jueves, 2 de febrero de 2023

Totalmente, y una vez más, Javier Gallego da en el clavo; gracias por compartir estas reflexiones y sugerencias absolutamente imprescindibles, a Javier por pensarla y escribirlas y al diario.es por publicarlas


La ley del no es no

La ministra de Igualdad, Irene Montero, en una imagen de archivo

29

La reforma de la Ley del Solo Sí es Sí que quiere hacer el PSOE no evitará la reducción de penas ni las excarcelaciones. Dejemos esto claro. Aunque la deroguen, los condenados antes de la Ley del Consentimiento podrán seguir acogiéndose a ella para pedir una revisión de penas porque los jueces tienen la obligación de aplicar siempre la norma más beneficiosa para el reo de todas las que han estado en vigor. El problema ya no tiene solución para las condenas pasadas, solo para las sentencias futuras. El “efecto indeseado” del goteo de rebajas y salidas de prisión, que dicen querer eliminar, va a seguir sucediendo. Pedro Sánchez solo quiere y solo puede maquillar el resultado. 

El presidente está intentando amainar cuanto antes la tormenta volviendo a las penas anteriores, más altas que las actuales, pero manteniendo la redacción del concepto de “consentimiento” tal como está ahora. Para que nadie pueda decirle que favorece a los violadores. Es la misma propuesta que hace el PP y es contraria al criterio de Podemos. El ministerio de Irene Montero impulsó una legislación menos punitiva y más precisa para que los jueces tuvieran más elementos y fueran más exactos al enjuiciar. Pero cometieron una imprecisión. Dejaron una puerta abierta por la que cabía la reducción de algunas penas. Digan lo que digan, o aunque no lo digan, yo digo lo que dije: fue un error. 

Si no, no estaríamos aquí. El propio Ministerio de Igualdad lo reconoce sin decirlo cuando acepta que está dispuesto a subir las penas más bajas, como ha apuntado la Delegada contra la Violencia de Género, la jueza Victoria Rosell. Lo reconoce cuando acepta introducir una corrección en el texto que evite en el futuro las interpretaciones erróneas. Esa llave para cerrar la puerta existía y no se usó. Se llama “disposición transitoria”, un apéndice a las leyes que concreta su aplicación. La recomendaron algunos juristas, también juristas feministas, como la asociación Themis, para evitar lo que ha pasado. Igualdad esgrimió la disposición 5ª del Código Penal de 1995 que evita esa revisión a la baja, pero muchos juristas volvieron a discrepar: esa disposición dejó de estar en vigor en el 96. 

Pero supongamos que el Ministerio de Igualdad lo hizo todo bien, supongamos que Podemos es infalible y que la izquierda nunca se equivoca (excepto los que disentimos, que estamos equivocados), y supongamos que el Consejo de Ministros y el Ministerio de Justicia que revisaron el texto estuvieron impecables, y que es intachable la mayoría del Congreso que aprobó la ley, y que todos los jueces y juezas que han rebajado penas son machistas con un sesgo de género, y que es un montaje de la derecha para hundir a Montero y la coalición. Supongamos todo eso, que es mucho suponer, pero supongámoslo. Más a mi favor. Si sabes que hay una caverna política, mediática y judicial, no les des la oportunidad. No solo por ti sino por la sociedad a la que inquieta esta situación y, sobre todo, por ellas: por las víctimas. 

No es solo el daño que se le está haciendo a una ley justa y necesaria, una buena ley en su planteamiento, no es solo el daño que se le hace a un Gobierno de coalición que está ampliando derechos, es el daño que se les hace a las mujeres violadas a las que agrede este goteo. Pero de nada sirve lamentarse ahora, toca buscar una solución. Estoy con el Ministerio de Igualdad en que el problema de la violencia machista no se resuelve con más punición sino con más protección, con una ley integral. Estoy con Podemos cuando se opone a volver a las penas anteriores en los casos de “violencia e intimidación” porque eso diluye la fuerza del consentimiento dentro de la ley y vuelve a poner sobre las mujeres la responsabilidad de probar que se resistieron o las intimidaron, que es el marco que la derecha quiere imponer y que esta ley quería evitar. 

Pero no estoy con la ministra Irene Montero cuando dice que el error no es suyo, es de todos los demás. Ni a Belarra cuando lo reduce a un temblor de piernas del PSOE frente a la derecha. No es un temblor del PSOE, hay un temblor social. No deben convertir su pelea por salvar la ley del solo sí es sí en su personal ley del no es no. No a todo y a todos. Porque también es un no a víctimas y ciudadanos que están alarmados. Hubo un error del Gobierno, aunque solo fuera un error de cálculo, y los responsables deben asumirlo y encontrar la mejor salida. Ambas partes están trabajando por el acuerdo. El acuerdo implica cesión. De los dos. La batalla por el relato se ha perdido por el momento, pero se puede ganar si convierte el error en acierto con un buen acuerdo que tranquilice a la ciudadanía sin traicionar el espíritu de la ley. Se trata de salvar no solo la ley sino a la izquierda en las próximas elecciones.  

