Periodismo ético a tope. Gracias, Ana. Te he tenido que buscar en YouTube porque el sistem in failure no me ha permitido conectar con este video desde Público. Esperemos que solo sea casualidad o un fallo sin más y no censura sistémica en plan cloaca, pagada con nuestros impuestos, claro. Una forma de impedir información comprometida y limpia es una de las misiones de los bajos fondos morales que intentan hundir las mejores iniciativas. Ojalá todo haya sido un fallo mecánico nada más. Ojalá. El periodismo ejemplar de Público solo merece apoyo y agradecimiento.
Muchas gracias por dar voz a lo que a casi toda España querría decir cara a cara al campechano felicitador y también a su hijo, un buen hombre, seguro, pillado en un pifostio horrible solo por los genes y el apellido. No lo tiene tan difícil como parece. Siendo Jefe del Estado, precisamente, podría renunciar a ello mientras no haya un referéndum que le otorgue la confianza y el respeto social mayoritario, en las urnas. Seguro que hasta lo ganaría como persona aunque ya no haya espacio sociológico mayoritario para una monarquía en una democracia del siglo XXI. Lo que todavía no hemos podido hacer a pesar de una Transición, que ya es un castigo institucional más que un acierto puntual. Con frecuencia los aciertos del pasado que se niegan a evolucionar para bien acaban convertidos en desastres y socavones fatales en el presente y en el futuro.
Sin monarquía, en una república elegida libremente por la ciudadanía, Felipe Borbón podría, sin duda, ser un buen Presidente preparadísimo y muy valorado. Sería un puntazo que lo hiciera. Se lo agradeceríamos muchísimo. Por otra parte, hay que innovar, regenerar, despertarse de una vez, corregir los vicios hereditarios, madurar como seres humanos y repasar la historia de la propia familia Borbón, desde Felipe V, para no repetir lo mismo y estar a la altura ética de los tiempos, en lo que ya no tiene sentido alguno que existan monarquías incompatibles de todas todas con el mismo concepto de democracia, atreviéndose a decir adiós de una vez no solo al trono como hicieron en su día, escapando a Fontainebleau, Carlos IV, Fernando VII con rebufo de vuelta horripilante, Isabel II y Alfonso XIII, aunque solo sea por vergüenza ajena, ya que la vergüenza propia ni se conoce por mera tradición familiar. A la vista está el impresentable historial donjuancarlesco, putero y corrupto a tope, calcadito del de sus antepasados incontinentes y parásitos al mismo nivel. Creo, sinceramente, que ningún ser humano merece el castigo de ser heredero de semejante lodazal. Y Felipe Borbón, en concreto, no se lo merece. Es buena gente, a pesar de la mochila que le han encasquetado por haber nacido con un padre semejante y unos ancestros deplorables. Casi es un milagro que esté tan bien. ¿Será por los genes y el contacto con su madre y su familia griega? Aunque también pasada por el molinillo de las dinastías europeas decimonónicas no ha quedado tan deteriorada, como la mezcla Borbón&AsburgoLorena&WindsorBattemberg, cuyo resultado más espeluznante en siglo XX/XXI, sin duda, ha sido el campechano en fuga paradisíaca y con unos antecedentes terroríficos pasados desde la genética a la pedagogía ejemplar de un dictador genocida y sociópata, que estaba encantado y orgullosísimo de su heroica carnicería y de su conducta impecable, que se convirtió en el maestro del futuro rey a largo plazo. Con ese historial, hubiera sido un milagro que Juan Carlos -hijo de primos hermanos Borbón, para más inri- saliera con mejores perspectivas.
A ver si esta Navidad los reyes actuales siguen de verdad a la Estrella de Belén para que se les enciendan las luces por conexión con la Realidad, que no es precisamente la realeza, y nos demuestran que, de verdad, y por una vez en la Historia de España, son seres humanos normales y no solo una fotocopia de Juego de Tronos. Ufff, qué marrón!
Un abrazo y feliz solsticio de invierno, querida Ana (la Navidad es otra cosa)!
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