martes, 14 de febrero de 2023

Il cantico delle creature

 

Afortundamente ya desde la Edad Media hay noticias reconfortantes sobre las posibilidades de reciclarnos como especie presentable y realmente humana si así lo queremos. Giovanni Bernardone, el "francesito", por ser hijo de una francesa, alias Francesco de Assissi, ya se empezó a dar cuenta del percal y nos dejó una herencia preciosa y con una visión metatemporal que a día de hoy es un código natural para la ecología medicinal de urgencia que necesitamos ya hasta en nivel planetario. 

Francesco hizo temblar el atasco eclesiástico con su actitud nada sumisa a las barbaridades, se fue al Vaticano a pedir permiso obligatorio para vivir en comunidad totalmente nueva y evolucionaria; después de mil trámites le recibió el papa del momento con toda la corte de cardenales alrededor ¿y qué hizo Francesco para agradecer esa atención? Pues, recordarles las Bienaventuranzas del  Evangelio y pedir permiso oficial para realizarlas en comunidad, viviendo con los más pobres para ayudarles y ayudarse a sí mismos sin perder el contacto con la realidad del amor fraternal, pidiendo limosna como ellos y asumiendo las mismas condiciones de vida para mejorarlas, aceptando trabajos temporeros en el campo, en la construcción, en los servicios diarios, y haciendo posible que los pijos sociales, como Francesco también lo había sido -hasta que se enfrentó a una guerra y cambió por completo-  conociesen directamente la realidad social y su realidad interior. Él nunca se ordenó sacerdote ni tuvo ningún cargo eclesiástico, todo en él fue un servicio constante sin poder alguno, su único empeño y finalidad fue siempre el amor sin límites. Peregrinó, fue a Oriente y habló con el sultán del momento, en plena cruzada, para que la barbaridad de la guerra religiosa terminase. Por donde pasaba, como sucedía con Jesús de Nazaret, llovían y brotaban los milagros como lo más natural. Pasó por este mundo como un regalo del Infinito y se fue de aquí fundido con la vida, la compasión, la humildad, la inteligencia verdadera y una felicidad sin límites en la que tod@s podemos participar si así lo decidimos  y vamos dejando atrás lo que nos ata para desarrollar y conectar con la energía que nos libera, con el tesoro que somos, pero desconocemos, porque estamos enredados en las pantallas de lo ilusorio. Es la energía a la que Francesco en su cantico delle creature llama "buon Signore". No tenía otras palabras en aquel tiempo confuso -como éste y como todos los tiempos que llevamos soportando- para dar nombre a la maravilla. Una estupenda referencia para recordar cada día que sí, que se puede cuando se quiere y se logra despertar saliendo del cuento chino hasta nunca más, pero sin caer en el cuento yanky, ruso, ucraniano, europeo, tóxico y explotador sin fronteras, social y globalmente suicida y sobre todo, loco de atar...Para eso la terapia y la experiencia de Francesco d'Assissi es la mejor psiquiatra. Y además gratis, tomayá!

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