miércoles, 1 de febrero de 2023

Magníficas y acertadísimas reflexiones, querida Ana Pardo de Vera. Ya está claro, desde siempre, lo que abarca y defiende el 'feiminismo' del pp, y sus argumentos, más cerca del insulto a la dignidad y a la inteligencia, que de otra cosa. Solo así se entiende que elementos como Plácido Domingo y demás barbaridades adjuntas, sean tan alabados y bendecidos por el sanedrín ppeppero. Es más que evidente: la conciencia, la ética y la verdadera justicia van por un lado y ellos por otro. Un derrotero hereditario, tóxico y demoledor del que el machismo y sus abusos "naturales" son el síntoma más horrible y brutal, que repugna e indigna a cualquier mujer despierta y a cualquier hombre de bien. Reconocer errores, fallos o equivocaciones en una Ley supernecesaria e imprescindible como lo es el consentimiento libre y sin presiones ni amenazas ni chantajes, de cualquier ser human@ hacia otr@, a la hora de mantener relaciones íntimas entre sí, sobre todo si la vulnerabilidad de una o uno y la fuerza física y/o el poder del otro sobre la una, no significa para nada que esa Ley deba ser desechada y criticada, precisamente por el sector social que la viene haciendo más urgente y necesaria desde hace, no sólo años, sino siglos: la ceguera machista embalsamada, ya en proceso de momificación, pero a buen recaudo en el reino neandertal de Peperilandia y sus inercias de establo, zahúrda y corral a vox en cuello...Ainssss

 

Dominio público

Plácido Domingo y el 'feiminismo' del PP

Ana Pardo de Vera

Público

Plácido Domingo.- EUROPA PRESS

El mismo día que PP, Vox y Ciudadanos votaron en contra de retirar a Plácido Domingo el título de hijo predilecto de Madrid en el ayuntamiento de la capital, Alberto Núñez Feijóo se erigió en el Senado como el mejor defensor de las mujeres de España frente al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, el peor según el líder del PP.

Sabemos ya que el tenor madrileño fue un acosador sexual de manual, con decenas de víctimas que han confirmado su comportamiento depredador, y con sus propias ¿disculpas? apelando a "otros códigos" de entonces, cuando abusos sexuales y violaciones eran lo normal. No estamos tan lejos, y hay sectores donde poder y acoso sexual siguen yendo de la mano, aunque avanzamos poco a poco, desmontando una cultura de violación incrustada profundamente en el imaginario colectivo. Bob Pop lo ilustró y explicó este lunes a la perfección tras confesarse víctima del acosador de los Premios Feroz de cine: cuánto hemos aguantado creyendo que era lo normal. 

El Partido Popular, no obstante, considera que estos abusos no invalidan el título de hijo predilecto de Plácido Domingo y que la propuesta planteada por Más Madrid en el pleno municipal del martes es moralina de la izquierda (unos abusillos de nada), que siempre se cree superior, y Plácido es un español de bien que ha honrado el nombre de España por el mundo entero con su voz y su música (y sus abusillos), argumentó un acalorado Jose Luis Martínez-Almeida, "un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo" del acosador de la voz prodigiosa.

Andaba en estas el alcalde de Madrid, defendiendo lo indefendible, cuando Feijóo sobrevolaba el hemiciclo del Senado creyéndose el salvador del feminismo al ofrecer su apoyo a Pedro Sánchez para reformar la ley del solo sí es sí, al tiempo que le acusaba de presidir el peor Gobierno para los derechos de las mujeres. ¿El Feijóo que preside el PP que defiende a Plácido Domingo? ¿El partido que recurrió la ley del aborto hace más de diez años? ¿El que gobierna con Vox en Castilla y León y gracias a Vox en la Comunidad de Madrid, en la capital o con la ultraderecha (ex-Vox) en la Región de Murcia? ¿El que financia con decenas de millones de euros colegios del Opus Dei, que segregan al alumnado por sexos? ...


Se debe hacer un debate profundo sobre la ley del solo sí es sí, de la imprevisión del Gobierno sobre lo que podía pasar al convertir los abusos en agresiones sexuales y rebajar penas en una normativa, en todo caso, excesivamente punitivista (ese populismo punitivista es una estrategia neoliberal de libro, por cierto), como nos han recordado tantas veces los juristas -y no resuelve la amenaza machista y asesina, que se lo digan a los estados de EE.UU. con pena de muerte-. Sin embargo, que el PP de Feijóo, el socio de la ultraderecha que niega la violencia de género, se presente como el adalid del feminismo sería una comedia si el machismo no fuera una tragedia continua en España y en el mundo entero.

Hay un debate muy complejo sobre la mesa y el Gobierno sale tocado con él, es indiscutible: la ley del solo sí es sí supone un avance radical frente a todas las agresiones machistas al partir del hecho de que la mujer es quien decide, quien consiente o no; pasa de ser víctima-culpable hasta que se demuestre lo contrario (¿Cerró bien las piernas? ¿Se resistió lo suficiente? ¿Gritó lo bastante alto? ¿Iba borracha? ¿Provocando? ...) a ser tratada como cualquier otra posible víctima de un delito, donde se juzga al presunto delincuente y no a ella.

Como sí tienen Feijóo y el PP, yo no dispongo de todas las respuestas sobre los cambios (o no) que hay que hacer en la ley del consentimiento, lo dejo a los/as expertas que trabajan ahora en ello. Pero sí empatizo profundamente con las víctimas que ven cómo sus agresores salen antes de lo previsto de la cárcel: cuando abusan de ti o te violan, cuando se lo hacen a una allegada, toda condena te parece poca; porque si salvas la vida, esta se te quiebra durante demasiado tiempo o ya para siempre.


También me felicito porque el feminismo haya avanzado hasta lograr con sus reivindicaciones una ley que representa aquello por lo que luchamos: tener los mismos derechos y libertades que los hombres, ni más ni menos. Al fin y al cabo, con esta ley, Plácido Domingo habría sido condenado y otros poderosos como él se habrían pensado mucho su depredación rampante. Es el camino, que no nos confundan los feiministas, trasunto de fakeministas como Feijóo.

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