viernes, 27 de marzo de 2020

¿Y si la pandemia fuese el simple resultado de unos excesos tóxicos ya insostenibles?




Suelo escribir por la mañanas. Es cuando las ideas me resultan más claras y directas, cuando tengo la visión menos contaminada y la realidad me muestra sus intimidades con más exactitud, cuando tengo más posibilidades de no haber contaminado la percepción con mis propios pensamientos. 
Esta mañana, al despertar, el silencio y la respiración consciente me han conducido a un paisaje cognitivo que hasta ahora me había pasado desapercibido. Una especie de convicción instantánea, como cuando de repente caes en la cuenta de que no has perdido las llaves, sino que simplemente las dejaste en el bolsillo del abrigo en vez de en el cajón habitual donde las guardas. Y de pronto las llaves se manifiestan y "te llaman" desde el lugar donde las dejaste. 
Algo así me ha demostrado de golpe que posiblemente esta pandemia no sea en su origen lo que parece: una infección, sino el terreno abonado por saturación de una intoxicación global generalizada in cescendo que se ha hecho evidente cuando se han manifestado las infecciones víricas habituales del otoño-invierno, por eso los casos más graves y numerosos están en el hemisferio Norte, porque en el Sur es verano. Posiblemente con el cambio de estaciones cambie también el ímpetu del "contagio" y el número de contagiados decrezca al Norte y aumente en el Sur.
Es seguramente cierto que la atmósfera de nuestro planeta está por los suelos debido a los excesos de emisiones tóxicas. Todos los combustibles se queman y emiten gases letales cuya emisión y peligro son exponenciales de día en día por acumulación y sin espacios ni tiempos de descanso que permitan regenerar el sistema atmosférico y la mismo tiempo el aparato respiratorio de los seres vivos, especialmente los humanos, que son los que ahora padecemos ese gravísimo déficit de Oxígeno y la consiguiente agresión del Carbono en modo anhídrido con todas sus "especialidades" adjuntas. 
El siguiente paso de la reflexión ha sido ir a la fuente del Oxígeno: el combinado entre el mundo vegetal de los bosques y selvas en extinción exponencial y la luz solar que posibilita la formación de la clorofila que hace posible el Oxígeno que nos permite vivir a base de respirar en limpio la misma sustancia de la vida orgánica que hace posible la sensibilidad biológica, la emoción, el pensamiento, las funciones dinámicas, metabólicas, hormonales, motrices, mentales, psicoemocionales, los sentimientos y la conciencia consciente. Ese mapa antropológico a día de hoy, depende directamente del Oxígeno y de la Luz solar, o sea de las placas solares y de las aspas eólicas. Necesitamos urgentemente bosques y selvas para frenar no solo los virus, sino sobre todo su "habitat" que es incompatible con la vida humana y animal. Y ¿qué ha pasado a lo largo de los últimos años, y especialmente entre 2018/2019? Que los incendios forestales provocados y consentidos, se han extendido y destrozado una gran parte de los pulmones planetarios. La Amazonia, los bosques de California, de Australia, de Siberia han ardido a coro en millones de hectáreas ante la pasividad de los gerifaltes mundiales del capitalismo, centrados en rentabilizar esos territorios como grandes extensiones de cultivos y de pastos que faciliten el negocio de los grandes productores e intermediarios, de modo que los pequeños y ecológicos proyectos que permiten el equilibrio biológico y la supervivencia del Planeta, desaparezcan porque no son rentables ni crean millonarios oportunistas, que luego manejarán las políticas del mundo desde las las bolsas y truts bancarios globalizados.  
El negacionismo del problemón climático ha llevado a los gestores del exterminio a provocar el finiquito de la misma humanidad que necesitan para explotar y exprimir, mientras inventan robots que la puedan sustituir en sus tareas. De modo que la excusa de una pandemia les viene al pelo para que el miedo remate su tarea. La ciencia debería tomar conciencia y salirse del bucle del ppoder killer, si es que pretende ser ciencia y no destrucción al servicio del Big Brother. Una vacuna que aparentemente acabe con el virus será de nuevo pan para hoy y hambre para mañana. Poner una tirita en vez de puntos en una herida inmensa. 
Los seres humanos se están empezando a asfixiar por falta de oxígeno en una atmósfera corrompida por los incendios, y los ataques estacionales de los virus y sus gripes serán cada vez más mortíferos si el modo incendio elimina del Planeta sus pulmones por medio de una neumonía globalizada a nivel vegetal sin atmósfera limpia respirable ni árboles capaces de aportar el Oxígeno imprescindible. 
Cuidado, porque estamos en un punto crucial: filtrando el mosquito y tragándonos el camello. Detectamos casos gripales gastando un pastón en los tests, pero el Oxígeno no se repone sin árboles y el carbono aumenta con la combustión constante que necesitamos para "cortar" las maldades de los virus, desatados por ese medioambiente podrido que es nuestro habitat. 
A la vista está que si el contacto humano fuese el único modo de contagio y única causa de la enfermedad, no habría casos de gripe coroneta en los pueblos pequeños , pero no es así, también en la España vacía se están produciendo "contagios" imposibles de neumonía en personas mayores o con problemas de asma y mala salud. Incluso ahí está el hecho de que ahora la mortalidad infantil en el tercer mundo la esté protagonizando la neumonía y no el hambre, las diarreas, la deshidratación,la disentería o la malaria, eso debería dar que pensar a nuestros científicos, al parecer más interesados en descubrir las fotos de Andrómeda o la conquista de Plutón que interesados por la salud de la Tierra, que también es la suya. La realidad es que nuestra atmósfera, abierta en canal por millones de aviones tirando constantemente gases tóxicos al aire y con cada vez menos repuesto oxigenador vegetal, está en las últimas boqueadas.  Simplemente la humanidad se ahoga en su mismo jugo consumidor enloquecido. Y no se entera. Por ello solo se esfuerza para que todo ¡¡¡¡¡vuelva  a la normalidad!!!! Tomayá.
Con la misma urgencia y tesón que se invierte en tests y vacunas posibles, hay que invertir globalmente en energías solar y eólica, como en repoblar superficies vegetales arrasadas,  si es que se quiere sobrevivir y clausurar ya los pozos de petróleo y las minas de carbón, que están como telón de fondo del problema de salud. La energía alternativa también da trabajo y los estados del petróleo tienen espléndidos desiertos para hacer que el mundo funcione sin contaminar nada, pues en esas extensiones inmensas el aire y el sol junto a la tierra son los únicos elementos que pueden vivir y producir sin contaminar ni matar. Nunca será lo mismo una pista de patinaje sobre hielo en los Emiratos Árabes, mantenida con energía solar que con petróleo. Además de salir mucho más barato el sol y el viento que la mano de obra esclava. Energía que se podrá exportar sin necesidad de dejar el mundo hecho un desastre.

Es urgente hacer que los edificios lleven ya placas de autoconsumo subvencionadas por los estados, huertos urbanos en las azoteas y espacios  públicos, plantar árboles y vida vegetal en todas partes, llenar con ellas nuestras casas, y promocionar la autonomía en red de las comunidades humanas, con unos convenios estructurales comunitarios de solidaridad social y comercio limpio y justo, sin permitir mediante leyes e inspecciones, que grandes bolsas de miseria destruyan a los seres humanos por un lado con la enfermedad y la muerte causadas por la irresponsabilidad y el egoísmo y por otro  con la imposibilidad de avanzar y crecer como seres Humanos de verdad y no como marionetas en mogollón de la nada, verdadera plaga invasora,  sin más sentido que depredar "por necesidad" y crear la miseria de largo alcance que generamos sin saberlo mientras la calificamos de "prosperidad" e incluso "estado de bienestar".
Nuestro cambio de perspectiva es imprescindible, personal, social y globalmente. Y aunque algunos se obstinen durante un tiempo en negar la evidencia, las bofetadas terribles de la realidad harán su labor, sin duda.
El virus solo está haciendo evidente y acelerado el lento proceso de asfixia tóxica planetaria que hasta ahora se ha ido manifestando en alergias, resfriados, psoriasis, intolerancias, infartos o enfermedades degenerativas y hasta algunas ilocalizables en su etiología que ya se llaman "raras"porque nadie sabe de donde salen. Pues sí, seguramente salen del mismo origen que el coronavirus, que el egocentrismo y la ignorancia resabiada a tutiplén, y que las pulsiones más primarias y estúpidas con  su ceguera adjunta: de la misma "matrix"-finiquito.

No hay comentarios: