viernes, 6 de septiembre de 2019

Domenico Lucano, alcalde de Riace en plena Italia vacía, convertido en refugiado y perseguido por ser un gestor municipal decente y lúcido, vuelve a casa, de la que nunca debió ser expulsado por la barbarie y la miseria moral de Salvini, que a su vez será expulsado del ministerio que nunca debió presidir. Las vueltas que da la vida...



Un tribunal de la región de Calabria revocó hoy la prohibición al alcalde de Riace, Domenico Lucano, de residir en ese pueblo costero del sur de Italia que se convirtió en modelo de integración para los inmigrantes. La prohibición ha sido levantada después de que recurrieran sus abogados, mientras Lucano está siendo investigado por supuestas irregularidades en la recepción de inmigrantes en Riace, la localidad que se hizo famosa como símbolo de la acogida.
En octubre de 2018, el alcalde fue puesto bajo arresto domiciliario bajo la acusación de favorecer la inmigración ilegal, y una semanas después fue puesto en libertad pero con la prohibición de residencia en su localidad. "Me siento feliz. Voy a regresar inmediatamente a Riace para ver a mi padre de nuevo, y mi casa", dijo Lucano en sus primeras palabras tras conocer la decisión. Lucano fue acusado de irregularidad en la atribución del servicio de recogida de basuras y en la gestión del sistema de acogida de los solicitantes de asilo a través de matrimonios de conveniencia.


El alcalde dijo entonces que "Riace representa una idea que va en contra de la civilización de la barbarie". El alcalde es promotor de un aplaudido sistema de acogida para los solicitantes de asilo en un pueblo que registraba una grave despoblación.

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