lunes, 30 de noviembre de 2020

Carlos Nuñez.- Amanecer

La voz de Iñaki | 30/11/2020 | Armonizar por el peor camino posible

   

Es posible que este problema endémico tenga su raíz más profunda en no haber sabido afrontar a lo largo de nuestra historia el problema del modelo de estado, pues no se ha querido asumir que en España hay una realidad central y otra periférica que marcan unas diferencias muy grandes en todos lo sentidos, la central es de orden totalitario, cerrada en sí misma y tendente a un mando único en el que la Capital de Reino lleve la batuta de todo y todos obedecen, uno por uno y muy en su papel,  sin rechistar ante  la única autoridad intocable haga lo que haga sin pedirle cuentas de sus errores que para eso es la autoridad, hale!, más tirando al modelo imperial romano; por el contrario, la realidad periférica es más flexible y abierta, más colectiva y participativa que totalitaria, más democrática, sin duda, y dada al debate y a la pluralidad que al individualismo de la centralidad, más al estilo de la "polis" griega de los comienzos democráticos. Esas dos realidades están llamadas a conocerse bien, sin reticencias, a ponerse de acuerdo sin complejos de mando ni de servidumbre, para que se pueda compartir el espacio geográfico y las realidades vitales, como lo son las formas de vida, las lenguas, culturas y costumbres, leyes y modelo de estado. Una pluralidad riquísima y extraordinaria si se sabe comprender y organizar entre todos y todas. Mucho más grandes son los USA o Alemania, y ahí están, siendo estados federales y sin rupturas ni traumas. 

¿Por qué en España toda posible modificación a mejor, causa unos problemas terribles que se desbocan y se magnifican, cuando con la convocatoria de un referéndum para elegir el modelo de estado que mejor nos sirva para funcionar, todo quedaría claro en las urnas, y habría que aceptar la opción mayoritaria porque no quedaría otra, si esto es una democracia de verdad, como se nos llena la boca a cada paso? ¿Qué nos impide hacerlo, convocarlo, si estamos viendo que la periferia tiende al modelo república y el centro al modelo monárquico? Lo justo y lógico es que los votos en democracia decidan lo ecuánime, en favor de una mayoría, que por narices debe compartir la misma península y las mismas islas. Si las urnas en 1978  decretaron monarquía en unas condiciones absolutamente forzadas por el miedo a la dictadura, el caso ya no es el mismo, ni España ni el mundo tampoco son los de entonces. Si es verdad que hemos madurado como democracia, es el momento de afrontar que España en el mismo plan de hace cuarenta años, ¡ya-no-fun-cio-na! Y todo lo que Iñaki denuncia en este vídeo es el resultado de esa realidad, a la que no podemos seguir siendo indiferentes.

¿España es de verdad una democracia o solo lo parece porque lo pone en los papeles constitucionales y  en el fondo, de verdad, solo  es el circo de Manolita Chen? 

Veamos. Democracia = poder del pueblo. ¿Qué pueblo?,¿la ciudadanía responsable y consciente de su función participativa o el populacho manipulado por caciques vivales que no saben vivir sin controlar ppoderes y ppastón mediante el apoyo emocional, visceral  y ciego del pueblo cabreado y jaranero en un mismo envite,que pasa de la fiereza a la abulia y de la crítica feroz a la complicidad o a la indiferencia, la burla chistosa y el escaqueo, que la demoscopia se encarga de canalizar adecuadamente hacia lo que más conviene al imperio del ppastón? O sea, el populismo rentable a todo trapo para los cuatro jetas oligopólicos de siempre. 

Democracia es un sistema de gobierno que nace del pueblo, populismo es un enjuague de las hejemonías de cualquier color que quieren mandar poniendo al pueblo como excusa, pero pasando de él a la hora de sacar tajada política, económica y sobre todo comercial y financiera. Ya no es cosa de ideologías, es cosa de ausencia total de ética y de inteligencia, un pack sin el que la política deriva directamente en mera  y descarada delincuencia, con el agravante de que al estar el Poder Judicial condicionado por el partido que gane en las urnas y que tenga una mayoría en el Senado, no hay medios disponibles para acometer cambios imprescindibles y urgentísimos. 

Estamos padeciendo y viviendo un despotismo ilustrado como el de Luis XIV pero sin ilustrar, obviamente, -dejémoslo en despotismo informatizado-, aunque con el déspota huyendo como un pirata por esos emiratos de Oriente. No es posible que un estado del siglo XXI pueda funcionar en este plan gallera/plaza de toros/tomatina/toroembolao/sanfermines en la política, economía, instituciones, poderes del estado, reydemérito, etc, etc...

Unamos ese caos a la precariedad exponencial que padece gran parte de la humanidad, las agresiones del clima completamente loco a causa de la locura consumista y disparatada de nuestra especie con una contaminación mediambiental como pandemia constante, la dependencia de que todo sea 'perfecto' para que todo funcione, la inestabilidad de una economía globalizada en manos de bancos y deudas que se acumulan como negocio especulativo, más el turismo como único porvenir económico de un estado que ha eliminado la producción de lo necesario para vivir, para dedicarse a ser las chachas/ches y camareras/os del turismopolio, que además ha recortado los servicios de la sanidad y de la educación, fomentando la emigración de sus jóvenes mejor preparados, que a base de recortar sectores productivos se está quedando sin campos cultivados y su producción al carecer de estímulos, de servicios  y protección del estado, con bosques quemados y urbanizaciones de lujo vacías porque no hay dinero que pague los precios que cuesta habitarlas, un estado ya sin  técnicos agrícolas y de la construcción, ni carpinteros, ni herreros, ni textiles, ni fábricas de vendas, mascarillas, desinfectantes, hilos y agujas para coser, .todo eso lo vende China, mientras sus tiendas ha barrido del mapa al comercio de barrio autóctono (en Alemania las tiendas chinas deben funcionar con economía alemana o no se les  permite instalarse), ya  sin trabajadores españoles que quieran hacerse cargo de una España vaciada sobre todo de humanidad y de sentido común.  Cada vez hay menos personal sanitario, menos médicos, menos investigadores, e incluso cuando la inmigración nos aporta personas valiosas dr otros países, con estudios y preparación que podrían suplir el déficit, se rechazan, se maltratan y se ningunean, porque "vienen a quitarnos el trabajo" que aquí nadie quiere realizar, por cierto. Ellos son electricistas, técnicos informáticos, sanitarios, intérpretes, maestros de escuela, que acaban trabajando en el campo, en la limpieza, en la hostelería...cuando no acaban hacinados en un muelle de Canarias o muriendo en un CIE por desatención y un trato inhumano.  

Esta panda de inútiles lleva cuarenta años gobernando a turnos hereditarios con este sistema y este modelo de estado sin pies ni cabeza, y no parecen haber entendido aun la relación directa que hay entre la miseria política de una mediocridad insostenible que se tiran encima unos a otros sin responsabilizarse de nada de lo que a cada bando le corresponde, y la discapacidad para afrontar los problemas normales de un estado, sin que haya que recurrir a la extrema derecha cómplice de una monarquía inexplicable procedente de una dictadura, para aplastar la misma democracia que tanto se vocea en los discursos. 

No necesitamos más espectáculo vergonzante, solo gente sensata que se gane el pan gobernando con honestidad y conciencia de que servir es mucho más necesario que poder mangonear a su gusto y a su manera, combatiendo y fastidiando propuestas justas e imprescindibles porque no son las suyas y que además les impiden hacer de la política el negocio de sus vidas. 

Es imposible vivir en una casa desbaratada, donde los habitantes se atrincheran en sus cuartos y se matan a la hora de cocinar o lavar la ropa o fregar el suelo, los cristales o el baño, porque todos gritan a la vez, y sin hacer nada, que la casa es suya. Y no. Es de todos. Por eso, un referéndum sobre las responsabilidades del modelo estatal, es ya un asunto de UCI política que ponga cada cosa en su sitio con la voluntad y el criterio de la ciudadanía como eje democrático. Lo contrario es lo actual: una casa de locos, que seguramente irá in crescendo, si esto sigue como va. 

Sólo saldremos de esta con un nuevo concepto de estado: municipalista y federal. Que nos dote de conciencia social y co-responsabilidad individual a la hora de elegir qué clase de vida y camino necesitamos para recuperar la dignidad y lograr la estabilidad que nunca hemos tenido de verdad, sin que nos la tenga que imponer el cabo de la Guardia Civil ni un coronel a tiros en el Congreso, ni Paquito el medallas con Carmen la collares, ni una dinastía de chorizos border line ni un trust de banqueros y políticos corrupptos conjurados como compiyoguis  'para forrarse' en la Cueva de Alí Babá, tal que en una peli de José Luis Cuerda, como dice Iñaki.

Nous camins, TXARANGO | Lletra

Me pregunto si un país europeo en el siglo XXI se puede permitir estas locuras y seguir siendo considerado europeo y del siglo XXI. Las respuestas a la pregunta me las callo, porque no quiero ponerle al Titánic español más selfies en el camino de su autodesguace. Ains!, qué penita da esto...


La España vaciada La agonía demográfica: casi la mitad de los pueblos de España están a un paso de la desaparición

Un estudio que combina indicadores sobre la población, su evolución y el medio físico en el que se desarrolla pone de manifiesto cómo la esperanza de vida de más del 40% de los municipios españoles ya queda limitada a la de sus actuales y probablemente últimos habitantes.

Pueblos deshabitados
Muro de Bellos, en el Sobrarbe oscense, lleva décadas desierto tras haber sido integrado en varios municipios desde 1834. Eduardo Bayona
Público

"Sin ninguna intervención, su esperanza de vida es la que tengan sus habitantes", resume María Zúñiga, profesora de Geografía de la Universidad de Zaragoza y miembro del Grupo de Estudios en Ordenación del Territorio, el horizonte de futuro al que su situación de desventaja demográfica aboca a 3.589 municipios españoles, algo más del 44% de los 8.124 del país.

Ese dato es una de las inquietantes conclusiones que ha arrojado la elaboración del Mapa 174, una iniciativa de la SSPA (Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa, por sus siglas en inglés), una malla de la UE en la que están integradas las provincias de Soria, Teruel y Cuenca, que ha consistido en realizar una "zonificación de los municipios españoles sujetos a desventajas demográficas graves y permanentes".

¿Y por qué se llama Mapa 174? Es una alusión al artículo del mismo número del Tratado de Funcionamiento de la UE, que aboga por "promover un desarrollo armonioso del conjunto de la Unión" y por "reforzar su cohesión económica, social y territorial", para lo que, entre otros aspectos, propone prestar "especial atención" a "las regiones que padecen desventajas naturales o demográficas graves y permanentes como, por ejemplo, las regiones más septentrionales con una escasa densidad de población y las regiones insulares, transfronterizas y de montaña".

Los autores del mapa, Zúñiga y José Antonio Guillén, de la Red SSPA, han combinado seis indicadores: número de habitantes, evolución del censo entre 1991 y 2018, índice de envejecimiento y natalidad en el plano demográfico y, en el físico, altitud y pendiente media, que no dejan de ser los aspectos que enumera el tratado como desventajas demográficas.

"La densidad de población es algo demasiado genérico. Se trata de ver cuánta gente hay y cómo está, y para eso optamos por un indicador multidimensional que permite medir la desventaja demográfica", explica Zúñiga, que divide los datos en tres bloques: cuánta gente hay y cómo ha evolucionado su número, cómo es esa gente y qué medio físico habita.

"Es muy difícil que un pueblo pueda salir adelante si en él no hay, o hay pocos, niños de menos de cinco años, y aspectos como la altitud o la existencia de pendientes pronunciadas complican la situación", anota.

La crítica situación de Cuenca, Soria y Teruel

Las conclusiones de ese trabajo, elaborado a partir de datos oficiales y públicos, indican que 1.776 (21,9%) de los 8.124 municipios del país sufren una desventaja demográfica muy grave y otros 1.813 (22,3%) una de carácter grave. "Se trata de pueblos cuya continuidad es muy difícil por esa combinación de factores, que los sitúa ante un horizonte muy complejo", apunta la geógrafa.

La estructura de esos 3.589 municipios, que suman el 44,2% del total del país, ofrece una prueba del nueve de los desequilibrios territoriales que España lleva casi dos siglos sufriendo, ya que ocupan el 37% del territorio (185.734 kilómetros cuadrados) pero en ellos solo vive el 2,4% de la población (1,11 millones).

El mapeo desarrollado por Zúñiga y Guillén muestra gráficamente cómo las desventajas demográficas se concentran en la mitad norte del país, con una especial intensidad en Castilla y León, con una fuerte presencia en el este de Galicia, el sur de Asturias, el norte del Castilla-La Mancha y los extremos norte y sur de Aragón y, también, con áreas más aisladas en el norte de Catalunya, el este de Extremadura, el sur de Albacete, la mitad oriental de Andalucía y algunos puntos de la Comunitat Valenciana.

La situación es especialmente crítica en las tres provincias integradas en la SSPA, en las que la suma de los municipios con desventajas graves y muy graves supera el 90% en Soria y pasa del 75% en Cuenca y Teruel. Más de la cuarta parte de los sorianos y más de la quinta de los turolenses son, salvo que algo imprevisto lo remedie, los últimos habitantes de sus pueblos, algo que aboca a la desertización demográfica a más de dos terceras partes de sus respectivos territorios.

"Planteamos esta cartografía como una primera aportación al debate sobre la zonificación y jerarquización de los municipios que sufren desventajas demográficas", señala Guillén, que se muestra abierto a "introducir nuevas variables sociales o económicas que permitan una mejor y más efectiva aplicación de las políticas de lucha contra la despoblación".

Habitantes vinculados y desequilibrios territoriales

"La despoblación es un proceso muy antiguo, y ahora en muchos pueblos quedan pocos habitantes y muy envejecidos", explica la geógrafa, que aclara que el volumen del padrón no es el único dato que debe tenerse en cuenta a la hora de valorar si un municipio sufre, o no, desventajas demográficas: "Tener pocos habitantes no significa tener poca vida. Hay pueblos que se llenan en verano, aunque eso complica al mismo tiempo la gestión de ámbitos como la atención sanitaria o el suministro de agua, y no hay que olvidar lo que se llama 'población vinculada', ya sea por trabajar o por poseer una segunda residencia en ellos", a lo que se suman los desplazamientos por vínculos familiares.

Guillén añade otro matiz interesante a la hora de afrontar una realidad de este tipo. "Por supuesto que España se enfrenta a un problema demográfico en su conjunto, pero la despoblación no está tan generalizada como en ocasiones se quiere hacer ver", indica, ya que no todos los hándicap territoriales, caso de las comunicaciones ferroviarias en Extremadura o Cantabria, responden a una desventaja demográfica.

Por su parte, un reciente documento del Banco de España llama la atención sobre el hecho de que "la fracción de la población residente en zonas urbanas ha aumentado desde el 65% hasta más del 87% en el período 1950-2018".

Junto con esa concentración, ante cuyos efectos abren una ventana de oportunidad las restricciones por la pandemia, que han disparado las búsquedas de vivienda en pueblos de menos de 5.000 habitantes , se ha producido una divergencia entre el "alto dinamismo demográfico" de las ciudades "desde finales del siglo pasado hasta 2011, para estancarse posteriormente", y las "intensas caídas poblacionales" del mundo rural, cuyas zonas menos pobladas "habrían presentado pérdidas elevadas de población en las últimas décadas", entre otras causas por "la aportación negativa del crecimiento natural de la población" por su "estructura poblacional sesgada hacia edades más avanzadas".

Un norte envejecido, despoblado y con estructuras obsoletas

En cualquier caso, el mapa constata la existencia de un patrón demográfico norte-sur en España, con una población más joven en la mitad meridional, que también presenta una pirámide poblacional más equilibrada y que tiene un sistema de asentamientos con mayor presencia de ciudades de tamaño intermedio.

"En el norte los municipios son de menor tamaño, con una estructura administrativa muy atomizada y pueblos pequeños que cada vez con más pequeños", anota la geógrafa.

Esa estructura tiene consecuencias de muchos tipos entre las que destaca una que también se concentra en esa envejecida y despoblada mitad norte del país, como es la dificultad para dotar de un órgano de gobierno a los pueblos ante la complejidad, cuando no imposibilidad, de armar una lista para las municipales.

Eso hizo que los vecinos de más de 600 pueblos no tuvieran nada que elegir en las últimas elecciones, las del 26 de mayo del año pasado: o se presentaba una sola lista o ni siquiera había candidato.

domingo, 29 de noviembre de 2020

Alma

Médicos transparentes, que hablan claro, no de lo que oyen o les cuentan, sino de lo que comprueban en vivo y en directo, como se manifiesta lo que es verdad. Así, el Doctor Basauri, desde HomeopatíaSuma, nos regala este testimonio interesantísimo. ¡Gracias, amigo Guillermo!, por esta labor supernecesaria para la salud y el bien común


La homeopatía tiene efecto: la mejor prueba son los hechos

homeopatia funciona

Por Dr. Guillermo Basauri

La homeopatíatiene evidencias científicas y sí tiene efectos biológicos específicos. Lo dice la ciencia y es ya hora de que objetivamente se dé a conocer sin prejuicios. Citando una frase atribuida a Albert Einstein: «La mente es como un paracaídas, solo funciona si se abre». Pues eso.

Los debates acalorados basados en apriorismos indocumentados, tipo “la homeopatía no funciona porque no puede funcionar y si funciona, está mal porque no puede” o tipo «la homeopatía no funciona porque es imposible y, además, no me da la gana», son un sinsentido.

Vivimos en época de ciencia y conocimiento y ambos no avanzan sin pensamiento crítico. El dogma seguirá siempre siendo dogma, independientemente de los adjetivos que le acompañen, ya sea “científico”, “religioso” o “educativo”. Ninguno de estos adjetivos varía un ápice su significado de principio o idea inamovible. Y todo lo que no se mueve, no avanza.

Por eso, la ciencia ha de ser en primer lugar objetiva y basada en hipótesis, datos y hechos contrastados. De ahí que: “La mejor prueba son los hechos”. También en homeopatía, terapéutica que ha avanzado junto con la ciencia y de la que, gracias a tecnologías de vanguardia, cada vez sabemos más.

Un microscopio o un análisis convencional poco nos podrán decir de la complejidad de las soluciones homeopáticas, pero sí lo hará un análisis de termoluminiscencia o de resonancia magnética. Gracias a estos análisis podemos saber que una solución homeopática es diferente del solvente y diferente a distintas potencias.

Hay verdades que incomodan. La historia está llena de ellas. Y no por ello dejan de ser verdades. Solo llevan más tiempo en aceptarse y normalizarse y encontrar su lugar legítimo.

La homeopatía es una terapia no convencional (RD 1277/2003) que lleva desarrollándose ininterrumpidamente desde hace 200 años. Su crítica por falta de evidencia científica es reciente. No en vano, en 2010 fue reconocida como acto médico por la propia OMC1 en un comunicado. ¿Entonces?

Cuatro años llevamos de ataques. Críticas radicales más allá de la razón y el diálogo. Cuatro años son suficiente. Basta. Respeto. Hablo del respeto que encabeza esta web; respeto a los pacientes, a su salud, a tratarse con todas las soluciones que estén a su disposición, respeto a los médicos que enriquecen sus opciones de tratamiento con terapéuticas seguras y eficaces como la homeopatía.

Parece que estamos olvidando que la medicina y los médicos estamos al servicio del bienestar de las personas y no hay bienestar posible sin libertad. Libertad responsable y libertad informada, pero libertad que es lo que parece que a muchos se les está olvidando.

Libertad para elegir una terapéutica u otra, si quiero acompañar el tratamiento de mi cáncer con homeopatía para paliar los efectos secundarios y poder seguir así todos los ciclos de la quimioterapia…o no.

A mí, personalmente, me parece un error, una pena, no apoyarse en los beneficios que la homeopatía puede aportar a esos y a otros pacientes pero lo entiendo y lo respeto. Yo soy médico y mi labor es escuchar, informar y después acompañar a mi paciente, haya tomado la decisión que haya tomado. 

La salud de nuestros pacientes es suya, no de los médicos ni del sistema, y todos tenemos derecho a elegir. La salud no es un valor absoluto, ni es lo más importante. La vida, no como supervivencia sino como cualidad de vivir, la libertad, la paz interior, la alegría de compartir, de compartir hasta la propia muerte, todo eso es lo que da valor a la vida y lo que tiene que ocuparse de cuidar los médicos y la medicina.

Y ahora vamos a hablar de ciencia.

Pero hablemos de pruebas sólidas y objetivas, lejos de los debates polarizados y emocionales.

Con este objetivo, divulgar sobre la realidad y los fundamentos científicos de la homeopatía, la ANH se ha adherido a un movimiento internacional, presente en tres continentes y 15 países, para poner sobre la mesa las pruebas científicas que demuestran los efectos biológicos específicos de las soluciones homeopáticas.

¿Cuáles son esas pruebas? Experimentos y estudios científicos realizados con rigor, por investigadores internacionales de reconocido prestigio y  publicados en revistas científicas de referencia.

Empezando por la base, es decir los estudios de laboratorio que son los que nos aportan datos objetivos sobre la acción biológica de la homeopatía. Se trata de experimentos realizados en vegetales, animales o células, que muestran que las soluciones homeopáticas tienen un efecto, una actividad, cuando se administran en estos modelos experimentales.

De estos estudios vamos a ir hablando las próximas semanas en esta misma web. Con humildad pues sabemos que nos queda mucho recorrido por hacer. La homeopatía es un pequeño territorio en la inmensidad de la medicina y venimos a sumar. Pero a sumar sin complejos porque hay estudios de calidad y realizados bajo los más estrictos estándares científicos que nos dicen que sí, que hay efecto. No es placebo.

Estos experimentos han sido reproducidos por diferentes equipos de investigadores, lo que refuerza su validez científica. Por ejemplo, en el modelo de las ranas, se observa que una solución homeopática de Tiroxina es capaz de alargar significativamente el tiempo necesario para la transformación de los renacuajos en ranas, comparando con una solución neutra.

En el experimento con las lentejas de agua (una planta acuática) previamente intoxicadas por arsénico, se muestra cómo una solución homeopática de Arsenicum album es capaz de restablecer su crecimiento.

En modelos hechos con células, un experimento realizado con una solución homeopática de Gelsemium sempervirens sobre células neuronales demuestra que este medicamento homeopático estimula la producción de una hormona a nivel de estas neuronas.

¿Por qué empezar por estas pruebas de investigación realizadas en plantas, animales o células?  Porque con la metodología científica utilizada, comparando la acción de las soluciones homeopáticas frente a soluciones de referencia y neutras, no se pueden atribuir  los efectos observados a un hipotético efecto placebo. Son hechos tangibles, objetivos y probados con la ciencia.

Otro aspecto que abordaremos es lo referente a las características propias de las soluciones homeopáticas. A medida que avanza el conocimiento científico, diferentes técnicas de última generación (Resonancia Magnética Nuclear, Espectroscopia, Termoluminiscencia, Conductimetría,  etc…)  han permitido demostrar las propiedades fisicoquímicas únicas de las soluciones homeopáticas. Son diferentes de una solución neutra (agua por ejemplo) y también son diferentes entre ellas: sus propiedades fisicoquímicas varían según la sustancia de partida y según el nivel de dilución.

También se ha podido demostrar en modelos vegetales o animales que la actividad biológica es diferente según la sustancia a partir de la cual se fabrica y según el nivel de dilución. 

Ahora sabemos y hemos podido comprobar científicamente que estas propiedades únicas están asociadas a uno de los procesos claves de la fabricación de los medicamentos homeopáticos: la dinamización. Este proceso consiste en una agitación estandarizada de las diluciones. En definitiva, la ciencia muestra que la actividad de las soluciones homeopáticas está fuertemente ligada a este proceso de dinamización de las soluciones homeopáticas

Y por último abordaremos los estudios realizados en el humano, es decir los ensayos clínicos. Hay estudios de la más alta calidad como son los metaanálisis (que recopilan y analizan los datos de varios estudios) que muestran que la homeopatía tiene unos efectos más allá del simple efecto placebo.

Os invitamos a descubrir todas estas pruebas en la sección “Evidencias científicas” de HomeopatíaSuma.

La homeopatía tiene evidencias, la homeopatía tiene efecto. ¡Lo dice la ciencia!


Ivan Brull - Propietats medicinals (Propietats medicinals, 2017)

Y hablando de poesía y de folía, cuelgo aquí, en el tendedero lector, unos sonetos encadenados que escribí sobre la marcha como programa de este blogg cestochufero recién inaugurado, hace ahora doce años.Observaréis que, a parte de jugar libremente con la asonancia y la consonancia en todos ellos, el último soneto lleva tres cuartetos en vez de dos: no quise cortar el discurso natural del verso y lo dejé hacer...Por eso los dejé encadenados a su bola, que es la mía, claro!

 

martes, 14 de octubre de 2008

La transparencia del signo ( sonetos a mi bola)

Las palabras elegidas son el signo
con que el alma nos revela su sendero
y se intenta describir en tono digno
el sentido del impulso verdadero

En los nombres, en los verbos y adjetivos
injertamos la verdad que mantenemos
el scanner poderoso y objetivo
que define la mirada que tenemos

Es posible que una imagen nos traicione
proclamando a voz en cuello lo escondido
y deshaga las severas condiciones

que engañaban el curso del destino
pintando de amorosas bendiciones
lo que era sólo un sueño desvahido


 

Por eso las palabras reproducen
lo que siempre en el fondo conservamos
y aunque en fingir quizás nos empeñamos
queriendo en la tiniebla poner luces

un junguiano inconsciente nos reduce
a decir las verdades que ocultamos
y nos deja en la palma de la mano
aquello que guardaba nuestro estuche

Si el amor aprisiona y encadena
en vez de darnos alas y horizontes
donde finge alegría pondrá pena

y en vez de crecimiento en armonía
resultará una especie de condena
que hará noche feroz la luz del día


Y es bueno al escribir soltar el alma
dejar al corazón enamorado
bañarse en el candor de la palabra
para inundar de amor al ser amado

Abrir de nuevo puertas y ventanas
rompiendo las cadenas del pasado
inventar nuevas sendas encantadas
lejos del pensamiento desgastado

El amor y lo viejo se repelen
su aroma con mentira no combina
y su luz sin verdad no se sostiene

amor es deliciosa golondrina
que en el cielo su casa nueva tiene
y su dulce inocencia nos cautiva


La inocencia en amor no tiene tiempo
la edad no contamina la ternura
el alma se conserva limpia y pura
más allá de lo nuevo y de lo viejo

Quien alcanza las cumbres de su beso
con mirada distinta el mundo observa
se olvida de sus planes y reservas
y asciende la atadura al embeleso

Y más libre que nunca se descubre
en medio de una fuerza prodigiosa
que vuelca en tibio sol la negra nube
y cambia las espinas por la rosa

Nada puede callar su dulce canto
nadie falsificar tan gran prodigio
nada puede nublar tan suave encanto 

el misterio revela en lo sencillo

un abrazo profundo como el cielo
que nos lleva de pronto al infinito 






Folia: Rodrigo Martinez, 1490 - Improvisations D'Après Le Villancico Du ...

Lo más hermoso y liberador de la poesía es que no tiene edad, es libre de ataduras, su frescura lúcida escapa de cualquier molde ad hoc, y si no es así, no es poesía, ya es otra cosa. Precisamente por ello, la edad de los poetas es lo que menos importa; lo importante del alimento no es el plato en que te lo sirven, sino la sustancia y la pericia cocinadora de lo que te comes. La poesía tiene ese don de saltar por encima de tiempos y espacios, de convocar lo más hermoso y radiante del poeta y del lector, al unísono. Luego ya vendrán los datalles entrañables de la edad, las circunstancias y los rituales del convivir, pero el toque vital que te conmueve, te implica y te abraza, también desde el dolor, la frustración o el desengaño, no tiene edad ni reglas. Lo único que jamás coincide con la poesía es la mediocridad de la soberbia por muy camuflada que se presente, eso la corta como se corta la leche caliente con un zumo de limón o con vinagre. Pero tampoco es para lamentarlo, si se corta con esa facilidad, tampoco es poesía, como no es oro todo lo que reluce. Afortunadamente no es el caso de nuestro querido hermano poeta y su verso libre, cuya lectura siempre reconforta y nutre. Gracias, una vez más, amigo poeta, por hacer una buena hoguera acogedora y gozosa con los palos del sombrajo y los restos del bonsai. La libertad del verso es lo que tiene, a pesar de tanto Rinconete y Cortadillo en su patio de Monipodio institucional, que se apuntan a todo para reducirlo a nada que no sea trepar y trincar en todos los terrenos imaginables...Ains!

Verso Libre

Las vocaciones, Calderón, el bonsái y los palos del sombrajo

Publicada el 29/11/2020 a las 06:00
Infolibre 

¿Qué quieres ser de mayor?, preguntan los mayores a los jóvenes, casi siempre para evitar preguntarse cómo eran ellos en su juventud. ¿Qué voy a ser de mayor?, se preguntan los adolescentes más serios cuando dejan que la responsabilidad entre poco a poco en los ingenuos deseos infantiles.

La vida, por mucho que esté rodeada de circunstancias, es siempre una responsabilidad. El maravilloso narrador peruano Julio Ramón Ribeyro, meditando sobre su tabaquismo, confesaba que había empezado a fumar para vivir más intensamente y, sin embargo, había acabado viviendo para fumar. No es un proceso extraño. La perversión del deseo y las ambiciones está a la orden del día cuando los días se desordenan. Pasan los años, y el patriota conservador que quiso dedicarse a la política para servir a España es capaz de causarle cualquier daño para seguir cultivando su soberbia en la política. Y también hay izquierdistas, vocingleros o no, que acaban hermanados con los poderes más prepotentes y clasistas, sacrificando el pudor a su engreimiento.

¿Hay remedios para estos procesos? Desde el punto de vista social, el tiempo pasa rápido y pone a todo en mundo en su lugar. No hay otro peligro que el de algún espectáculo patético de viejo con puro, yate y novia. Desde el punto de vista personal, todo depende de la raíz. Si las ilusiones nacieron de la ambición del poder y del deslumbramiento ante el dinero, es inevitable una deriva en las aguas sucias. Pero si en la raíz estaba el amor a la patria o a la justicia social, es posible cultivar el pudor y mantener la responsabilidad personal que evite convertirnos en unos viejos traidores de nosotros mismos.

No se trata de seguir teniendo 20 o 30 años toda la vida. Muy necio es el que se vanagloria afirmando que piensa lo mismo que pensaba hace 40 años. Eso supone que vivir no le ha servido de nada y que la experiencia de la realidad le ha aprovechado poco. Pero también es muy estólido en el pudor y su propia dignidad quien se convierte en lo contrario de lo que quiso ser, humillando por soberbia a su propia familia, a los suyos, a los que intentan defender hoy sus valores de ayer. Tenía razón Ortega y Gasset cuando sostenía en las Meditaciones del Quijote aquello de que “yo soy yo y mis circunstancias”. Pero hay algún yo tan Yo que es capaz de llevarse todo por delante en cualquier circunstancia.

La verdadera vocación suele ser un buen remedio de honestidad para tratar con uno mismo. Yo me sentí poeta al final de mi infancia y he tenido suerte en la vida porque he podido dedicarme a la poesía. Mis deseos y mi responsabilidad se han tejido en esa raíz a la que respondo con un egoísmo sano para estar a bien con el paso de mis circunstancias y mis días. La misma ilusión con la que un día descubrí a García Lorca, Alberti, Cernuda, Ángela Figueras, Gloria Fuertes, Ángel González o Jaime Gil de Biedma, busca hoy a los poetas más jóvenes para ver por dónde va este género al que he dedicado la vida. El amor por la poesía me salva de convertirme en un viejo cascarrabias porque descubre siempre voces nuevas que admirar más allá de los debates coyunturales y los prejuicios.

Hace unas semanas leí un tuit de Rosa Berbel, una poeta nacida en 1997, autora de Las niñas siempre dicen la verdad (Hiperión, 2018), un libro que me gustó mucho. En el tuit celebraba la concesión de un premio a otro poeta joven, Javier Calderón (1995), alumno de doctorado en la Universidad de Granada. Enseguida sentí interés en leer Los adioses del trigo (Hiperión, 2020). Pregunté por él en algunas librerías y no se había distribuido aún. Celebré después la llegada a casa de un sobre de Hiperión, pero se trataba del envío de otro libro. Volví a preguntar, hasta que una mañana aproveché el tiempo del café en el trabajo para acercarme a buscar los poemas de Javier Calderón a la Librería Hiperión.

Me han gustado mucho. Los adioses del trigo aborda desde una experiencia joven la complejidad de la vida, la lentitud y la prisa, la inmovilidad y el tiempo, la inteligencia y la sensualidad, el proceso de hacerse y deshacerse. El libro es también una invitación a este hacer de la propia escritura porque empieza en el poema 37 y acaba en el 1. ¿Cómo entender el orden al revés? ¿Los poemas del final son el origen en busca de conclusión? ¿O se trata de empezar por lo logrado finalmente y mantener la memoria de los principios? Yo veo en los poemas de los primeros números un deseo de ser original y en los últimos, es decir, los que están al principio del libro, la capacidad de contar la propia verdad, de sentir la originalidad personal de la propia poesía, sin necesidad de ocurrencias de estilo. Hermoso pedaleo, hermosa mandarina…

Es un buen libro que habla de un amor, una forma de entender la vida y una meditación lírica sobre el proceso de la escritura. 23 años tiene Javier Calderón. Y estoy aquí, leyéndolo en este fin de semana de un difícil otoño madrileño, recordando feliz mis inicios de poeta granadino y admirando su vocación, su apuesta. Se me ha ocurrido contarlo por si a alguien le sirve este consejo pudoroso y modesto del respeto a las vocaciones más profundas, por ejemplo cultivar con cariño un bonsái, planta ornamental atrofiada mediante una técnica de origen japonés, y evitar así que la soberbia le derribe los palos del sombrajo.

 

Vale la pena disfrutar leyendo la experiencia de un periodista de verdad entrevistado por una periodista de verdad. ¡Gracias a los dos y al diario.es!


ENTREVISTA

José Martí Gómez: "Ya era hora de que se supiese que el rey Juan Carlos es un golfo"

Enric González le definió como el mejor reportero de España. Un colega al que comento que voy a entrevistarle me contesta emocionado que para él simplemente es Dios. Como González, mi amigo es de los que acostumbra a tener razón, incluso cuando parece que exagera. A José Martí Gómez estos halagos y otros le despiertan una media sonrisa pícara que tanto puede ser de sonrojo cómo de contento. A sus 83 años conserva una memoria que le permite rememorar muchas más anécdotas de las que ha resumido en sus libros. Sigue llamando a algunas de las que han sido sus fuentes durante décadas para intercambiar opiniones y rememora los tiempos en los que hablar con un ministro o un comisario no era tan difícil como ahora. 

“La profesión de atracador está tan en crisis como la de periodista”, resume. Confiesa que se siente feliz viendo todas las informaciones que están apareciendo sobre el rey Juan Carlos y explica que Jordi Pujol hace un tiempo le resumió su legado con una metáfora que él comparte: "Un buen tapiz estropeado con una cagada final".

‘El Martí’, que es como firma sus correos electrónicos, explica que es Josep para consumo catalán y José para consumo español, porque no se siente cómodo ni con unos ni con otros. En eso es como el dibujante Perich, que cuando se enfadaba con unos se llamaba Jaume y cuando lo hacía con los otros prefería ser Jaime. Ahora escribe un blog y es muy activo en Twitter porque su nieto le explicó que si no lo hacía se quedaría anticuado. El chaval vive en Estados Unidos y ya le ha dicho que cuando pueda venir le montará también un podcast.

Explica que el periodismo le ha permitido vivir muchas vidas, la de las muchas gentes que ha conocido. ¿Habría cambiado su vida por alguna de esas que conoció tan de cerca?

Hubo vidas que me interesaron y me apasionaron mucho, no sé si hasta el punto de cambiarlas por la mía. Me marcó mucho la actitud y las historias que contaban los supervivientes de Auschwitz. Me impresionó también gente que estaba en la clandestinidad y con la que no supimos ser agradecidos cuando llegó la democracia a España. Y durante todos los años que me dediqué a la crónica judicial me marcaron juicios como el de la matanza de Atocha, en el que los asesinos se comportaron de forma chulesca, o el juicio por el aceite de colza, en el que veías a personas que todavía sufrían las consecuencias de ese envenenamiento que se produjo por pura codicia.  

¿Sigue pensando que este oficio es el más hermoso del mundo?

Si te gusta, sí. Porque te permite vivir tu vida y la de mucha gente desde el momento que te la cuentan. Es un oficio que te enseña muchas cosas y que se aprende cada día. A mi edad se puede seguir aprendiendo.

En una entrevista decía que el periodista veterano con agallas para enfrentarse al poder va desapareciendo de las redacciones y que la gente joven en precario no está para el martirio. Tal vez lo que pasa es que hay muchos medios que no se atreven con el poder pero no porque no haya periodistas con agallas sino porque sus nóminas dependen en gran parte del poder, ¿no?

La prensa escrita sufre ahora una crisis muy profunda. Es probable que en un futuro no muy lejano desaparezca como un formato diario y los periódicos se conviertan en semanarios. Los que sigan deberán ser de mucha calidad y muy definidos ideológicamente. En Londres, cuando la gente leía diarios en el metro, sabías que si estaban con el Guardian eran laboristas y si leían The Telegraph sabías que votaban conservador. Hablamos de diarios muy bien informados en los que se separaba muy bien la información de la opinión. Un redactor de The Guardian pescó en un café a Harold Wilson, que entonces era el líder laborista, leyendo el Telegraph. Y cuando le preguntó le contestó: "Leo la información porque es muy buena y me salto la Opinión porque se que me ataca".

Igual ahora hay muchos periódicos en los que la diferencia entre información y opinión a menudo es indetectable.

Es así, a menudo no está nada clara. 

Muchos periodistas quieren hacer reportajes pero usted calcula que un 90% de ellos escriben un par y lo dejan porque es un género duro de pelar. De todos los reportajes que ha firmado, ¿cuáles recuerda cómo los más difíciles?

Hice uno sobre las minas de Asturias, en la época en la que morían muchos mineros, que fue duro porque veías los entierros, las familias destrozadas, la crisis económica ya latente en ese sector...También fueron duros los que escribí en el País Vasco en la época del terrorismo. Recuerdo un funeral en el que Carlos Garaicoechea, que entonces era el lehendakari, salió corriendo de la iglesia y preguntando a un escolta '¿dónde está el coche, dónde está el coche?' porque detrás tenía una mujer gritando y llamándole asesino.

¿A la hora de escribir reportajes, pero también en otros géneros, lo que falta es pisar más la calle y lo que sobra son tantas consultas en Google?

Eso seguro. El otro día escuchaba cómo se defendía la digitalización de la medicina pero se añadía que no hay que mirar solo la pantalla sino que hay que acercarse al paciente. La vida del periodista está en la calle. Otra cosa es el redactor que trabaja en Opinión u otras secciones. Pero uno que esté en la de Local o en crónica judicial tiene que salir. También es verdad que antes había más libertad para acceder a las fuentes. Ahora todo se quiere centralizar en los gabinetes de comunicación.   

¿Con alguno de los protagonistas de los casos que siguió ha mantenido después el contacto?

Con los asesinos siempre me ha dado miedo en el sentido de que me podía meter en algún lío. Con delincuentes no violentos y atracadores sí que he tenido algunos contactos. La profesión de atracador está tan en crisis como la de periodista. Me acuerdo de un atracador, Jorge Rojano Carrasco, que hablaba de los atracos como si fuese un empleado de banca, refiriéndose a la prospección de mercado o a botines no rentables. El atracador profesional no era peligroso. Lo peor de esa época eran los que daban los golpes bajo el síndrome de abstinencia. 

En su vida ha recibido 27 querellas y fue absuelto de las 27. No son pocas.

Lo que pasaba es que había una agrupación, la que es ahora Jueces para la Democracia, que me conocía y a veces me pasaba información. Cuando la publicaba, aparecía un fiscal conservador y se querellaba. Daba la casualidad que la querella iba a parar al juez que me había dado la noticia. Así que llegaba el día, yo me sentaba delante del juez y él me preguntaba: "¿Usted ha escrito esto?" Yo le contestaba que sí y entonces él añadía: "Una desgraciada información". A lo que yo solo respondía: "Qué quiere que le diga". Y entonces, mirando a la secretaria, el juez le pedía lo siguiente: "Escriba que reconoce que es una desgraciada información y que en ningún momento ha tenido la intención de injuriar a la judicatura, por la que siente un absoluto respeto". Me hacía tres preguntas más similares, yo firmaba, y ya estaba. Lo mejor es que cuando nos volvíamos a encontrar con el juez él mismo me decía: "Bueno, y ahora te voy a contar la segunda parte de la información que publicaste".

¿En la pugna política actual para decidir la cúpula del poder judicial es de los que piensa que hay jueces que intentan hacer de políticos y al revés?

Estoy indignado, dolido y decepcionado. La judicatura es un poder fáctico y conservador. Me invitaron a dar una conferencia en la Escuela Judicial, aquí en Barcelona, y cuando llegó el coloquio, las preguntas de los alumnos eran de personas absolutamente conservadoras. 

¿Qué piensa de cómo se está informando sobre la pandemia?

Diría que se está haciendo bien, teniendo en cuenta que a menudo la gente quiere escuchar solo lo que quiere que le digan y que es muy difícil informar sobre un tema tan complejo. 

¿Han faltado imágenes duras que ayudasen a mostrar mejor la realidad de lo que está pasando?

Yo lo que sé es lo que me contó una enfermera amiga mía cuando un día fui a buscarla a la salida del hospital y me dijo que allí dentro la situación era muy dura. Cogía la mano a un paciente que iba a morir pero no podía quedarse porque tenía otra mano, otro paciente, que la estaba esperando porque también se estaba muriendo.

Ahora que se habla tanto de fusiones bancarias. En su libro sobre la familia Lara revela que entre Lara hijo e Isidro Fainé, que eran buenos amigos, idearon una compleja operación para fusionar el Banco de Sabadell con La Caixa. La operación estaba perfilada pero la evitó el presidente del Sabadell, Josep Oliu. ¿Qué pasó?

Oliu la frustró porque creía que con la fusión ya no sería nadie. Fainé es muy católico, muy conservador pero es buena persona. Lara hijo también era una buena persona. Él y Fainé eran muy amigos y cuando Lara ya se estaba muriendo, Fainé iba todos los fines de semana a su casa para hacerle compañía.

En una entrevista que le hizo Enric González explicó que un directivo del Banco de Sabadell le dijo una vez a Jordi Pujol: “Si te enseñara las cuentas de los primeros 50 clientes del banco no conocerías a nadie.” ¿Significa que el poder en Catalunya ya no está controlado por las grandes familias? 

