jueves, 23 de febrero de 2023

Gracias, Javier Gallego por tus reflexones que tanto ayudan a seguir reflexionando y aldiario.es por publicarlas, la reflexión es una necesidad urgentísima para despertar y salir del eterno marrón, desde una individualidad sin la que no es posible construir la sana colectividad que necesitamos tanto como respirar....Ainsss


La guerra nos pone en nuestro sitio

Willy Toledo y Alberto San Juan en el momento final de la gala de los Goya del No a la guerra, en 2003

19

La guerra pone todo del revés y a cada uno en su sitio. La guerra nos retrata para bien y para mal. Saca lo peor del ser humano, pero también lo mejor. La de Ucrania, porque nos queda más cerca, nos ha hecho mirarnos más en el espejo y ver todas las deformidades de nuestro mundo, de un mundo cruento, miserable y desigual, pero también nos ha vuelto a mostrar la valentía, la solidaridad y la grandeza que surgen en mitad de la perversidad y el horror. Esta guerra nos ha puesto a todos en nuestro lugar: a Putin como agresor inexcusable, a los putineros como cómplices, a la OTAN como propiciatoria, a Estados Unidos como beneficiaria, a Europa como su mayordomo, a la derecha como belicista, a la izquierda pacifista como movimiento desmovilizado, a la información como otra víctima y a la población civil como la víctima principal de todas las guerras.   

En la guerra hay pocas certezas. En la de Ucrania, una es esta: Putin la declaró, nadie más. Aunque había una guerra civil en el Donbás entre separatistas prorrusos y unionistas ucranianos desde hacía ocho años, aunque hay fascistas en el ejército de Ucrania (también los tenemos aquí y los tienen en Rusia) y aunque la OTAN buscase influencia en la zona y se haya visto beneficiada por la invasión, nada de eso justifica que Putin ordenase la entrada en un país soberano que no es el suyo provocando las masacres, la barbarie, el éxodo, la devastación de la que Ucrania y los ucranianos tardarán décadas en recuperarse. El primero en retratarse fue Putin como lo que siempre hemos sabido que es: un autócrata criminal, ultranacionalista, ultraconservador, y como confirmó en el delirante discurso a la nación del aniversario de la guerra, ultrarreligioso y homófobo. 

A su lado se ha colocado un residuo de la izquierda que es antiimperialista yanqui pero pro imperialismo ruso y lo mismo te defiende las guerras de Putin que ataca las de la OTAN, lo mismo denuncia el capitalismo de Occidente que abraza la plutocracia capitalista post-soviética, lo mismo llama otanista a todo el periodismo occidental pero suspende el juicio ante la propaganda rusa, lo mismo se definen como izquierda verdadera que excusan al ultraderechista que habla de Rusia como reserva espiritual frente a la demoníaca y pedófila Europa y cita las Escrituras para atacar al matrimonio homosexual. Esa extrema izquierda que divide el mundo con el Muro de Berlín, que sigue instalada en un maniqueísmo obsoleto, se toca con la extrema derecha y justifica las matanzas en Chechenia, Siria o Bucha desde su ordenador. Esa “izquierda”.    

Enfrente está la OTAN y al frente Estados Unidos, una policía global que como los antidisturbios solo han traído más caos y destrucción al planeta. La Alianza debería desaparecer pero ha resucitado por la gracia de Putin, la habilidad de Washington y la servidumbre de Bruselas, que ha perdido otra oportunidad de crear una seguridad europea para convertirse en el felpudo en el que los estadounidenses se limpian y se ponen las botas. No solo han reclutado a Finlandia o Suecia, también se han convertido en el mayor beneficiado por la crisis económica y energética de la UE.  

La derecha belicista hace palmas y la industria armamentística hace caja. Y en ningún sitio, o fuera de él, nos quedamos la izquierda pacifista, enfrentada a la contradicción entre la legítima defensa de Ucrania y el rechazo a las armas. No es fácil la tercera vía cuando es evidente que el apoyo armamentístico de Occidente a los ucranianos les ha permitido hacer frente a la invasión. Reconozcamos que desde la comodidad de la paz no somos quiénes para decirles que no nos pidan fusiles. Pero no podemos abandonar el discurso como hemos abandonado las calles. Ese es el problema. Desde el OTAN No y el No a la guerra, el pacifismo se ha retirado del debate, de los movimientos sociales y de las manifestaciones. 

Por eso más que nunca toca retomar posiciones no solo contra esta guerra sino contra todas ellas, contra las guerras olvidadas y las guerras lejanas y a favor no solo de los refugiados de Ucrania sino a favor de todos esos refugiados a los que la Unión Europea trata como prisioneros de guerra, esos a los que dispara y rechaza en las fronteras. La única manera de recuperar el sitio y el sueño de la paz pasa por reclamar que se acoja a las víctimas de todas las guerras por igual y denunciar que Europa abra las puertas a unos en una semana y la cierre al resto con violencia. Es el primer paso para empezar a ganar esta batalla que hemos dado por perdida y que solo se ganará cuando recuperemos la calle. Ese es nuestro sitio. 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 Comentario del blogg:

En efecto, los conflictos, las masacres y los horrores nos ponen en nuestro sitio, y parece mentira que tras milenios de fracaso como especie humana, y también el que haya gente sana e inteligente de verdad y genial para bien, siempre en minoría, en plan "premio Nobel social" y perros verdes culturales, no significa que millones de ignorantes, ninguneados, manipulados, auto engañados y maltratados por sí mismos, sean siempre maravillosos, decentes e inofensivos. 

A los pueblos nos falta un despertar de conciencia plena como el de Gandhi, que  con su ejemplo vital y entregado a tope logró despertar desde la realidad a los hindúes sufriendo y en Babia, para independizarse  del imperio británico sin necesidad de matar ingleses ni morir ellos mismos a millones, por cierto, el único caso en la historia conocida, en el que la paz de los pueblos logró su objetivo...sin necesidad de montar una guerra a lo bestia.

Es muy triste empeñarse en crear Internet, genialidades varias para hacerse de oro, inventar aviones, naves espaciales maravillosas, un imperio fascinante de la imagen  como lo es Hollywood, construir rasca y contaminacielos, bombas atómicas, viajar por el espacio, e ir a la Luna -en realidad ¿para qué ir a Luna si ya se está en ella desde siempre?-. 

Si la humanidad mayoritariamente no estuviese a la misma altura miserable que sus manipuladores no habría manipuladores en la humanidad, ellos serían los raros y anormales, si la especie fuese pacífica e inteligente por naturaleza y educación, hace mucho que ya no existiría la guerra como estúpida "solución" de nada. ¿Qué felicidad y progreso puede darnos un mundo en el que para ser felices y progresar se tenga  que matar y morir por narices? Un mundo en el que la expertología del "progreso" se pitorrea y ridiculiza a la gente pacífica, en el que pararse, tomar conciencia y meditar sencillamente es de imbéciles, "místicos" pirados, y estrambóticos, en el que se especula y se hace negocio con todo, hasta con la propia salud y la propia vida, con la mentira constante para atrapar la atención y no dejar espacio a la verdad de lo evidente, en el que el estrés y la alienación vienen ya programados y se confunden con ser competentes y muy espabilados.  

Semejante mogollón no puede tener ni un presente aceptable ni un futuro deseable. Pones la tele, por ejemplo, un medio de educar  y cooperar pedagógicamente con esa humanidad tan necesitada de autoconciencia y te encuentras un surtido de cotilleos enlazados sobre la vida e intimidades de personajes que son por completo ajenos a tu vida, de anécdotas superficiales, de estupideces alucinantes, haces zapping huyendo de la mierda desinformativa y te encuentras películas y series con idéntico mensaje: la tontuna y "distracción" de lo superficial y de lo delictivo, del engaño, los cuernos, la ambición, la guerra o directamente, el vacío de contenidos. De modo que lo único que se puede ver son los concursos como Pasapalabra, donde por lo menos ,y dejando de lado la rivalidad entre concursantes, puedes aprovechar la ocasión para recordar la semántica, fonética y ortografía de las palabras o aprender de la riqueza del lenguaje  si desconoces significados lingüísticos...¿Por qué será que ese programa tiene los mayores índices de audiencia? No solo es por la simpatía o el talento de sus gestores y partcipantes, sino sobre todo por el clima saludable y cooperador  que aporta; es un programa que construye, sin duda, donde hasta los supuestos "rivales" acaban siendo amigos y brota conocimiento del lenguaje, valorando cada verbo hecho carne y palabra. Ese programa es una especie de "ángelus" laico, donde lo que "debería" ser rivalidad se convierte en abrazo y admiración fraterna. No es necesario que se copie y se repita el mismo modelo, pero sí lo es que se fomente la cercanía y el interés por algo cultural y más sólido que estar centrados exclusivamente en que "todo es mentira" o en los cotilleos de tertulias fatuas y gritonas en casi todas la cadenas a la vez y donde el espectador no participa aprendiendo, sino que es simplemente un mueble o como mucho, un número en las encuestas de audiencia. Un desastre antropo(i)lógico de consecuencias demoledoras a corto y largo plazo.

Ese panorama superficial, vacío y sin más sentido y finalidad que "distraer", es alienante, bloquea las neuronas y nos hace vivir constantemente en el mundo irreal de la "ilusión", una palabra que etimológicamente es un insulto a la inteligencia. De hecho el participio del verbo latino illudere , que significa "engañar", es nada menos que illusum, "engañado", estafado. 

Cuando presencio y huyo de estos alucines me pregunto qué pasaría si en vez de tanta farsa, se aprovechase la tele para proyectar, en este caso actual de guerras próximas y desastres en el vecindario europeo, -ya que al parecer el resto de la humanidad le importa un rábano a la UE, y por supuesto a los USA-, películas como Gandhi, un film espléndido de Richard Attemborouhg, que nunca pierde actualidad, porque desgraciadamente, el mundo no ha cambiado nada en el aspecto bélico y cruel de la violencia y la paz es cada día más urgente hasta para sobrevivir en el Planeta, con un buen debate posterior, en el que en  vez de los "expertos" habituales, participen profesores de ética y sociología, atropólogos, politólogos y economistas decentes y que gente de la calle pueda participar en persona o llamar por teléfono y expresar sus dudas e ideas, propuestas constructivas y ofrecer contactos e iniciativas y concentraciones presenciales para la paz con esos objetivos reivindicadores, que tanto necesitamos y que ya existen en petit comité en barrios y pueblos diversos. 

Lo que no debemos ni podemos hacer es emplear los conceptos y actitudes de guerra y de agresividad, "luchando por la paz". Lucha y paz son como agua y aceite, como sal y azúcar. Un completo antagonismo. Es un autobloqueo total y una auténtica contradictio in terminis exigir la paz montando pollos aunque solo sean dialécticos, de ese modo,institucionalizando la agresividad en plan "legítimo", creando constante oscuridad, viendo solo enemigos en vez de personas que carecen de conciencia, nunca se saldrá del pozo negro donde la paz solo es una convidada de piedra. 

Si, de verdad, no queremos guerra, practiquemos en persona, transformando la rabia y los insultos en serena presencia, razonamiento y diálogo más que gresca para hacer ruido y que de ese modo siguiendo la inercia de siempre, el ego de 'los buenos' sea más poderoso que el ego de 'los  malos', o sea, todo el sistem in failure reunido en la misma manzana podrida arrancada "del árbol del bien y del mal", adjudicando "el bien" a los  que ganan y "el mal" a los que pierden, de modo que sea la confrontación el eterno baremo calificativo y ganancial,  y en ese plan  el amor fraterno constantemente derrotado e ignorado por la inercia egópata del instinto animal trotando a su aire y disfrazado de humanidad(¡?) en el carnaval del disparate. 

¿Qué pintaban los prebostes religiosos aplaudiendo en el discurso de Putin?¿Qué habría hecho Jesús de Nazaret en semejante trance? ¿Dónde se han dejado los presuntos cristianos rusos el Evangelio y las Bienaventuranzas? Seguramente ni han caído en la cuenta de que en las guerras, realmente, los "vencedores" también pierden, incluso a largo plazo,  más que los "vencidos" y que todo daño causado el prójimo es un boomerang de ida y vuelta. Menos mal que son católicos y ortodoxos ( del griego ortòs: derecho, acertado, y dóxòs: camino, tendencia, enseñanza). Vaya tela!

La escucha, los abrazos y las manos tendidas curan y sacan lo mejor de nosotr@s, mientras nos transforman y nos iluminan desde dentro, pero las coces, las armas y agresiones hieren, los juicios condenadores y los insultos como desahogo son injustos, la venganza no resuelve nada y perjudica al vengativo más que a nadie porque lo llena de odio y de rencor, verdaderos orígenes tóxicos de enfermedades y autodestrucción. Esas actitudes no nos dejan evolucionar y nos aprisionan atad@s a lo peor de nostr@s mism@s. No hay peor enemigo que el desconocimiento de nuestros errores, tomándolos como aciertos, solo porque son "nuestros" y no porque sean aciertos éticos, necesarios y justos, aunque a nuestros egos no les haga ninguna gracia "perder" o no llevar la voz cantante.

 Si tuviese que identificar a trabajadores ejemplares por la paz en España, lo haría citando a Yolanda Díaz, a Alberto Garzón, a Manuela Carmena  o a Julio Anguita, a Ximo Puig, López de Uralde, a Echenique, a Errejón,  no puedo imaginarlos agrediendo ni insultando a nadie ni mandando tanques a Ucrania ni aplausos a Putin o a Zelenski ni pactando con una UE felpudo inmoral de los USA y su negocio global, mientras se olvidan del sufrimiento de pueblos e inmigrantes que no son europeos ni ricos. 

Lo dicho, Gandhi tiene mucho que aportar en siglo XXI, así definió el plan de cambio evolutivo para la humanidad: No hay un camino para la paz, la paz es el camino. O la construimos mano a mano y entre tod@s o no existirá nunca. Nadie nos la va a regalar. No se compra en grandes almacenes ni la fabrican en China como si fuese ropa o juguetes. Ni se tiene un altísimo nivel de asesinatos machistas y al mismo tiempo se puede estar conscientemente "contra la guerra". Shakespeare por boca de Hamlet dijo que "algo huele a podrido en Dinamarca" cuando mataron a su padre entre su madre y su tío para quedarse con el trono, pues también "algo huele a podrido" en una Europa y en una España que no saben distinguir un elefante de una bicicleta. 

Somos teselas en el mosaico de la paz, pero destrozaremos ese mosaico si en vez de unirlo lo dejamos roto a cañonazos guerreros, e insultones. Y esto también, desde la conciencia y sus luces, nos obliga a no comportarnos con Rusia como Putin lo hace con Ucrania.  El pueblo ruso también sufre a Putin, como sufrió  a los zares y a Stalin. Faltos de conciencia y deshumanizados totalmente por el mismo veneno del poder absoluto y antidemocrático.

Lo dicho, Gandhi con su experiencia intemporal y cualitativa mucho más que cuantitativa, puede ayudar muchísimo. ¿Por qué se ningunea e incluso se desprecia como inutilidad, lo que en realidad puede ser la solución? ¿Qué nos falla? No se puede apagar un incendio añadiendo más leña a la que arde, si no regando con agua, es decir, cambiando hábitos destructivos y "luchadores" por nuevos comportamientos menos mecánicos, más higiénicos y sanos, más conscientes e innovadores. Para que la confortable y necesaria ropa de la paz se acople al cuerpo de una nueva humanidad, hay que hacer una dieta saludable en la que los muy flacos ganen peso y los muy obesos lo pierdan, sobre todo para tener una buena salud, que no dan ni el dinero ni el poder sino el despertar personal y comunitario: 'Pensa, pensa, Salvatore' decía el fraile loco en El nombre de la Rosa, de Umberto Eco. Así andamos, pero esta vez con los jinetes del Apocalipsis,-creación de nuestra especie y no castigo de ningún dios-,  resoplando cada vez más cerca en el cogote de la humanidad.



 

No hay comentarios: