domingo, 8 de diciembre de 2019

¡Bravo, Manel Fontdevila! Seguramente el fenómeno Greta Thumberg es el espejo de nuestra debilidad consciente y aplastante como especie llena de contradicciones y de juicios miedosos; a la humanidad descerebrada no le mola reconocer su imagen real,la realidad débil y desvalida por sí misma, sumergida en la basura que soporta y que al mismo tiempo todos "creamos" teledirigidos sin poder evitarlo. Ese es el enfado superlegítimo de Greta, que debería ser de todos: nuestra resignación deprimente, de la que hay que salir asumiendo y reconociendo sin paliativos TODAS las goteras del sistem in failure y hacer el prodigio global de que a pesar de ello, nazca cada mañana la esperanza. Menudo reto ¿verdad? Ni Harry Potter ni la Virgen de Lourdes lo pueden amañar entre magias y milagros chapuza. Solo nosotras y nosotros...Eso es lo que grita Greta y Greta grita...Lo que cada ser humano medianamente normalet, grita en silencio: si esto es todo lo que hemos conseguido como especie, vaya mierda de historia, de conquistas y logros; para acabar así no hacía falta tanto bombo y platillo, maldita sea su estampa! A nadie, salvo a la lucidez patológica y nada ilusa de los depresivos y peña con Asperger, le preocupa ver el "triunfo" demoledor de sus peores condiciones, ni tener que bailar con el parejo y la pareja más feos de la fiesta: el fracaso y la estupìdez como fenómenos inseparables del género humano(¿?), que en el rechazo a Greta, se está denuciando y rechazando a sí mismo, igualito que Donald Trump. Una humanidad para el psiquiatra. Ains!


¿Quién quiere a Greta Thunberg?










¿Quién quiere a Greta Thunberg?








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