Ahora no lo controlan. Quedan muy pocas grandes familias y tienen poca incidencia. Muchas han vendido sus negocios. Hace unos días leí que Pinturas Titan, que era de los Folch-Rusiñol, será de una multinacional.

A principios del 2019 le pidió a Pujol una entrevista para hablar de la grandeza y la miseria de la política. El expresident le contestó que no pero de una manera un poco sorprendente.  

Pujol es una figura muy contradictoria. Falta por escribir la gran biografía sobre este político, la del hombre muy culto, muy católico, que al final acaba enfangado en una gran crisis de credibilidad. Hace un tiempo estaba en un acto del Colegio de Periodistas al que él asistió. Al acabar solo dos señoras y yo nos acercamos a saludarle. Supongo que muchos de los que se fueron sin decirle nada eran personas que en el pasado le adoraban. Le propuse tener una conversación para hablar de la política y Pujol me contestó con una metáfora: Un hombre está tejiendo un gran tapiz, hay gente que va observándole, unos para decir que es bonito, otros para señalar que no les gusta, y al final cuando no sabe como acabarlo mete un garabato que rompe la armonía del tapiz. Eso ha sido la Catalunya que yo he hecho, me resumió, un buen tapiz estropeado con una cagada final.

¿Está de acuerdo con el resumen que Pujol hace de su legado, es un tapiz con una cagada final? 

Es indiscutible que él hizo un buen tapiz con Catalunya pero también está la corrupción. En la historia democrática de España fue uno de los pocos estadistas. Felipe González es otro estadista, y en su caso la pifió con el GAL.  

¿Actualmente hay algún estadista?

No. Ahora lo que hay es políticos que han acabado haciendo carrera porque tienen una valía indiscutible. En el actual Gobierno hay mujeres que valoro mucho. Nadia Calviño debe pensar con lo feliz que estaba en Bruselas y lo que le toca ahora más de un día. Solo conozco a Margarita Robles y me han hablado muy bien de María Jesús Montero y de Isabel Celaá.

Dice que conoce a Margarita Robles. ¿Qué opinión tiene de ella?

Es una mujer muy honrada. Introvertida pero cuando te coge confianza es cálida. Tiene razón cuando le mete castañas a Podemos porque si formas parte de un Gobierno tienes que serle fiel y si discrepas lo que tienes que hacer es irte. En Alemania se gobierna en coalición entre la socialdemocracia y la democracia cristiana y no están todo el día peleándose. 

Se define como equidistante, lo que en Catalunya es sinónimo de ser mal visto por muchos, algunos independentistas y otros que no lo son.

Ser equidistante es ver que a veces unos tienen razón, que a veces los otros también, y que están siempre peleándose. Se debería llegar a un acuerdo. Estamos en una sociedad que no se escucha. Los presos del procés no tendrían que estar en la cárcel pero también creo que cometieron un error y que de alguna manera se tiene que pagar. Tengo una admiración profunda por Junqueras y los que se quedaron mientras que tengo un desprecio absoluto por Puigdemont y el resto de los que se fueron. 

El historiador Josep Fontana explicaba, ya antes de la efervescencia del procés, que este es un problema que requiere de un esfuerzo mutuo de comprensión que no se hace. ¿Es culpa solo de los políticos o también de los ciudadanos?

Es culpa de todos, de los políticos y de los ciudadanos. Lo estamos viendo también en Estados Unidos donde no se puede convencer a muchos votantes republicanos de que el resultado de las elecciones no es una estafa. Aquí, cuando hay quien dice lo de 'España nos roba', puede que tenga algo de razón, pero en Catalunya el partido que ha gobernado más años también robó. 

¿Cómo se le queda el cuerpo cada vez que lee alguna información sobre las cuentas del rey emérito?

Me siento feliz. Ya era hora de que se supiese que es un golfo. Cuando vivía en Londres conocía al embajador español, José Joaquín Puig de la Bellacasa, que era un monárquico de los de toda la vida. Tan monárquico que dejó la embajada para estar en la Casa del Rey. Al cabo de un tiempo, Juan Carlos llamó al ministro Fernández Ordoñez para pedirle que buscase otro destino para Puig de la Bellacasa. Le dijo 'sácalo, no lo quiero ver más'. A toda prisa le trasladaron a la embajada de Lisboa. Le fui a ver allí y me explicó que en la Zarzuela él acabó siendo el paño de lágrimas de Sofia, que le pedía que acabase con las infidelidades del rey. Cuando él le dijo a Juan Carlos que tenía que acabarse, la respuesta fue pedir que le echasen. 

Recuerdo también que un amigo le preguntó a Alberto Oliart cuál había sido su momento más complicado como ministro de Defensa y este le contestó que fue cuando vino a verle un general para comunicarle que se iba a la Zarzuela para poner firme al rey por sus devaneos amorosos. Y respecto a los negocios sospechosos, ya habían aparecido algunas informaciones en la prensa extranjera.

¿Y por qué aparecían en medios de fuera y no en los españoles? 

Porque Juan Carlos vendió muy bien la idea de que había sido el rey que trajo la democracia. Es verdad, pero lo hizo también por su propio interés. Él sabía que el franquismo sin Franco no podía seguir. 

Hace una semana, Juan Luís Cebrián reconocía en el programa Salvados que se había protegido al rey.

Es cierto, se le protegió. Y eso fue un error.

¿Qué pensó cuando leyó que exministros y exaltos cargos de los gobiernos de UCD, PSOE y PP firmaron un manifiesto en favor del reinado de Juan Carlos y reclamaron la presunción de inocencia?

Me pareció vergonzoso. Muchos de ellos ya deben estar arrepentidos de haberlo firmado.  

Ahora que se debate sobre los aciertos y errores de la Transición, ¿considera que se hizo todo lo bien que se pudo o se tendría que haber hecho más para pasar cuentas con el franquismo?

Se hizo lo que se podía hacer en ese momento y la prueba es que hubo episodios como los asesinatos de Atocha o el 'Tejeretazo'. La red del franquismo estaba aún muy presente. Ahora, a través de Vox, todavía queda alguna cosa.


Un magnífico resumen de una situación calamitosa que "lo eterno" de un sistem in failure agotado, se niega a ver, reconocer y a aceptar. Cuanto más dure el tira y afloja tóxico de los egos caducos, más largo y doloroso será el camino del presente e imposible construir un futuro sano y honesto. Gracias, Javier Pérez Royo, hermano y maestro


¿Quién ha mandado callar a quién?

eldiario.es

En la entrevista con Carlos Alsina esta pasada semana Felipe González, de manera bastante desabrida, reprochó a Adriana Lastra que lo hubiera "mandado callar" y que lo hubiera hecho con un argumento "tan pobre" como el de la "edad".

Había oído las declaraciones de Adriana Lastra y no recordaba que hubiera mandado callar al expresidente y exsecretario general del PSOE durante muchos años. Había interpretado las palabras de Adriana Lastra como una expresión de respeto hacia la figura de Felipe González, aunque también como una afirmación inequívoca de que el actual secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su equipo tenían derecho a decidir con autonomía la línea política que se debía seguir. Volví a oír las declaraciones de la portavoz del grupo parlamentario del PSOE tras haber oído la entrevista de Felipe González con Carlos Alsina y confirmé mi interpretación inicial. Mi impresión es que ha sido Felipe González quien ha mandado callar a Adriana Lastra, porque esta no ha dado su conformidad a las opiniones del expresidente. Si no me vas a dar la razón, no digas nada. A esto me sonaron las palabras de Felipe González en la entrevista con Carlos Alsina.

Pienso, además, que Adriana Lastra no utilizó el argumento de la edad, calificado como "pobre" por Felipe González. Yo, sin embargo, sí lo voy a utilizar, porque no creo que sea un argumento "pobre", sino todo lo contrario. Y tengo dos años menos que él.

El general Franco estuvo tantos años en el poder y ejerciéndolo de una manera tan radicalmente autoritaria y antidemocrática que inhabilitó para operar en democracia a dos generaciones. Tras la muerte de Franco con más de ochenta años, la dirección del país sería asumida por personas que tenían apenas cuarenta. Hay un salto de cuarenta años entre Franco y Suárez. Por eso no serían Fraga, ni Areilza, ni Silva Muñoz... quienes dirigirían la Transición, sino que lo harían Adolfo Suárez, Martín Villa, Fernando Abril...

Prácticamente toda la cohorte de políticos que acompañó a Adolfo Suárez en los primeros gobiernos de la Transición fueron "jubilados" por Felipe González y la cohorte de políticos socialistas que lo acompañaron, casi todos con edades entre los treinta y los cuarenta años. Casi ninguno de los dirigentes políticos de UCD volvió a jugar un papel político relevante tras la llegada al Gobierno de Felipe González. Sería José María Aznar, con menos de cuarenta años, el líder de la derecha española que alcanzaría la presidencia del Gobierno. Con su llegada se produciría la jubilación no de iure, pero sí de facto, de la cohorte que había acompañado a Felipe González en el Consejo de Ministros. El fracaso rotundo de Joaquín Almunia en las elecciones generales de 2000 lo ejemplificaría de manera inequívoca. Para volver al Gobierno, había que saltar de generación. Es lo que supuso la llegada, también con menos de cuarenta años, de José Luis Rodríguez Zapatero a la Secretaría General del PSOE primero y a la Presidencia del Gobierno después.

Esa trayectoria de salto generacional se interrumpe con el final de la presidencia del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Las elecciones generales de 2011 son las primeras en las que los dos candidatos de los dos partidos de gobierno, PP y PSOE, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, están más cerca de los sesenta que de los cuarenta. Se produjo una prolongación de la cohorte que había acompañado a José María Aznar en el Consejo de Ministros, pero tuvo un resultado desastroso el intento de prolongación de la cohorte que acompañó en su día a Felipe González, que acompañó a Joaquín Almunia en las elecciones de 2000 y a José Luís Rodríguez Zapatero desde 2004.

No creo que nadie tenga duda acerca de la calidad como actores políticos de Joaquín Almunia y de Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos lo han demostrado sobradamente. Pero también ambos han demostrado que no podían ser portadores de un proyecto de dirección política del país. Las cuatro legislaturas de Felipe González agotaron una fórmula de dirección política, que tenía que ser sustituida por otra distinta, que no podía ser protagonizada por nadie que hubiera participado en aquella. Joaquín Almunia podía ser un excelente comisario en la Unión Europea. Alfredo Pérez Rubalcaba podía ser un excelente ministro. Lo que no podían ser ninguno de ellos era candidato a la presidencia del Gobierno.

Mariano Rajoy es la excepción, pero la excepción que confirma la regla. No llegó a la Presidencia del Gobierno por méritos propios, sino porque la combinación de una crisis económica brutal a partir de 2008 con una crisis de la Constitución territorial como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma del Estatuto de Autonomía para Catalunya le haría competir prácticamente sin adversario en 2011. Pero en una legislatura agotaría prácticamente el proyecto político de la derecha española que tuvo su origen con José María Aznar. Por eso, la derecha española está ahora mismo en la situación en que se encuentra.

Con el final de Mariano Rajoy se ha corregido la interrupción del salto generacional que se produjo tras el final del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. Todos los protagonistas de la vida política han pasado a tener veinte años menos que sus predecesores: Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias, Albert Rivera/Inés Arrimadas, Santiago Abascal...

Es un cambio que se ha producido cuando se han cumplido más de cuarenta años de la entrada en vigor de la Constitución y ha estallado la fórmula del "bipartidismo dinástico" que ha gestionado el sistema político durante estas cuatro décadas. La Constitución sigue siendo la misma, pero el sistema político español es muy distinto desde 2015. Diría que incluso desde las elecciones europeas de mayo de 2014, que es donde quedó claro el cambio de época. No por casualidad, casi inmediatamente después de estas elecciones se produciría la abdicación del rey Juan Carlos I. Abdicación gestionada por Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba. Fue el último acto del "bipartidismo". A partir de ese momento estamos formalmente con el mismo sistema constitucional, pero materialmente con un sistema político distinto.

Y la gestión de este nuevo sistema político la tienen que hacer los y las que lo tienen que hacer. Y no pueden pretender hacerla los, ahora sobra el femenino, que hicieron la Transición. Y las enseñanzas de lo que fue la Transición sirven para lo que sirven, pero no se pueden convertir en un dogma con el que se tenga que seguir comulgando todavía hoy.

Esto es lo que educadamente dijo Adriana Lastra. No hay ninguna razón para entender que con esa expresión de manera educada de su opinión estaba mandando callar a nadie y, en consecuencia, tampoco existe ninguna razón para mandarla callar a ella.

Felipe González debería interiorizar la lección de Walter Bagehot de que quien interpreta bien una Constitución no es la generación que la hace, sino las generaciones que se educan bajo ella.

Muchas gracias, hermano Pérez Tapias, por esta clase dominical y magnífica de Ética, siempre práctica. La Ética nunca es teoría, hasta cuando se pronuncia construye, es el cimiento de lo más necesario y sin ella todo se acaba derrumbando, por eso es tan irremplazable y fundamental para la vida en común como el oxígeno para el biós


ley educativa

Sobre la conveniencia de una escuela con Ética

Los saberes, sin Ética, hoy saben a mercado y el mercado capitalista, con su lógica, sólo entiende de voracidad, competitividad y expansión ilimitadas. El PSOE debería recordarlo y cumplir el acuerdo que suscribió

José Antonio Pérez Tapias 26/11/2020 

CTX/Público 

<p>Estudiantes en una clase.</p>

Estudiantes en una clase.

Tim Evans / Pixabay

A diferencia de otros medios, en CTXT mantenemos todos nuestros artículos en abierto. Nuestra apuesta es recuperar el espíritu de la prensa independiente: ser un servicio público. Si puedes permitirte pagar 4 euros al mes, apoya a CTXT. ¡Suscríbete!

En medio de una cultura con elevado grado de cinismo en su seno es ineludible preguntarse si la moral es, o no, una farsa. Es cuestión de importancia máxima para las vidas de los individuos y para la convivencia social. Planteando asunto tan crucial desde sus primeras líneas escribió Emmanuel Lévinas su obra Totalidad e infinito, proponiendo desde ella la consideración de la ética como “filosofía primera”. Ahora no vamos a trasladar la discusión filosófica sobre qué hacer con la metafísica en la época de su crisis al debate que nos ocupa en torno a la educación en España, al hilo de la tramitación parlamentaria de la LOMLOE –aprobada en el Congreso y pendiente de su paso por el Senado–, pero sí es pertinente hacerse cargo de la interpelación levinasiana cuando aún estamos a tiempo de corregir el desacierto de excluir la asignatura de Ética en la educación secundaria en la mencionada ley, mediáticamente rotulada como “ley Celaá” para que efímeramente pase a la historia el nombre de la ministra que la ha impulsado.

Son muchas las voces que se pronuncian a favor de la presencia de la asignatura “Ética” en 4º curso de la ESO, y no sólo desde el gremio filosófico –sería un error ver en tal demanda una mera reivindicación corporativa–, sino desde muy diferentes ámbitos de la vida social, así como desde posiciones políticas del arco parlamentario que recogen tal propuesta incluso habiendo apoyado con sus votos en el Congreso la nueva ley de Educación. Después de todo se recuerda una y otra vez que la Ética como asignatura obligatoria fue contemplada en el bloque de materias filosóficas a recuperar en la educación secundaria –en la Secundaria Obligatoria en el caso de dicha materia– que recibió el apoyo unánime del Congreso de los Diputados cuando a finales de octubre de 2018 se presentó una Proposición No de Ley (PNL) a ese respecto. Que partidos de la derecha se hayan descolgado de tal compromiso no sorprende, toda vez que están embarcados, a tenor de su tónica habitual en estos tiempos, en una deslegitimación a ultranza de la ley que ahora acaba con los desaguisados que la “Ley Wert” produjo en el sistema educativo; pero que el PSOE deje a un lado un acuerdo que suscribió, creíamos que desde una sólida convicción de partido, resulta lamentable. Ojalá vuelva en la Cámara Alta a lo acordado en su día, porque hay buenas razones a favor de ello.

Quien haya seguido los pronunciamientos en torno a la Ética en la escuela cuenta ya con un elenco de argumentos bien trabados en su defensa. Por mi parte sólo pretendo reforzar ese arsenal discursivo con un planteamiento esperanzado respecto a la posibilidad de que el Grupo Parlamentario Socialista, en el Senado y luego de vuelta en el Congreso, sea sensible al fondo del problema que se debate. Éste no se reduce a una asignatura más o menos, o en lugar de otra si se le hace hueco. Que la Ética quede fuera del currículum es más que un síntoma de por dónde y hacia qué objetivos de formación se encamine el sistema educativo. Obviamente, nadie va a sostener abiertamente que la educación moral no ha de estar presente en la trayectoria educativa de alumnas y alumnos. Ahora bien, posicionamiento tan genérico pasa a tener unas connotaciones u otras cuando se discute el cómo. Es de sobra conocido que el enfoque que viene siendo dominante al respecto insiste en la transversalidad de la educación moral a través de las distintas etapas por las que pasa el alumnado, destacando que todo el profesorado y, en definitiva, la comunidad educativa, tiene en ello un papel pedagógico. Es cierto que está bien subrayar eso, máxime cuando se complementa con una asignatura denominada, por ejemplo, “Valores cívicos y éticos” en la que pueden abordarse cuestiones que van desde cómo erradicar el acoso escolar a cómo afrontar la violencia de género o cómo sumarse a los empeños contra el cambio climático. Todo ello es correcto, pues, contando con que se hace bien, contribuye a tocar problemáticas ante las cuales la sensibilización moral es necesaria. Lo que se indica a continuación cuando se postula la Ética como asignatura específica es que ello no es suficiente. La experiencia, además, contribuye a tal consideración, toda vez que con frecuencia los contenidos de una asignatura de valores –cómo se baraja, por cierto, esa diferenciación entre los valores cívicos y los éticos, es pregunta pertinente a los redactores de la nueva ley– quedan como conjunto heteróclito expuesto al albur de quien pueda encargarse de esa materia según disponibilidad en términos de horario de clases. Si añadimos la reflexión de fondo acerca del peligro de un discurso sobre valores que, por resbaladizo, puede caer en lo que Hannah Arendt denunciaba hace décadas como “retórica moral-emotiva”, más motivos hay para proponer una Ética que permita a los mismos alumnos hacer frente a la disparidad entre los valores que se predican (en el entorno escolar) y los valores que se practican (en la realidad social).

La Ética como momento crítico, reflexivo y dialógico de la educación moral

Es innegable que la formación ética no tiene sentido disociada de la misma socialización moral en la que desde niños estamos inmersos –la familia es “agente psicológico de la sociedad”, que decía Fromm, también y especialmente para transmitir hábitos y costumbres tenidos por morales– , socialización para la cual se pretende una depurada continuidad con la transversalidad en la escuela rematada por una materia de valores, sustituta de la polémica “Educación para la Ciudadanía”. El problema de ésta, dicho sea de paso, no era que supusiera un adoctrinamiento excesivo, según denuncia una derecha histriónica, sino que no solía propiciar una formación cívica consistente.  ¿Qué faltaba? La carencia estaba precisamente en la ausencia de un momento crítico y reflexivo en torno a nuestra condición moral, a las normas a las que nos obligamos, a la libertad con la consiguiente responsabilidad, a la dignidad que nos es común, a la incidencia de todo ello en el ámbito político desde la ciudadanía como reconocimiento de iguales derechos para todos… Es este tipo de cuestiones las que expresa y explícitamente puede y debe abordar una asignatura de Ética, como momento de maduración también intelectual de ese proceso educativo que los griegos denominaban paideia –Javier de Lucas, hoy senador independiente en el Grupo Socialista lo recordaba recientemente en un brillante artículo–, insertando esa reflexividad crítica en la misma formación del carácter.

A quienes piensen que estamos tan adelantados que nuestra pedagogía no necesita el milenario invento de la reflexión ética en torno a razones bien se les puede responder con una analogía: no por haber sido socializados en una lengua, a la que incluso llamamos materna, venimos a decir que no es necesaria la asignatura de Lengua, y en diferentes cursos, para aprender conscientemente lo relativo a un uso correcto de su bagaje semántico, sus normas sintácticas y su pragmática en diferentes contextos, para poner en las mejores condiciones posibles nuestros recursos comunicativos. Con la Ética se trata de poner a punto crítica, reflexiva y dialógicamente las capacidades que acompañan a nuestra condición moral para que el proceso de subjetivación de nuestra identidad como sujetos morales no quede ayuno de recursos imprescindibles para una vida emancipada y una existencia con otros capaz de compromisos solidarios.

No hace falta decir que la articulación del proceso de docencia-aprendizaje en Ética requiere tanto un profesorado habilitado para ello, así como un diseño de la asignatura adecuado, en el caso que nos ocupa, a adolescentes entre 15 y 16 años. Hay que enfatizar que a esa edad cuentan con experiencias vitales y recursos intelectuales que posibilitan, a su escala, un tratamiento idóneo de las cuestiones nucleares que en ese momento crítico y reflexivo deben abordarse. Sin duda, aportaciones como las de Kohlberg en torno a la maduración progresiva de la conciencia moral nos ilustran acerca de cómo en la adolescencia puede formarse la capacidad para el juicio moral, dada la posibilidad de entrar en un diálogo en el que emerja luz en torno a los derechos que supone la dignidad, los deberes que implica la justicia y aquello a lo que obligan exigencias de igualdad social y entre mujeres y varones.

El humanismo de una Ética laica

No cabe duda de que la savia nutriente de una asignatura de Ética –que nunca se pensó filosóficamente como alternativa a la Religión desde el momento en que argumenta su pertinencia como válida para todos, sean creyentes o no– la suministra una larga tradición humanista que, depurada de sus derivas conservadoras y de la manipulación ideológica de un humanismo demasiadas veces sesgado en términos etnocéntricos y patriarcales, cabe que se vea rehabilitada en términos de un humanismo ético hoy necesario –laico y republicano, como Claude Lefort pone de relieve rescatando el humanismo surgido en el Renacimiento–. Tal humanismo es el que sitúa en la interpelación que desde la alteridad se nos formula la raíz de una libertad que no se confunde con privilegio porque en la responsabilidad por el otro, y por los otros más allá de las relaciones personales, pone el contrapunto que la hace madurar éticamente. Es así como desde una asignatura bien desplegada según una exigencia “ético-educativa”, la contribución a la formación moral será sustancial para potenciar, haciendo de la razón pasión a favor de una praxis de liberación –lo apuntaba Spinoza desde su Ética– y para dotar a los individuos de potenciales de resistencia frente a la injusticia, como Adorno subraya al hablar de “educación para la emancipación”. Con la Ética en el currículum pasamos a disponer social, comunitaria e individualmente de recursos para reganar un “sentido” de la educación –excelente planteamiento al respecto el que hace el profesor argentino Daniel Berisso en su libro sobre ¿Qué clase de dar es dar clase?- que vaya más allá de su atasco en el plano de la mera gestión de conocimientos o en la cortedad de un enfoque de lo correcto con miras que no van más allá de adquirir competencias para la enésima modernización.

Sería injusto privar al conjunto de nuestros estudiantes de Secundaria Obligatoria –muchas y muchos de ellos no tendrán otra ocasión de acercarse a la filosofía– del momento en que confrontarse a preguntas como por qué ser morales y no inmorales, por qué defender derechos para todas y todos y no quedar sometidos a sólo intereses, por qué ponerme en lugar del otro y no permanecer sin más en el pedestal de mi ego, por qué el bien y no el mal… (máxime si con éste se sale ganando). No es el objetivo situar a los alumnos en la arcadia de un mundo inexistente, pero sí enseñarles a aguzar la mirada para en medio de los conflictos poder abordarlos con criterios éticos, en procesos democráticas poder optar a favor de que la legalidad se aproxime a lo justo, en realidades multiculturales poder contar con recursos para vislumbrar un núcleo ético común, en sociedades de inmigración poder decirse por qué ser hospitalarios, en una Tierra limitada tener claro por qué adoptar pautas ecológicas en nuestro modo de vida, en un mundo con muchas dosis de deshumanización poder descubrir lo susceptible de ser valorado como humanizante…  Son preguntas que exigen razones y si bien un curso de Ética no las va a agotar, sí es el marco pedagógico para enseñar a abordarlas. Llegado el caso hasta será pertinente comentar con alumnas y alumnos por qué Sócrates, en el punto de arranque precisamente de la tradición que llega hasta nosotros legándonos una herencia ética en la que se conjugaban verdad y justicia, o filosofía y democracia, decía en primera persona aquello de que prefería padecer la injusticia a practicarla. ¿Por qué ese compromiso anticonformista de no violencia, y a la vez de lealtad a la polis y de ejercicio de una prístina desobediencia civil con buenos argumentos a su favor?

Hay mucho que hacer en Ética. Por eso muchos sumamos nuestras voces al coro que recuerda al PSOE que no queremos una escuela sin Ética. Y antes de repetir en el Senado lo que consideramos un error en la ley tal como ha salido del Congreso esperamos aún del Partido Socialista que recupere de camino la impronta ética del socialismo, que nada tenía que ver con soflamas moralistas, sino que por el contrario hasta llegaba a combinar las respectivas herencias de Marx y Kant, antes de que la socialdemocracia europea se dejara atrapar por aquel positivismo que le llevó a hacer suya esa visión mecanicista del progreso que Walter Benjamin puso en el punto de mira de su crítica por burguesa. Los muchos saberes que en el sistema educativo se transmiten quedan lejos de la sabiduría moral que nos humaniza si quedan en ayunas de Ética. O dicho de otra manera: los saberes, sin Ética, hoy saben a mercado y el mercado capitalista, con su lógica, sólo entiende de voracidad, competitividad y expansión ilimitadas. ¿Por qué priorizar la vida digna frente a requerimientos del mercado? Demos una oportunidad a la Ética en 4º de ESO.