martes, 30 de junio de 2020

Classical Guitar - Johann Pachelbel - Canon in D Major

Una medida imprescindible a la que se quiera o no habrá que recurrir si se pretende superar el desastre actual que promete alargarse en el tiempo y en la gravedad. Los ricos deberían ser más inteligentes que "listos" ,un mundo carcomido por la ambición no es habitable ni para quienes creen que pueden comprarlo todo. Antes o después, sufrirán el boomerang de sus desatinos, multiplicado por la intensidad de su ceguera tan egoista como zafia. Donde y cuando no quede títere con cabeza, poco podrá comprar el dinero...¿Cómo es posible tanta estupidez en plan autodestroyer?


Impuesto a los ricos ERC, Bildu y Más País mantienen vivo el impuesto a las grandes fortunas en la recta final de la comisión de reconstrucción

Entre las enmiendas de estos tres grupos a las conclusiones de la comisión de reconstrucción se incluyen tres propuestas para un impuesto a los ricos, un impuesto a la banca o la derogación de las reformas laborales, entre otras medidas. Todos los grupos deberán posicionarse sobre estas reformas para decidir si pasan a formar parte de las conclusiones del órgano.



La portavoz socialista, Adriana Lastra, conversa con el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, el diputado de Unidas Podemos Enrique Santiago y la diputada de Bildu Mertxe Aizpurua en la primera sesión de la Comisión del Congreso para la Reconstrucc
Los portavoces de Unidas Podemos, PSOE y Bildu en la comisión de reconstrucción. / EUROPA PRESS




El impuesto a las grandes fortunas estará presente en el proceso de elaboración de conclusiones de la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social. Tras quedar fuera del acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos, que servirá de marco para los pactos de la comisión, ERC, EH Bildu y Más País lo han incluido entre sus enmiendas al documento final del Grupo de Reactivación Económica, que debe aprobar sus conclusiones este miércoles.
Las tres formaciones habían llevado esta medida en sus borradores el jueves de la semana pasada, cuando el grupo de trabajo de la comisión encargado de elaborar las propuestas económicas y fiscales designó el acuerdo alcanzado entre los de Sánchez e Iglesias como el texto sobre el que trabajar sus conclusiones. Sin embargo, tras elegir el documento propuesto por las formaciones que sustentan al Gobierno de coalición, sus borradores, como los del resto de grupos, quedaron rechazados.
Desde ese jueves y hasta este lunes, los partidos han estado trabajando sus enmiendas al borrador, y los tres partidos han transformado las propuestas de su documento sobre el impuesto a las grandes fortunas en enmiendas. La tasa ya había sido puesta sobre la mesa por Unidas Podemos en las negociaciones que durante la pasada semana mantuvieron con los socialistas para elaborar un borrador acordado, pero finalmente la medida (que no era vista con buenos ojos por el área económica del Ejecutivo, los ministerios de Hacienda y Economía) se cayó del acuerdo.
Aunque el concepto es el mismo, los grupos proponentes difieren en el contenido, alcance y tipo impositivo de la tasa. ERC propone un impuesto a las grandes fortunas "de más de un millón de euros mediante un tipo impositivo del 3%". EH Bildu hace una propuesta más genérica para ser debatida posteriormente en comisión mediante un "impuesto a la riqueza y a las grandes fortunas que afecte al 1% más rico del Estado".
La enmienda de Más País es la más definida de las tres propuestas. Los de Íñigo Errejón plantean un "impuesto a los ultra ricos" mediante una reconversión del actual impuesto sobre el patrimonio con un tipo de entre el 1% y el 1,7% para patrimonios superiores a 1 millón de euros y del 2% para patrimonios superiores a 2 millones.
"La reconstrucción tras el covid-19 va a requerir de mucha inversión pública para volver a arrancar la economía mediante la transición ecológica sin dejar a nadie atrás. Todo esto se puede pagar vía un aumento de los ingresos públicos o mediante recortes que a la larga van a acabar pagando los más vulnerables. Para que la transición ecológica sea justa, no hay duda para Más País-EQUO de que necesitamos poner orden en el sistema fiscal", precisan desde la coalición en su exposición de motivos.
El miércoles los cuatro grupos de trabajo que componen la comisión de reconstrucción deben elaborar un documento de conclusiones en base al borrador aprobado el jueves de la semana pasada (el acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos) junto con las enmiendas presentadas por las diferentes formaciones.

Los grupos deberán posicionarse sobre el impuesto

Esto se traduce en que los miembros de cada grupo deberán votar a favor o en contra de introducir las enmiendas presentadas en el borrador marco escogido el jueves. Lo previsible, sin embargo, es que las propuestas de cara a un impuesto a las grandes fortunas decaigan también en el trámite de enmiendas, donde los grupos mayoritarios del Congreso (PSOE y PP) tratarán de lograr un gran acuerdo que podría dejar fuera muchas de las medidas planteadas.
Más allá del impuesto a los ricos, estas tres formaciones proponen otras iniciativas en materia de fiscalidad o empleo. Bildu pone sobre la mesa un impuesto a la banca "que haga retornar, como mínimo, los 60.000 millones de rescate bancario que los grandes bancos adeudan a las arcas públicas", así como una "tasa Covid".
Esta tasa funcionaría como un "recargo solidario", que suponga un incremento "temporal, parcial, pero significativo o importante de los tipos impositivos de las personas y empresas con mayor capacidad económica hasta que se recupere el PIB previo a la pandemia y con una duración máxima de tres años. Sería aplicable a "las personas y empresas que en el marco de la regulación fiscal actual se enfrentan a los tipos impositivos más altos, entendiendo que son estas precisamente las personas físicas y jurídicas con mayor capacidad adquisitiva y, por tanto, de necesaria aportación en una situación excepcional".
En materia laboral, ERC propone "la derogación inmediata y en su totalidad de las reformas laborales de PP y PSOE. "Resulta urgente recuperar el precio de las indemnizaciones por despido y extinción de contrato anteriores a las reformas, la prioridad aplicativa de los convenios de sector, la validez de los convenios en ultraactividad y los salarios de tramitación en los despidos improcedentes", defienden desde la formación republicana.
Los grupos también llevan medidas como la derogación de las reformas laborales de PP y PSOE, un impuesto a la banca para recuperar los fondos del rescate o la jornada laboral de 32 horas para facilitar la conciliación
Más País lleva a sus enmiendas al borrador de la comisión de reconstrucción la jornada laboral de 32 horas. "En la era de la robotización y de la economía digital, la calidad y sostenibilidad del trabajo depende cada vez menos de las horas y más de la formación y de una buena inversión. De esta pandemia no debemos salir trabajando más y peor, debemos salir trabajando menos y mejor. Una reducción de la jornada laboral justa y equitativa puede contribuir a mejorar la conciliación familiar, aumentar la salud física y mental y reducir el impacto ambiental de nuestras sociedades", argumentan desde el partido.
Después de que cada grupo de trabajo defina sus conclusiones este miércoles, los cuatro textos deberán fundirse en un único documento en el plenario de la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social, que se reunirá este viernes en el Congreso para finalizar sus trabajos. El texto deberá ser, por último, aprobado en el Pleno del Congreso.

PACO IBÁÑEZ: DON DINERO

SER_2020_06_30_LA VOZ DE IÑAKI - NEW DEAL, GREEN DEAL



No queda otra: o una buena combinación New Green Deal o matarilerilerón finiquito fashion, chim-pón, y además sin aplazamientos, en plan exprés,  sin postureos ni jueguecitos de toma y daca para sacar tajada y seguir igual pero con maquillaje verde de camuflaje. Cuando ellos mismos se ahoguen en sus consecuencias, que ya están empezando a despuntar, todo se les pondrá patas arriba -Boris Johnson ha estado a un tris de palmar a causa de lo que no  se había tomado en serio y Trump a este paso no va a conseguir votos de los mismos a los que engañó hace cuatro años y ahora la están palmando gracias a su pésima gestión de la calamidad más grande y mortífera que han sufrido USA, después de la guerra de secesión en los años 60 del siglo XIX. Es más, no hay mejor modo de abrir los ojos a los pobres que te votan, que poseyendo un rascacielos dorado en el centro de New York, mientras los que podrían votarte encadilados por el brillo del Sidol en los grifos, ni siquiera tienen seguridad social para poder morirse en un hospital atendidos humanamente, por lo menos y no agonizar en cuquier banco de Central Park, porque ni siquiera tienen casa: o no se la pueden pagar o el banco se ha embargado porque no pueden pagar la hipoteca. 
Es lo que tiene la idolatría: pies de barro inevitables. No se hace riqueza a lo bestia sin una buena base de fango. Y el fango tiene muy mala soldadura de por sí. 

Y lo que vale para Johnson y Trump, vale igual para el pp de las Esppañas, el leppenismo de las Francias, el salvinismo de las Italias o el neonazismo de las Germanias. Es la misma vida la que está dinamitando desde dentro el montaje del capitalismo feroz. El Planeta se equilibra como puede y si la plaga es la humanidad que lo está asfixiando entre los humos y vertidos de crudos y gases, los plásticos, la ganadería  especuladora, los monocultivos envenedadores y los incendios constantes de los bosques y selvas, que se están llevando por delante el oxígeno de la clorofila imprescindible para respirar, tendrá que acabar con la plaga antes de que la plaga acabe con él, como seguramente ya hizo con Marte en sus tiempos. Está clara la jugada: más salir a gastar para llenar bolsillos, más contagios. Más turismo terminator de economías precarias, más repunte vírico en expansión. Más aviones contaminando a lo bestia, más enfermedad, más sacrificios de animales en mataderos o en matamariscos, nueva oleada de contaminados, enfermos y muertos...Quien siembra mierda recoge enfermedades.

Así que no nos hagamos ilusiones, ellos no han cambiado y probablemente no cambien nunca, si no sucede un verdadero milagro, que paradójicamente, solo puede depender de su cambio unido al cambio de todos,  o sea, un callejón sin más salida que la posibilidad de lo imposible, pero más allá de sus discapacidades la vida les está obligando a hacer lo contrario de lo que han estado haciendo desde que nacieron hasta ahora. Lo peliagudo va a ser cómo y con qué herramientas harán la transmutación económica imprescindible. Son un peligro público, incapaces de imaginarse en los mismos entuertos que sufren los pobres, o sea, sus víctimas.
Ellos no saben qué hacer si todo lo que les enriquece les va liquidar sus negocios más punteros y contaminantes. Salieron a la calle hechos unos basiliscos abanderados, pidiendo libertad de paseos, baretos, compras, restaurantes, hoteles, discotecas, playas, iglesias, borracheras, espectáculos, y sus buenos colocones de anhídrido carbónico y dióxido de carbono, carbonilla, cenizas, barbacoas, chuletadas (con todos los matices semánticos del término) y residuos tóxicos de todos los colores, que animan tantísimo las calles, plazas y parques. Ya lo han conseguido. Las normas de protección se aflojaron, la manada salió en estampida del cortijo estatal. ¡Qué éxito, qué momentazo! A continuación y ya puestos, llegaron a la UE convencidos de ganar por goleada, pero allí se han encontrado la cruda y dura realidad: la pandemia y el estado de alarma no se los habían inventado Sánchez e Iglesias mano a mano para dar un golpe de estado a la venezolana-iraní, con ERC, Bildu y PNV, el muy traidor.
Y ahora van, y en Europa hasta la derecha les da la razón a los agentes del mal rojo, comunista y terrorista. Y hasta lo más económicamente facha y fervoroso, se ha puesto a predicar un new deal new green, en plan Greta Thumberg, ni más ni menos. O sea, que Trump se va a tragar a la fuerza y como una realidad sin remedio la ridiculez de la niñata que al lado de lo suyo va a resultar una premio Nobel de la Conciencia Ecológica y mucho más sensata que cualquiera de los ppredicadores de la deuda eterna como renta asegurada y vitalicia para inversores de alto copete paraísofiscalizado.
El estacazo ha sido de tal calibre, que Casado y sus huestes aznarianas/Ibex ha entrado repentinamente en un estado de schok pre-milagroso, y para no seguir haciendo el ridículo a nivel europeo, se han amansado de golpe, sin más. Porque lo de Sánchez e Iglesias resulta que es lo mismo que dice Europa, que Suecia la negacionista está por los suelos; buscando la normalización y domesticación del virus se está quedando en cuadro como población, y cualquier día el recuento será de más muertos que vivos. Y tampoco es eso, que luego no hay votos en las urnas para las mayorías absolutas (¡¡de las que dios nos libre!!) y se pierde caché por irresponsables y bocazas como Ayuso, por ejemplo, que cada vez que abre la boca pierde un escaño como mínimo.

Con este panorama lo más sensato es tomar medidas para solucionar lo que vaya sucediendo, con prudencia y un ojo previsor sin estrecheces visuales ni absolutos, que no impida cambiar lo necesario y lo justo en el último minuto de cada reto, si es lo mejor que se puede hacer, para sostener el bien común por encima de cualquier interés particular o de ppartido. Tengamos la seguridad de que para eso la derecha es de por sí un auténtico cero a la izquierda, en el medio, arriba como abajo, delante y detrás. Llega hasta donde llega. Solo a un nivelazo así: "¿de cuánto estamos hablando?" y  "¿cuánto me pagas o qué cargo me propones, si te facilito el tema, puede ser el master del chiquillo en Havardvaca, las vacaciones en turné planetaria en plan circumdidiste me, o el video de la cleptómana, el episodio de Thelma y Louise en la Gran Vía o el Jaguar de repuesto, el ático de González o los millones en lo alto del armario al mejor estilo Lezo, la Sicav del nene a coasta de las casas de alquiler social, o "mil, dosmil, tresmil y así hasta docemil, modo Rus?" Con ese curiculum tan apremiante, es que no hay tiempo para más,  qué estrés, xd! Como para pararse a reflexionar sobre cualquier cosa tan insignificante como una simple pandemia para pobres y eso.
Pero, claro, cuando los ricos también ppeligran, la cosa cambia. Y si don dinero imppone las reglas, eso ni se discute, si hay que pponerse de acuerdo con unos rojos terroristas con coleta, sea! Si hay que tragarse como miserable farol de hoy lo que ayer era la única y sacrosanta verdad, sea! Igual que primero consideras la homosexualidad un pecado mortal y mañana, querido diputado, vas y te casas con tu secretario y lo celebras con la misma libertad pero sin trabas, con que los "enemigos" de la moral católica defendieron esa ley que hoy te beneficia . Pero eso no implica que te plantees más aspectos imprescindibles de la libertad, también válidos para quienes piensan distinto a lo tuyo. Eso es irrenunciable, a ver cómo se puede ganar nada y arruinar a los mindundis, si no hay enemigos a los que llevar la contraria.
Creo que fue Rajoy quien ppoppularizó el término aprovechategui. Hay que ver qué manejo del lenguaje tan bien auto-ajustado, el de ese Mariano. 

Sí, claro que sí, los cappitostes hisppánicos siemppre harán lo que diga la jefatura global del ppastón universal. Es más, si ese ppastón pidiese la investigación del d-emérito zarzuelero, seguro que no pondrían el menor reparo. Si ellos lo dicen, será lo que interesa hacer. Que sea justo o no, limpio o sucio, bueno o malo, da igual. Lo importante es rascar y rascar con cualquier herramienta o jerigonza disponible.
Son las cosas del ppoder y del ppudrir. Impprescindibles en cualquier carrera comodioshmanda. ¿Qué ahora toca el carnaval new & green deal?, pues, venga, a por ellos oé! Ppor nosotros y nuestro ppatriotismo no será. Menudos somos...

EDÉN "De principio a fin" (canción extraída del disco "3399 Latidos")

Desde Nueva Tribuna llega este alegato a favor de la inteligencia y la cordura. Intellego, ergo sum. Se puede existir sin comprender, como los objetos, sed essere sine intellegere, impossibilis est. También es preciso comprender que iglesias, religiones, sectas y dogmatismos ya son parte del pasado, un equipaje demasiado voluminoso e inútil para este presente endeble y frágil, como rtodo recién nacido, cuyo futuro depende de la conciencia humana y no de sudedáneos ansiolíticos paliativos. El espíritu no es manipulable por nadie ni "la espiritualidad" es una pose ni una reclutadora de adeptos y fans. Es un estado original, dentrro de cada ser humano y a la vez universal que se manifiesta en el bien común que a nadie discrimina y a nadie juzga, castiga ni excluye por ser distinto. El espíritu es tan clarividente y fraternamente universal como humilde, empático y creativo. Todos y todas somos espíritu materializado y de nuestra gestión depende lo que somos. Da igual si hay creencias o no. Lo importante es cultivar la tierra y cuidar la vida con amor inteligente, en el tiempo y espacio disponibles. Y el futuro depende de ese trabajo presente. Si creer en algo ayuda a pocos o a muchos a caminar sin tropezones ni daños colaterales, genial. Pero si creer en algo divide, impone, asusta, controla, enfrenta, manipula, miente, agrede, corrompe, mata la vida y destroza la tierra, está claro que esa "espiritualidad" o ideologismo, es un fraude y una hecatombe antropológica que solo puede ser erradicada con el cambio de conciencia y paradigmas sociales en paralelo. La conciencia es la hija del alma y del espíritu. Un matrimonio imprescindible para generar una vida adecuada a tiempos imposibles en el plan que hay ahora mismo en este Planeta. Esta vez la solución del fuera sólo se encuentra dentro. No del ego, sino del Nosotros. Y es la consciencia la que distingue unas consecuencias de las otras. Un dato importante es que la iglesia católica está en caida libre y exponencial. Eso significa que hay una escalada de conciencia en el ser humano y un declive natural y necesario de dogmas impuestos y sambenitos hereditarios. Y es seguro que si ahora estuviese por aquí Jesús de Nazaret, no sería ni católico ni cristiano, estaría hrrorizado de la manipulación impresentable de su experiencia que dejó como "buena noticia" y ha terminado en un patético mecadillo 'oficial' en el templo del disparate. Si el espiritu, 'que sopla donde quiere y cuando quiere' no juzga ni condena, ni mangonea ni engaña, ¿qué pintan las iglesias que se creen sus "administradoras eternas" peleándose por pillar poder político y social en nombre de un dios que nada tiene que ver con el espíritu, incapaces de descubrir a ese dios en sus hermanos si no están bautizados ni son creyentes? Si de verdad existe, el verdadero dios es ateo porque es amor y no un poder supremo y dictatorial, capaz de aberraciones como condenar al fuego eterno a pobres ignorantes espaciotemporales, que duran menos que una piruleta en un parque infantil. Si hay dios capaz de crear universos y tantos planos de vida, está a años luz de semejante esperpento dogmático. Si hay un dios, está en todos nosotros repartido como el oxígeno qu ehace posible la vida material e inteligente, desde el átomo a las galaxias, desde el neutrino, al pensamiento, a la idea, a la luz del sentimiento fraterno tan universal como profundo e individual, que se revela por sí misma cuando se abren las persianas del miedo y las puertas cerradas por el egocentrismo, y donde no hay lugar para ningún demonio tan terminator como ignorante y patético

El Cardenal y sus “demonios"


El cardenal Antonio Cañizares.(imagen de archivo)
El cardenal Antonio Cañizares.(imagen de archivo)
“Los que luchan contra monstruos deben
cuidarse de no acabar convertidos en uno de ellos”.
Friedrich Nietzsche

El objetivo de este artículo es contribuir a cerrar la puerta a cierta clase de irracionalidad y fanatismo. No resulta ni justo ni inteligente criticar las creencias religiosas por no compartirlas, pero tampoco dar por convalidadas aquellas creencias que los tiempos, la inteligencia y la razón consideran superadas e inaceptables. La tolerancia es uno de los valores más apreciados en la historia de las sólidas democracias, pero muchos ciudadanos empiezan a estar cansados del puritanismo religioso de algunos movimientos, de algunos creyentes y de algunos partidos políticos que predican religión y son los primeros que la incumplen. Son cada vez más los ciudadanos que están molestos, incluso escandalizados, por las “iniciativas fanáticas de las diferentes religiones” y financiadas con dinero del contribuyente. Así como deberían financiarse los partidos políticos con las ayudas de sus militantes y simpatizantes sin ayuda económica del erario público, con excepción tal vez, en momentos exclusivamente electorales, así debería ser con las confesiones y movimientos religiosos. No es esta la única razón, pero sí una de ellas, por las que cada día son más numerosos los agnósticos y ateos, teniendo en cuenta que el ateísmo no es una filosofía ni una visión del mundo sino simplemente no creer algo o en “alguien” sin pruebas convincentes. No son pocos los estudios que indican que la proporción de españoles que no creen en ninguna religión se ha duplicado o más desde la muerte del dictador, promotor interesado en apoyar, no los principios de un evangelio que jamás practicó, sino a aquella jerarquía católica sumisa que le apoyó y mantuvo bajo palio, hasta nuestros días.
Existe una creciente reacción contra el papel de las religiones, pero aumenta lo que actualmente se denominan “nuevas espiritualidades”, denominación, como explica Francisco Díez de Velasco en su trabajo “Nuevas espiritualidades y nuevas religiones”, que intentan agrupar a seguidores de modelos de creencias que no se encuentran satisfechos bajo la denominación de “religión” y optan por sustituirla por el término “espiritualidad”. Uno de estos movimientos es el movimiento “Bright”, movimiento social que tiene como objetivo promover la comprensión pública y el reconocimiento de la visión naturalista del mundo, incluyendo la igualdad de derechos civiles y aceptación de las personas que comparten dicha visión. Ser “bright” no implica la pertenencia a ninguna ideología en particular; significa simplemente defender un mundo libre de elementos sobrenaturales o místicos y postular una filosofía naturalista que rechaza los estereotipos sociales o serie de creencias generales al considerar que la persona que los posee piensa que todos los pertenecientes a esa categoría tienen un rasgo concreto común; tienden a clasificar al resto de personas en grupos sociales determinados, tratándoles más como un miembro del grupo que como individuos particulares e independientes, al asumir que tan solo por pertenecer al grupo tendrán los mismos rasgos que el resto de los miembros. Haciendo referencia a ese dicho, como una maldición inevitable, de que los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla, en su libro “El Imperio Romano”, decía Isaac Asimov, refiriéndose a los años de lenta agonía del imperio romano: “Parece ser una regla invariable que, a medida que el poder real decae, en compensación, los símbolos y los fanáticos del poder se multiplican e intensifican”.
Con lo que cuesta apartar a los drogadictos de la droga, con el poder alucinógeno que, como las drogas, tiene el fanatismo, el cardenal Cañizares y sus comparsas, el ex ministro católico y numerario del Opus, Jorge Fernández Díaz y José Luis Mendoza, presidente de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, miembro de la secta católica de los “kikos”, han vuelto a poner de moda - entre otros- en la complicada e incierta realidad actual “al demonio, al diablo, a satanás”; después de un tiempo tranquilo y razonable de secularización, en el que la existencia de todo ser trascendente se había difuminado, con estos ultracatólicos renace su influjo y su influencia. Con el renacer de lo religioso, dando al traste con la teoría de la secularización, aparece de nuevo el diablo con más presencia que en épocas anteriores.
Estos “prebostes”, situados en el pedestal de su pretendida autoridad moral, intelectual o religiosa, que hablan de todo y sobre todo, ignoran que los debates hay que abordarlos con rigor y pruebas y ponerlos ante el espejo de sus ignorancias para no generar ficciones con sus hueros y huecos sermones ni caer en lugares comunes ya superados por la ciencia y evitar la tentación de ser más “papistas” que el Papa. Mientras la secularización de la sociedad científica sigue avanzando, al mismo tiempo, con declaraciones como las que expongo a continuación, aumenta el desprestigio de la Iglesia: la homilía del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares de que “el demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas contra el COVIDS-19 a base de células de fetos abortados”; la intervención del presidente de la Universidad Católica de Murcia José Luis Mendoza insinuando una conspiración entre Bill Gates y George Soros para implantar chips en las vacunas contra el coronavirus, acusándolos de “esclavos y servidores de satanás”; o la declaración de quien fuera ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, miembro supernumerario del Opus Dei, asegurando que, cuando era ministro, el Papa Benedicto XVI le dijo ni más ni menos que: “El diablo quiere destruir España porque el diablo sabe los servicios prestados por España a la Iglesia de Cristo”.
Estas mentes superiores, aupadas en su ignorante pedestal, están escenificando un grave error: el error dogmático de superstición al mostrar ignorancias teológicas, filosóficas, científicas, antropológicas y sociales y dando realidad y poder a un ser inexistente; desconocen la ambigua realidad que la propia Iglesia ha tenido y tiene acerca de la existencia del “demonio”. Su figura ha poblado el desquiciado imaginario colectivo cristiano, hasta representarle con cuernos, rabo, azufre, tenedor y el fuego del infierno. ¡Qué estupidez, qué error y qué horror! La doctrina sobre el demonio ha ido evolucionando y adaptándose a los tiempos, por necesidad de la verdad y porque la inteligencia y la ciencia tienen que ir destruyendo esos mitos. ¿Quién es hoy el diablo para los teólogos y para la doctrina católica? ¿Es una persona o un mero símbolo del mal? Si no existen pruebas irrefutables que justifiquen la creencia indubitable de la existencia de un Dios, ¿cómo van a existir pruebas que justifiquen la existencia del “demonio”? Lo resume excelentemente el escritor y periodista Christopher Hitchens en una sola frase: “Lo que puede ser afirmado sin pruebas, también sin pruebas puede ser descartado”. Estos fanáticos ultraconservadores religiosos siguen empleando la palabra “Dios”, “paraíso”, “demonio” “infierno”, como si supieran realmente de lo que están hablando, como si tuvieran la experiencia científica de un conocimiento probado; por suerte, sólo pueden afirmarlo desde el “apriorismo” indemostrable de su fe. De esa fe que recitábamos de pequeños en el adoctrinamiento nacionalcatólico en palabras de los catecismos de Ripalda o Astete: ¿Qué es la fe? Y respondíamos recitando “de memorieta”: “Fe es creer lo que no vimos porque Dios lo ha revelado”. Y con este bagaje intelectual religioso ha crecido gran parte de la ciudadanía practicante.
Si los seres humanos deseamos llegar a un conocimiento real del mundo con pruebas, como individuos y como sociedad científica para entender las fuerzas de la naturaleza y del universo a los que nos enfrentábamos, para las religiones esto siempre ha representado y representará un problema sin solución porque predican la aceptación de propuestas que carecen de pruebas. De hecho, todas las religiones predican su verdad contenida en propuestas para las que no es concebible ni presentan prueba alguna: “la aceptan sobre la base de la fe, en textos escritos hace miles de años e interpretados y proclamados por seres humanos que se adjudican la verdad infalible”. Al menos, desde la seguridad que da al conocimiento la investigación con inteligencia y el paso de los tiempos, “estos Cañizares” tendrían que tener en cuenta la sensata máxima que simplifica el método teológico que encierra la frase de san Anselmo de Canterbury, anticipada ya por san Agustín de Hipona: “Fides quaerens intellectum et intellectus quaerens fidem” (“la fe necesita la razón y la razón busca la fe”). Es decir, debe existir una estrecha relación entre la fe y la razón humana; ambas se necesitan, pero sin “chirriar, sin tragaderas; esta es la clave del pensamiento teológico, filosófico y científico actual.
“Estos Cañizares” tendrían que recordar que ya desde 1975 la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, ante las fundadas dudas de su existencia, encargó a un grupo de expertos la preparación de un estudio acerca de la doctrina del Magisterio sobre el tema “Fe cristiana y demonología”. El texto se inicia así: “A lo largo de los siglos la Iglesia ha reprobado las diversas formas de superstición, la preocupación excesiva acerca de Satanás y de los demonios, los diferentes tipos de culto y de apego morboso a estos espíritus; sería por esto injusto afirmar que el cristianismo ha hecho de Satanás el argumento preferido de su predicación, olvidándose del señorío universal de Cristo y transformando la Buena Nueva del Señor resucitado en un mensaje de terror”.
Es insultante y ofensivo para una gran parte de la ciudadanía, incluso creyente, que estos jerarcas abunden en una realidad demoníaca personificada y que hoy se limita simple y llanamente a reconocer lo que se llama el problema de la maldad y del mal en el mundo. Incluso desde el propio mensaje de amor del evangelio que la Iglesia predica, resulta despreciable que haya personas que se aprovechan de la imagen negativa del mal que existe y que se trasmite en la sociedad, y utilicen “los demonios” como herramienta para engañar, asustar e intimidar a personas que normalmente se encuentran en situaciones vulnerables por ignorancia y desconocimiento, a través de la cual consiguen sus fines. Así lo expresaba el jesuita y magnifico teólogo español José María Castillo, relegado y apartado, como el Padre Llanos durante el franquismo, en el Pozo del Tío Raymundo, en su obra “Teología popular”: “los únicos demonios que andan sueltos son, entre otros, los hombres que causan violencia, divisiones y muerte; los gobernantes que gestionan la economía de forma que los ricos se hacen más ricos, mientras los pobres se quedan sin trabajo, sin casa y sin derechos; o los que, ante estas barbaridades satánicas, se callan, se cruzan de brazos y no dicen nada para no complicarse la vida”.
Recordar el pasado no significa tener que volver a repetirlo. Al igual que en nuestra realidad política actual todavía no hemos sido capaces de superar las dos Españas de las que tanto escribieron Ortega, Unamuno o Machado, removiendo a veces ascuas de rencor y odio, la Iglesia Católica, en particular su jerarquía, no ha superado esa dualidad teológica que la arrinconó y desprestigio por su apoyo a Franco, dando la sensación de que actuaba a favor del dictador y en contra de los principios cristianos del evangelio que predicaba; basta recordar los encendidos elogios que en vida y en su muerte muchos obispos le dedicaron, ensalzando sus virtudes personales y públicas: Plá y Deniel, Morcillo, Guerra Campos, Franco Cascón, González Martín, Cantero Cuadrado, Arriba y Castro… Frente a esa jerarquía franquista, para quienes la cruenta guerra civil fue una “cruzada”, aparecieron sectores católicos que se oponían al franquismo; aquellos curas obreros, socialmente comprometidos, que sufrieron la cárcel concordataria de Zamora y muchos cristianos de comunidades de base; un fenómeno que se debió al cambio generacional habido en el clero y en los fieles españoles, apoyados por algunos obispos (Tarancón, Palenzuela, Añoveros, Iniesta…), pero, sobre todo, al nuevo rumbo pastoral y democratizador del Concilio Vaticano II, convocado en enero de 1959 por Juan XXIII y concluido por Pablo VI el 8 de diciembre de 1965. Fue un acontecimiento eclesial revolucionario que tuvo en España especial relevancia, exhortando a una parte de obispos a alejarse de su cercanía con la dictadura, en la que algunos ocuparon cargos importantes de representación, incluso como diputados en el Congreso, con el privilegio del dictador de nombrar y vetar obispos; privilegio que, entre gestos de hostilidad y resistencia postconciliares contra el Papa Pablo VI, Franco se negó a renunciar, pese a las requisitorias del papa Montini, a quien los diarios Pueblo, del sindicato vertical  y Arriba, órgano del Movimiento, le llamaban con cínica irreverencia papa “Tontini”.
Como dice el periodista Juan G. Bedoya, se ha escrito mucho sobre la actitud de los obispos españoles en el Vaticano II, encabezados por el primado de Toledo, el filofranquista Pla y Deniel. La mayoría de obispos españoles, cobijados en el nacionalcatolicismo, execró de los cambios que pretendía el Concilio, especialmente contra el documento sobre la libertad religiosa y de conciencia, reprimidas ambas con saña en España bajo el dictador; al punto de que el entonces obispo de Canarias, Antonio Pildain confesó que estaba rezando para que se hundiera el techo de la basílica vaticana sobre el aula conciliar y acabara con los obispos antes de aprobar semejante cambio. Mucho tuvo que ver Franco con aquella actitud. Son celebres las palabras que entonces le dijo Pablo VI al cardenal Quiroga Palacios, primer presidente de la Conferencia Episcopal española: “No tengan miedo a la libertad religiosa. Sé muy bien que las circunstancias de España son muy especiales. Estaré siempre con España; pero que los españoles estén también con el Papa”. El Concilio contribuyó al finalizar con el nacionalcatolicismo, es decir, a considerar a la Iglesia española por aquel régimen como “sociedad perfecta y única religión del Estado” que tan bien le vino a la dictadura para adoctrinar al pueblo y muy bien también a aquella ultraconservadora jerarquía franquista.
Conocí y coincidí con Antonio Cañizares como estudiantes ambos de teología en la Universidad Pontifica de Salamanca en los cursos finales de los años 60 en los momentos finales del Concilio Vaticano II. Fueron profesores nuestros, entre otros, Fernando Sebastián, José María Setién, Maximiliano García Cordero, Olegario González de Cardedal, José Ignacio Tellechea, incluso, Antonio María Rouco Varela, del que algunos alumnos no tuvimos ni guardamos buena impresión. Fueron cursos complicados los de aquellos tiempos en la Pontificia de Salamanca; hasta los estudiantes de teología llegamos a hacer alguna huelga contra el régimen. En la mañana del 11 de octubre de 1962, el papa Juan XXIII inauguraba en la basílica de San Pedro el Concilio Vaticano II, que en ese momento histórico, social y político iba a ser recibido de forma muy diversa en España, posibilitando a la Iglesia asumir una nueva comprensión de sí misma y del mundo, atenta a las realidades temporales en las que se desenvuelven las personas y la posibilidad de evolucionar y apostar por un régimen democrático y por tanto contribuir al camino de la democracia. No fue un Concilio dogmático y condenatorio de errores, sino pastoral e impulsor de un cambio de actitud. Un concilio que proclamó abiertamente en su Constitución pastoral, tal vez la más importante, la Gaudium et Spes, el crecimiento y desarrollo de la condignidad del propio ser humano.
Se hizo célebre el término “aggiornamento”, cuyo mejor significado era un inmenso viraje para remodelar la Iglesia, su puesta al día de los tiempos, su manera de hablar y explicar el mensaje del evangelio de cercanía y amor y no de condenación y temor a fuerzas demoníacas, su estructura pastoral e inclusiva, convirtiéndola en una Iglesia dialogante y ecuménica. Fue un concilio pastoral que reconocía las esperanzas y los valores de la historia y de los hombres. Pablo VI clausuró el concilio con una potente máxima: “Para la Iglesia ninguno es extraño, ninguno excluido y ninguno lejano”. Sin embargo, durante el Concilio se puso en evidencia la estrecha relación de algunos prelados españoles con la dictadura, con gran desprestigio para sus protagonistas. Llama la atención que, quienes años más tarde tuvieron un papel importante en la transición española, permanecieron pasivos y callados a lo largo del Concilio. No fueron pocos los memoriales y las cartas de sacerdotes y laicos enviadas al Concilio documentando el carácter agresivo del régimen franquista y las graves consecuencias pastorales derivadas de las estrechas relaciones de la jerarquía eclesiástica con el régimen, como escribió el periodista y sacerdote Jesús Iribarren en “Papeles y Memorias”.
Pasados unos años, muerto Pablo VI, y muerto en extrañas y no explicadas circunstancia Juan Pablo I, el Papa Luciani, aquel “aggiornamento” ilusionado que significó el Concilio, declinó con la llegada de Juan Pablo II y Benedicto XVI, papas conservadores, que retornaron a la Iglesia a épocas pasadas. Este retorno lo sufrió España también con la llegada de los cardenales Ángel Suquía y, posteriormente, Rouco Varela, a la presidencia de la Conferencia episcopal, a los que, Antonio Cañizares, siguiendo el modelo que utilizó con el profesorado en la Universidad Pontifica de Salamanca supo arrimarse bien y ascender mejor. Los que compartimos estudios con él en aquellos tiempos, no compartimos esos elogios de persona de gran inteligencia que ciertos cortesanos le dedican como cardenal, Conservador, sí, tanto ahora como entonces. Se ve que el “capelo cardenalicio y la capa púrpura de nueve metros con la que se adorna”, hace milagros en la inteligencia.
Cuando uno se atreve a consultar las casi 900 páginas del Catecismo de la Iglesia Católica promulgado en octubre de 1992 por Juan Pablo II o se atreve a abrir el “Enchiridion Symbolorum” (Manual de los símbolos, definiciones y declaraciones de la Iglesia en materia de fe y costumbres), llamado también “Denzinger”, por su autor, Joseph Dominicus Denzinger, que reunió todos los textos doctrinales originales de los Papas, de los Concilios y de otras fuentes autorizadas del Magisterio Eclesiástico, uno se queda perplejo al intentar entender, en todo ese entramado de citas, declaraciones, definiciones y dogmas que, como “oxímoron” y en el marco de la fe, uno no sabe si cree una cosa o su contraria. Bien lo dice el artículo 395 de citado Catecismo: “El que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio”. Es decir, se impone el silencio, no hay discusión porque es “un misterio”. Puestos a hablar con claridad y sinceridad no podemos permitirnos el lujo de seguir con semejante corrección política, acudiendo siempre al misterio como respuesta a lo incomprensible. Debemos reconocer de una vez por todas cuál es el precio que estamos pagando por mantener la iconografía de nuestra ignorancia.
En esta sociedad secularizada, la hipótesis de Dios como explicación de los fenómenos intramundanos va pareciendo, cada vez más, como algo superfluo e irreal. Dios queda sin función en el mundo; para muchos ya no es una solución, sino un problema. Sin “dioses”, el mundo y todo lo que en él acontece encuentra explicación, con ellos, todo es misterio. Esa acción divina y misteriosa de la que habla la Iglesia, es, en demasiadas ocasiones ininteligible. Resulta demasiado arcana esa analogía de un Dios que se esconde, que calla y que, conociendo, con su omnisciencia como le atribuye la teología, las necesidades de los más vulnerables de los humanos, permanece en silencio. El silencio de Dios se ha convertido en una experiencia embarazosa para la mayoría de creyentes. ¿Culparíamos al alumno que no sabe dar razón de algo que necesita porque su profesor no ha querido explicárselo, recurriendo al silencio del misterio? En cambio, otros, los “cañizares”, hablan de Dios como si lo tuvieran en todo momento a su disposición y se hubieran sentado en su consejo. ¡Qué incomprensible es ese Dios que se oculta!; mientras, como predican los “cañizares”, el único que actúa a sus anchas es el demonio. ¡Ay que fastidiarse! Como dijo Dietrich Bonhoeffer, pastor protestante, teólogo luterano y líder religioso alemán que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo por lo que fue arrestado, encarcelado y finalmente ahorcado, (otros atribuyen la frase a Hugo Grocio) es preciso vivir en un mundo mayor de edad “etsi Deus non daretur” (como si dios no existiera), en referencia a una teología secular, a un “cristianismo sin religión”, pues, como sostenía Bonhoeffer, “Jesús nos llamó, no a una nueva religión, sino a una nueva vida”, y si es posible, sin demonios.
Uno de los más célebres libros de Richard Dawkins, el divulgador científico británico en la Universidad de Oxford es El espejismo de Dios. Aunque su lectura sea dura para los creyentes, merece la pena intentarlo. Según él, las religiones son una de las causas que están fragmentando las sociedades. Categorizando y simplificando, su argumentación se puede resumir en dos grandes bloques; en el primero da cuenta de su propio título: considera casi seguro que Dios es un espejismo y éste es precisamente el eje fundamental y teológico de las religiones; el segundo lo constituyen los aspectos antropológico, moral, sociopolítico y psicológico de las religiones. En el primer bloque desarrolla dos ideas: la primera: el merecido respeto que debemos a lo religioso surge de la confrontación con un universo portentoso y misterioso en todas sus formas, pero que, llamar Dios o declarar divino al cosmos por su carácter magnífico y misterioso constituye un modo inadecuado de hablar y un principio de traición intelectual. La segunda: el respeto inmerecido de que goza la religión es un prejuicio extendido, un tácito convenio, siempre arbitrario y muchas veces absurdo, por el cual nos concedemos el derecho de cultivar creencias fantásticas que acorazamos y hacemos inmunes a los argumentos y que se asumen por fe. Simplificando enormemente las tesis de su libro, según Dawkins, no hay que usar a Dios como explicación del origen de nada, porque él es más difícil de explicar aún. Son hipótesis fantásticas y autoinmunes que no explican nada. En todo caso, tanto el origen de la vida como el del propio universo constituyen vacíos más portentosos que cualquier otro, y ni siquiera en estos casos la hipótesis del “diseñador inteligente” se sostiene, aunque no faltan los que dicen que no admitir un creador es contravenir la ley lógica del principio atribuido a Parménides “ex nihilo, nihil fit” (de la nada, nada sale). Pero es manifiesto que, si nos aplicamos la pregunta en términos del origen causal, ni “Dios” mismo quedaría exento. Y concluye: si tenemos un vacío que para muchos Dios llena, eso no aumentaría un ápice la posibilidad de su existencia. La regla de que “afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias” sigue siendo una guía razonable. Es muy importante darse cuenta de que un sano escepticismo científico siempre es compatible con una mente fundamentalmente abierta.
El que se hable de algo o de alguien si no hay pruebas científicas de su existencia no avalan ni indican que existan; pero sí pueden existir bulos y mentiras como construcciones sociales de desviaciones imaginarias. Desde una sana teología no se puede hacer de la religión una psiquiatría para incultos ciudadanos; hay que educarles desde la razón para no dejarles en la ignorancia religiosa. Bien sabemos que no hay una definición esencialista del diablo que nos remita a una realidad objetiva. Los conceptos sobre el diablo son simplemente conceptos simbólicos históricos que responden a una época y a los problemas existenciales de la misma en un contexto histórico concreto y precario. Sí existe en cambio un problema grave para la reflexión humana y es el problema del mal, porque el mal sí existe. Pero cada cultura construye su lenguaje simbólico para tratar de aprehender y explicar y dominar ese problema, y hoy, el causante del problema del mal no es “el demonio”, sino el propio hombre.
En El fin de la fe, libro con cuyo contenido muchos lectores poco o nada compartirán, su autor, Sam Harris, filósofo, neurocientífico, cofundador y director del Proyecto Razón, presenta un sorprendente análisis del enfrentamiento entre razón y religión en el mundo moderno. Harris no se contenta con tener razón. Quiere explicar detalladamente por qué la tiene. Realiza un lúcido recorrido histórico por nuestra voluntad de abandonar la razón en favor de las creencias religiosas, aunque dichas creencias acaben por inspirar las peores atrocidades que ha cometido la humanidad. El párrafo final del libro dice así: “No es necesario un esquema de recompensas y castigos que trascienden esta vida para justificar nuestras intuiciones morales o hacerlas efectivas para que guíen nuestra conducta en el mundo. Los únicos ángeles a los que necesitamos invocar son los de nuestra mejor naturaleza: razón, honestidad y amor. Los únicos demonios a los que debemos temer son los que se esconden en todas las mentes humanas: ignorancia, odio, avaricia y fe, la cual seguramente es la obra maestra del diablo”.
Acabo como inicié estas reflexiones: no resulta ni justo ni inteligente criticar las creencias religiosas por no compartirlas, pero tampoco dar por convalidadas aquellas creencias que los tiempos, la inteligencia y la razón consideran superadas e inaceptables. Ser creyente o militar en cualquier religión es una opción digna y respetable; no lo es en cambio, otorgar especiales poderes a ciertos líderes para opinar sobre temas de interés público para los cuales se precisa un juicio experto, siendo dudoso que la fe o la formación teológica alcancen a conferir dicha experiencia. Los “cañizares” pueden ser algunos de ellos. De lo que sí me atrevo a aventurar es de que, si viviera hoy Jesucristo, no entraría en la Iglesia que “los cañizares” predican.







lunes, 29 de junio de 2020

¿Que si nos suena? Es un eco constante del mismo soniquete...Ainssss! A veces parece que nuestra especie solo sea experta en repetir curso, año tras año, siglo tras siglo, día tras día. ¿Qué nos pasa, xd? ¿Acaso no hemos tenido bastante? ¿Será que el instinto sadomaso lleva la batuta de esta orquesta desportillada? Menudo des-concierto de mamelucos borderlines....Uffff...

LECCIÓN DE HISTORIA


Carles Francino

El Periódico de Catalunya
29/6/2020

Hace años que desconfío de los campeones de la certeza. Una es cosa es tener principios, y defenderlos, pero otra muy distinta es rodearlos de un foso con agua y cocodrilos. Sé que esa estrategia del encastillamiento gana por goleada, y por eso celebro cualquier señal de resistencia.

Lorenzo Silva ha publicado la enésima aventura de su pareja de guardias civiles, Bevilacqua y Chamorro, y le ha otorgado al primero un aire crepuscular que, además de evocarnos el universo de John Ford, nos confronta a varios de nuestros demonios contemporáneos: ETA, la corrupción, el 'procés'… Y en todos, al veterano Vila le aparecen las dudas. No sobre si es lícito matar por una idea, robar dinero de todos o saltarse la ley, sino sobre si hicimos lo suficiente para evitarlo; y si la represión, por sí sola, basta para resolver problemas complejos. Pero es que además hay otros protagonistas: los que no pegaron tiros, no metieron la mano en la caja y no ignoraron la ley, pero que con su silencio -o complicidad- agravaron el problema. 

El título de la novela, 'El mal de Corcira', se inspira en la isla -actualmente llamada Corfú- donde tuvo lugar la primera guerra civil: partidarios de Atenas contra partidarios de Esparta. Y la crónica de esa guerra –"la muerte se presentó en todas sus formas, y no hubo exceso que no se cometiera"- es del historiador griego Tucídides. Pero tal vez lo más aterrador no sean los detalles de la matanza -que también- sino cómo se alteró el significado de las palabras para cuadrar un relato oficial. 

"Quienes actuaban de forma temeraria y atolondrada pasaron a ser ensalzados por ser más leales al partido que al resto. En cambio, quien se mostró prudente pasó a ser considerado cobarde. El que se dejaba llevar por la ira era el que se creía digno de confianza, y el que no, sospechoso. A quien se adelantaba a intrigar, a hacer el mal, o empujar a otro a hacerlo, era al que se respetaba, por astuto". ¿Nos suena? Es un texto de hace 2.400 años, pero parece escrito aquí y ahora.

Esto también es actualidad en presente de indicativo; nuestro 'estado del bienestar' no da para tanto, el abuso mirando para otro lado ha dado mucho de sí, hasta ahora. Pero cada vez será más imposible hacer barbaridades y quedar impunes, sin perder credibilidad ni la confianza del pueblo. En Francia ya se han puesto en marcha: abstención para lo que hay y votos para los verdes. Buen retrato de la realidad y su emergencia

ONU

España mantuvo a trabajadores migrantes “completamente desprotegidos” durante la pandemia

Mientras que el resto de España se encontraba confinada, estos migrantes temporeros de la fresa eran contratados como “trabajadores esenciales” pero estaban bajo pésimas condiciones y desatendidos.


España mantuvo a trabajadores migrantes “completamente desprotegidos” durante la pandemia

El Gobierno y las empresas españolas deben mejorar de inmediato esas condiciones, asegura el relator sobre la pobreza.
España contrató a temporeros marroquíes durante la pandemia de coronavirus para la recogida de la fresa. A pesar de que se les consideró trabajadores esenciales, ni el Gobierno ni las empresas tomaron medidas para protegerlos del COVID-19 y a los que enfermaron no se les garantizó la atención médica.
 El relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, Olivier De Schutter, dijo que las autoridades españolas son responsables de garantizar a los trabajadores migrantes unas condiciones laborales que cumplan con las normas internacionales, entre ellas el acceso a una atención sanitaria adecuada.
 Alrededor de 3000 mujeres migrantes de Marruecos viajan cada año a la ciudad española de Huelva durante la cosecha anual de fresas, donde a menudo trabajan por encima del límite legal de horas de trabajo en España y se les paga por debajo del salario mínimo, o incluso no se les paga en absoluto.
 "Los Gobiernos tienden a culpar a las empresas por las violaciones de los derechos de los trabajadores, y las empresas, a su vez, tienden a ver la aplicación de los derechos laborales como un deber de las autoridades, no suyo", dijo De Schutter.
© Bassam Khawaja | El anterior relator especial de la ONU sobre pobreza extrema visitó un campamento de trabajadores migrantes en la ciudad española de Huelva, en Andalucía.

Los empresarios no tienen excusas

"Este hábito de pasarse la pelota debe terminar. El incumplimiento por parte de un empleador de los derechos de sus empleados nunca puede justificarse por el hecho de que las autoridades del Estado no apliquen efectivamente la legislación nacional o no cumplan las normas internacionales de derechos humanos”.
 "La completa dependencia de los trabajadores migrantes estacionales en el negocio de la fresa de Huelva conduce rutinariamente a situaciones que equivalen a trabajos forzosos, con total desprecio tanto de las normas internacionales de derechos humanos como de la legislación nacional", dijo De Schutter.
La mayoría de los migrantes carecen de medidas de seguridad y protección en el trabajo y viven en asentamientos superpoblados con un acceso insuficiente a los servicios básicos, incluidos el agua, el jabón y los desinfectantes, lo que resulta particularmente alarmante dado el riesgo para la salud que representa el COVID-19.
 "La protección de los trabajadores migrantes estacionales en Huelva ha sido completamente descuidada durante la pandemia de COVID-19. Mientras que el resto de España estaba confinado para detener la propagación del virus, miles de trabajadores migrantes considerados 'trabajadores esenciales' fueron puestos a trabajar sin que se tomaran ni siquiera medidas básicas de higiene, sin materiales de protección y compartiendo herramientas”, dijo De Schutter.
 "Se alertó a las autoridades competentes, pero éstas han permanecido en silencio. Y cuando los trabajadores se enfermaban, no se garantizaba su acceso a la atención médica".
El experto se ha puesto en contacto con los Gobiernos español y marroquí y las empresas interesadas para pedir aclaraciones sobre estas cuestiones.
España mantuvo a trabajadores migrantes “completamente desprotegidos” durante la pandemia

Bach Ofrenda Savall

La voz de Iñaki Gabilondo | 29/06/20| Quince días de tregua y 6 meses de...




Esperemos que el precio que deba pagar el gobierno para quedarse sea el mismo que ha pagado para comenzar: la apuesta decente y lúcida por la pluralidad verdaderamente democrática y políticamente madura, la escucha y la valoración de las fuerzas políticas progresistas y socialmente despiertas que lo han hecho posible, y que no caiga en la tramppa acostumbrada del chantaje derechil: ceder al capitalismo salvaje y olvidar el bien común como esencia de todo gobierno justo. 
Si esta coalición progresista no consigue salir del eterno laberinto en que viene estando atrapada desde siempre, todo se iría a la basura una vez más, pero en esta tesitura con unas consecuencias que serían más devastadoras que nunca
dada la situación de desastre global. No olvidemos cómo estaba España en 2008 y cómo nos la ha devuelto el pp en 2015/18. Hecha puré en mayoría absoluta y forrada en minoría disoluta y delincuente sin penalizar nada más que a pellizquitos poco relevantes.  Valer la pena como gobierno no se gana por ser de un color u otro y lograr aferrarse a los sillones con tesón y afán de mando, sino por los logros sociales justos y honestos, que hacen posible el bien común y mejoran la vida de todos, incluída la pedagogía ética constante, que es una de las funciones más imprescindibles del gobernar para bien y no para simplemente prevalecer sobre los otros y forrarse en plan giratorio en cuanto se pueda. El paradigma de Julio Anguita debería ser el patrón modelo del hacer político. Independientemente de la ideología que se profese. De la que jamás debe estar excluida la conciencia por encima de cualquier idea por estupenda que se presente. La conciencia no permite ni justifica enjuagues "necesarios", ni guerras devastadoras en los parlamentos para impedir la gobernabilidad ni para hundir gobiernos ni para amparar con las leyes el filibusterismo de la falsa política.  Como afirma Platón, para el bien de los pueblos deben gobernar los más sabios, o sea, los más decentes. Los más transparentes. Decencia y sabiduría son inseparables. Y totalmente eficaces e imprescindibles a cortos y largos plazos. Ambas saben distinguir muy bien el miedo de la prudencia, el impulso emocional o calculado de la inteligencia ética, que, como la verdad, es la base auténtica de todo lo que funciona. Y cuya carencia es el desastre asegurado.

Tenemos en la historia de Europa un caso de éxito completo del espíritu cooperativo que al final de la II Guerra Mundial consiguió sacar a Italia, absolutamente hundida en la miseria, del pozo negro en que la había hundido la dictadura fascista y la guerra que se ensañó especialmente en territorio italiano. Y ese ejemplo sin duda lo puso en marcha y lo llevó al mejor estado, la decisión "escandalosa" y "terrible" de Alcide De Gasperi, un maestro y periodista democristiano que de verdad comprendió lo que significa la fusión entre democracia real  y cristianismo  auténtico, no de pegatina, procesión, kiries y esclavos del Señor, falsos golpes de pecho y aleluyas alucinados y fanáticos. 
De Gasperi consiguió la piedra filosofal de la cooperación inteligente y verdaderamente política. Un gobierno plural en el que todos los partidos que habían sido votados por la ciudadanía tuvieron un ministerio a su cargo. Es decir, democristianos, liberales, socialistas y comunistas. De Gasperi repartió tareas entre todas las corrientes ideológicas, que para poder ejercer sus funciones y materializar sus propuestas debían contar con el apoyo de todo el consejo de ministros, en el que estaba representado todo el espectro ideológico y político del estado, es decir, del pueblo. Y por supuesto del Parlamento en las funciones legislativas y consultivas del ejecutivo.
Creo que al Gobierno actual le sería muy útil un repasito a ese periodo de la historia europea. Y recordar que aunque la pandemia de hoy es un desastre universal, la II Guerra Mundial la superó con creces. E Italia en la ruina total pudo rehacerse mediante la propia democracia sin tener que acudir a la dictadura que "ponga orden", como hizo Mussolini hasta conseguir el total hundimiento. O como hizo Franco, su contemporáneo, que "triunfó" en lo suyo y para lo suyo, hundiendo para siempre y liquidando sin contemplaciones la conciencia, derechos, deberes ,dignidad y cultura de los pueblos ibéricos. Por eso estamos como estamos a día de hoy: a la misma altura política y autoconsciente que la Italia de la postguerra mundial. Bajarnos los humos y dejar de animarnos en plan hortera cognitivo, nos vendría muy bien. No "somos un gran país". No somos un gran pueblo todavía. Nunca nos han dejado nuestros propios humos ver la hoguera en la que nos achicharramos. Pasamos de sentirnos una mierda, después de unas cervecitas adobadas con tapas,  tabaco y cafetín, a sentirnos héroes y avatares que ganan batallas, poderes y dineros, sí pero ¿a qué precio? Al precio de liquidar el bien común con las ocurrencias geniales para intereses privados y nefastas para los demás. Que se jodan. Como afirmó con pleno conocimiento de causa la hija diputada de Carlos Fabra refiriéndose a los parados que aumentaban y se reproducían como por esporas. Esa es nuestra grandeza más visible: la cabeza de chorlito adicta "a lo más grande", ande o no ande. A lo más estrepitoso y votado sin reflexionar, por supuesto! O al que corra con más ganas hacia el precipicio hasta triunfar, ¿qué importa un precipicio al fondo derecha o izquierda, si se llega el primero y se gana una medalla de oro con mayoría absoluta que permita destrozar los mejores logros de los que acertaron y ganaron antes en otras carreras que acabaron estrelladas en el mismo barranco de siempre, a pesar de haber corrido limpiamente? Todo eso tiene un por qué y unas causas. No es posible ignorarlo y que las cosas mejoren solas...

Algún día habrá que abrir los ojos, dejar de alimentar al Minotauro con la ciudadanía a la parrilla y deshacer el laberinto en el que España lleva prisionera toda su historia, creyéndose en las "alturas políticas", la heredera de un patético imperio hacia dios. El dios desastre será. Sin duda. Eso no lo va a conseguir ningún gobierno que no rompa la maldición del espejismo ideologista kamikaze para aprender desde la humildad a ver la realidad y las posibilidades sanas que tiene delante. Eso solo lo puede mostrar el pueblo, las familias, los niños, las madres y padres, los vecinos y vecinas, los médicos de cabecera y los trabajadores sociales,los maestros y maestras, el albañil explotado, los empresarios honestos y justos, los reponedores y cajeras del super, las señoras de la limpieza, las enfermeras y auxiliares de clínica, el panadero del horno que ha resistido día tras día los ataques del covid-19, los farmacéuticos que no han cerrado ante el peligro de contagio, el emigrante excluido y apaleado en los CiEs que luego si sobrevive, trabaja en el campo recogiendo fruta y durmiendo en la calle o en el voluntariado llevando comida a los confinados, trabajos para el que los españoles no están disponibles, las mujeres y los hombres maltratad@s en tantos aspectos, los pensionistas salvacrisis, compartiendo pensión y casa con los hijos y nietos hundidos por la economía del pp, del Ibex35, por los rescates de bancos, pergeñados por Calviño, Holanda y la UE, por no hablar de los emigrantes laborales que no pueden votar en el extranjero, porque gentuza manipuladora de embajadas y consulados, enreda todo e impide el voto, que de antemano sabe que no va a ser a su favor.
No hay mejor fuente de información para gobernar con acierto que la realidad directa, sin paliativos ni cucamonas interpretativas de asesores en Babia, encuestas según y cómo,  o tertulianos cantañamanas interesados en que nada cambie porque si todo cambia, a ver de qué van a vivir el cantamañanismo, la asesoría y los testaferros variopintos, ¿verdad?

Alcide De Gasperi fue encarcelado, marginado y reducido a la pobreza durante la dictadura. No se hizo el héroe cuando todo acabó. No se concedió privilegios, más aun, su decisión plural para pacificar y sanear el país y el estado, le costó el rechazo y la enemistad del Vaticano que le había ayudado al salir de la cárcel con un puesto de bibliotecario en su gran biblioteca. Y cuando Pío XII le llamó de todo menos bueno, por haber contado con socialistas y comunistas "enemigos" le respondió: "Santidad yo soy cristiano y nunca dejaré de serlo, por eso mismo tengo que asumir el bien de todo el país y no favorecer solo a los cristianos; soy presidente y servidor de todos los italianos, no puedo ni debo marginar y desaprovechar la riqueza de la pluralidad, que es un Pentecostés no religioso, pero sí tan humano y político como espiritual"

Me pregunto si la masa del pan español tendrá algo de la levadura y la sal de alguien como De Gasperi. Ojalá. Porque nos hace tanta falta, o más aun, que los respiradores y la vacuna ad hoc. De poco sirve poder respirar aire podrido y llamar vida eufemísticamente al sinvivir como sistema.

Acertadísimo, Javier Aroca. Y te lo dice una "agüela" con años de experiencia suficientes como para saber que no sabe nada pero le suena todo a lo de siempre...

Me acordaba de mi "agüela" y otras mujeres de mi niñez: "Tienes más miedo que vergüenza", decían cuando el miedo vencía tu sentido de los modales y la ética. Lo decían de los niños malos. Después de los tiempos de reclusión o arresto domiciliario por culpa de la pandemia, mucha gente se ha tirado a la calle descuajaringada, sin miedo. Era cómodo cuando había que quedarse en casa por culpa del Gobierno; a quién mejor para criticar.
Han pasado algunos meses y ya somos libres, la libertad que reclamaban los cacerolos. Mucha libertad, poco miedo y ninguna vergüenza, por no decir sinvergüenzas. Mi compañero Pedro Blanco clamaba en la red contra la irresponsabilidad de los nuevos alojados –los liberados– ya en hoteles: sin mascarilla por recepción y ascensores. Sin miedo, "agüela". Ya no hay alarma y los que pedían al Gobierno medidas serias y antelación ahora se exhiben en su libertad comprometiendo la libertad y la salud de todos los demás.
Si hay rebrotes, que los hay, solo serán eso, rebrotes; aun cuando desde muchos medios amarillearán sus páginas, te pitarán los oídos y te inquietarán sus imágenes porque de ello viven y por ello se van a desvivir. Si los rebrotes acaban en oleada, los sinmiedo serán los primeros que dirán que la culpa es del Gobierno.
Y con los rebrotes y la próxima oleada de corona si llega –que espero que no, aunque los expertos se la temen– vendrán los rebotes.
La derecha está rebotada, primer rebote. Lo está porque a pesar de las calamidades que nos abaten y las predicciones más pesimistas sobre todos los escenarios futuros posibles, la coalición de Gobierno no acusa deterioro relevante en las encuestas, ni hay signos de ruptura del cemento coaligador, cemento romano de ese que dura siglos y mantiene los acueductos. Quizá tenga que ver con que esta vez no se ha dejado a la intemperie a los más débiles.
El segundo rebote es el suyo propio. Como en la economía, la derecha se debate entre recuperarse en uve, en u o, tal vez, no se recupere. Indiscretamente escuché a un grupo de facundos populares y gacetilleros indiscretos afines, vecinos de la mesa en la que yo estaba. Con los errores y horrores de Casado y Cayetana –decían– daban  ocho o doce años más de socialcomunismo. Y eso si no pierde Trump; esto es cosa mía.
Quizá las elecciones gallegas apunten un aparente calmante para la derecha española, pero no se engañen, no es exportable y desde hace ya un tiempo siempre ha sido así.
La derecha se muestra rebotada y esperando un rebrote, suyo y de las condiciones políticas, económicas, sociales y sanitarias para seguir erre que erre con su política destructiva y antipatriótica. Una política miserable.
No es menos grave que la coalición de Gobierno empiece a sentirse cómoda. La huida hacia los extremos de la derecha deja a la coalición tímidamente abierto un camino hacia el centro que la tentación de permanecer en el Gobierno puede seducir y que no es lo mismo que la moderación y la prudencia que exige la gravedad del momento.
Eso dicen algunos medios capitalinos interesados. Sánchez busca el centro y la resistencia de UP no parece feroz. Pero los últimos acontecimientos reflejan que la democracia española no ha cuajado totalmente o es imperfecta y, cuando el pueblo se da cuenta y está dispuesto al cambio, la moderación es una virtud pero la claudicación y el acomodo al poder oculto es un defecto y una deserción. Por ejemplo, fiscalmente.
A pesar de todo, hay pueblo y también pueblo por hacer; si estos brotes y rebotes demuestran algo es que no podemos seguir como estábamos y, si no queremos retroceder, es imperioso que este Gobierno de coalición no empiece a sentirse acomodado ante la irresponsabilidad y disparates de las derechas.

Enrarecidas vibraciones entreveradas. Quiero y no puedo, quisiera pero no me dejan, ya me gustaría pero hay que sacar tajada como sea...Sí, Losada, sí, esto ya es un dejà vu para quienes lo hemos vivido demasiadas veces y estamos hasta la peineta de que el ppoder siempre ppueda y no quiera en el mismo plan. No subo el impuesto a las grandes fortunas pero los mendigos no se van a librar del IVA del pan, la leche y el agua, que ya les vale con tanta limosnita y sin impuestos, qué gorrones, xd!.Esto es tan "normal", que ya no se sabe si son Psoe y Pp, o Sagasta y Cánovas del Castillo mano a mano y pifia a pifia, por los siglos de los siglos, amén. La inmortalidad del besugo político en escabeche. Ains!!!!


La nueva normalidad se vuelve vieja demasiado rápido. Los signos de su envejecimiento se multiplican mientras los mismos organismos que nos insisten en que ahora hay que gastar para salir de esta pintan escenarios cada vez más pavorosos para poder decir a la vez una cosa y la contraria. PSOE y Podemos renuncian antes de empezar al simbólico impuesto a las grandes fortunas a cambio de no se sabe muy bien qué o, en todo caso, tiene pinta de acabar en el viejo consenso de salir de la crisis aplicando el mismo viejo principio de siempre: que la pague quien no se pueda librar. En la cumbre de los grandes empresarios anuncian que su solidaridad acaba donde terminan los ERTE que pagamos todos a escote y su patriotismo muere donde comienzan sus impuestos.
No sé ustedes, pero esta película ya la he visto y puedo anticiparles dónde acaba. No puedo hablar por ustedes, pero yo no estoy dispuesto a tragarme ningún remake a estas alturas y a mis años. Sin darnos cuenta, los héroes recién descubiertos en los supermercados y la logística de la distribución de mercancías tornarán a ser piezas prescindibles, reemplazables, demasiado caras y poco productivas, a quienes más les valdrá tener un trabajo de quinientos euros y un contrato semanal que no tener nada.



Antes de lo que pensamos, esa generación que labró nuestro bienestar con su trabajo y cuyo abandono a su suerte en residencias infradotadas tanto nos indigna hoy volverá a ser aquella carga insoportable para quienes tanto trabajamos para pagar sus pensiones, esos privilegiados que no han cotizado ni la mitad de lo que cobran.
Sin que haya que insistir mucho, los valientes sanitarios o los esforzados servidores de la ley se convertirán en esos funcionarios gandules con sus regalías y puestos de trabajo de por vida y bajarles el sueldo responderá a un ejercicio de la más básica, pero a la vez más hermosa, solidaridad; como subir el IVA a todas las rentas para no tener que incrementar un par de puntos los impuestos de las rentas más altas, la redistribución bien entendida siempre empieza por uno mismo.
No genera buenas vibraciones ver cómo el Gobierno se deja querer en una tregua táctica de la derecha que durará exactamente hasta la noche del 12J. Tampoco escuchar que desde Moncloa se lanza el mensaje de que era difícil hacerlo mejor con la información que se tenía, revelando así una peligrosa confusión entre lo inevitable y hacer las cosas bien. Que la oposición lo haya hecho mucho peor que tú no te convierte en un gran gestor. Existe una diferencia crítica entre saber que difícilmente se podía desarrollar otra estrategia o haber tomado otras decisiones ante esta pandemia y creer que tu estrategia y tus decisiones han resultado excelentes.

Son los riesgos "normales" de convivir con el capitalismo depredador y la inteligencia colectiva. La ciudadanía debe regular los derroteros del ppder siendo el timón de la democracia y no su papelera. Para eso hace nueve años nacieron las ILPs, como la PAH y las Mareas, cuyo compromiso y conciencia han logrado muchísimas victorias sociales frente al vandalismo especulador y desalmado que solo ve dinero y poder como únicos objetivos mientras convierte el bien común en su papel higiénico favorito. El pueblo es el único que puede rescatar al pueblo y la conciencia colectiiva es la energía limpia, renovable y bien organizada que lo hace posible. Si la barbarie especuladora toma las riendas ecológicas para cargárselas, acabaremos igualmente agotados, machacadas y vacías, como la "España vaciada" por los quieren rentabilizar el ecologismo forrístico, cambiándose de collar pero siendo los mismos perros de caza amaestrados por una fiscalidad paradisíaca sui generis. No, no nos timarán otra vez los lobos con piel de oveja. Otra vez no. Porque sería el finiquito del Planeta Tierra, el de ellos, los deppredadores, incuido. Si quieren seguir vivos esta vez, tendrán que aceptar la verde y dura realidad, pero no con el teñdo farisaico y mohoso de Vox, obviamente, sino con el verde sanador de la Naturaleza, que está en sus antípodas



Negocios en la España vaciada. El rechazo a la 'nueva industria' florece en la España vacía: renovables, macrogranjas y ecología productiva disparan los recelos

Plataformas y movimientos de defensa del territorio, la economía familiar y la producción extensiva comienzan a menudear por todo el país, y especialmente por su zona noreste, ante el temor de que actividades de corte burbujeante y otras que llegan con opacidad acaben provocando daños irreparables y más despoblación.


La proliferación de proyectos para instalar plantas de energía eólica y solar han comenzado a provocar recelos en los territorios que deben acogerlos por su elevado número..- : PxHere (CCO), 25-02-2017
La proliferación de proyectos para instalar plantas de energía eólica y solar han comenzado a provocar recelos en los territorios que deben acogerlos por su elevado número..- : PxHere (CCO), 25-02-2017



"La tierra, el agua y el aire son nuestros recursos más preciados y codiciados. Por eso asistimos hoy a un proceso global que pretende concentrar y privatizar el espacio natural para controlar y expulsar a los pueblos que históricamente han contribuido a su mantenimiento y su gestión", denuncia el Manifiesto por la Vida Rural, al que, en un goteo que no cesa, en apenas dos semanas se han adherido una treintena de entidades y asociaciones de ocho comarcas aragonesas (el Maestrazgo y el Matarranya), catalanas (el Baix Ebre, el Monsià y la Terra Alta ) y de la Comunitat Valenciana (Es Ports, la Tinença de Benifassa y el Maestrat).
Las entidades de esas zonas, que suman 6.300 kilómetros cuadrados, una superficie mayor que las comunidades autónomas de La Rioja y Cantabria, y alrededor de 190.000 habitantes (el 80% de ellos en dos zonas de Tarragona) que superan en población a Soria, Teruel, Segovia, Ávila, Palencia y Zamora, reivindican, entre otros aspectos, la vigencia del minifundismo como "una forma de organización que va más allá de la explotación agrícola o forestal, [y que] es cultura, sentimiento, tradición, paisaje, sostenibilidad y sobre todo biodiversidad en nuestros territorios".
La plataforma, articulada en torno a la asociación cultural Maestrat Viu, ha surgido ante la inquietud que ha provocado en esas áreas el proyecto del llamado Yellowstone europeo, una iniciativa de rewilding o resilvestración impulsada por Maestrat-Es Ports, una entidad vinculada a Global Nature y a la estadounidense Fundación Wyss, que pretende explotar turísticamente mediante la reintroducción de especies salvajes un área de 5.500 kilómetros cuadrados con dos parques naturales (Es Ports y Benifassá) y más de la mitad del territorio incluido en la Red Natura.
"No vienen a potenciar la España vaciada sino a aprovecharse de ella"
El proyecto, que comenzó a moverse principios de año y que por ahora cuenta con el apoyo de las tres comunidades autónomas afectadas, o al menos carece del rechazo explícito de ninguna de ellas mientras mantienen contactos con los promotores, ha despertado recelos tanto por su inconcreción como por el contenido de los escasos aspectos concretados, lo que ha generado una vertiginosa movilización en plena desescalada de la pandemia.
"No vienen a potenciar la España vaciada sino a aprovecharse de ella"
Lo ocurrido en esas ocho comarcas comienza a convertirse en algo habitual en la España vaciada, cuyos habitantes recelan de la nueva industria que comienza a acercarse a sus territorios para explotarlos, ya sea mediante iniciativas de ecología productivista como esta o mediante la expansión de sectores en fase burbujeante y con elevados impactos ambientales como las macrogranjas o los parques de energías renovables.
La oposición al Yellowstone, que incluye algunos rasgos cercanos al indigenismo, como cuando el manifiesto expone que "nuestros territorios son el resultado de la interacción secular entre ser humano y medio natural, una perfecta simbiosis que ha ayudado a conservar el paisaje hasta ahora, pese a la política ineficiente, y a menudo de espaldas a la sociedad, practicada por las altas administraciones", está arraigando en algunas de las zonas más despobladas del país, cuyas economías se centran en el sector primario y en el turismo rural pero a las que, poco a poco, van llegando proyectos que desatan el recelo del territorio.
"no vienen a potenciar la España vaciada sino a aprovecharse de ella"
"Pretenden potenciar la fauna salvaje como atractivo turístico, pero sin tener en cuenta los efectos y las consecuencias en el sector primario, que es el que mantiene estos pueblos", explica Carlos Molina, de la Plataforma NO al Yellowstone Europeo, para quien iniciativas de este tipo "no vienen a potenciar la España vaciada sino a aprovecharse de ella, a menudo en connivencia con las administraciones".
"Lo que pedimos son explicaciones y transparencia, queremos saber en qué consiste el proyecto, ¿por qué no plantean desde el primer momento qué quieren hacer", reclama, mientras enumera incógnitas como las abiertas en torno a la eventual reintroducción de grandes carnívoros como el oso y el lobo, cuyo regreso ha soliviantado a los ganaderos en otras zonas como el Pirineo, o la llegada de especies como los bisontes, sobre las que algunas personas vinculadas al proyecto han hecho gestiones por la zona.

Cuando los aerogeneradores amenazan el turismo rural

Los vínculos de los promotores con las fundaciones Wyss y Global Nature, vinculadas a algunos proyectos ambientales polémicos, y de la primera de estas con el fondo de inversión estadounidense Fidelity, adelantado por LaDirecta, ha hecho que esa desconfianza aumente.
"Global Nature es el amigo guapo con el que vas a la fiesta para poder entrar, porque si te presentas con la Fundación Wyss todo el mundo sabe que esto va de rewilding", anota Molina, que llama la atención sobre la rapidez con la que la movilización se está articulando en la zona.
Ahora mismo hay proyectados o construidos 44 parques eólicos en la provincia de Teruel
"La primera voz salió del Maestrazgo, y en unos días se había convertido en un clamor", explica. La actividad de esta plataforma coincide parcialmente en el espacio con la de otra, la de Los Paisajes de Teruel, que reclama poner freno a la proliferación de los parques eólicos que, al socaire de una burbuja de las renovables que el Gobierno intenta pinchar vía decreto, ha comenzado a modificar el paisaje de territorios como los del Maestrazgo y el Matarranya, uno de los principales activos para el turismo rural y las actividades de naturaleza con las que muchas familias de esas áreas complementan los ingresos de la agricultura y la ganadería.
Según explicó su portavoz, Javier Oquendo, ahora mismo hay proyectados o construidos 44 parques eólicos en la provincia de Teruel (trece de ellos de Green Capital Power ( )), cuatro de los cuales se ubicarán en el Matarranya y otros nueve en el Maestrazgo.
"La burbuja estallará y pillará al territorio”, sostiene, mientras ironiza sobre las magnitudes del proyecto de rewilding. "Ojalá esto fuera Yellowstone, con más de dos millones de visitantes al año", señala.
Lo que sí parece desmesurado es el despliegue de renovables de la provincia, cuya generación sería incapaz de asumir la red eléctrica si entra en funcionamiento todo lo que hay proyectado. ¿Afearán el paisaje para no producir energía?

La ganadería industrial genera rechazo en todo el país

Pero si hay una de esas nuevas actividades industriales que ha logrado levantar recelos y rechazos por buena parte del país ha sido la ganadería intensiva de las macrogranjas, un negocio de claros perfiles burbujeantes que está arrasando las granjas familiares mientras consume recursos sin que el vaciado de la España interior se frene.
Mientras siguen vivos conflictos como los de las macrogranjas de vacas de Noviercas (Soria) o Caparroso (Navarra), y España se consolida como exportador de nitratos procedentes de purines a Portugal  a través del río Límia, solo la coordinadora Stop Ganadería Industrial reúne a medio centenar de plataformas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Aragón, Galicia, Murcia y la Comunitat Valenciana, además de a siete grupos ecologistas y prosoberanía alimentaria.
"El vaciado del mundo rural parece un intento de liberar el espacio para dedicarlo a los intereses de grandes empresas"
"El mundo rural se escapa de esa imagen bucólica que se le adjudica con mejor o peor intención y se está llenando de movimientos vecinales, como los que defienden sus pueblos de la amenaza de la ganadería industrial", explica Rosa Díez, portavoz de la plataforma, que hace unos meses llevó sus reivindicaciones al europarlamento.
"La ganadería industrial ya está teniendo consecuencias muy negativas para los territorios. No puede ser una apuesta en ningún caso, y menos con la emergencia climática", sostiene Díez, que apunta que "el vaciado del mundo rural parece un intento de liberar el espacio para, lejos de considerarlo un lugar vivo y una reserva de biodiversidad, dedicarlo a los intereses de grandes empresas que solo ven espacios donde instalar industrias contaminantes y con efectos nocivos que molestarían en otras ubicaciones".
Esos movimientos locales provocan, como ocurre con el caso del rewilding y de las renovables, un cuadro paradójico: "Estamos viendo un aluvión de proyectos de todo tipo, y con el apoyo de las administraciones, que solo van a empeorar la situación de los pueblos" mientras, al mismo tiempo, "se está demostrando la resistencia de quienes se oponen a que el futuro del campo se decida desde los despachos".