El cesto de las chufas: Durar es también evolucionar mientras se despierta y se crece. Sin despertar no hay crecimiento integrativo, sólo duración, que empieza y acaba nada más, porque no se cuenta con el espíritu que mueve y alimenta almas, mentes y conciencias. Lo de durar sirve de muy poco si no hay un DESPERTAR como experiencia individual y colectiva, por divino "contagio" materializable, que nos da la vuelta como a un calcetín, para siempre y sin marcha atrás, pase lo que pase. Así lo duro se ablanda por sí mismo. La basura acaba siendo abono, las tinieblas luz y la enfermedad, medicina y sanación. ¿Qué habría pasado en la transmisión histórica del Evangelio si Saulo de Tarso no se hubiese caído del caballo camino de Damasco para liquidar, ¡en el nombre de Yavéh?, a los seguidores de Jesús que ya vivían el evangelio, "la buena noticia" recién estrenada como experiencia y no como discurso religioso, en este mundo, que para Saulo, hasta ese momento había sido y era una herejía? Entonces Saulo, el marisabidillo bíblico profesional, se transformó en Pablo, Paulus, en latín: pequeño, humilde, sencillo y capaz de dejarnos en herencia nada menos que el capítulo trece de la Carta a los Corintios con una duración intensa, infinita y práctica al mil por mil. A ver quién es el/a list@ que puede negar una realidad inagotable y constantemente viva en su contenido práctico. De poco y de nada sirve durar mucho si lo que dura no da para más que tiempo hueco, rutina, teorías sin fuste, mitologías, cansancio, beato aburrimiento y vacío sin límites, mientras nada cambia a mejor dentro y fuera de nosotr@s, sino a peor, para acabarlo de arreglar...Demos el salto del Saulo al Pablo y fliparemos expandid@s en los colores que aportamos TOD@S las gotitas diminutas en el océano sin bordes ni fronteras de la gracia inagotable siempre in crescendo y del amor infinito!!! Nuevos caminos, nueva vida constante, así naciendo, resucitando y despertando a cada instante, en cada inspirada y creadora revelación .