 

Comentario del blogg


Precisamente convertir el error en acierto es la clave, pero ¿cómo se hace, fingiendo que se cambia solo una  estrategia o cambiando de verdad como transformación de lo imposible en posible, incluidas ideas y actitudes que cambian realidades y no solo situaciones para salvar trámites de fabricación propia, aunque los resultados sean lo contrario de lo que se pretendía que fuesen? 

Hasta ahora en la política solo se ha operado en plan batallas y luchas puntuales  por imponer el relato de cada cual, pero ya se ha comprobado -a lo largo de siglos, años, meses y días- que como sistema eso solo conduce a mantener en pie el mismo laberinto de siempre, para acabar en las mismas de siempre. Que todo siga igual: reducido a una absurda y mecánica batalla entre bandos para ganar y perder, mucho más que en civilizarse junt@s para despertar y tender puentes, salvar abismos, resolver y construir, en vez de solamente ganar y vencer para que se sigan imponiendo, como de costumbre, los más poderosos sobre las más débiles. 

No tiene mucho sentido que si la guerra y la confrontación son las huellas históricas y básicas de un machismo bestiadeforme que denuncian con muchísimos motivos más que justificados, las mujeres , pretendiendo ser distintas, sigan por el mismo camino macheras tan beligerantemente inútil, agotador, confuso y en constante plan pescadilla que se muerde la cola, o sea, para acabar como Medeas legislativas siendo, en realidad madres y hermanas globales. Y que vayan saliendo del tradicional laberinto que dirige la bulimia devoradora del mismo Minotauro ya globalizado, como denuncia Varoufakis en uno de sus libros. 

¿Tiene sentido que las mujeres caigan en las mismas trampas antinómicas e irresolubles que los hombres, si de verdad somos distintas, más lúcidas, concretas e inteligentes, como pretende demostrar el feminismo más empecinado y "luchador"? ¿Tiene sentido la cansina "lucha", la pugna y el forcejeo agotador y más bien estéril, de una sensibilidad más innovadora y necesaria contra otra más embrutecida y ya, a todas luces, hasta planetariamente obsoleta y caducada? ¿Puede convertirse el feminismo en la cara oculta e inconsciente de otra forma de machismo cabezón y tan cegato como su cara opuesta, como para ser incapaz de reconocer y corregir sus propios y naturales errores -como hace el machismo-? 

De hecho el invento clasificador que amontona a los seres humanos en "istas"  e "ismos" es el modo de masificar y teledirigir la individualidad imprescindible de la conciencia humana para poder evolucionar y hacerse cargo de sí misma, al mismo tiempo que de su universalidad autorresponsable y a la vez compartida y sorofraterna, una asignatura pendiente que nuestra especie parece no asumir como base de tantísimos problemas, que ya no existirían si hubiésemos aprobado el curso completo en tantas convocatorias, a las que nunca hemos acudido en cantidad adecuada como para aprobar en mayoría cuántica el curso completo y así  pasar al siguiente plano evolutivo, donde por  fortuna y gracia bendita, nada será como ahora, eso por descontado. Y no es cosa de fe, sino de simple lógica: ¿cómo podría ser posible una vida mejor y más larga, en  semejante marrón cada vez más glacée,  plus congelée y menos soportable?

Vuelvo a Unamuno: lo fundamental no es vencer sino convencer, no solo seducir ni decorar el formato, ni cambiar solo la escenografía sino convertirse y transformarse día a día, en la esencia de lo que Es. Ese proceso nunca es violento aunque se produzca en medio de violencias generalizadas y por ello tiene una energía transformadora mucho más eficaz y profunda que la violencia, la fuerza, la rabia y la venganza "justa" de las leyes habituales y no digamos nada de sus desmadres utilizados más como castigo que como pedagogía para la necesaria rehabilitación. En realidad el perdón activo rehabilita y cura, por eso es mucho más eficaz y terapéutico que el castigo, que en realidad acaba por convertir al verdugo en víctima y darle "razones" suficientes para vengarse socialmente en cuanto pueda. El delito siempre es consecuencia de una tara y de una o varias carencias psicoemocionales. 

Recuerdo y nunca olvidaré a delincuentes reclusos que en la cárcel asistían voluntariamente a terapias; de repente, despertaban, y lo primero que decían, mientras lloraban como niños,eran frases de  este calado: "¿Pero dónde he estado yo tantos años?¿Cómo he podido estar tan mal sin darme cuenta nunca? ¿Qué hecho y por qué hecho tantas burradas? ¿Dónde estaba yo mientras una parte de mí hacía cosas horribles?" Luego elegían estudiar, apuntarse a talleres y centrarse en ayudar a los compañeros de prisión, en pedir perdón a sus familias y a sus víctimas...En las cárceles de mujeres, pasaba lo mismo. En Valencia, creo racordar que siendo directora Mercedes Gallizo, sucedieron cosas extraordinarias. Una mujer sencillamente sin ningún "ismo"  ni etiqueta a la hora de asumir responsabilidades. Con mucha más paz y equilibrio que "lucha"y conflicto permanente, y eso que motivos los había a montones cada día, tanto en València como, luego,  en Picassent. También lo pude comprobar y disfrutar en El Dueso, en Cantabria, durante algunos veranos de "turismo" sorofraterno de nave en nave, de grupo en grupo. 

Sí, las mujeres tenemos el don de transmutar naturalmente, zigotos en vida humana, la necesidad en atención, la "lucha" en comida familiar, los conflictos en soluciones beneficiosas, pero no como masculinizada estrategia para vencer a nadie, sino como disfrute cariñoso que fortalece y anima, que refuerza, vivifica y da salud profunda a quienes aman sanamente a nuestr@s semejantes, con lo mejor de la madre y del padre tanto en el corazón como en la inteligencia, o sea, en los mejores y más luminosos sentimientos. Sin necesidad de apuntarse ni dejarse atar por ningún "ismo" clasificador.

Cuando se consiga descubrir y reconocer ese estado natural en género femenino y masculino ya no será necesaria ninguna ley ni de sí ni de no. Porque la función de las leyes prehumanizantes es suplir la auctoritas natural y nouménica de una conciencia personal y común que aun no está activada, pues para ello tenemos que intuirla, experimentarla y ponerla en marcha. Lo que las religiones han confundido con "convertirse". Sin comprender que esa conversión no es cosa de dogmas ni solo de conceptos, sino sobre todo de visión y de conductas discernidas y elegidas libremente en la luz interna, sin que nadie ate a nadie a nada. Puesto que esa conciencia que es espíritu sin más enredos, es la Libertad creadora de la que formamos parte, que Somos. Claro, que eso lleva su tiempo y no se improvisa, aunque un día aparezca de repente y contagie, sin hacer ruidos ni aspavientos, hasta el trocico de mundo que nos rodea. 

Mientras tanto, trabajemos junt@s mano a mano, sin golpes, pero escucha a escucha y abrazo a abrazo, y no a coces ni a rebuznos ppolitizados, ppersistentes y cada vez más lejos de ser humanidad para convertirnos en conflicto inútil y manipulable por la parte más ignorante y mandamás de nuestra especie, que acaba dando lugar y materialización a lo que teóricamente se pretende eliminar "combatiendo" con las mismas armas y estrategias que teóricamente se intentaban erradicar. Enredad@s en la mierda psicoemocional de la misma cloaca, de ese absurdo "y tú más", es imposible encontrar la higiene necesaria. Lo más sensato es reconocer que la ducha, el jabón y las toallas las necesitamos tod@s, sin excepciones y a cada paso. La soberbia, la obstinación y la cabezonería del "orgullo dogmático", solo se remedian con la higiene y la frescura de la humildad, del entendimiento, del respeto, de la escucha mutua y de la cooperación im-pres-cin-di-bles.

En los adentros están las llaves para salir de todas las cárceles, incluida la del "ppoder" siempre con complejo de superioridad, inexistente en este estado evolutivo, que en realidad encadena y nunca libera ni en lo personal ni en lo común, aunque desde el baile de máscaras de la apariencia, lo parezca. 

Todo es y será teatro y farsa si no hay conciencia despierta individual/colectiva y si la experiencia de la luz solo se reduce a riquezas  para cuatro gatos y a pago de recibos para millones de estafad@s. Cuando en realidad tod@s la llevamos dentro, pero... sin dar con el interruptor, que es el Amor Infinito que somos, del que las mujeres/madres están muy cerquita, igual que los hombres/madre, que también los hay, empezando por esa rareza a la que llaman "dios", porque, hasta ahora, no nos hemos permitido  dar para más. Afortunadamente, hemos llegado al tope antes de desaparecer. Ya es tiempo de dejar de agotarse como gusanos de seda muertos, hasta materialmente haciendo el capullo, y de empezar a poner en marcha las alas, como nuevas mariposas sembradoras de vida y de esperanza, que van transmutando la creación a mejor por donde pasan. Ya es hora, ¿no? Hále, carinyets in the parra, a despertar y a cambiar de orientación y destino ya mismo, porfis...La cosa no depende de leyes, sino de que cada un@ de nosotr@s sepa adecuadamente distinguir donde aplicar síes y noes en su vida diaria, que también es la vida común, obviamente!

Ains!!!!



 

 

No hay comentarios: