa de las escuelas públicas.
Pero estas políticas, favorecedoras de los servicios privados, fueron acompañadas de un intervencionismo favorable con los propietarios de los servicios privados a costa de los usuarios, política que ha tenido un impacto devastador en la vivienda, siendo el elevado precio del alquiler una de sus consecuencias, habiendo alcanzado un drama social. Los desahucios de personas y familias que no pueden pagar el alquiler han llegado a niveles escandalosos (ver “Uno de los derechos constitucionales más ignorados en España: el derecho a la vivienda”, Público, 10.05.18). Y para acentuarlo todavía más, los “súper patriotas” como el PP, Ciudadanos o el PDeCAT han aprobado, junto con el PNV, el “desahucio exprés”, facilitando que el período de desahucio se reduzca a dos meses, medida que afectaría a millones de catalanes que incluso sin estar desahuciados estarían bajo el enorme temor de poder estarlo. ¿Cómo pueden presentarse estos partidos neoliberales como defensores de la patria cuando están dañando a la gente que son componentes claves de tal patria?
En realidad, los partidos secesionistas han atribuido la crisis social a la pertenencia de Catalunya a España, y a la falta de soberanía de la primera para poder realizar sus propias políticas públicas de desarrollo. Identificando España como el Estado español, tal argumento ha atraído a sectores de la población catalana que no son particularmente secesionistas pero sí creen que será imposible para Catalunya resolver su enorme crisis social sin separarse de España e independizándose del Estado español. Tal argumento podría ser coherente en caso de que los que lideraran el proceso de secesión fueran fuerzas políticas comprometidas con otras políticas distintas y opuestas a las que se están aplicando en Catalunya y en España. Y ahí está el punto flaco del argumento secesionista progresista, pues la fuerza política que lidera hoy el movimiento independentista representa una opción conservadora neoliberal responsable de la crisis actual. Es poco creíble que el PDeCAT hiciera una política distinta a la que ha realizado hasta ahora. En realidad, sus dirigentes y pensadores en temas económicos (promovidos por los medios públicos de la Generalitat) son conocidas figuras neoliberales. Y como se demostró en la transición española, el que controla la transición controla el producto final.

Qué debería hacerse: centrarse en el tema social
En realidad, la solución es fácil de ver: el eje social debería centrar el debate político y mediático, poniendo la resolución del enorme problema social de las clases populares en el centro del debate. Ello implicaría resolver el enorme problema social ahora, y sin esperar a una incierta independencia o cualquier otro proyecto, que de realizarse, no se haría ni hoy ni mañana ni en un futuro inmediato. Y este proyecto no puede realizarse hoy en Catalunya bajo el liderazgo del gobierno controlado por los de siempre. Es una condición esencial para poder cambiar Catalunya el cambiar España, en alianza con las fuerzas progresistas que han estado surgiendo a lo largo del territorio español que, junto con fuerzas renovadas de la izquierda tradicional, tienen una clara vocación democrática profunda, comprometidas con el bienestar de las clases populares y con la calidad de vida de la población y con una visión distinta y opuesta a la esencialista uninacional: una España plurinacional, solidaria y profundamente democrática. Ver que ello es imposible (como creen las fuerzas secesionistas) es caer en el etnicismo chovinista que está obstaculizando el desarrollo de la muy necesaria transversalidad. Es urgente que las fuerzas republicanas progresistas a los dos lados del Ebro colaboren y se alíen para cambiar Catalunya y España. Pero para que ello ocurra son necesarias movilizaciones que exijan una solución inmediata de la gran crisis social. Y aquí de nuevo la calle está y va muy por delante de las instituciones políticas. La solución al problema social exige cambios profundos en España (con el cambio del gobierno) y también en Catalunya (con el cambio de quien gobierna la Generalitat). Con los de siempre controlando los gobiernos español y catalán, el problema no se resolverá. Así de claro.

El Armagedón mediático del Farma-Ibex contra la terrible y peligrosa amenaza bicentenaria de la homeopatía. La UE y la OMS alucinan por un tubo..homeopático, of course



La Universidad de Salamanca destierra la homeopatía... por jubilación











No habrá homeopatía en ninguna facultad de Farmacia de España el curso que viene, salvo sorpresa de última hora. La Universidad de Salamanca (USAL) votará a mediados de este mes si elimina la asignatura "medicamentos homeopáticos" que se cursa como optativa en cuarto de carrera y permite obtener 5 créditos. La docente que da la asignatura se jubila y, hasta el momento, ningún otro profesor se ha mostrado dispuesto a relevarla así que todo indica que será el final de una polémica materia que entre sus contenidos enseña los supuestos principios en esta pseudociencia o a preparar diluciones.

Sara Martín, representante de los estudiantes en la Junta de Facultad de Farmacia, explica que hay consenso en que la asignatura debe desaparecer: "Hay un sentimiento generalizado de abogar por el rigor científico y seguir un poco las pautas que marcan otras facultades de Farmacia de España donde esta asignatura no se imparte".

En los últimos años las universidades han ido eliminando la homeopatía de su oferta académica ante la presión de científicos, médicos y de la propia comunidad universitaria por su falta de evidencias científicas. La universidad de Las Palmas es la única pública que ofrece actualmente un curso de "experto en terapéutica homeopática".

Paradójicamente el Ministerio de Sanidad está ultimando la orden que permitirá la venta de productos homeopáticos en farmacias aunque con la advertencia de que "No hay evidencia terapeútica".

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Es alucinante  esta forma de 'informar' en superficie:

El hecho de que la profesora que imparte esa diciplina se jubile no quiere decir que se deba suprimir el departamento que estudia la homeopatía en cualquier  universidad. ¿Qué pasaría si cada vez que se jubila un catedrático de algo se aliminase su asignatura porque a los editores de los textos  esa asignatura no les da beneficios sino poca credibilidad?

Un buen reto para la prensa libre es descubrir la verdad de este enjuague en vez de darlo como cosa hecha y tan natural como el racismo y la censura. ¿Quién está detrás de esta obsesión y esta cruzada inexplicable en la universidad y en una parte de la "ciencia" española? ¿Por qué nunca se entrevista a nadie de los partidarios de esa especialidad médica y a pacientes usuarios y beneficiados por sus propiedades? 

Estas opacidades dictatoriales son los síntomas preocupantes de una sociedad autoritaria, fanática, cerrada en ideas fijas sin ventilar, mecanizada en el dogmatismo y teledirigida como un rebaño de borregos descerebrados, cuya cretinez ya amenaza a la propia Universidad como institución, confundiendo ciencia con negocio y gestión con chanchullo. El caciquismo se ha injertado hasta en el centro del estudio y de la libertad de pensamiento crítico y sano que debe ser una Universidad sin amputaciones interesadas, que dé sentido a su propio nombre: unus versus alia. Lo uno abierto y vuelto hacia lo diverso, hacia lo completamente otro, hacia la diversidad plena y no solo hacia las cosas que interesan a una minoría de negociantes y manipuladores capaces de comprar y vender todo y a todos si eso les llena los bolsillos, les da caché enchufista y puestos importantes de poder y de ganar. A la URJC pongo por testigo.

Con estos manejos la universidad española cae a en los pozos más negros y denigrantes de su historia. Hasta en el franquismo hubo profesores dignos y decentes que no se callaron, pero ante el dinero y las prebendas de una época de ciencia sin conciencia  con dividendos de pastizal y "premios" de reconocimiento, la barbarie se está haciendo el ama y señora de lo que fue patrimonio universitario decente. Y a golpe de masterización, el saber que no ocupa lugar está siendo ocupado por todos los lugares comunes que arruinan y degradan paso a paso a la humanidad, mucho más manejable cuanto más obediente, estupidizada y sumisa se va volviendo ante los medios y los enteros, sin que nadie la fuerce, pero empapada hasta el tuétano por un gota a gota casi imperceptible de mediocridad absoluta y letal para la inteligencia y para la propia especie. 

Esta vez el nazismo no presenta batalla bélica, porque saldría derrotado, se le vería como "el malo" de la película y le saldría demasiado caro, por eso utiliza  los dineros y favores importantes a base de una combinación entre capitalismo, miedo e ignorancia, mezclados con la repetición de la mentira en todos los registros posibles hasta que se convierte en una normalizada "posverdad" a base de repetirse por las redes de comunicación mediática que alienan la lucidez y suprimen la capacidad de análisis. Goebbels y Hitler estarían encantados viendo los progresos de su iniciativa manipuladora desde los medios. Esto sí que es reinar después de morir...

El método es coser y cantar. Primero se desactiva la inteligencia sustituyendo asignaturas con cátedra por un sistema de créditos sin más aval ni crédito científico que el dinero que se paga por ellos, y los certificados que se expenden como sellos en los estancos a todo el que paga aunque no asista a las clases, no se entere de nada pero presente un TFM o se titule en Harward por Aravaca(loca) y descerebrada, con lo cual cualquier empresario monta un negocio de masters que vende en la plataforma de las universidades con el marchamo del estado corrupto, si es preciso como ha sucedido en la URJC desde su fundación ad hoc, por el inmarcesible y justiciero Gallardón. Tras unas cuantas promociones en ese plan, el reino de Jauja se pone al alcance de cualquiera, ése es el triunfo pleno de la democracia vista desde el capitalismo: si puedes pagar mi precio, el mundo es tuyo siempre que estés forrado, claro, y si no lo estás seas capaz de intrigar, venderte y corromper lo que toques con tal de lograr tu salto a la fama, y también  conseguir los títulos vacíos de contenido que precisamente por eso, te abrirán las puertas del poder y del tener, cuya trastienda conocerás demasiado tarde para dar marcha atrás. Pero compensa...¿ y lo bien que te lo vas a pasar mientras dure el enjuague del timo y sus comisiones adjuntas paseando por el pórtico fervoroso de las redes sociales? Y luego, ya en Soto del Real, si eso, que te quiten lo bailao.
Es el sistema Fausto a tutiplén. Lo que Mefistófeles no cuenta en su programa es el verdadero coste del trapicheo: los interesados en el plan B tienen que venderle el alma y eso significa perder la libertad y la conciencia, dos pilares de la vida y del conocimiento, de la sabiduría y la felicidad, del equlibrio, que una vez vendidos jamás se recuperan. Pero,claro, eso no lo dice ni la letra pequeña.

Tiene mucho sentido que en ese caldo de cultivo un concepto saludable de la medicina que no ve enfermedades sino enfermos, -que cura sin crear patologías derivadas que obligan a medicarse constantemente para combatir efectos secundarios, tantas veces peores que la enfermedad-, como hace posible la homeopatía, estorbe y perjudique el montaje de tormenta perfecta del sistema mefistofélico contra todo lo que no es su "legalidad". 
Ahí ha llegado el disparate y sólo terminará con el despertar de las conciencias y lo que llamaba Ortega y Gasset "La rebelión de las masas"(*) sólo que entendido al revés de como él percibía el fenómeno en aquel entonces, años 20  y 30 del pasado siglo. Es decir, la rebelión del ser humano para dejar de ser masa churrera y comenzar a ser inteligencia colectiva consciente, libre y actuante. Más bien como la describe Juan de Patmos en el Apocalipsis que no significa fin espantoso del mundo sino la revelación del trasfondo racional-emotivo-espiritual de nuestra especie en su camino de la simple materia amorfa a la energía del espíritu universal y celular. Cuántico. Una nueva humanidad, una construcción de nuevo cuño donde las piedras del edificio colectivo son las conciencias una a una, un fenómeno que se produce a través del tiempo tras los errores de percepción y la numerosas catástrofes que esos errores causan en el mundo mediante, precisamente, la evolución desde la animalidad más elemental, instintiva y confusa del mogollón manipulable hasta la humanidad más despierta, sana, solidaria e inteligente, donde hay una integración recíoproca y voluntaria entre el individuo y la colectividad. Sin que ambos planos se perciban como contradictorios, hostiles, excluyentes ni opuestos entre sí, sino uno parte inseparable de la conciencia compartida con los otros en el tejido desbordante y sorprendente de una inteligencia vital de la que se forma parte mientras se crea y se hace posible.

Cada episodio patológico como las guerras militares, religiosas, culturales como  las económicas y aparentemente científicas, no hacen más que confirmar en tantos planos ese relato con el que se cierra la Biblia y el Nuevo Testamento. Si alguien tiene curiosidad por profundizar más y mirar la actualidad presente puede leer "El fenómeno humano" y  "El medio divino" de Pierre Teilhard de Chardin y puede que así se comprendan algunas cosas incomprensibles a estas alturas del cambio de era. Como garantía de peso, valga que Teilhard fue suspendido como sacerdote y como profesor de antropología, más la censura y prohibición de leer sus obras, a cargo, como no, del Vaticano. Siempre en la vanguardia del Pleistoceno más devoto y creyente, como es natural y sacrosanto.

Toda iluminación es poca cuando nos rodea un blackout general de la inteligencia heredada y bloqueada por una realidad implacable, consecuencia del uso degradado de esa inteligencia primordial, y la salida de tal marasmo sólo tiene acceso homeopático desde el interior. Eso, sí, sólo la libertad de conciencia guarda la llave de esa puerta bajo la esterilla de la entrada a la salida. Una paradoja aparente que no lo es. Quien tenga ojos que mire y vea, quien tenga oídos que escuche y oiga. Sólo eso para empezar. Lo demás irá llegando a su hora y en su momento.

(*) Ojo al amigo Ortega, que no tiene desperdicio. Si le añadimos la h a cada s, la actualidad se revela como un selfie del farfullo marianil cual marco incomparable del discurso orteguiano. Aunque tal vez demasiado alto el nivel para el ponente pontevedrés, no sé...no sé...

"La aglomeración, el lleno, no era antes frecuente. ¿Por qué lo es ahora? Los componentes de esas muchedumbres no han surgido de la nada. Aproximadamente, el mismo número de personas existía hace quince años. Después de la guerra parecería natural que ese número fuese menor. Aquí topamos, sin embargo, con la primera nota importante. Los individuos que integran estas muchedumbres preexistían, pero no como muchedumbre. Repartidos por el mundo en pequeños grupos, o solitarios, llevaban una vida, por lo visto, divergente, disociada, distante. Cada cual -individuo o pequeño grupo ocupaba un sitio, tal vez el suyo, en el campo, en la aldea, en la villa, en el barrio de la gran ciudad.

Ahora, de pronto, aparecen bajo la especie de aglomeración, y nuestros ojos ven dondequiera muchedumbres. ¿Dondequiera? No, no; precisamente en los lugares mejores, creación relativamente refinada de la cultura humana, reservados antes a grupos menores, en definitiva, a minorías. La muchedumbre, de pronto, se ha hecho visible, se ha instalado en los lugares preferentes de la sociedad. Antes, si existía, pasaba inadvertida, ocupaba el fondo del escenario social; ahora se ha adelantado a las baterías, es ella el personaje principal. Ya no hay protagonistas: sólo hay coro".

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Así es como la Universidad de Barcelona sigue dando espacio a la homeopatía

Un Colegio Mayor adscrito a la misma cede sus instalaciones para difundir esta pseduociencia

Joan Elias i Garcia, rector de la Universidad de Barcelona.
Así es como la Universidad de Barcelona sigue dando espacio a la homeopatía
Redacción
Sábado, 26 de mayo de 2018, a las 14:45
A pesar de que hace más de dos años que la Universidad de Barcelona dio el 'portazo' a la homeopatía, eliminando de su oferta académica el master sobre esta pseudociencia, ahora uno de los colegios mayores adscritos a esta entidad, en concreto el Sant Jordi, será la sede de un curso sobre los fundamentos de la homeopatía, tal y como ha podido confirmar Redacción Médica.

El Centro de Enseñanza y Desarrollo de la Homeopatía (CEDH) será el encargado de impartir este módulo. Tal y como ya adelantó este periódico, se trata de un centro que tiene relación con el laboratorio Boiron, ya que comparten la misma dirección y, en el caso del curso que se desarrollará en el Colegio Médicos de Asturias, la empresa ofrece financiación a los interesados.

La homeopatía se queda fuera de los espacios académicos

La Universidad que ha sido el última en eliminar su posgrado de homeopatía fue la de Barcelona y lo hizo en el año 2016 debido al aumento de las presiones y el desacuerdo de la Facultad de Medicina. El máster estuvo activo durante 12 años. En los últimos años, también han eliminado las enseñanzas en esta pseudociencia las universidades de Córdoba, Sevilla o Zaragoza.

También ha quedado desterrada de todas las facultades de Farmacia de España para el curso que viene. O al menos esa es la intención. La Universidad de Salamanca (USAL) deberá decidir por votación si elimina la última asignatura homeopática que se ofrecía en los campus públicos universitarios, al jubilarse la profesora que la impartía.




     

Ufff...porfa, Sánchez, escucha a Iñaki y no a tu ego...

Ya no parece inviable



La moción de censura de mañana es distinta a todas porque el candidato a presidente no presenta un programa de gobierno al uso, integral en su contenido y previsto para un cuatrienio, sino un plan de emergencia limitado en el tiempo para, dice, estabilizar el país y convocar elecciones. Y planteado así, entiendo que esta moción de censura forma ya parte de la próxima cita electoral, como el primer acto de una única función. Y por eso creo sinceramente que el PSOE se juega cosas de más alcance en el discurso de Sánchez y en el debate que en el resultado de la votación. En el caso de que le fuera favorable, ya hoy no parece inviable, tendría la gran satisfacción de haber derrotado a Rajoy, pero tardaría muy poco en mostrar que con sus 84 escaños su objetivo de estabilizar el país será un brindis al sol. Tras un breve paso por la Moncloa, Sánchez y el PSOE podrían llegar a las elecciones como un globo no fortalecido sino pinchado. Sin embargo, el discurso y la imagen que ofrezca Sánchez puede ofrecerle beneficios de más largo recorrido. Si consigue dejar en evidencia a Rajoy -que tras una sentencia como la de Gürtel no tiene la dignidad de dimitir y, más aún, nos chantajea para que traguemos con la indecencia a fin de evitar la inestabilidad-, si Pedro Sánchez es capaz de presentar una visión de España, de la política, y de sí mismo que saque al PSOE de la irrelevancia y le vuelva a conectar con su electorado potencial, la iniciativa habrá sido un éxito, sea cual sea el resultado. Se habrá situado en magnífica posición ante la próxima cita en las urnas.
Ahora bien, si lo que le interesa de verdad a Sánchez es ganar la moción, pase luego lo que pase, lo inteligente sería, más que proponer-consensuar la fecha de unos próximos comicios si obtiene la victoria, fijar dicha fecha ya. Fijarla y anunciarla en su discurso de mañana, y fijar además para pronto, para octubre. Tomaría así la delantera a Ciudadanos y le encajonaría en una disyuntiva delicadísima: o apoyar su moción, pues incluiría lo que Ciudadanos dice desear, elecciones en octubre, o dejaría al descubierto su sostén a Rajoy. En todo caso, las opciones de Sánchez parecen mayores a medida que pasan las horas, y a medida que Cospedal encadena disparates.

Verano a la portuguesa, por favor

Publicada 30/05/2018-Infolibre  
El pasado viernes, Mariano Rajoy salió como una hidra en la sala de prensa de la Moncloa para denostar la moción de censura que acababa de presentar el PSOE. Pedro Sánchez solo aspira a ocupar la Presidencia del Gobierno, dijo Rajoy, aparentando estar muy escandalizado. Como si él mismo no ansiara otra cosa que seguir ocupándola a toda costa, pese a no contar con el apoyo de una mayoría absoluta de los españoles y haber obtenido la poltrona gracias a combinaciones parlamentarias, en su caso el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE. Me resulta curioso ver a políticos denunciando a otros políticos por algo que todos tienen en común: el deseo de ejercer el poder lo antes posible.

A Rajoy solo le queda un cartucho, meter miedo a la mucha gente asustadiza, y lo empleó a fondo en esa comparecencia. La moción traerá grandes males a España, auguró con aire sombrío. Como si jamás en la historia de las democracias parlamentarias hubiera cambiado la tonalidad política del Gobierno en plena legislatura. Se ha hecho muchas veces y ningún país ha desaparecido del mapa por ello. Las democracias parlamentarias se llaman así porque gobierna quién cuenta con la confianza de la mayoría de los diputados, una confianza que puede perderse o ganarse. ¿Si no, para que existen las mociones al respecto?

Lo veía venir y sonreí cuando llegó. Al final de su diatriba, Rajoy soltó su argumento supremo: ¡cualquier día veremos a Pedro Sánchez pactando con Puigdemont! Sé que millones de españoles son receptivos a esa monserga. Se ha satanizado tanto a Puigdemont que hasta la mera posibilidad de que un político de Madrid hable con él le resulta insoportable a mucha gente. Pues bien, diré lo que pienso: si Sánchez llega a la Moncloa, ojalá hable, negocie y pacte con Puigdemont. No veo otro modo del salir del delirante bucle de la crisis catalana.

¿Qué otra alternativa existe? ¿Cargarse del todo la autonomía catalana, como quiere Ciudadanos? ¿Meter en la cárcel a todos los independentistas que quepan, como parece soñar algún juez? ¿Bombardear Barcelona, como dice Jiménez Losantos? ¿Terminar de convertir España entera en algo semejante a la Turquía de Erdogan?

Algún día, cuanto antes mejor, un presidente del Gobierno español va a tener que sentarse a dialogar con Puigdemont, Quim Torra, Oriol Junqueras o quien sea. ¿Para qué? Pues para lo que sirve el diálogo entre seres racionales: para buscar una fórmula a medio camino entre los respectivos programas máximos. Ni para ti ni para mí, ni independencia ni mantenimiento de la situación actual, reforma constitucional que no entusiasme ni disguste demasiado a nadie. Parece mentira que esa gente a la que se le llena la boca hablando de la Transición no sepa que su espíritu era el del regateo en largas noches de café y tabaco, y el acuerdo final sobre un precio que no era el propuesto inicialmente por ninguna de las partes. Consenso no es que unos aplasten a otros; consenso es que unos y otros se pongan de acuerdo en una solución que a todos les supone conquistas y renuncias.

Puedo imaginarme a Pedro Sánchez asustado por la posibilidad de que su moción de censura termine necesitando el apoyo de soberanistas vascos y catalanes. Aunque sea gratis, a cambio de ninguna promesa concreta. Pero quiero suponer que se ha decidido a presentarla porque al fin se ha hecho adulto, porque ha aprendido que un líder tiene que hacer lo que tiene que hacer con independencia de que muchos lo pongan a caldo. En esta ocasión crucial, Sánchez no debería buscar luz en los editoriales de los unánimemente conservadores diarios de papel. Debería buscarla en los suyos, en los militantes que le dieron la victoria hace un año frente a la conspiración de los caciques.

Por lo demás, no es la cuestión catalana la principal de mis preocupaciones, algunos de ustedes lo saben. Le desearía la solución que esbocé arriba, pero mucho más me gustaría que, antes de las vacaciones de verano, llegara a la Moncloa alguien que no solo pensara en España, sino también en los españoles. Que se ocupara de arreglar –un poco, tan solo un poco– algunos de nuestros problemas cotidianos. Que blindara la subida anual de las pensiones conforme al IPC. Que aboliera la Ley Mordaza y el Impuesto al Sol. Que comenzara a combatir la precariedad laboral y los bajos salarios. Que paralizara los desahucios. Que restableciera la neutralidad política de RTVE. Que dejara claro en el Código Penal que cuando la mujer dice no es no.

No creo que estos retoques pongan en cuestión el sistema capitalista. Ni tan siquiera alarmarían demasiado a Wall Street, la Comisión Europea y el resto de Amos del Universo. Los portugueses han hecho algunas mejoras sociales bajo su actual Gobierno de izquierdas y, ya lo ven, están de moda, no paran de recibir turistas e inversiones. En este asunto de la moción de censura, me gusta la actitud constructiva de Podemos e Izquierda Unida. Que saliera de la Moncloa el capo de un partido tan corrupto, autoritario e insensible y entrara Sánchez podría suponer un pequeño y necesario respiro para muchos españoles.

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Es una lástima que la moción de censura tenga que tripularla Pedro Sánchez. Un personaje inseguro y veleta, con más ego que sentido de la responsablidad. Que por un cabreo sordo dimitió hasta del acta, como representante del Psoe en el Parlamento  y que por ello ni siquiera tiene la oportunidad de poder debatir y que dejó tirados a quienes lo apoyaban en el "no es no" condenados a pagar una multa de 600 euros por rebelión a la disciplina de partido de la que él se escaqueó, por cierto,, y que sólo se puso las pilas cuando Ábalos, Lastra y el alcalde de Valladolid le sacaron de su madriguera de miedos, victimismo y cabreo sordo infantil para usarle como mascarón de proa de la fragata socialista a punto de hundimiento susanero de gestora retropropulsada. Y que una vez puestas las pilas y apoyado por las bases engatusadas por la epopeya del héroe de Cascorro versión light, muy mucho light, se acomoda en el púlpito y apoya a Rajoy con la abstención para que perpetre el delito de lesa ciudadanía en Catalunya con un desastre morrocotudo, aplicando el 155 con una frivolidad espantosa, y creando unas heridas crueles en los sentimientos catalanes,y haciendo que la minoría del independentismo se convierta en una mayoría descomunal, y todo acompañado de un pánico y una división social que nunca se había manifestado en la España posterior a la Guerra Civil.
Ante esa hecatombe, Sánchez se inclina por mantener la estabilidad de una implacable destrucción democrática, y se desvincula del proyecto socialista republicano, federal y plurinacional, traicionando el alma del propio Psoe y la aspiración de millones de españoles de todas las autonomías, que votaban a ese partido por esas convicciones, cuyo ideario queda bien claro en el texto de "La internacional socialista", hasta con música. 

El problema más importante en este momento para que la moción de censura sea creíble, respetable y eficaz es Pedro Sánchez. Un verdadero marrón para su partido y para la democracia, porque ha dilapidado la confianza de todos y de todas y no se ven trazas de que intente mejorar nada, tal vez porque ni él mismo es consciente de la gravedad del asunto, que al parecer sólo ve como un juego de poder perentorio para llegar a La Moncloa y luego ya se verá. Según viene demostrando, su máxima aspiración es el modo de dar en las narices a quienes dudan de su capacidad. Como si llegar a gobernar per se, significase algo especial, teniendo en cuenta la panda de impresentables, que exceptuando a Suárez, han ido desfilando por ese sillón monclovita de marras y teledirigido por los caciques de siempre, en cuarenta años de política-ficción y besamanos entre vividores y manipuladores manipulados. 

No está el horno para bollos de esa índole. España entera está en un ¡ay!, hecha trizas en sus derechos, libertades  e indignantes humillaciones y abusos constantes por parte de la dichosa casta, que la utiliza constantemente como caja de harramientas, felpudo y peana para afincarse en el poder y como alfombra donde pisar sin riesgos y amontonar basura debajo. 

Todas queremos no sólo un verano sino toda una legislatura a la portuguesa, pero al mismo tiempo, sabemos por la dura realidad que estamos viviendo que el Sánchez que conocemos no es capaz de sacar adelante esa propuesta, si se empecina en "que España no se rompa" a base de concesiones a Rivera y de espaldas a Catalunya y Euzkadi, sin comprender que "la patria" de sus amores no puede estar más rota y en peor estado que ahora mismo y con sus cooperación imprescindible. Precisamente esa ceguera y ese concepto de salvapatrias agonizantes sin remisión, es lo que delata su ineptitud, su falta de visión y la falsedad de su "socialismo" intransigente y facha. Inmaduro y hasta vergonzante. 

Un Sánchez creíble, sensato y responsable nunca habría permitido que Rajoy aún estuviese gobernando. Pero si de verdad quiere arreglar las cosas ahora y que le creamos, debería cambiar de táctica antes de mañana, dejar atrás las amenazas de Rivera y aprovechar que la Izquierda en coalición ( IU,Compromís,Equo y Podemos) aun tiene 72 escaños con los que contar y que los nacionalistas  catalanes y vascos aun no están en la cárcel por 'terrorismo republicano', algo que podría ocurrir en cualquier momento de insania ppeppera si esto sigue como está, gracias al apoyo-manoslibres de genios políticos como Rivera Ibex y Sánchez, el  convidado de piedra.

Con el potencial  de votos y voluntades hay mayoría suficiente para mandar al pp a ese lugar de donde nunca debió salir: a la mierda. La cuestión es si un lechuguino de tal calibre con el añadido de ambicioso para lo suyo en exclusiva, será capaz de una estrategia decisoria tan inteligente, noble, sensata, generosa  y por encima de sus miserables prejuicios, miedos, y miopía cognitiva. That's the question, querido Hamlet...Ganar esa moción significa al mismo tiempo sacrificar el ego partidista en favor del bien común, lo que instantáneamente proporcionaría al sacrificado, el éxito de su misión junto a la confianza y el respeto del electorado y de toda la ciudadanía. Pero existe el riesgo comprobado de que ese resultado sea para Sánchez demasiado arroz para tan poco pollo. También es cierto que a veces hay milagros inexplicables e inesperados.

Ojalá que llueva café en el campo de aquí a mañana. ¡Ojalá!

Atención, ejpañoles, este señor de la foto que parece Toni Cantó, es Cotarelli, el nuevo talentazo económico candidato al sillón y a la misma altura política de Albert Rivera. El fascismo capitalista europeo es un holograma hasta en los parecidos fisionómicos. Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar. Tomemos nota ya mismo. Ojalá Italia tuvies ahora la suerte de tener un gobierno cadáver y una moción de censura a su disposición...Aprovechemos adecuadamente esta ventana de la oportunidad, que puede que no se vuelva a repetir en mucho tiempo...Y gracias, Yanis Varoufakis por tu lucidez y decencia socrática y aristotélica! De casta le viene al galgo...


Con la elección de Cottarelli, el presidente de Italia hace un regalo a la extrema derecha

La defensa del 'statu quo' por Sergio Mattarella asegura el éxito de las políticas racistas y populistas



El presidente italiano convoca al economista Cottarelli ante la parálisis política
El presidente italiano convoca al economista Cottarelli ante la parálisis política EFE


A Italia debería irle bien. A diferencia de Reino Unido, exporta  considerablemente más al resto del mundo de lo que importa, mientras que su Gobierno gasta menos (a excepción de los pagos de intereses) que los impuestos que recibe. Y aun así, Italia está estancada y su población, muy cerca de una revuelta después de dos décadas perdidas.
Aunque es cierto que Italia necesita reformas seriamente, aquellos que creen que la culpa del estancamiento las tienen las ineficiencias internas y la corrupción deben explicar por qué Italia creció tan rápido durante el periodo de postguerra hasta que entró en la Eurozona. ¿Fueron su Gobierno y su sistema político más eficientes y virtuosos en los 70 y en los 80? Apenas.
La única razón de los males de Italia es su pertenencia a una unión monetaria terriblemente diseñada, la zona euro, en la que la economía italiana no puede respirar y que los distintos gobiernos alemanes se niegan a reformar.
En 2015, el pueblo griego eligió un Gobierno progresista y europeísta con el mandato de exigir un nuevo acuerdo con la Eurozona. En el espacio de seis meses, bajo las directrices del Gobierno alemán, la Unión Europea y su banco central nos aplastaron. Unos meses más tarde, el diario italiano Corriere della Sera me preguntó si creía que la democracia europea estaba en peligro y esto fue lo que contesté: "Grecia se rindió, pero fue la democracia europea la que resultó herida de muerte. A menos que los europeos se den cuenta de que su economía está en manos de seudotecnócratas no electos e irresponsables, que comenten un error garrafal tras otro, nuestra democracia seguirá siendo un invento producto de nuestra imaginación colectiva".
Desde entonces, el Gobierno proestablishment del Partido Demócrata de Italia ha aplicado, una tras otra, las políticas que demandaban los burócratas de la UE a los que nadie ha elegido. El resultado ha sido un mayor estancamiento. Así, en marzo,  unas elecciones nacionales otorgaron la mayoría parlamentaria absoluta a  dos partidos antisistema que, pese a sus diferencias, comparten dudas sobre la pertenencia de Italia a la Eurozona y su hostilidad hacia los migrantes. Fue la amarga cosecha fruto de falta de perspectivas y esperanzas marchitadas.
Tras unas semanas de  intercambio político postelectoral común en países como Italia y Alemania, los líderes del M5S y la Liga, Luigi di Maio y Matteo Salvini, llegaron a un acuerdo para formar Gobierno. Por desgracia, el presidente Sergio Mattarella utilizó los poderes que le confiere la Constitución italiana para impedir la formación de ese Gobierno y, en su lugar, otorgó el mandato a un tecnócrata, un antiguo empleado del FMI que no tiene ninguna posibilidad en un voto de confianza en el Parlamento.
Si Mattarella hubiera rechazado a Salvini para el puesto de ministro de Interior, indignado por su promesa de expulsar a  500.000 inmigrantes de Italia, me hubiera visto obligado a apoyarle. Pero no, el presidente no tenía tales reparos. Ni por un momento pensó en vetar la idea de que un país europeo desplegara sus fuerzas de seguridad para acorralar a cientos de miles de personas, encerrarlas y obligarles subir a trenes, autobuses y ferris antes de enviarles a saber dónde.
No, Mattarella optó por enfrentarse contra una mayoría absoluta de legisladores por otra razón: su desaprobación hacia el ministro de Hacienda elegido. ¿Por qué? Porque dicho caballero, aunque completamente cualificado para el puesto, y a pesar de sus declaraciones de que cumpliría con las normas de la UE, en el pasado había expresado dudas sobre la arquitectura de la Eurozona y ha favorecido un plan de salida de la UE en el caso de que sea necesario. Fue como si Mattarella declarase que la sensatez de un posible ministro de Hacienda constituyese un motivo para su exclusión del cargo.
Lo que es verdaderamente sorprendente es que no haya ningún economista pensante en ningún lugar del mundo que no comparta preocupaciones sobre la arquitectura defectuosa de la Eurozona. Ningún ministro de Hacienda prudente dejaría de desarrollar un plan para una salida del euro. De hecho, sé de buena tinta que el Ministerio de Hacienda alemán, el Banco Central Europeo y todos los grandes bancos y empresas tienen planes para la posible salida de la zona euro de Italia e incluso de Alemania. ¿Nos está diciendo Mattarella que el ministro de Hacienda italiano tiene prohibido pensar en ese tipo de plan?
Más allá de su fracaso moral en oponerse a la misantropía a escala industrial que representa la Liga, el presidente ha cometido un grave error táctico: cayó en la trampa de Salvini. La formación de otro gobierno "técnico", con un antiguo apparatchik del FMI, es un regalo fantástico para el partido de Salvini.
Salvini está salivando secretamente al pensar en otras elecciones, en las que luchará no como el sectario y divisivo populista que es, sino como el defensor de la democracia contra el profundo establishment. Ya ha escalado el terreno moral con las conmovedoras palabras: "Italia no es una colonia, no somos esclavos de los alemanes, los franceses, la prima de riesgo o las finanzas".
Si Mattarella se consuela con el hecho de que los anteriores presidentes italianos lograron poner en marcha gobiernos tecnócratas que hicieron el trabajo de la élite (tan "exitosamente" que el centro político del país se derrumbó), está muy equivocado. Esta vez, a diferencia de sus predecesores, no tiene la mayoría parlamentaria para aprobar un presupuesto ni para dar un voto de confianza a su Gobierno elegido. De este modo, el presidente se ve obligado a convocar nuevas elecciones que, gracias a su deriva moral y a su error táctico, devolverán una mayoría aún mayor a las fuerzas xenófobas de Italia, posiblemente en alianza con la debilitada Forza Italia de Silvio Berlusconi.
¿Y luego qué, presidente Mattarella?

martes, 29 de mayo de 2018


No quieren cazar al ratón, sólo quieren llevarse el gato al agua

Benjamín Prado

“No hagas leña del árbol caído, pero tampoco te sientes a esperar que dé manzanas”.
Acostumbrado a decir lo primero que se le pase por la cabeza, incluso cuando tiene la cabeza en otra parte, el ministro de Justicia ha resumido la sentencia de la Audiencia Nacional sobre el vergonzoso
caso Gürtel
–que a estas alturas ya
nadie diría que es una trama “contra el PP”, sino “del PP” y para beneficio del PP y sus compinches–, argumentando que en realidad
no se condena al Partido Popular por corrupción, sino que eso es sólo lo que decimos algunos
, que si se han lucrado “y tá-tá-tá-tá”. Su compañero del departamento de Cultura ha completado la teoría exculpatoria añadiendo que las penas impuestas a los miembros de la organización criminal de la que formaban parte Correa, Bárcenas y compañía las está usando la oposición “como excusa” para satisfacer
“la ambición y ansiedad” de Pedro Sánchez “por ser presidente”
.
Por supuesto, Méndez de Vigo se refiere a la moción de censura que se discutirá en el Congreso el jueves y el viernes y sobre la que convendría ya cambiar la pregunta, porque lo sustancial no es quién la presenta, sino si este PP la merece, y en eso todos los demás partidos están, al parecer, de acuerdo. También estaría bien plantearse si los condenados de la calle Génova tienen que irse o se les tiene que echar, como escarmiento. Irse de rositas existe; echarte de rositas, no. Y aquí hablamos de políticos que han establecido un sistema que les permitiera financiarse de manera ilegal, algo que constituye una trampa a la democracia. Las instituciones no pueden estar en manos de los mismos que las saquean, las pervierten y las utilizan en su propio beneficio y para engañar y manipular a los ciudadanos. Ofrecerle a este PP encanallado una salida honrosa, como parece querer Ciudadanos, es una burla, y pretender que Mariano Rajoy dimita y convoque unas elecciones generales es una ingenuidad: nunca lo hará, porque eso equivaldría a reconocer todos los cargos que siempre ha negado y que, en resumen, lo señalaría como el elefante blanco de esta historia para no dormir. “Yo nunca he sido el jefe de mis subordinados”, viene a repetir, una y otra vez, pero es nada más que otra de sus perogrulladas, sostenidas, eso sí, a favor de corriente en un reino de Babia donde se sigue discutiendo si él será o no será ese “M. Rajoy” al que los apuntes de su antiguo tesorero y amigo, sé fuerte, Luis, atribuyen cobros ilegales en dinero negro. Una joya. Haberlo mantenido en su puesto en nombre de la gobernabilidad, se parece a cuando se nombraba comisario antiterrorista a un torturador de la dictadura, en nombre de la seguridad.
Que esta legislatura ha acabado ya tiene que aceptarlo hasta quien propició que se alargase en el tiempo de manera absurda, que no es otro que Albert Rivera, el hombre de las mil barajas. Ahora, le ha venido bien, aparentemente, el derrumbe de sus socios, porque las encuestas lo hacen otra vez ganador, aunque las dos anteriores se equivocaron de norte a sur. La discusión es acerca del momento en que habrá que poner las urnas. Cs quiere que sea de inmediato, porque entiende que se las va a llevar de calle. El PSOE prefiere llegar al poder y rearmarse desde La Moncloa. Y el tercero en discordia, el PNV, espera que los socialistas les aseguren que les darán lo mismo que le habían sacado a Rajoy –540 millones de euros en inversiones en el País Vasco y una subida de las pensiones que les viene bien para afrontar el alto número de jubilados de su región, donde afortunadamente se vive bien, los médicos y los hospitales son estupendos y, en consecuencia, la salud es buena– y saben que los naranjas no les darían, como acaba de confirmar en una entrevista su propio líder: “¿El cupo vasco? Habrá que recalcularlo”.
Su última ocurrencia ha sido la de proponer una “moción instrumental” que dé lugar a un Gobierno de circunstancias y en manos de “una personalidad independiente.” La cuestión, llegados a ese punto es: ¿de quién estamos hablando? ¿Existe eso en España? Y si existiera, ¿sería de fiar alguien así, neutral, sin ideología definida y equidistante de todo? ¿Dónde lo buscamos? ¿Quién lo elige? ¿Cuántos lo eligen? ¿Se trataría de alguien de consenso o de quien el aspirante y sus eventuales aliados decidan? Hablar es fácil. Convertir las palabras en hechos, no tanto. Sobre todo, para quien está acostumbrado a decir cada vez lo que le viene bien, y si es lo contrario de lo que dijo antes, pues aquí paz y después gloria, se tira de patriotismo, se pone el traje de estadista y santas pascuas. Es divertido verlos hablar del bien común mientras cada uno busca el suyo. No quieren cazar al ratón, sólo quieren llevarse el gato al agua.