lunes, 27 de diciembre de 2021

¿Qué mejor regalo de Navidad y Año Nuevo en plena pandemia que esta meditación? Viene que ni pintada, puro diseño de ese taller y almacén silencioso, donde guardamos las piezas para montar los muebles del alma, de la conciencia y de la verdadera libertad, que está -siempre sin hacer ruido- en las antípodas del egocentrismo depredador y tan primitvo que convierte la vida lúcida, inteligente y feliz, en un parque jurásico de pesadilla constante, porque nos atonta, nos cabrea, nos droga y nos duerme con su toxicidad embaucadora, haciendo de lobo de Caperucita disfrazado de la misma abuela que se ha merendado previamente (el pasado), para poder zamparse a la niña (el presente con futuro)...Ains! Tony de Mello nos deja aquí el botiquín dispuesto, con todos los remedios de rescate disponibles. ¡Y todo gratis! El Amor en su salsa, nada más y nada menos. La luz siempre tiene las puertas abiertas... ¡Vamos 'pa' dentro, familia querida! Ay, casi se me olvida un último aviso de urgencias: el lobo no son "los demás", sino lo más tontuso, primitivo, aturullado, "orgulloso" e ignorante de nosotr@s mism@s! Al descubrirlo se acaban los dos terribles roles inseparables de víctima y verdugo, que nos hacen puré y no nos dejan crecer de verdad, porque solo nos permiten -con nuestra cooperación- vegetar en vez de vivir plenamente. Hále, vamos a ello, carinyets!🤩🤩😍😍🤗😉


Meditación 18
-Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros
como yo os he amado.
(Jn 15.12)
 

        Acercar a los niños a los cuidados del jardín y las plantas.

 

¿Qué es el amor? Fíjate en la rosa: ¿puede acaso decir la rosa: "Voy a ofrecer mi fragancia a las buenas personas y negársela a las malas"? ¿O puedes tú imaginar una lámpara que niegue sus rayos a un individuo perverso que trate de caminar a su luz? Sólo podría hacerlo si dejara de ser una lámpara. Observa cuán necesaria e indiscriminadamente ofrece el árbol su sombra a todos, buenos y malos, jóvenes y viejos, altos y bajos, hombres y animales y cualesquiera seres vivientes... incluso a quien pretende cortarlo y echarlo abajo.

Ésta es, pues, la primera cualidad del amor: su carácter indiscriminado. Por eso se nos exhorta a que seamos como Dios, "que hace brillar su sol sobre buenos y malos y llover sobre justos e injustos; sed, pues, buenos como vuestro Padre celestial es bueno". Contempla con asombro la bondad absoluta de la rosa, de la lámpara,del árbol.... porque en ellos tienes una imagen de lo que sucede con el amor. ¿Cómo se obtiene esta cualidad del amor? Todo cuanto hagas con esa intención únicamente servirá para que tu amor sea forzado, artificial y, consiguientemente, falso, porque el amor no puede ser violentado ni impuesto. No hay nada que puedas hacer. Pero sí hay algo que puedes dejar de hacer. Observa el maravilloso cambio que se produce en ti cuando dejas de ver a los demás como buenos y malos, como justos y pecadores y empiezas a verlos como inconscientes e ignorantes. Debes renunciar a tu falsa creencia de que las personas pueden pecar conscientemente. Nadie puede pecar "a conciencia". En contra de lo que erróneamente pensamos, el pecado no es fruto de la malicia, sino de la ignorancia. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen..." Comprender esto significa adquirir esa cualidad no discriminatoria que tanto admiramos en la rosa, en la lámpara, en el árbol...

 La segunda cualidad del amor es su gratuidad. Al igual que el árbol, la rosa o la lámpara, el amor da sin pedir nada a cambio. ¡Cómo despreciamos al hombre que se casa con una mujer, no por las cualidades que ésta pueda tener, sino por el dinero que aporta como dote...! De semejante hombre decimos, con toda razón, que no ama a la mujer, sino el beneficio económico que ésta le procura. Pero ¿acaso tu amor se diferencia algo del de ese hombre cuando buscas la compañía de quienes te resultan emocionalmente gratificantes y evitas la de quienes no lo son; o cuando te sientes positivamente inclinado hacia quienes te dan lo que deseas y responden a tus expectativas, mientras abrigas sentimientos negativos o mera indiferencia hacia quienes no son así? De nuevo, sólo necesitas hacer una cosa para adquirir esa cualidad de la gratuidad que caracteriza al amor: abrir tus ojos y mirar. El mero hecho de mirar y descubrir tu presunto amor tal como realmente es, como un camuflaje de tu egoísmo y tu codicia, es esencial para llegar a adquirir esta segunda cualidad del amor.

La tercera cualidad del amor es su falta absoluta de auto-fijación, su espontaneidad. El amor disfruta de tal modo amando que no tiene la menor noción interesada en sí mismo. Igual que lo  que ocurre con la lámpara que brilla sin pensar si beneficia o no a alguien; o con la rosa, que difunde su fragancia simplemente porque no puede hacer otra cosa, independientemente de que haya o deje de haber alguien que disfrute de ella; o con el árbol que ofrece su sombra... La luz, la fragancia y la sombra no se producen porque haya alguien cerca, ni desaparecen cuando no hay nadie, sino que, al igual que el amor, existen con independencia de las personas.

El amor, simplemente, es, sin necesidad de un objeto. Y esas cosas (la luz, la sombra, la fragancia) simplemente, son, independientemente de que alguien se beneficie o no de ellas. Por tanto, no tienen intención de poseer mérito alguno. Su mano izquierda no tiene conocimiento de lo que hace su mano derecha. "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento y te ayudamos?".

Y la cuarta y última cualidad del amor es su libertad. En el momento en que entran en juego la coacción, el control o el conflicto, en ese mismo momento muere el amor. Fíjate cómo la rosa, el árbol y la lámpara te dejan completamente libre. El árbol no va a hacer el menor esfuerzo por arrastrarte hacia su sombra cuando corras el riesgo de sufrir una insolación; y la lámpara no va a ensanchar su haz de luz para que no tropieces en la oscuridad. En cambio, piensa por un momento en toda la coacción y el control por parte de los demás a que tú mismo te sometes cuando, para comprar su amor y su aprobación o, simplemente, por no perderlos, tratas tan desesperadamente de responder a sus expectativas. Cada vez que te sometes a dicho control y a dicha coacción, destruyes tu natural capacidad de amar, porque no puedes dejar de hacer a otros lo que permites que otros te hagan a ti. Observa y comprende, pues, todo el control y la coacción que hay en tu vida, y verás cómo se reducen las ataduras y empieza a brotar la libertad. En definitiva, "libertad" no es más que otra palabra para referirse al amor.               FLORES COLOMBIANAS: astromelias       

No hay comentarios: