jueves, 19 de marzo de 2020

Como tantas veces, Manel, nos hemos leído el pensamiento mutuamente. Ayer, lo más encantador del discurso real, fue no tener que apagar la tele para no oirlo: las cacerolas, cazos y sartenes dieron un concierto maravilloso en el deslunado de mi casa. Una polifonía tan reconfortante que podría haber sido un referendum en sí misma...Que ha sido, en verdad, un referendum espontáneo. No sé a qué espera para despertarse ese completísimo, democrático e impecable estado de derecho, tan laico como aconfesional, tan respetuoso con su plurinacionalidad constitucional, su libertad de expresión sin amenazas ni cárceles por disentir y decirlo, tan igualitario, transparente, justo, incorruptible y eso (¡?)....

El discurso del reyEL DISCURSO DE REY

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